¡Viajar nos hace un poco nómades!

Los seres humanos fueron en sus inicios esencialmente nómades. Las justificaciones para esa manera de vivir tienen que ver con su necesidad de proveerse de recursos para su subsistencia, mejores condiciones de habitabilidad, seguimiento de las manadas de animales y los cursos de agua. Vale decir que el hombre primitivo no viajaba por placer o trabajo tal cual lo conocemos hoy, sino para proveerse de todo lo que le hacía falta, más equilibrado con la naturaleza y generando muy poco impacto ambiental. Era un ser eminentemente cazador y recolector. Confiaba plenamente en que sus habilidades, destreza y fuerza físicas serían más que suficientes para conseguir alimentarse, vestirse para protegerse del frío y habitar refugios naturales tales como cuevas o cavernas. Una vida sustentable salvando el detalle de que la esa condición había que ganársela minuto a minuto, palmo a palmo durante nuestros constantes viajes de exploración, con variados períodos de estadía en los distintos lugares que habitaba de manera momentánea.

Su permanencia en tal o cual lugar se regía por la presencia o no de recursos que les fueran útiles para cubrir sus necesidades vitales. La densidad de población era de unos cientos de miles, quizás llegando a algunos millones desparramados por la geografía de vastas regiones de lo que hoy conocemos como Europa, Asia y África. Estos continentes según estimaciones científicas se piensan que estaban de alguna forma unidos, lo que facilitaba las migraciones de todos los animales, entre los cuales estaba el hombre. Las fuentes de alimento no eran estables, ni remotamente predecibles, por lo que prosperar poblacionalmente no era sencillo, ni práctico de hacer.

El sedentarismo arranca con el desarrollo y evolución de la agricultura lo que posibilitó contar con fuentes de sustento abundantes y algo más predecibles. Esto provocó una explosión demográfica y sostenido desarrollo, dando lugar a la creación de comunidades y ciudades organizadas en torno a la producción de alimentos. La revolución industrial y todos los avances tecnológicos posteriores nos llevaron a niveles impensados de población, llegando hasta los estadios de la revolución tecnológica donde el agrupamiento y crecimiento en torno a ciudades tienen más que ver con la presencia o no de recursos digitales o digitalizables. Muchas máquinas hacen el trabajo pesado por nosotros, quedando la actividad del hombre cada vez más circunscripta a la generación de más tecnología, con la esperanza de que quizás cuando este planeta se torne inhabitable, podamos migrar hacia otros, llevando con nosotros varias lecciones aprendidas, para no repetir en esos nuevos destinos. Cuanto nos queda en nuestra hermosa tierra dependerá de nosotros, ahora lo sabemos de manera muy palpable. Es probable que si no cambiamos nuestros hábitos no lleguemos a la etapa del enfriamiento definitivo del núcleo de nuestro planeta unos 2.500 millones de años más tarde a partir de hoy, siendo aún más probable que ya estemos viviendo en otras tierras.

¿Quiénes tendrán esa posibilidad de colonizar nuevos planetas?

Por ahora existe una nueva modalidad de nómadas digitales los cuales siguen las oportunidades de desarrollo digital del mismo modo que nuestros ancestros seguían a las manadas de animales.

Del mismo modo conservamos hoy la posibilidad de sentirnos un poco nómades en ocasión de un viaje al destino que sea, acrecentando esta distinción según la distancia y la afinidad cultural del destino al que vayamos, incluida por supuesto nuestra más desarrollada característica humana, la posibilidad de expresar nuestras ideas con palabras.

Para pasar del terreno filosófico a cuestiones más concretas respecto de ser un «homo viajero», hace unos meses el ingeniero Jorge Hilbert del INTA organizó un viaje a Europa con el objetivo de seguir profundizando nuestros conocimientos en energías renovables. En este caso particular, se pudo organizar que un contingente de personas de Argentina pudiéramos visitar una feria técnica en Birminghan, Inglaterra, enfocado en la digestión de materias orgánicas de variadas fuentes, entre los cuales se incluyen distintos granos y sus plantas, residuos industriales, el aceite de cocina ya descartado, la basura domiciliaria y residuos provenientes de los mercados de frutas y verduras. Este proceso de reacción biológica produce biogás, que luego puede ser purificado para producir biometano (que reemplaza al gas natural de la red domiciliaria) y puede ser quemado para generar electricidad renovable. Asimismo, de los motores se obtiene energía térmica que puede tener múltiples usos, además gas carbónico licuado y biofertilizante orgánico para reemplazar a los fertilizantes químicos.

