Cristo, el Cristianismo y la Fe !

Para los cristianos, este fin de semana se celebra la pasión, la crucifixión y resurrección de Jesús, el hijo de Dios, el Cristo de los cristianos.

La fecha coincide con la celebración de las pascuas judías, de hecho, Jesús era de esa raza y credo religioso originalmente. Sus padres María y José, recibieron el nacimiento de Jesús en Belén, un pequeño poblado de Judea, bajo el dominio de los romanos.

Esta es la historia conocida y ampliamente difundida por los evangelios de los apóstoles, aquellos seguidores de Jesús, con los cuales compartió su última cena antes de morir, el día de jueves santo. Todos fueron a la postre, consumados profetas, los encargados de llevar su palabra por los confines del universo conocido.

La polémica sobre la figura de Jesús está lejos de acabarse, como tampoco se acaba la creencia y fe en sus obras y existencia. Sus preceptos, valores y maneras de vivir y predicar con el ejemplo, han dado lugar a la religión más extendida del planeta, el catolicismo con todas sus iglesias hermanadas.

La fe en el hijo de Dios ha movido y mueve a muchas personas en su faceta espiritual, siendo sus enseñanzas la base moral y ética de la cultura cristiana.  Creer sin ver, es una manera de encontrarse con uno mismo y con los demás, sobre una idea indiscutible, que une, que sana y que es solidaria con el hombre y su naturaleza ignorante de muchas cosas.

A continuación, les regalo dos escritos, uno que pone luz sobre la duda acerca de que Jesús vivió en la India un tiempo y el otro que rescata la figura de Jesús y sus apóstoles, como motores de la expansión de una manera de ver, vivir y concebir la espiritualidad del ser humano, en este caso en la India.

Jesús y los años perdidos: ¿Viajó Jesús a la India en su Juventud?

Los evangelios son las biografías más antiguas que tenemos de Jesús. Sin embargo, estas se enfocan principalmente en los últimos 3 años de su vida y ministerio.

Este “hueco” histórico ha dado pie a la especulación y ahora con la abundancia de redes sociales, las ideas se propagan como fuego en pastizal seco.

Una de las teorías es que Jesús estuvo en la India (o en el Tíbet) durante algún tiempo y luego volvió a Jerusalén lleno de sabiduría oriental. ¿Qué evidencia existe al respecto?

Veamos:

La información histórica más cercana a los hechos de la vida de Jesús enseña que éste creció en Israel. La evidencia que tenemos implica que Jesús estuvo con su familia en Nazaret como se esperaría de un joven judío:

“…y llegó y habitó en una ciudad llamada Nazaret, para que se cumpliera lo que fue dicho por medio de los profetas: Será llamado Nazareno” (Mateo 2:23).

“Y descendió con ellos y vino a Nazaret, y continuó sujeto a ellos. Y su madre atesoraba todas estas cosas en su corazón. Y Jesús crecía en sabiduría, en estatura y en gracia para con Dios y los hombres” (Lucas 2:51-52).

Estos dos pasajes preceden inmediatamente al relato de Juan el Bautista, dando a entender que el bautismo de Jesús fue el siguiente evento de importancia en su vida. Si Jesús hubiese ido al oriente esto sería una pieza de gran importancia teológica e histórica de su vida que difícilmente se habría ignorado. Esto es especialmente cierto ya que el viaje de Jesús a Egipto en su niñez es incluido.

Otras referencias de la vida de Jesús nos dicen que la gente de Nazaret se sorprendía de la sabiduría de Jesús cuando predicaba. La implicación es que Jesús creció entre ellos como un muchacho judío normal. En particular les sorprendió el énfasis mesiánico de su ministerio ya que constituyó un elemento nuevo de enseñanza:

“Y todos hablaban bien de El y se maravillaban de las palabras llenas de gracia que salían de su boca, y decían: ¿No es éste el hijo de José? (Lucas 4:22).

“Y llegando a su pueblo, les enseñaba en su sinagoga, de tal manera que se maravillaban y decían: ¿Dónde obtuvo éste esta sabiduría y estos poderes milagrosos? ¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos Jacobo, José, Simón y Judas? ¿No están todas sus hermanas con nosotros? ¿Dónde, pues, obtuvo éste todas estas cosas? (Mateo 13:54-56).

