Creando hábitos sostenibles !

La semana transcurrida nos regaló por fortuna una pausa en las elevadas temperaturas. La prolongada ola de calor agobiante cedió momentáneamente para tornar la vida un poco más aliviada. Este fenómeno de clima extremo generó varios debates por las redes que involucraron cruces y acusaciones generacionales. Por un lado, los más jóvenes culpando a los de mayor edad de que sus acciones o inacciones han generado el impacto sobre el calentamiento global que estamos atravesando. Las respuestas de los acusados no se hicieron esperar. Una en especial, se hizo viral, siendo replicada para generar nuevos intercambios y opiniones a favor y en contra.

La transcribo a continuación, con el mero propósito de que los lectores puedan identificar claramente a lo que me estoy refiriendo.

SE METIERON CON LA GENERACIÓN EQUIVOCADA

En la fila del supermercado, la cajera le dice a un señor mayor que debería traer su propia bolsa, ya que las bolsas de plástico no son buenas para el medio ambiente.

El señor pide disculpas y explica: «Es que no había esta moda verde en mis tiempos.»

La empleada le contestó: «Ese es ahora nuestro problema. Su generación no puso suficiente cuidado en conservar el medio ambiente.»

Tiene razón, le dice el señor: nuestra generación no tenía esa moda verde en esos tiempos:

– En aquel entonces, las botellas de leche, de refrescos y las de cerveza se devolvían, y las enviaban de nuevo al fabricante para ser lavadas y esterilizadas antes de llenarlas de nuevo, de manera que se podían usar las mismas botellas una y otra vez. Así, realmente las reciclaban.

– Subíamos las escaleras, porque no había escaleras eléctricas en cada comercio ni oficina, así se conservaba energía eléctrica.

– Íbamos caminando a los negocios en lugar de ir en coches de 300 caballos de fuerza cada vez que necesitábamos recorrer 10 cuadras.

– Por entonces, lavábamos los pañales de los bebés porque no había desechables.

– Secábamos la ropa en la soga, no en secadoras que funcionan con energía eléctrica. La energía solar y la eólica secaban verdaderamente nuestra ropa.

– Entonces teníamos una televisión o radio, en casa, no un televisor en cada habitación.

– En la cocina, molíamos en mortero y batíamos a mano, porque no había máquinas eléctricas que lo hiciesen por nosotros.

– Cuando empaquetábamos algo frágil para enviarlo por correo, usábamos periódicos viejos arrugados para protegerlo, no plástico de burbujas.

– En esos tiempos no usábamos maquina eléctrica para cortar el césped; usábamos una que funcionaba a músculo.

– Hacíamos ejercicio trabajando, así que no necesitábamos ir a un gimnasio para correr sobre caminadoras mecánicas que funcionan con electricidad.

– Bebíamos directamente de la canilla o en vaso de cristal cuando teníamos sed, en lugar de usar vasitos o botellas de plástico cada vez que teníamos que tomar agua.

– Cambiábamos las hojas de afeitar en vez de tirar a la basura todo el rastrillo sólo porque la hoja perdió su filo.

– En aquellos tiempos, los chicos iban en sus bicicletas a la escuela o caminando, en lugar de usar a su mamá o papá como taxista.

– Teníamos un enchufe en cada habitación, no varios multi contactos para alimentar una docena de artefactos.

-Y no necesitábamos un aparato electrónico para recibir señales desde satélites situados a miles de kilómetros de distancia en el espacio para encontrar la pizzería más cercana.

– Usábamos teléfonos fijos y sólo había uno cada diez casas, hoy Uds. tienen 10 por cada casa, y cuando los desechan las baterías contaminan la tierra y miles de litros de agua.

– Así que me parece lógico que la actual generación se queje continuamente de lo IRRESPONSABLES que éramos los ahora viejos por no tener esta moda verde en nuestros tiempos.

