Lucía muestra el camino del aprendiz

Lucía alumbra cada día con esa sonrisa,  que es acompañada por una energía que se incrementa minuto a minuto. Luz que emerge por la mañana, como significa su nombre, a sus cuatro años, y habiendo ingresado a la sala de preescolar, toma sus primeras clases, con un optimismo y una voluntad envidiables.

Avida, curiosa, irreverente, pequeño demonio, como la llaman sus hermanas, algunas veces no tiene claros los conceptos racionales, pero desde temprano dispara acciones y frases, ligadas a su sentido de libertad.

Ustedes (por sus hermanas) no son mis padres y no me dicen lo que tengo que hacer !

Sus hermanas le dicen:

Lucía, no se juega de esta forma.

Ella les responde: no me importa yo juego así !

Ustedes (por todos en la familia) no me ponen las reglas, yo tengo las mías !

Lo que muestra su temperamento, su posicionamiento, y la búsqueda de su propia identidad.

Es desde ese lugar, donde ella nos muestra a cada paso, la actitud permanente, innata y natural, de declararse abiertamente ignorante, aprendiente, carente de prejuicios.

Salgo a la ruta camino al colegio, y la primera pregunta del día es:

Papá para qué vamos tan rápido?

Como no tengo respuesta, disminuyo la velocidad. La miro por el retrovisor. Ella sólo me sonríe.

Un día, al regreso de mi trabajo, su mamá Eugenia me comenta de sus caprichos repetitivos. Esgrimo la voluntad de hacerme cargo, por lo que la llevo conmigo a conversar acerca del inconveniente.

Se me ocurre mostrarle una fogata ficticia, que nos servirá para arrojar al fuego nuestros berrinches. Comienzo el ritual, arrojo primero los míos, que no son tantos, y ella manifiesta que también lo ha hecho. Ha incinerado el primero, eso de pelearse con sus hermanas por nada. El segundo, eso de querer acaparar los juguetes. Así seguimos con varios más, arrojados a la hoguera.

Terminado el ritual,  a los pocos minutos, se repite una escena donde ella se muestra caprichosa. Me acerco, la miro, y en el acto me suelta:

Sí, ya sé papá, pero vos sabes que tengo que decirte algo: ahora tengo caprichos nuevos.

Me deja sin palabras y con mis herramientas inútiles, para la basura.

Otra jornada, después de otra charla aleccionadora similar, me dice:

Está bien Papá, pero eso ya me lo dijiste. Tenés algo distinto que decir?

Una noche, me llegó a su habitación para darle el beso de las buenas noches, y la encuentro acomodada al pie de su cama, atravesada sobre el colchón y acurrucada debajo de sus mantas.

Lucía, por qué duermes allí?

Me observa con asombro y me cuenta: papá, anoche bajó un monstruo por el respaldo de la cama, y me quiso comer. No puedo seguir durmiendo allí. Puedo dormir acá entonces?

Le doy su merecido beso y le digo está bien, hay que cuidarse de los monstruos.

Así puedo enumerar varias y apasionadas muestras de su convicción de aprendiz.

Respecto de los caños de agua del barrio y cómo llega el agua a las canillas,.Su ferviente creación de renovadas maneras de jugar a la pelota y a las muñecas. Dibuja, re-dibuja, cada uno de sus pasos y logros.

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Creación de Lucia, interpretación libre

Mientras escribo, resulta más claro en mi mente, a través de los numerosos ejemplos, que es innato esto de aprender cuestionando, dudando, vale decir no sólo acumulando información.

Por este bocallave, nos adentramos en este mundo del aprendizaje, inmenso, exuberante, que nos invita a preguntarnos repetidamente, qué estamos aprendiendo, a declararnos ignorantes a cada paso.

Nos muestra la necesidad impostergable de reexaminar lo que que creemos que sabemos, para darnos cuenta que no lo suficiente, o por lo menos no lo aplicable.

En este devenir pos-moderno, de la revolución manifiesta en tantos ámbitos tales como la biotecnología, las comunicaciones, la informática, la genética, la exploración del cosmos, el calentamiento global, la medicina, es que a cada minuto.

Los conocimientos se renuevan dando paso a otros. Nuestros paradigmas y prejuicios, de lo que significa saber y tener conocimientos, se vuelan como hojas al viento.

La necesidad de reforzar nuestra actitud aprendiente, para acomodarnos en esta nueva era, que no se detendrá a esperarnos, resulta vital y concretamente impostergable. Nuestra manera de ser y percibir esto, de elegir donde , cuando y cómo , nos vamos a acomodar en esto de flexibilizar nuestros pensamientos teniendo como brújula nuestros valores, nos hará accionar de manera sustentable en esta realidad super-cambiante.

Requerimos por tanto de una actualización de nuestro software , para ser homo adaptables.

Tendremos que conocer, adquirir habilidades, formas de ser y maneras de relacionarnos entre nosotros, que nos permitan movernos para sobrevivir y trascender en estas nuevas revoluciones.

El primer paso es transformarnos y adquirir la sabiduría de declararse abiertamente ignorante como un niño; acto seguido tendremos que dar autoridad a nuevos maestros, en esto de naturalizar que una parte esencial de la realidad es el cambio y la no permanencia en el status quo.

Hago estas preguntas:

– Cómo estás en esto de ser aprendiz?

– Tenés maestros en los cuales inspirarte?

– Qué elegiste aprender últimamente?

La información está disponible por doquier, google, wikipedia, sólo hay que adquirir habilidad para saber buscar. El proceso de aprender acumulando información, requiere ser complementado, porque en cierta manera se le acabó la vida útil.

Adquiere relevancia, aprender a discernir, aprender a ser, aprender a convivir, aprender a usar la biblioteca universal disponible.

Está cambiando la cultura, las cosas ya no se hacen como antes, ya no se hacen como hace unos años atrás.

Te animas a ser de nuevo un niño, y aprender de nuevo a aprender?

6 comentarios en “Lucía muestra el camino del aprendiz”

  1. Algien dijo… No por viejo sabio …..aquel que de joven era bruto asi lo seguira siendo…..pues la sabiduria no viene con los años…

    Un abrazo Marcelo hermosa LUCIA
    El turco

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  2. Como dijo el director del colegio de mi hijo: hoy tenemos que enseñar a los niños a aprender a cambiar …. lo único seguro es el cambio en esta vida (además de la muerte)…. Y por otro lado, es perfecto el ejemplo de tener la mente de un niño en esta vida! Me encanto!!! El concepto para mí es que: cuanto más «llena de pre conceptos» tenemos nuestra mente, menos capacidad de adquirir nuevos ideas tendremos!

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