Si Jesús hubiese estado ausente en la India, seguramente la gente de Nazaret habría especulado que su sabiduría la obtuvo en sus largos viajes. Esto nos lleva al siguiente punto:

El costo en tiempo y dinero para emprender un viaje a la India reducen las probabilidades de que este haya sucedido drásticamente. Este tipo de viaje habría sido extremadamente difícil para un joven judío. Para darnos una idea simple: la distancia entre Tel-Aviv y Nueva Delhi es de 5000 kilómetros. Un adulto joven viajando en un camino romano en aquel tiempo podría viajar unos 30 kilómetros. Suponiendo el máximo de 30 kilómetros por día (y esto implica buenos caminos en todo el trayecto lo cual es inverosímil) le habría tomado 167 días a Jesús llegar a Delhi a pie. Siendo realista, un viaje de este tipo habría tomado más o menos un año. Dado que Jesús vino de una familia pobre, financiar este viaje habría sido prácticamente imposible.

La cultura gentil era repugnante para los judíos. En el siglo I, la relación entre judíos y gentiles era estrictamente limitada. La cultura no-judía era repugnante para un hebreo. Jesús habría tolerado muy poco el vivir entre adoradores politeístas de ídolos en la India.

Jesús enseño judaísmo, no hinduismo. La teología de Jesús es completamente contraria a la teología oriental y en específico a la hindú. Su teología estaba arraigada por completo al concepto hebreo de un solo Dios. Jesús se refirió al Antiguo Testamento indicando su respeto a la Ley y los profetas del Dios de Israel. De hecho, mantuvo la ley de forma impecable y jamás cito literatura Hindú o los Vedas. Para una clase acerca del hinduísmo, ver esta lección.

Finalmente, no hay una sola pizca de evidencia histórica que muestre que Jesús fue a la India. Los “documentos” que dicen que Jesús estuvo en India se basan en mensajes psíquicos (por ejemplo, El Evangelio de Acuario de Jesús el Cristo y los escritos de Edgar Cayce) que por cierto se contradicen unos a otros. La única supuesta evidencia histórica que hay fue supuestamente vista por Nicolas Notovich en 1887 en un monasterio en Tibet. El supuesto pergamino que menciona a un tal profeta Issa nunca ha sido encontrado y los monjes que supuestamente lo tenían niegan tener conocimiento alguno ya sea del pergamino o del tal Notovich.

Así que podemos concluir confiadamente que la evidencia indica que Jesús nunca estuvo en la India y aquellos que afirmen lo contrario pueden ser confrontados con una simple pregunta: ¿qué evidencia histórica tienes al respecto?

Un apóstol de Jesús en la India

Tal como se nos ha transmitido la historia en nuestras escuelas y familias da la sensación de que el cristianismo se extendió primeramente hacia lo que hoy son las naciones europeas y, solo a partir de ellas se extendió más tarde al resto del mundo. Esto no es así. Desde el primer momento, los discípulos del Señor se dirigieron a todo el mundo conocido, según su mandato. Evidentemente la evangelización de América y otras partes del mundo, entonces desconocidas, tuvo que esperar.

Es mi intención exponer, a modo de divulgación, la forma cómo se dio aquella primera evangelización del mundo. Es cierto que el Señor organizó la historia de modo que la sede de San Pedro fuera el núcleo más compacto y de permanencia más constante durante los dos milenios transcurridos desde el inicio. Sin embargo, hubo otros muchos lugares donde se predicó el Evangelio y en los que hoy día subsisten más que indicios.

Vamos a ocuparnos en primer lugar, de la India, caracterizada por su espiritualidad y en donde el cristianismo se predicó desde el principio.

El anuncio del Evangelio de primera mano

El cristianismo es la tercera religión más grande de La India, con aproximadamente 24 millones de seguidores, constituyendo el 2,3% de su población. El cristianismo comenzó en la India hace alrededor de 2000 años a través de la Iglesia Ortodoxa Malankara (Ortodoxa Siria), que fue una de las primeras Iglesias cristianas. Según la tradición de los cristianos e hinduistas locales, fue fundada por el apóstol Tomás, quien llegó a Madrás procedente de Palestina en el año 52 dC en misión evangelizadora.