El contingente que viajo a Inglaterra estaba compuesto además de Jorge, por la ingeniera Laura Galizia, compañera de trabajo mía en Bioeléctrica y experta en el proceso de digestión usando muchos y variados sustratos además de formar parte del staff de la empresa de ingeniería Biomass, la cual desarrolla, diseña y vende muchos proyectos de energías renovables de biogás y los ingenieros Martín Pino y Ezequiel Weibel, los cuales poseen su propio emprendimiento de diseño y construcción de este tipo de procesos.  Por último, quien escribe este blog, quien además de ingeniero, es un principiante de las letras, haciendo lo que puede al respecto. Jorge, el cual tiene mucho camino desarrollado en la promoción y desarrollo de las energías renovables con base en la digestión de biogás, exponía en la feria sobre la temática del estado y evolución de esta industria en Argentina, la cual por cierto aún no tiene la difusión, importancia y alcance que en estas latitudes que estuvimos visitando. Estos sistemas sirven muy bien para descarbonizar o desfosilizar (si es que existe esta última palabra) nuestra matriz de energía, generando estos subproductos que mencionamos, un ejemplo concreto y superador de una verdadera economía circular que creo que tenemos que impulsar fuertemente en nuestra país y región.

Este sábado visitamos una planta a 120 kms de Londres que hace todo lo mencionado en el párrafo anterior , y que es además un ejemplo a seguir. Ayer algunos del contingente visitaron dos plantas en Inglaterra que usan decomisos de productos vencidos, basura de vertederos municipales y otros sustratos orgánicos residuales para producir biometano y electricidad. Es increíble ver como se separa lo orgánico de todo el resto de residuos (plásticos, maderas, etc, etc) para que algo que parece que no tiene valor, lo encuentre con creces en la generación de biogás, siendo un factor clave en la lucha contra el cambio climático, a favor de la sustentabilidad del planeta y de un mejoramiento general de como y para qué hacemos las cosas. Joaquin,quien es el Jefe de esta Planta, un español de la Coruña, nos atendió de mil maravillas por espacio de unas 3 horas. Pese a una demora no deseada se quedó a esperarnos y se prodigó a más no poder para que pudiésemos aprender todo lo posible. Todo el agradecimiento para él. Increíble nuestra fortuna de encontrar a una persona que hablara en castellano y que además fuera tan solicito y amable para responder todas nuestras preguntas sin escatimar ningún detalle. De haber sido en inglés, y si bien todos en mayor o menor medida hablamos ese idioma, quizás nos hubiésemos perdido varios detalles.

Nuestro viaje no termina acá, ya que desde este Domingo pisaremos suelo italiano, donde se sumará otra contingente de personas dedicadas, comprometidas y apasionadas con esta nueva manera de ver y hacer las cosas. Durante toda la semana que viene visitaremos plantas de digestión y fábricas de tecnología aplicada para hacer más eficiente estos procesos ya mencionados. Hemos formado un grupo de viajeros muy bueno, los cuales compartimos las ganas de incrementar el desarrollo de esta industria en nuestro país.

Un agradecimiento especial a Jorge por esta oportunidad y al resto de mis compañeros de viaje. Se valora mucho todos los intercambios y amabilidades.

Anécdotas del viaje de un nómade que se acuerda poco de serlo!

Ana Laura, además de saber muchísimo de biogás, es una excelente organizadora de viajes. Creo que sin su desinteresada colaboración yo no hubiera llegado a muchos lados (tantos trenes y vuelos).  Tanta precisión organizativa sorprende y se agradece infinitamente.

