La situación de aislamiento se ha flexibilizado en distintas regiones del orbe. Estoy viendo imágenes de un partido de fútbol en Alemania. Parece mentira, pero son de total actualidad. Los futboleros están descubriendo equipos ignotos, pero ante la carestía del redondo elemento, miran los partidos con el interés puesto en un clásico como el Real Madrid- Barcelona.
En nuestro país dependiendo de la situación epidemiológica de cada zona o ciudad, algunas áreas han pasado a un verde relativo, habilitando nuevas actividades industriales, comerciales con horarios restringidos y caminatas por número de DNI. Han reabierto las peluquerías, para que podamos recuperar una imagen más parecida a la de muestro archivo pre-coronavirus. Sólo he mencionado ejemplos concretos dentro del escenario de suavizamiento.
«La posibilidad de apertura requiere ir acompañada por medidas y protocolos de cuidado y prevención».
Desde el punto de vista emocional resulta comprensible, que las personas luego de varias semanas de aislamiento se encuentran en un estado de hartazgo natural. Se suman las dificultades económicas, laborales, y relacionales afectivas, para generar un combo cuasi explosivo.
Las noticias respecto de cómo sigue avanzando la enfermedad son contradictorias. Las distintas estrategias han dado resultados dispares. No hay una receta concreta, no existen vacunas y parece que gran número de personas nos contagiaremos inexorablemente.
La economía se ha caído a niveles alarmantes, lo que presupone dificultades de subsistencia de muchas empresas. La recesión global es un hecho.
En un apartado especial se incluye la responsabilidad personal ante la pandemia. Nuestro respeto por el cumplimiento de los procedimientos tiene que ser total. Caso contrario el riesgo de volver a una situación no deseada del tipo que sea, es bastante grande.
Se observa por distintos medios de comunicación y recorriendo las calles, que las ciudades en verde relativo, han adoptado un ritmo de vida normal. Al mismo tiempo se visualiza que los controles y las medidas individuales de prevención se han relajado en demasía.
Escasean controles y se dispara el número de acciones sin prevención. Dos situaciones que nos dejan a la puerta de un escenario complicado.
Si bien no hay estadísticas concretas, la percepción es que queremos pasar del aislamiento a la circulación sin restricciones.
La ansiedad nos está jugando en contra y no gestionarla puede significar que debamos retroceder por una expansión inmanejable de la enfermedad.
Las terapias de asistencia a los enfermos están mejorando, dependiendo de varios factores, morigerando el índice de mortalidad. Es probable que el nivel de personas afectadas sea bastante más elevado que las cifras oficialmente informadas. Si adicionamos el hecho de que no existe una vacuna efectiva, la incertidumbre nos acompañará por bastante tiempo.
Por eso y recurriendo a las palabras del técnico del Racing campeón hace varios años atrás, ante la pregunta de un periodista respecto de si ya sentían en el podio, les respondió:
“Paso a paso”
Considero que amortiguar la propagación de la enfermedad necesitó desde el principio de actores gubernamentales, empresariales, sociales y de salud comprometidos, acompañados de una gran responsabilidad y cuidado personal.
El sistema de salud sigue dentro de su calidad técnica y de servicio sin igual.
El resto de los actores tenemos que comprender que, si queremos escalar el Everest, primero tenemos que entrenarnos y ejercitarnos para escalar montañas más pequeñas.
Para aprender a vivir dentro de planes que articulan determinados objetivos, la clave es hacerlo planteando metas alcanzables y reducidas. De ese modo podremos desarrollar habilidades que, sumadas a las motivaciones, nos permitirán conseguir la fortaleza para alcanzar objetivos más grandes y sostenibles.
Un eximio pianista, probablemente tenga desde pequeño un talento natural, que puede ser aprovechado para saltear algunas etapas. Requiriendo aún de constancia y dedicación, el camino le resulta sencillo y de alguna manera allanado. Para el común de los mortales, las cuestiones no resultan tan simples, por lo que se requiere el aprender poniendo más empeño, inmerso en acotados y sostenidos pasos. El fracaso puede ser de enfoque, respecto de qué objetivos nos estamos planteando alcanzar dentro de nuestras capacidades humanas.
La gestión de esta pandemia, no escapa de este marco general. Somos de alguna manera, niños pequeños aprendiendo a dar nuestras iniciales zancadas.
Es discutible por donde se lo mire, si el marco de referencia tuvo que ser otro desde el principio de la epidemia. Lo concreto y para situarnos en el presente, es que el camino nos trajo hasta acá, por lo que estando más allá de la mitad del río, nademos hasta la orilla que fue nuestro destino prefijado.
El ejercicio global de aprendizaje es la herramienta para futuros episodios vinculados a esta u otras coyunturas complejas.
Pasos de aprendiz y respeto por nuestro cuidado y él de los demás, sobre todo de los grupos más vulnerables.
No abusemos de nuestra buena suerte, no pequemos de miedo para vivir dentro de nuevos esquemas de prevención.
Como filosóficamente dijo el Mostaza:
«Paso a Paso».
Interesante escrito pero el manejo de la pandemia es un absurdo que tiene mucho de paranoia e ideología intervencionista y dictatorial y o`poco uso de las neuronas..
Buen domingo!!! y buena semana!!!
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