Trabajo y Salario

Juan concurre por la mañana a su trabajo, siendo puntual con el horario de ingreso.

Durante la jornada desarrolla sus actividades de manera regular, siguiendo procedimientos preestablecidos y otros no tanto.

El es un vendedor en una ferretería de la zona.

Básicamente atiende el mostrador.

Al negocio asisten a diario distintos tipos de personas con el propósito de comprar.

Textual:

Con los años adquirí habilidades para tratar de entender lo que me piden los clientes. La idea es atenderlos bien para que vuelvan.

Algunos los menos la tienen más o menos clara, porque se dedican a construir, refaccionar, arreglar artefactos. Son técnicos, instaladores o aprendices de algo.

Otros tienen la idea expresada como pueden, pero les falta el poder de decisión de hacer lo que uno les recomendó.

Tengo la mochila del inodoro que pierde, ya le puse eso que me dijiste, pero sigue perdiendo. No le puse lo otro que me pediste que colocara, porque pensé que no hacia falta. ¿Se lo pongo o vos que decís?

Otros ni la menor idea.

Vengo a buscar ese pendorcho que sostiene el calefón. No sé el nombre. Me lo dijo el instalador. No lo anoté. Me  dió la medida, pero tampoco me acuerdo. Si lo llamo y le paso el teléfono, usted habla con él y capaz lo pueda comprar. ¿Qué le parece?

Otros vienen enojados.

Es increíble. Le dije a Pedro, ese que vos me comentaste que era bueno, que me pasara el listado completo. Le llevé todo lo que me pidió, pero ni bien llegué, me dijo que se había olvidado de un caño entero de fusión de media. Vos podes creer el……..  A mi parecía que faltaba algo porque los caños que pidió eran grandes. Quiero terminar el trabajo hoy. ¿Hasta que hora están abiertos? Pregunto por las dudas.

Con el tiempo aprendí a entender lo que me piden los dueños.

Hay que sonreír y mostrarse atento, sobre todo. La gente nos compra no sólo por el precio, sino porque acá los atendemos bien.

Todo pasa por el sistema. De no ser así se hace difícil seguir los inventarios. Con la situación económica los tenemos que tener bajos. Sobre todo no puede faltar de lo que sale.

Si no hay clientes, nos dedicamos a ordenar los materiales.

¿Que te parece si vendemos además accesorios para piletas?

Buena esa que nos dijiste de no vender más esa marca de pinturas. Son baratas pero muy malas. Lo comprobé en mi casa. Al principio tenía dudas, cuando los clientes me decían que no rendía nada.

Ahora sé lo que quiero para trabajar bien.

Un buen sueldo, que me reconozcan las horas que hago demás. Si me hace falta plata que me presten.

Que me den cabida en alguna de las ideas que propongo. Sentirme reconocido.

Que me entiendan cuando ando mal porque me pasa algo a mí o a alguien de mi familia.

Que me permitan enseñar a los que ingresan. Que pueda aprender de lo nuevo. Que me den cursos.

Que den premios a fin de año, para los que sumamos en el equipo.

Que pueda opinar sobre lo que se vende y lo que no, para comprar lo útil.

Que me traten bien, así puedo estar contento.

Comentario final:

Yo me siento a gusto acá, porque hay un buen equipo. Chico y que rinde. Casi  siempre todos pechamos para el mismo lado. La plata está bien, siempre puede ser mejor, pero el resto vale mucho. Los dueños son piolas y muy humanos. No la tienen fácil hoy. No hay guita en la calle.

Cada trabajador posee experiencias diferentes. Es probable vos vivas en tu trabajo situaciones que se asemejen o se distancien. No lo puedo saber, ya que el universo es muy amplio.

Lo concreto, que  podemos encontrar en cada una de las vivencias laborales,  es que la mención del salario aparece cada vez con menos fuerza, respecto de lo monetario.

Por supuesto que la retribución en dinero es importante. Dependiendo del contexto económico, que da estabilidad y mejores posibilidades o no, las empresas pueden crecer y ampliarse. Eso les permite pagar bien y además retribuir con beneficios adicionales.

Si te cuesta llegar a fin de mes, el salario dinerario adquiere mucha relevancia. Ni que hablar para aquellos trabajadores no formalizados, con sueldos menores,  y precarizados o inexistentes extras o reconocimientos.

A pesar de ello, si nos adentramos en las vivencias de muchas organizaciones, del tamaño que sean, vemos que el trasfondo es más rico, existe mucho potencial.

Juan describe con sus palabras, lo que denominamos el componente emocional del salario o retribución emocional.

Las organizaciones modernas, del tipo que sean, basan su crecimiento en el resultado de sus negocios, alianzas locales y globales. El denominador común es que se sustentan y espanden por disponer de recursos humanos, comprometidos y motivados.

Para ello, conciben y diseñan el espacio laboral, acompañado de otros condimentos o beneficios que contribuyen al bienestar de las personas:

  • Flexibilidad horaria.
  • Teletrabajo.
  • Programas de incentivos.
  • Reconocimientos no dinerarios a los logros.
  • Guardería.
  • Gym y Estética.
  • Plan de carrera cubriendo expectativas.
  • Enseñanza de idiomas.
  • Espacios de liderazgo.
  • Programas de Innovación.
  • Mejoras estructurales y capacitación.
  • Actividades de relajación y anti stress.
  • Actividades sociales y recreativas.
  • Beneficios de salud extra convenio.
  • Reserva del puesto de trabajo en caso de ausencia prolongada.

El listado puede continuar, puedes quitar o agregar elementos.

Cada persona dentro de una misma organización humana,  puede tener distintas preferencias por unos u otros. La clave, es encontrar el equilibrio, que sea abarcativo, pero al mismo tiempo lo más individual que se pueda, de modo tal de satisfacer , aquello que hace estar bien a muchos.

La idea es marcar las diferencias entre el salario tradicional y el salario que percibe el trabajador, en términos de cómo él se siente trabajando.

Algunos, lo resumirían diciendo:

La clave es sentirse parte de la organización, incluido.

Otros , basados en estudios estadísticos nos traen:

«Según el iOpener Institute for People & Performance de Inglaterra, un trabajador feliz aporta un 65% más de energía a sus tareas diarias y está más comprometido con la empresa en la que trabaja».

No existen recetas, ya que cada cultura organizacional, basada en los valores que la guían, puede definir su propio estándar de felicidad en el trabajo.

Lo que resulta casi indiscutible,  es que la evolución de lo que se percibe como salario, marca un derrotero, que va bastante más allá de la paga recibida.

Los millenials lo tienen bastante claro.

Juan, a sus 35 años, parece que también.

¿Cuál es tu visión al respecto?

1 comentario en “Trabajo y Salario”

  1. Thank you for sharing your Vision,knowledge and experience with us.also thanks for taking initiative and getting it done .so keep up the good work!

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