Por otro lado, ha sido testigo privilegiada de algunos percances menores que nos han pasado, y que no dejan de ser risueños (casi todos sucedidos a quien suscribe).

El primero de ellos fue mi valija con cuatro ruedas que producto de la pendiente y mientras esperábamos un taxi en el aeropuerto de Buenos Aires, ha salido a buscar mejores aires, recorriendo algunos metros hasta caer sobre la calle a unos metros de la vereda. Por suerte sin consecuencias para la valija ni para ningún auto, ni para nadie en las cercanías.

El segundo nos sucedió a los dos en ocasión de tomar el metro hacia Heatrow, cuando estando cerca del andén, sentíamos que alguien silbaba con fuerza un pito, pero no percibimos que era con nosotros, sino hasta que la gente que estaba parada cerca nuestro nos empezó a hacer señas para que saliéramos fuera de la línea límite demarcatoria porque eso era lo que estaban pidiendo. Una vez que salimos presurosos, las mismas personas comenzaron a reírse con nosotros, porque se comportan por lo general muy educadamente hasta para reírse.  No se ríen de uno, sino toda vez que uno se toma las cosas con humor.

El tercero me dio la posibilidad de ser dueño de una porción de suelo de las adyacencias del palacio de Buckingham, cuando en ocasión de buscar posición para tomar una foto, fui recorriendo terreno marcha atrás hasta encontrar una barandilla mal ubicada (como para exculparme queda bien decirlo así, pero estaba bien puesta), la cual provocó mi caída hacia atrás de espalda sobre mi mochila, la cual amortiguó y ayudó a que no sufriera ningún percance mayor. Había muchas personas ya que era un viernes por la tarde de mucho calor, las cuales me miraron sorprendidas y sin saber mucho qué hacer ya que me levante muy presto y orondo, como diciendo acá no ha pasado nada.

El cuarto nos sucedió cuando estando esa misma tarde en el centro del Green Park, nos habíamos sentado a degustar unas típicas hamburguesas en unas reposeras que se encontraban libres. Nos todas estaban ocupadas, y muchas personas estaban sentadas en el pasto. Eso no nos llamó la atención hasta que vino un señor y muy amablemente nos preguntó si habíamos pagado las reposeras, ya que sentarse en cada uno de ellas costaba unas 3 libras esterlinas, o sea unos 800 pesos argentinos. Le dijimos que nos disculpara que no sabíamos, y acto seguido nos levantamos, caminamos unos metros y nos sentamos como muchas personas en el césped y bajo la sombra a degustar nuestra comida.

El quinto obedece a que todos los escalones o resaltos que en Argentina se señalizan pintados de amarillo, en ocasiones con franjas oblicuas negras, en estos lares y en zonas de tránsito público se pintan solo de blanco. Eso provocó que varias veces enganchara mi pie con alguno de ellos, hasta que mi cerebro se calibrara adecuadamente para la nueva situación. Una vez estuve a punto de trastrabillar, pero zafé bastante bien. Mención especial asimismo para le hecho de que se conduce sentado en el asiento y por la mano contraria, por lo que uno debe estar atento todo el tiempo a la hora de cruzar una calle, cambiando rápidamente nuestro mapa mental para seguir siendo precavido y cuidadoso como peatón.

Un viaje excelente, con un muy buen grupo de profesionales y personas, con las cuales se puede compartir y aprender mucho, en un país donde el nivel de desarrollo técnico es muy elevado.

¿Qué más puede pedir un sedentario devenido en nómade transitorio?

Acá en Inglaterra este Domingo se celebra el día del Padre. Eso tenemos en común entre otras cosas.

Un saludo especial para todos los padres, los que nos acompañan y los que no están ya con nosotros de manera física aunque de seguro en nuestro cariño.

Papá Ramón, busco algunos recuerdos tuyos en mi corazón. Esa sonrisa tan especial que te caracterizaba, y con algunas lágrimas en los ojos, sólo tengo que decirte que fuiste y eres una de las mejores personas de mi vida. Sin tu amor comprometido, tu vocación por transmitirme la importancia de aprender y el don de los valores que me legaste, es probable que no hubiese tenido esta posibilidad de tratar de ser cada día un poco mejor.