No dejes de enviarle esto a otra persona “mayor” que esté harto de recibir lecciones de ecología de cualquier «sabelotodo” de esta nueva generación…

Podemos encontrar fundamentos en a favor y en contra de estas acciones sustentables del pasado. Quizás podamos incluir a este listado una serie de ítems donde como contraparte las cosas no se hicieron pensando de manera sostenibel, tanto de manera individual como colectiva.

Lo bueno de estos debates es que al menos los temas quedan instalados en el pensamiento colectivo.

Si nos abstraemos por un momento de esta contienda generacional, de acusaciones mutuas y pocas acciones concretas, creo que ante la necesidad urgente de «descarbonizar» nuestro planeta tierra, tenemos muchas más coincidencias que desavenencias, si ponemos el foco en promover un cúmulo de prácticas y políticas individuales y colectivas que nos den sostenibilidad en el tiempo.

Nuestra energía tiene que ser encausada por este propósito integral y superador. Cada generación puede aportar ideas que sean complementarias o suplementarias a las ya existentes, de modo tal que las visiones puedan tejer una red de relaciones, conversaciones y encuentros, que darán mucha fortaleza y protagonismo a este acuciante tema.

En lo particular considero que incluir a todas las generaciones puede otorgar un significado especial a esta acción mancomunada, provocando un efecto multiplicador sin precedentes en la historia, tal «como un problema de toda la humanidad resuelto por todos los seres humanos».

En el ámbito de nuestra responsabilidad y compromiso personal, he recogido de varias publicaciones algunos hábitos sustentables, que pueden servir de guía para comprender de qué hablamos cuando nos referimos a ser sustentables. Las estoy transcribiendo tal cual las he encontrado, de modo tal de no alterar la esencia de lo que se quiso transmitir.

Repará, doná, reutilizá

Cuando dejamos de generar nuevos residuos y aprovechamos lo que tenemos a mano, le damos un respiro al planeta: tiempo para sanar y regenerarse. El momento bisagra es cuando decidimos que ya no vamos a utilizar más un producto o envase. Antes de descartarlo, verificá si no se puede reparar. También podés optar por publicar eso que ya no usás por $0 en los market place (seguro que hay alguien más que lo puede aprovechar) o también podés donarlo.

Compostá orgánicos

Es sencillo de hacer y se trata de una actividad apta para balcones minúsculos. Hay miles de instructivos publicados por todos lados. Cuando compostamos reducimos de manera sustancial las emisiones de gases y evitamos que nuestros ecosistemas colapsen por la gran cantidad de desechos que depositamos en ellos cada día. Además, cuando compostás correctamente, no se genera olor y hasta te permite generar humus de lombriz, uno de los mejores abonos que existen para las plantas. ¿Una clave de experto? Cómprate un revolverdor de compost para mantener a raya bichitos indeseados y fijate que la compostera tenga drenaje.

Comprá local y de estación

Nos cansamos de escuchar esto de boca de los chefs más respetados. No es solo porque el resultado de tus comidas va a ser más sabroso, sino que también es más sustentable porque le ahorrás al planeta un montón de contaminación debida al transporte. Si vamos al mejor de los mundos, lo mejor va a ser todo lo que puedas cultivar y cosechar vos, en tu mismísimo hogar. Si eso no es una opción lo mejor que podés hacer es ponerte en contacto con un productor local que te haga saber sobre la trazabilidad de sus productos, que te informe sobre las frutas y verduras de la temporada y te las entregue en bolsón.

Evitá el consumo innecesario

Necesitamos cortarla con el consumismo: reducir, dejar de comprar por comprar y preguntarnos realmente si necesitamos lo que sea que estamos por llevarnos a casa. Un buen comienzo es identificar las cosas que compramos con frecuencia y ponernos el objetivo de hacerlo de manera más consciente. ¿Necesitás realmente otra remera /objeto de decoración/”completá con el producto que te obsesione” más? Esto aplica especialmente cuando hablamos de aparatos eléctricos, que son especialmente contaminantes y afectan tanto a los ecosistemas como a las personas.