Las noticias más antiguas que fundamentan la predicación de santo Tomás en La India se apoyan en  “Los Hechos de Tomás”, unos textos apócrifos de finales del siglo II en los que se dice que este desembarcó en Kodungallur en el año 52 y fundó las iglesias popularmente conocidas como ‘Ezharappallikal’ (Siete Iglesias y Media). Estas iglesias eran las de Kodungallur, Kollam, Niranam, Nilackal (Chayal), Kokkamangalam, Kottakkayal (Paravoor), Palayoor (Chattukulangara) y Thiruvithamkode (la media iglesia).

“Los Hechos de Tomás” describen en su capítulo 17 la visita de este apóstol de Jesús al rey Gondofares, en el norte de la India. Según este texto (capítulos 2 y 3), Tomás viajó a la India por mar. Escritos como el Periplo del Mar Eritreo corroboran la posibilidad de estos viajes y en 1872 se descubrió que el rey Gondofares había existido realmente y cuyo reinado se mantuvo entre los años 21 y 47. Sin embargo, aunque el autor de los Hechos de Tomás manejara datos históricos fidedignos en lo referente a la India, esto no constituye prueba alguna de historicidad.

De todos modos, la tradición de que Sto. Tomás predicó en India se extendió ampliamente por   Oriente y Occidente y aparece en escritores como Efraim, Siro, Ambrosio, Paulino, Jerónimo y más tarde en Gregorio de Tours y otros. También existe la creencia, largamente aceptada, de que Sto. Tomás realizó sus viajes misioneros por el lejano sur de Mylapore.

En esta región todavía se encuentra una cruz, labrada de medio relieve, con una paloma pintada en la parte superior, representando la Venida del Espíritu Santo. Tiene también la cruz unos caracteres antiguos en pahlavi (persa antiguo), los cuales, aunque fueron examinados por expertos enviados por los reyes portugueses, no pudieron descifrarse. Finalmente lo hizo un anciano conocedor de las escrituras antiguas de la India.  La escritura confirmaba que en aquel lugar había estado el Santo Apóstol, que hizo una Iglesia y convirtió muchas almas, entre ellos a varios reyes de la costa Malabar y de otros lugares. Para una confirmación del resultado de este hallazgo, los portugueses buscaron a otro anciano docto en las lenguas de la India, que después de estudiarla con detalle y sin saber de la declaración del primer anciano, descifró las palabras escritas en aquella cruz, coincidiendo con lo que había declarado el primer anciano.

Según la tradición, Tomás fue asesinado en la India el 3 de julio del año 72, por esa razón su festividad se celebra este día.

El gozo de servir al Señor

Gracias a los apóstoles Bartolomé y Tomás, a todos los amigos que le acompañaron, a los hombres de buena voluntad del Oriente que les acogieron y que recibieron el Evangelio, y también a muchos misioneros caldeos, nestorianos y de otras comunidades del Oriente, todos los pueblos de Asia fueron sembrados de comunidades cristianas y el nombre de Jesucristo fue conocido en numerosos pueblos.

Sin embargo, con la aparición del islam muchas de estas quedaron aisladas y rodeadas por las nuevas creencias y por las antiguas religiones orientales, perdiendo la comunión con el resto de la Iglesia. Con lo cual muchos cristianos se entregaron a estas filosofías y perdieron el amor a Jesucristo y su Evangelio.

Por otro lado, los relatos de Marco Polo permitieron que los reyes de Europa conocieran que en el Oriente había reyes y príncipes cristianos, numerosas comunidades cristianas de los nestorianos, así como un gran número de pueblos cristianos al sur de la India.

Estos relatos encendieron el ánimo de algunos reyes de Europa, como los de Portugal, quienes se interesaron en ponerse en contacto con los reinos cristianos del Oriente. Así pues, mientras los castellanos buscaban las tierras de las Indias por el camino de Occidente, las expediciones portuguesas, capitaneadas por Vasco de Gama, con mucho peligro y esfuerzo, surcaron sobre frágiles embarcaciones los tormentosos mares de las costas de África, el cabo de Buena Esperanza, Sumatra, y atravesando el Océano Índico, llegaron gloriosamente a las costas occidentales de la India en 1498.