En tu día, te doy las gracias de todo corazón!

Te quiero Papá!

El debutante !

La historia parece repetirse inexorablemente. Las semejanzas son aportadas por el hecho de que nuestro cerebro para gastar menos energía, busca ante cada evento una situación ya vivida en el pasado, que contenga elementos con características comunes. De ese modo nos ayuda a sortear obstáculos o situaciones inesperadas, trayendo los files que nos permiten tomar decisiones para sobrellevar las cosas.

Si escuchamos a alguien que empieza su alocución con una frase tal como: «Había una vez……», nosotros automáticamente nos preparamos para escuchar un cuento. Por lo tanto, nos quedamos a la espera de una introducción, un nudo y un desenlace. Nuestro cerebro nos dice, «esto ya lo viviste». Hasta ahora todo parece un cuento de hadas, pero he aquí que nuestra condición humana no sólo contiene razón, sino que nos conecta indefectiblemente con algo más primitivo, aquello que denominamos como «emociones». Por lo general nuestros recuerdos grabados a fuego, son aquellos en los cuales nuestras emociones han estado trabajando a pleno. Miedo, alegría, enojo, frustración, tristeza, felicidad, calma, risa o llanto son componentes esenciales, únicos e irrepetibles con los que cada uno de nosotros vive una situación determinada, pasando en un mismo acontecimiento a vivirlas de manera desordenada y caótica, por momentos juntas y todas a la vez. Mientras esas emociones se suceden nuestro cuerpo pasa por distintos estadios de quietud o acción dependiendo de esos disparadores casi inmanejables.

Poner conciencia ante eventos nuevos o inesperados, de modo tal de aquietar o amortiguar nuestras sensaciones, es un arte cuyo dominio resulta inalcanzable. Ante cada nuevo examen que rendimos, nuestro cerebro nos va conectando con las experiencias anteriores, las cuales nos hacen sentir emociones semejantes aunque influidas por nuestros «nuevos estar siendo para la ocasión» y por otros detalles no menos importantes: si estamos bien dormidos o no, si hace frío o calor, la discusión previa que tuve en casa, cuán preparado me siento (no cuánto efectivamente sé), y otras cuestiones que una vez pasado el trance nos suenan a infantiles o nimiedades, pero que en la coyuntura alcanzan la talla de un Goliat.

Si esa respuesta la sabía, pero…… ¿qué me pasó que respondí mal?

Pues todo esto que les estoy tratando de explicar (pido disculpas si no lo he logrado) adquiere una dimensión especial cuando el devenir nos pone frente a la instancia de «un debut».

Esta semana nos tocó vivir en la empresa una jornada de entrenamiento para «mejorar nuestra condición de oratoria y discurso ante el público». Nuestras profesoras Delfina y Lucia, la primera escritora, la segunda actriz, fueron realmente unas genias, tratando de pulir estos diamantes en bruto, intentando por todos los medios que obtengamos un buen inicio, un aceptable final, y que transitemos el desarrollo mediante algunas boyas que nos sirvieran de ancla para desenredar la historia en nuestra mente. Al mismo tiempo, hicieron sus mejores esfuerzos para que aprendiésemos a vincular la historia que contábamos con distintos tonos de voz, expresiones faciales y posturas corporales, que acompañando al estilo que nos caracteriza, sirvan para matizar el relato con condimentos emocionales de alegría, tristeza, angustia, miedo, tranquilidad o paz. De ese modo, nos explicaban, se logra transmitir un mensaje recargado, que les permita vivir a los demás lo que nosotros ya hemos vivido y ahora estamos compartiendo. Creo, en lo personal, que los doce participantes, y gracias a la conducción magistral de Delfina y Lucia, pudimos al cabo de las dos medias jornadas, lograr un cometido ciertamente decoroso.