Reciclá e interiorizate sobre el reciclaje

Aún a pesar de que estamos en el 2022, todavía hay muchas personas que no separan los residuos en origen y a conciencia, en muchísimos casos, porque sus localidades no cuentan con programas de reciclaje, algo que puede solucionarse con responsabilidad individual. La realidad es que cuanto mejor separados están los residuos, más fácil es que se reciclen: papeles, cartones, plásticos, metales y vidrios que ya no nos sirven pueden convertirse en materia prima para nuevos productos. Para que eso ocurra tenemos que hacer una separación correcta en todos los ámbitos en donde nos movamos o tengamos influencia. No se trata simplemente de separarlos (dejándolos siempre limpios y secos), también tenemos que estar al tanto de a dónde van. Si nuestro municipio no se hace cargo, (además de reclamar para que lo hagan) está en nosotros averiguar a dónde podemos llevarlos para que los recuperen, o bien coordinar con una cooperativa para que los pase a buscar.

Cociná más

La realidad es que todo lo que no preparamos en casa implica un mayor uso de descartables. No se trata de volverse Laura Ingalls pero tené en cuenta que cada vez que optás por hacer pan o yogur casero, le ahorraste al planeta dos o tres plásticos de un solo uso. Esta regla aplica especialmente para el delivery que genera un montón de basura y por eso es clave que, si pedís, privilegiá las marcas que tengan packaging sustentable o reutilizable.

Cuidá la energía que consumís

Los electrodomésticos suponen casi la mitad de la energía que se utiliza en un hogar promedio, de ahí se sea clave repensar la forma en que los utilizamos. Parece una pavada, pero mantenerlos desenchufados hace la diferencia. Otra acción importantísima a la hora de comprar electrodomésticos nuevos, es elegir los que son tipo A, que consumen un 50% menos de energía que los más viejos. Para que te des una idea, los B consumen entre un 50 y un 25% menos, los D y E se considera que tienen un consumo medio y los F –los más viejitos- consumen entre un 10 y un 25% MÁS que la media. Por último, elegí siempre que puedas electrónicos que tengan baterías recargables, y no los que usan pilas, que son muy contaminantes.

Dejá de derrochar agua

El hecho de que la tengamos muy disponible en la mayoría de los lugares de nuestro país no la vuelve menos valiosa. ¿Ejemplos concretos para ahorrarla? No dejar el agua corriendo ni cuando nos lavamos los dientes ni cuando lavamos los platos, darse duchas rápidas en lugar de baños de inmersión, usar el lavarropas y el lavaplatos siempre con carga completa y arreglar los cueritos de las canillas que gotean, que pueden representar una pérdida de hasta 80 litros de agua diarios.

En materia de políticas, encontré este listado con ejemplos concretos de prácticas de algunos países que me resultó interesante (uno es de Buenos Aires, Argentina).

USO DE VEHÍCULOS INTELIGENTES

En Shenzhen, China, encontramos una increíble ciudad que tiene como meta, incluir 35 mil vehículos inteligentes eléctricos, de los cuales ya transitan 6 mil vehículos, incluyendo transporte público. El auto inteligente puede recorrer más de 200 kilómetros con la carga eléctrica, después se recarga con un sistema especial de suministro que no tarda más de 20 minutos en hacer la carga completa. Con este desarrollo tecnológico, podemos estar seguros de su implementación en distintas ciudades del mundo.

Desde la implementación del programa en 2013, la emisión de CO2 (dióxido de carbono) redujo considerablemente, hasta 1 600 toneladas. Otras prácticas de sustentabilidad en la ciudad Shenzhen, son el uso de bicicletas y la educación ciudadana; promoviendo a los habitantes, el uso de transporte público, o si es necesario ir a pie a lugares cercanos.

