El arte de quejarse !

Sucedió que de tanta y reiterada queja las personas fueron mutando, a tal punto que los bebés cuando nacían, en vez de esgrimir su primer llanto, sinónimo de su contacto con este nuevo y desconocido escenario, ya nacían hablando y exponiendo sus disgustos.

El mundo había cambiado definitivamente porque las pocas decisiones que se tomaban, provenían de nuevos motivos para reclamar, disgustarse y pelear sin ningún sentido.

El ministerio de la queja estaba abierto de continuo y llevaba los registros en forma bastante precisa. Cientos de ordenadores trabajaban sin descanso, registrando voces, lamentos de personas que competían para ver quien se imponía con su mejor y más acabada querella.

Había secretarías bastante bien organizadas, según la naturaleza de las mismas:

» Económicas, sociales, culturales, físicas, religiosas, científicas, literarias, vecinales, relacionales, laborales, jurídicas, climáticas, sólo por citar las más relevantes «.

Cada una de ellas tenía, asimismo, subsecretarías o divisiones específicas.

Para los reclamos físicos había oficinas dedicadas a:

Exceso o falta de peso, calvicie, baja o alta estatura, pelo graso o seco, acné, sarpullido, cejas caídas, huesos grandes, cabeza grande o chica, orejas desproporcionadas.

Los reclamos climáticos tenían agencias por:

Exceso de temperatura inusual, frío a destiempo, polvo en el interior de casas, noches demasiado frías, exceso de humedad para secar la ropa, lluvia excesiva que no permite jugar al fútbol.

Las quejas vecinales:

Ruidos molestos, exceso de silencio, canto de pájaros a cualquier hora, música desagradable, excremento de perro, aullidos de gatos, robo de canastos de basura, mucho o poco saludo matutino, nada o demasiada pulcritud.

Las quejas relacionales:

Poco o demasiado afecto, escasez o abundancia de compromiso, desinterés o interés desmedido. La más concurrida, la del veraz relacional, donde había largas colas.

Las quejas sobre excusas:

Excusas a destiempo, pretextos muy creíbles, coartadas para amores ocultos que no lo eran tanto, evasivas para no hacer.

Esta última secretaría, la de las excusas fue subida de rango al poco tiempo debido al gran éxito y presupuesto que manejaba. Se extendían certificados y se daban cursos para encontrar rápidamente la excusa perfecta.

El ministerio de la excusa, casi fue igual de importante que el de la queja.

Ambos guiarían los destinos de la sociedad por largo tiempo.

Los requisitos para formalizar la queja:

  • Presentar certificado de no haber hecho ningún pedido previo, expedido por autoridad competente.
  • Llenar el formulario de ingresos mínimos producto de pretextos y quejas.
  • Completar el registro único de asistencia a los entrenamientos para quejas, disconformismos, excusas y actitudes afines.

El mundo se había transformado en un conglomerado de personas, que perseguían los siguientes propósitos:

Nada es mi responsabilidad.

Problemas son sólo los míos.

Para qué decidir algo, si alguien lo puede hace por mí.

Si no puedo, no puedo, que se le va a hacer.

Más vale una queja, que cien propuestas.

Las personas que sólo vivían en el mundo descriptivo de la crítica, daban opiniones sin fundamento, siendo meros relatores de los hechos. No había programas, porque eso implicaba salir de la queja permanente.

Los líderes de todo tipo habían desaparecido, luego de que cientos de miles de personas se quejarán de ellos. Algunos habían sido desterrados a islas desiertas para que aprendieran a buscar pretextos y excusas.

A este mundo de nuevos y consabidos quejosos, protestones, descontentos, cada tanto en tanto le aparecía algún individuo fuera del estándar: desarrollaba habilidades para proponer, pedir, ofertar, trazar planes, acertar, errar, retroalimentar y seguir.

Estas personas eran alojados en unidades de atención y cuidados intensivos, donde se los dejaba con pocos y escasos recursos, para que progresaran rápidamente en las competencias requeridas para vivir en el mundo permanente de la reclamación.

Así y todo, algunos no se corregían más.

No había caso, no les salía el modo de ser del quejoso.

Conseguían entonces, una salida decorosa: ir al destierro junto con los líderes de antaño.

El arte de quejarse en su máximo esplendor.

Una sonrisa amplia con dientes relucientes apareció en mi vista algo nublada.

Al principio no sabía bien de qué se trataba.

Alcancé a escuchar:

  • Se te cayó el libro papi.

Fijé mi mirada en algún lugar del piso. Efectivamente, ahí estaba medio desparramado El Psicoanalista.

  • ¿Te pasa algo?
  • Nada Lucía, está bien. Sólo estaba teniendo una pesadilla.
  • Bueno papi, venís a jugar a los penales.
  • Si me levanto y voy.

Mientras me preparaba, pensé para mis adentros:

«Capaz no me tenga que quejar tanto , dejar los pretextos y profecías autocumplidas de lado».

¿Y por casa?

¿Cómo andamos de quejas, explicaciones, disgustos, descontentos?

¿Qué estás haciendo para acceder a un nivel distinto?

Para finalizar algunos chistes sobre quejosos.

Va el 1:

Ring, aló, disculpe, ¿Departamento de quejas?
Sí.
Es que llamaba para quejarme.
Está bien, quéjese.
¡Aaaaaayyyyyyyyyyy!

Va el 2:

Una de las excursiones de estos tiempos, recorría ocho países europeos en quince días. A gran velocidad, y con muchas horas sobre los buses iban los excursionistas. Entre los viajantes estaban un señor judío, veterano ya, y su hijo. Este veterano se quejaba por el ritmo con el que se movían. Uno noche, al llegar al hotel, el guía de la excursión, con la paciencia agotada, le dice al veterano:

-Samuel, mañana va a poder descansar.

-¿Por qué?

-Porque donde iremos Ud. no querrá ir.

-¿Por qué? ¿No pagué la excursión de mi hijo y la mía? ¿Ese pago no incluía todo?

-Si, Samuel, Ud. pagó y está todo incluido.

-¿Entonces? No entiendo.

-Es que Ud. se queja mucho y donde vamos mañana no querrá ir.

-Quién te dijo; pagué y quiero ir.

-Pero vamos al Vaticano .. y Ud. es judío.

-¿Que tiene que ver? pagué e iremos ..

Efectivamente, al otro día padre e e hijo integraban el grupo de excursionistas.

-Al ingresar a la Capilla Sixtina el padre le dice al hijo:

-Abra bien los ojos, de esta gente tenemos que aprender .. Empezaron con un pesebre y mire todo lo que tienen!!!

2 comentarios en “El arte de quejarse !”

  1. Thanks for giving motivational stories in your blogs,what I learnt from this,Problems are a part of life. How we react to them makes us a better individual.keep it up!

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