Al final de la segunda jornada, nos tocó pasar a contar a cada uno de nosotros su historia frente a los demás. A medida que los que me precedieron pasaban y relataban de manera exitosa, durante un poco más de tres minutos sus motivadoras historias, los nervios se iban apoderando de mí. Los sujetaba diciéndome: «lo vas a hacer bien, porque ya lo has hecho antes». Al mismo tiempo mi cerebro se esforzaba por encontrar en mi disco duro alguna semejanza palpable con algún suceso del pasado. Mientras escuchaba atentamente a cada uno de los oradores, me invadía la sensación de que todos ibamos a poder sortear la enrucijada.

Luego de mi exposición me sentí muy aliviado, percibía nítidamente que había contado mi historia desde el corazón, mostrándome tal cual soy, más allá de un cierto acting y de errores no forzados o no deseados.

¿La historia acaba así nomás?

De ninguna manera…

Casi siempre cabe otra historia dentro de una historia que se está contando.

Procurando hoy develar el misterio de que es lo que intentaba encontrar mi cerebro buscando afanosamente en mi disco duro (algo rayado), mientras esperaba mi turno de entrar al escenario, me sentí atravesado por una revelación, que iluminó la oscuridad de mis recuerdos.

Allí me encontraba yo, esa mañana fría de junio, siendo un niño de colegio primario parado al borde de una cancha de futbol, dentro del predio del Profesorado de Educación Física de la ciudad de Córdoba. Ese día participábamos por primera vez de una final de un torneo de futbol infantil, siendo nuestro contrincante la prestigiosa Academia Argüello. Nosotros concurríamos al colegio parroquial San Roque, una humilde escuela de Villa Corina, en la zona noreste de la ciudad. Un campo de juego de dimensiones pequeñas, para equipos de sólo seis participantes, vale decir un arquero y cinco jugadores de campo. Si bien, yo había jugado en los entrenamientos, aún no lo había hecho nunca de manera oficial, sabiendo de antemano que mi condición era la de ser suplente.

Yo sentía una gran admiración por las destrezas futbolísticas de mis compañeros: el arquero Coqui Ruiz, nuestro delantero estrella el Búfalo Mansilla, acompañado por el veloz Gustavo Marziali, la defensa compuesta por el Gringo Conci, el Colo Gabriel Aguirre y Roberto Acuña, y nuestro ariete central Daniel Nievas, o el maestro Horacio Cano, más los polifuncionales Javier Ruiz, Fernando Montenegro y Alejandro Ruiz. (la memoria me trae estos nombres, mil disculpas por los probables errores u omisiones de nombres o posiciones). Muchos de ellos eran titulares indiscutidos, mientras que yo solo era un diminuto delantero rápido o quizás enérgico pero bastante torpe, que entraba cuando alguno se golpeaba, o porque de vez en cuando hilvanaba algo interesante como delantero por la derecha.

Esa mañana inhóspita de sábado estaban presentes muchos padres y familiares que habían concurrido a alentarnos. Eran nuestra hinchada que se situaba sólo separada por unos metros de la numerosa hinchada rival, la cual contaba con muchas banderas de su colegio y elementos sonoros para alentar. La noche anterior a ese posible debut (no era seguro que debutara) no había dormido muy bien. Los nervios me habían consumido y desvelado. Papá Ramón me había llevado, intentando por todos los medios darme algo de tranquilidad. Mis ojos lo divisaban en el lateral del frente a donde estábamos nosotros, junto con el resto de familiares que nos vitoreaban intensamente. Ese día no se encontraba Alejandro , profesor de educación física, nuestro técnico y uno de los organizadores del evento. Una situación familiar dolorosa lo había obligado a viajar a Brickman, su ciudad natal. Su reemplazante fue el papá del Bufalo, el cual armó nuestra formación de arranque, la cual inició el partido con todas las ganas del mundo.