SERVICIO DE RELLENOS SANITARIOS SUSTENTABLES

La estrategia de los rellenos sanitarios, permite mejorar la limpieza de las ciudades que incluye el compromiso ciudadano; también de una fuerte labor de reciclaje. Es así como en Buenos Aires, encontramos un programa de tratamientos residuales para la valorización, recuperación y reciclado de los desechos que llegan a un vertedero. De modo que ésta práctica de sustentabilidad, busca disminuir hasta un 80 % los residuos para reutilizarlos en artículos de uso en el hogar, la industria, servicios públicos y en escuelas.

CONTROL DE EMISIONES DE CARBONO

Al otro lado del mundo, en la ciudad de Londres, nos encontramos con la primera ciudad en implantar un programa de información de la emisión directa e indirecta de Gas de Efecto Invernadero (GEI). El cual tiene por objetivo mantener el control de los gases contaminantes; con el que es posible disminuir la emisión de sustancias dañinas para la salud y el medio ambiente. Esta práctica de sustentabilidad, es un modelo para otros países del mundo como en México, donde ya se trabaja en el control de GEI, para cambiar hábitos de consumo de energías no renovables y así reducir la contaminación ambiental.

USO DE ENERGÍAS VERDES

El uso de energías verdes o renovables, son una práctica que se busca aplicar en diferentes partes del mundo. Por la pertinencia del servicio y ahorro de energía de otras fuentes provenientes del petróleo, carbón o nuclear. En Seúl, capital de Corea del Sur, ya se implementa en mayor medida, el aprovechamiento de la energía solar con instalaciones fotovoltaicas. Capaces de suministrar a un mayor número de comunidades que demandan más de 2 millones de toneladas de petróleo. Disminuyendo así el consumo de energías no renovables y preservar el medio ambiente.

ARQUITECTURA VERDE

¿Imaginas vivir en un municipio o delegación sustentable? Esto es una realidad en Portland, Estados Unidos. Es una ciudad que desarrolla programas para equipar a los barrios de los servicios necesarios; en ubicaciones estratégicas de modo que los habitantes no requieran más de 20 minutos para hacer uso de los comercios. De este modo, disminuye el uso de vehículos para promover el uso de bicicleta; que además es la razón por lo que Portland, es conocido como la ciudad de las dos ruedas.

ESPACIOS VERDES

En Australia, encontramos una de las ciudades con mayor interés en crear áreas verdes en espacios urbanos, se trata de Melbourne; una urbe que implementa el programa de plantación de árboles y la incorporación de áreas verdes. Esta labor requiere de la colaboración ciudadana, de las empresas y de gobernantes. De modo que la educación ambiental logre sensibilizar la necesidad de preservar los recursos naturales; para actuar y plantar un árbol fuera de casa.

USO DE MATERIALES GEOSINTÉTICOS

Por último, encontramos que Estados Unidos implementa el uso de materiales geosintéticos como membranas, mallas, y geotextiles; éste último es un producto de mayor aplicación en la construcción de sistemas de drenaje en la cuidad. Cumpliendo la función de separar del agua los desechos, así como para filtrar partículas pequeñas y deja fluir el agua. También se utiliza en la construcción y mantenimiento de caminos, para reforzar la pavimentación; ya que es una práctica económica y durable, su aplicación va en aumento.

Así concluimos la interesante lista de prácticas de sustentabilidad en otros países que son considerados de desarrollo económico, esto nos permite conocer los avances que debemos considerar y el uso de tecnologías para el desarrollo sustentable con el fin de garantizar el aprovechamiento de los recursos naturales en el futuro para nuestras próximas generaciones, con objetivos claros para hacer crecer la economía y la preservación del medio ambiente en las ciudades en proceso de desarrollo.

Reducir la brecha generacional para seguir en el camino de la sostenibilidad es la primera acción sobre la cual tenemos que hacer nuestro mayor esfuerzo.

Crear hábitos sustentables y sostenibles es lo que mejor podemos hacer desde la individual para cimentar lo colectivo.

La situación amerita no demorarnos más…….

Existe un único y sólo planeta estamos conviviendo.

Necesitamos descarbonizarlo sin dilaciones.

2 comentarios en “Creando hábitos sostenibles !”

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