Es verdad que el fin de aquellas expediciones no solo era la evangelización: si bien esta era primordial. Para Portugal y Castilla fueron muy costosas en cuanto a dinero, barcos y vidas humanas. Los portugueses se lanzaron a esta misión con el entusiasmo de encontrar en esos lugares hermanos cristianos fruto de la evangelización de santo Tomás. Llegaron a las costas de la India y por su fe fueron temidos por muchos reinos de aquel territorio. Es posible que entre ellos hubiera gente ambiciosa, como nos dice la historia, pero el esfuerzo de la mayoría fue heroico. Muchos misioneros y escritores han creído siempre que las comunidades de Santo Tomás encontraron alivio y consuelo en estos hombres que los abrazaron como hermanos de fe, y que posiblemente los salvaron de una muerte segura.

Un gran legado de fe y fidelidad

En el año 72, Tomás fue atravesado con una lanza mientras rezaba delante de la cruz. Sus discípulos llevaron su cuerpo hasta una ermita construida por él y allí fue enterrado. En el s. XVI el rey de Portugal mandó una expedición para encontrar el cuerpo de Santo Tomás así como todas las pruebas que pudieran esclarecer su asesinato. Los nativos llevaron a los expertos portugueses hasta este lugar, y tras mucho esfuerzo, encontraron maravillados el cuerpo de Santo Tomás, tal y como decía la tradición cristiana que había sido enterrado. Por orden del rey de Portugal fue construido allí mismo un templo en memoria del Apóstol, que aún existe y lleva su nombre.

Esta iglesia, junto con la Catedral de Santiago de Compostela y basílica de San Pedro en el Vaticano, son las tres únicas iglesias construidas sobre la tumba de un apóstol. En los jardines de la catedral de Santo Tomás se encuentra Mylai Matha, una pequeña estatuilla de Nuestra Señora de Mylapore. Ante esa imagen solía rezar fervientemente San Francisco Javier, el segundo gran evangelizador de la India.

Todos estos testimonios que declaran tanta gloria y tanta maravilla para el Apóstol Santo Tomás, para sus discípulos y para los portugueses que descubrieron su sepulcro, están recogidos y explicados ampliamente en el libro Historia General de la India Oriental, compuesto por Fray San Román. Este libro, impreso en Valladolid en 1603, recoge las hazañas de los portugueses desde que llegaron a la India, capitaneados por Vasco de Gama a finales del siglo XV hasta el año 1557. El citado libro es uno de los muchos ya casi olvidados; está escrito en castellano y contiene mucha información sobre las antiguas comunidades cristianas del Oriente.

El gigante de la historia de las misiones

San Francisco Javier es otro gran santo que evangelizó en la India. Con 35 años, el l 7 de abril de 1541, zarpa de Lisboa rumbo a Mozambique, lugar en el que permanece hasta febrero del año siguiente. A partir de 1542 se traslada a la India.

Después de efectuar escalas en Melinde y Socotora llega a Goa (ciudad que luego sería capital de la India Portuguesa). Prepara un catecismo divulgativo, traduce textos cristianos al tamil y otras lenguas del país y comienza a predicar la doctrina católica por la ciudad. Por su especial dedicación a la predicación y asistencia a los pobres, moribundos y presos hace de esta ciudad el foco de expansión del cristianismo en Oriente. El 3 de diciembre de 1553 muere a las puertas de China cuando contaba 46 años de edad. El detalle de sus viajes interminables no es el fin de este artículo pero aconsejo su lectura.  Su cuerpo es conducido a Goa donde es enterrado, en lo que más tarde será la Basílica do Bom Jesus en Goa, y donde hoy día todavía reposan sus restos.

La historia no termina aquí. Todos somos testigos contemporáneos del testimonio evangelizador de Teresa de Calcuta. Hija de la Iglesia Católica, misionera de la Iglesia Católica, que por designio de Nuestro Señor eligió este país para comenzar una de las mayores obras de la nueva evangelización, como siempre, entre los pobres.

La historia sigue su curso… solo Dios lo conoce.

¡Felices Pascuas para todos!

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