El partido fue de entrada muy disputado, de hecho, estuvimos igualados en cero durante un largo rato, con pocas situaciones concretas de gol. No recuerdo si a finales del primer tiempo (se jugaba a dos tiempos de 20 minutos cada uno) o al inicio del segundo, nuestro rival abrió el marcador. En una jugada donde predominó finalmente la habilidad del mejor jugador del equipo contrincante sobre nuestra defensa, que había resistido con fiereza varios embates, la valla custodiada por nuestro arquero Coqui Ruiz fue vencida. Luego del 1 a 0 en contra, el partido se nos hizo muy cuesta arriba. El técnico sustituto Mansilla, empezó a meter cambios que no daban los resultados esperados, ya que no arrimábamos peligro al arco rival. La ansiedad y nerviosismo se apoderaron de todos los jugadores de nuestro team, no así de nuestra afición que conservaba la fe en nosotros y seguían alentando a más no poder.

Faltando unos diez minutos para terminar, me sentía decepcionado por partida doble: «íbamos perdiendo y no iba a poder debutar». Me embargaba la tristeza de que mi papá, el cual no había concurrido a su estudio contable a trabajar, para poder ver y alentar al equipo donde jugaba su hijo, no viera al menos unos minutos míos dentro de la cancha. Sin embargo, unos instantes después fui llamado por el técnico para reemplazar a uno de los delanteros. El acto de ingresar me posibilitó pasar de la quietud acongojada a la acción total ni bien recorrí mis primeros metros dentro de la cancha.

Al ver la actitud que puse ni bien pisé el campo de juego, una persona que alentaba al equipo rival, me endilgó inmediatamente el mote de “la hormiga atómica”.  Eso derivó en una serie de cantos alegóricos de la tribuna rival donde ese apelativo fue usado para rimar junto a otras palabras, con pretensiones manifiestas de desgastar nuestros ánimos. La hinchada rival no sólo cantaba, sino que hacía sonar de manera estridente unas bocinas y cornetas a gas que habían llevado. Mi primera y casi única intervención relevante fue una corrida por la derecha, donde superé a un defensor y cuando me enfrenté al segundo me enredé un poco con la pelota, aunque pude dar un pase medio mordido a mi compañero delantero que avanzaba libre por el centro, con posibilidades de convertir el empate. Su definición se fue por centímetros afuera del arco, ya que no pude definir bien cuando el arquero rival salió a cortar. Mi pase había sido algo defectuoso y a destiempo de su corrida, lo que no facilitó la potencia y precisión requerida para rematar al arco.

El partido no tuvo ninguna otra instancia a favor para poder empatar y forzar la definición por penales. Participé de varias jugadas más donde no pude concretar nada fructífero para el equipo, el cual finalmente cayó derrotado por la mínima diferencia, habiendo dejado toda la entrega en la cancha. El rival festejó el campeonato con alegría desbordante y merecida, en medios de vítores y abrazos de los padres a los triunfantes jugadores, mientras nuestra congoja se expresaba en tristeza y llanto. Recuerdo que mi papá se acercó a nuestro grupo para felicitarnos por todo lo que habíamos hecho, con esa sonrisa que siempre lo caracterizaba aún en los momentos difíciles. Después de saludar a todos, durante el recorrido hacia el auto, me dijo que había jugado muy bien, que la práctica del deporte de competición tenía buenos y malos momentos, que el combo servía para mejorar y crecer.

Habiendo vivido muchos eventos más de ese tipo, donde en el debut te toca perder o ganar, a veces contra un rival, otras veces contra uno mismo, llego a la conclusión de que lo importante es animarse a dar el primer paso con la confianza puesta en nuestras habilidades, con las emociones a flor de piel, y con la conciencia plena de que siempre se puede mejorar si uno pone la constancia y dedicación necesarias. El talento es muchas veces superado por la actitud perseverante y las ganas de continuar más allá de cualquier obstáculo o imposibilidad.

Lo importante es mantener la actitud debutante…

Ser un convencido de que lo único necesario es aprender a vencer la timidez..

Saber que si bien ignoramos mucho al mismo tiempo contamos con una enorme capacidad para aprender.

El debutante es siempre falible, pero en cada debut va creciendo su potencial para acariciar algún éxito.

Sólo anímate a debutar y verás…..

«Escenarios hay de sobra, protagonistas son los que faltan».

