César, el polizonte !

Transcurría el final del siglo XIX . Italia atravesaba una crisis económica, cultural y de valores. La revolución industrial había cambiado el paradigma de progreso. Los que no se adaptaban, por no poder o no querer, no la pasaban bien.

La campiña italiana y sus agricultores veían como se esfumaba el valor de su esfuerzo. La crisis post-industrial los afectaba de manera cruel, quedando sin tierras, comida, sueños e ilusiones.

La ola migratoria de italianos a nuestro país, durante ese período, previo a la primera guerra mundial, estuvo conformado por personas del norte y del centro de la península, labradores de la tierra en una gran proporción. El sistema y las circunstancias imperantes en su querida república, los imposibilitaba de mantenerse y progresar.

La mayoría eran muy pobres, de variada condición de alfabetización. Contaban con una gran osadía, que complementaban con un gran impulso por vivir y trabajar.

Eligieron nuestro país por la semejanza de la lengua y la cantidad y calidad de suelo cultivable.

Durante ese período, César mi nono, junto a Pascual su primo hermano por línea materna, decidieron con la anuencia de sus padres, que había oportunidad de cambiar su destino. Vivían en la provincia de Ancona, cuya comuna principal era la ciudad y puerto de Ancona. Ambos eran jóvenes, César tenía 18 años y Pascual una edad semejante, cuando zarparon como polizontes en un barco con destino a Argentina. Aún no comprendo, como les permitieron permanecer en el navío bajo esa condición, pero los dos confirmaban que fue de esa manera, ya que no tenían dinero para pagar el pasaje.

No conocí a mi Nono César, ya que había fallecido aquí, en Argentina, algunos años antes que yo naciera.

Lo que les cuento a continuación, son retazos entrelezados de relatos que fuimos consiguiendo, sobre la vida pasada de mi ancestro paterno. César era muy parco, poco comunicativo, según referían todos. No quería hablar de Italia, como si los recuerdos le produjeran dolor y tristeza. Allá quedaron su padre Pedro o Pietro, y su madre Vicenta o Vincenza, junto a varios hermanos. Los conocidos y confirmados, sólo José o Giuseppe y María, no sabiendo a ciencia cierta cuántos y cómo se llamaban los demás.

Cuando ambos primos bajaron del barco que los trajo, preguntaron a dónde podían ir, ya que necesitaban tierras para cultivar.

Les dijeron que era propicio ir a Córdoba, que allí había buenas tierras y abundantes. Tomaron un pasaje a nuestra provincia, entiendo que en tren, para llegar a la zona donde finalmente se establecieron.

Contaba Pascual, que caminaron muchas horas al bajarse del tren. Solo llevaban un pequeño bagallo con ropa y algunas pertenencias. Siendo de noche, y aún caminando sin ningún destino o lugar a dónde ir, fueron asistidos por otro paisano, de apellido Bonino, que los levantó en su carro y les dió cobijo en su quinta de Villa Esquiú. Allí trabajaron varios años como peones. Luego alquilaron un tiempo la estancia El Toro, donde criaban cerdos y cosechaban hortalizas. Con lo producido y las ganancias, llevando una vida humilde, los primos pudieron independizarse y cada uno compró su propia quinta, ambas en la misma zona de Villa Esquiú. Los terrenos estaban cercanos, separados un kilómetro aproximadamente.

Ya viviendo en el Toro, mi nono César se casó con mi abuela Filomena, en la iglesia del Pilar de la ciudad de Córdoba. Tenía veintidós años de edad, y su esposa dieciocho. Filomena era argentina, hija de italianos. Tuvieron ochos hijos, en orden cronológico: Pedro, María, Humberto, Luis, Emilio Vicente, Daniel, Eugenio y mi papá Ramón, el menor de todos. Emilio y Daniel murieron muy pequeños de una infección bacteriana generalizada. No había antibióticos, allá por la década del 30 del siglo pasado.

Cuando hacía algunos años que estaba acá, no sabemos cómo, ni usando que medio de comunicación exactamente, mi Nono César, persuadió a su hermano José que viniera a Argentina. José, era mayor, estaba casado con Julia y tenía tres hijos cuando vinieron a nuestro país: Pedro, Antonia y Amelia. Recalaron en Córdoba, y tuvieron tres hijos más: Ubaldo, Giulio y María. Tuve la oportunidad de conocer a los tres últimos, siendo Ubaldo, el tío Negro, el primo más compinche de mi papá y mis tíos.

