El Conversatorio !

Ignorante como soy, me sorprendo gratamente con la existencia, en el diccionario de la Real Academia Española, de la palabra CONVERSATORIO.

Las acepciones, extraídas de manera literal de ese glosario, son las siguientes:

  1. masc. Col. y Perú. mesa redonda (reunión de personas versadas en determinada materia).
  2. masc. Cuba, Ec., Méx., Pan. y R. Dom. Reunión concertada para tratar un tema. Conversatorios de paz.
  3. masc. Hond. rueda de prensa.

Más habituados, al menos en mi caso, a la acción de conversar, o al sustantivo conversación, jamás pensé que existiera, esta palabra que hace alusión, a un lugar u ocasión para conversar, en la figura de una mesa, un evento específico o una acción de prensa.

Se me ocurre la idea pragmática de crear espacios denominados CONVERSATORIOS.

Dependiendo de que necesitemos conversar, podríamos identificarlos de la siguiente manera:

Conversatorios para tratar sobre opiniones y juicios: es clave que estén las personas involucradas en tales juicios y opiniones, sobre un hecho o personas.

Conversatorios para cuando no sabemos qué hacer: al menos lo que tiene que estar claro es el problema o la oportunidad a desarrollar.

Conversatorios para coordinar acciones: tenemos claridad de respuesta a los eventos y hace falta fijar responsables y plazos para las acciones.

Conversatorios para coordinar nuevas conversaciones: vamos a conversar sobre algo, que implica luego involucrar a nuevos conversadores.

Conversatorios para conversaciones difíciles: temas de debate ético, moral, religioso, político, con conversadores con posturas radicalizadas.

Conversatorios para pedir y reclamar: no se cumplieron las acciones comprometidas en conversaciones anteriores y necesitamos retomar el pedido o reclamar.

En cada uno de los casos, los requisitos generales de ingreso,  pueden ser:

  • Claridad respecto de qué clase de conversación queremos llevar a cabo, para no estar equivocados de CONVERSATORIO.
  • Ser partícipe activo de la cuestión, problema, oportunidad o tema sobre el cual se quiere conversar y asimismo obrador activo de las acciones derivadas.
  • Ser responsable de las palabras o frases que voy a agregar a la conversación, fundamentando las opiniones en hechos concretos.
  • Aceptación de visiones o interpretaciones contrapuestas, disímiles o parciales sobre diagnósticos o soluciones
  • Tener un propósito o ser adhiriente al de otros conversadores.
  • Tiempo acotado para expresarse, para garantizar posibilidad de uso del lugar para varias conversaciones.

A priori generar un sistema de esta naturaleza requeriría de entrenamiento previo en:

Habla y Escucha responsable.

Respeto por el otro.

Compromiso con el problema o la oportunidad.

Capacidad de síntesis.

De manera personal, soy un convencido del inmenso poder de acción de las conversaciones.

En un sentido opuesto creo que tenemos una gran brecha como sociedad para poder aprender a conversar, para generar nuevos escenarios y progresar de manera sustentable.

Por eso considero que las organizaciones del tipo que sean, deben generar estos espacios de conversación.

Los conversatorios virtuales o grupos de chats, son bastante limitados a la hora de discutir un problema o una propuesta.

Se prestan a interpretaciones erróneas, falta de visualización del otro y su corporalidad. Según mi punto de vista tiene que ser usados responsablemente y en circunstancias acotadas.

Volviendo al tema central, esta proposición refleja de forma sintética de qué se trata:

Digamos cómo y para qué conversamos, y visualizaremos hacia dónde podemos ir.

Resulta propicio preguntarnos:

¿Cómo andas conversando?

¿Cuáles son tus conversatorios?

Tantas veces andamos embrollados con pensamientos y conversaciones que quedan en nuestro interior, aislados en nuestro propio e íntimo CONVERSATORIO, que no detectamos la posibilidad de ser responsables de incluir a otros.

Quizás en un futuro no muy lejano se pueda leer un aviso como tal:

Se vende CONVERSATORIO: 1.215 conversaciones realizadas de manera efectiva, 450 reclamos atendidos, 250 acciones desarrolladas, tiempo promedio por conversación 35 minutos. Mobiliario cuidado, capacidad máxima quince personas. A prueba de chismosos y ególatras. Unica Mano. Se recibe menor.

Para culminar algunos chistes vinculantes:

Va el 1:

Entra un señor a un bar y el camarero le pregunta:

– ¿Qué quiere?

– ¡Que qué quiero!, una casa más grande, tener más dinero, que mi mujer sea más guapa.

– No, hombre, ¿Que qué desea?

– ¡Que qué deseo!, tener una mansión, ser millonario, que mi mujer sea estupenda.

– ¡No hombre! ¿Que qué va a ser?

– ¿Que qué va a ser?

– Yo prefiero que sea chica pero si es un niño, no me importa.

– ¡No hombre! ¿Que qué va a tomar?

– ¡Ah, hombre, eso se dice antes! ¿Qué hay?

– Pues nada, por aquí, como siempre detrás de la barra…

Va el 2:

Paco, en el avión. Una azafata reparte chicles.

– Oiga, y esto ¿para qué es?

– Para que no tengan molestias en los oídos al cambiar de presión.

Todo va bien. Cuando aterrizan Paco le pregunta a la azafata:

– ¿Y cómo me quito ahora el chicle de las orejas?

Va el 3:

– ¿Tienes Facebook?

– Si

– ¿Twitter?

– Si

– ¿Página Web?

– Claro

– ¿Instagram?

– Si

– ¿Vida?

– Si, pero casi nunca la uso

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