Quizás, la idea original, siendo esta una suposición mía, fue que primero se vinieran los jóvenes y solteros a probar suerte. Si todo iba bien, después seguirían, alguno de sus otros hermanos, ya con hijos. Los más grandes entre los cuales estaba María, decidieron permanecer en Italia.

Típico de familia italiana, los que progresaron en Argentina, descendientes de mi Nono César y su hermano José, eran todos muy cercanos y compañeros. El mandato familiar de unión y fraternidad era muy fuerte.

Es por ello que presiento que llevaban el desarraigo por dentro, mirando para adelante, pensando más bien en su descendencia que en sus ancestros.

Mi papá Ramón, siguió con el legado de la unidad familiar, la mesa grande y extendida de los domingos y de las fiestas.

Se percibía en sus ojos grises y claros, la tristeza de sus hermanitos pequeños fallecidos, y la melancolía de los que vinieron con los barcos. Como contrapartida , se distinguía en su accionar, el empuje vital y la fortaleza que heredaron de sus ancestros.

En esta etapa de mi vida, me encuentro en la tarea de recuperar la historia, para identificar con mayor claridad el punto de partida de mi familia de origen. Lo mismo está haciendo un descendiente de José, mi sobrino segundo Alejandro, que vive en Carlos Paz, zona donde se afincó finalmente la familia de mi tío abuelo.

Se nos hace difícil, ya que los que vinieron no tuvieron mayor contacto con los que quedaron en Italia.

Cuando mi Nono César se casó en 1910, su Padre Pedro ya figuraba como fallecido en el acta de matrimonio, que pude recuperar de la Iglesia del Pilar en Córdoba. De lo dicho, se desprende, que mi bisabuelo italiano murió a temprana edad. No conozco el destino de mi bisabuela Vicenta (nombre castellanizado), ni cuando falleció, estoy tratando de recuperar una misiva de Italia, que llegó a mi abuelo procedente de su hermana María, para ver si en ella le avisaba de la muerte de su madre.

Imagino muchas de estas historias, que casi todos tenemos, algunos con más detalles, otros con menos, respecto de quienes fueron nuestros antepasados más cercanos, crónicas de deseos y anhelos que los motivaron a emigrar. Las razones más comunes: problemas de subsistencia, guerras, persecución política o religiosa.

Mi papá no fue agricultor, se tituló de contador y fue el único de sus hermanos, que tuvo la posibilidad de estudiar. Las generaciones siguientes, apostaron a la educación y fueron transformando sus mapas mentales, buscando otros horizontes.

Un camino se traza desde un punto de partida, hasta un punto final.

Creo que no se trata de vivir o quedarse en el pasado, si de recuperar la energía que nos trajo hasta acá, e identificar lo que hemos transitado generacionalmente.

Te he relatado una parte del derrotero de mis antepasados.

Esto me sirve para preguntarnos:

¿De que puerto saliste últimamente?

¿Donde querés llegar?

¿Cuál es tu plan para lograrlo?

Mi nombre es Marcelo César.

César por mi abuelo, el polizonte que vino a pelearla.

El resto, es pura construcción personal.

4 comentarios en “César, el polizonte !”

  1. Marcelo, acabo de leer tu nota y me siento parte tuya no solo por que compartimos nuestro apellido si no que tambien estoy tratando de atar a mis ancestros. Mi Bis abuelo tambien vino de polizón (sin registros de barcos) y también era agricultor. No se de que parte de Italia vino, pero me imagino y sueño que en algún lugar deben enlazarse nuestro orígenes. Mi se llamo Francisco (Francesco) Bordolini era de 1879 (vino calculo sobre el 1900) y se quedo en los alrededores de Rosario (cambiaban de pueblo a medida que se quedaban sin changas) y en el 1906 se caso con una Italiana acá en Argentina. Mi tártara se llamo Santi (Santo traducido) Bordolini casado con una Marinsaldi (Marinsalda).
    En 1910 tuvieron a mi abuelo Rafael Agustín en Acebal, para instalarse finalmente en mi ciudad Armstrong S.F. Cerca del 15.
    Si tenes algun dato sobre la posible pueblo de origen en Italia te agradecere.
    Saludos
    Diego Bordolini

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  2. Hola Marcelo ! llegue aquí buscando información acerca del apellido que comparto con ud .
    No tengo muchos datos ya que a mi padre comparte varias características con su abuelo Cesar ( parco y poco comunicativo con respecto a nuestros antepasados).
    Me gustaría mucho saber si tiene un poco mas de información acerca de los orígenes de nuestro apellido.
    Desde ya muchas gracias !

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