54 vueltas completas al sol !

El tiempo cronológico no detiene su marcha. Las etapas de nuestra vida discurren inexorablemente, con o sin prisa, pero sin pausa. Siendo niño me parecía un hito inalcanzable «el llegar a ser grande». Los mayores hacían cosas que los niños no podíamos hacer. Eran padres, trabajaban, tenían casa, auto, dinero, ocupaciones, se desempeñaban profesionalmente, y fundamentalmente yo los percibía como «aquellos que tenían la vida resuelta». Las responsabilidades y tareas de los grandes los mantenían ocupados o al menos siempre preocupados. Pero ellos tenían el poder de decidir sobre nuestras vidas, otorgando o no ciertos permisos, eligiendo tal o cual colegio, seleccionando nuestra ropa y lo que estaba permitido comer o no. Nuestras opiniones contaban sólo hasta un cierto punto relativo, con el consabido límite de “esto es así porque es así”.

En ese mismo espacio vital nos sentíamos de igual forma contenidos por un sinnúmero de palabras, gestos y acciones que nos daban seguridad. Papá y mamá se prodigaban diariamente para que no nos faltara nada, para que tuviéramos todo lo necesario para que nuestro desarrollo humano estuviera garantizado. Mis recuerdos de la niñez son bellos porque están ligados al amor de mi padres, a esos abrazos y besos antes de dormir, a las fiestas de cumpleaños donde terminábamos muertos de cansancio, pero plenos de felicidad. Cada congoja era absorbida por los ojos brillantes de mamá cuando me miraba y por el influjo de sus manos que me acariciaban, para darme esa tranquilidad que estaba necesitando a gritos.

Los niños estudiábamos, nos divertíamos jugando y cada tanto hacíamos esas preguntas para las cuales no existían respuestas contundentes y absolutamente válidas.

Casi todas las preguntas empezaban con un qué, un por qué, dónde, cuándo, cómo, quién y algunas veces un para qué.

¿Cómo es el cielo? ¿Cómo es el infierno?

¿Quién es Papá Noel?

¿Dónde se va la gente cuando se muere?

¿Por qué tengo que ir todos los días al colegio?

¿Cuándo puedo salir sólo?

¿Qué es la libertad?

¿Para qué vamos a la casa de la tía si a ella no le gusta que vayamos?

Las preguntas sin respuestas concretas eran nuestra especialidad única, como un preciado sello distintivo.

Otra característica común de nuestra niñez es que soñábamos con ser de muchas maneras distintas y todas a la vez. Podíamos ser bomberos, ingenieros, profesores, pintores, escritores, jugadores de fútbol, doctores, abogados, policías, cowboys, sin saber muy bien por qué y para qué. Los sueños tienen la magia de poner nuestras emociones a flor de piel, de permitirnos vivir y saborear la vida sin prejuicios, posibilitándonos lo imposible e imaginando una particular y personal manera de hacer las cosas.

Las preguntas para los cuales nuestros mayores no tenían respuestas, encontraron o no los ecos necesarios durante nuestra madurez. Tal es así, que algunas quedaron olvidadas cuando empezamos a vivir nuestras propias ocupaciones y responsabilidades. Otras se reflotaron en las voces de nuestros hijos y aún siguen siendo una total incógnita. Los sueños se fueron cristalizando o no con los años. El balance de sueños realizados es de difícil certificación, ya que algunos de ellos fueron reemplazados por otros distintos, unos tantos validados parcialmente y una parte abandonados o echados al olvido.

Con cada celebración de cumpleaños, revivimos nuestro big bang inicial, festejamos el seguir siendo parte de este camino de preguntas sin respuestas absolutas, disfrutamos de continuar soñando, aunque no todos los sueños se alcancen en realidad.

En este cumpleaños número 54, el primero sin papá y mamá, siento la presencia de ellos en mi corazón, sus manos en mis manos y su amor en mi amor. La gratitud de haber recibido tanto de esos seres maravillosos y esenciales, que pusieron sus valores, compromiso y cariño mientras me regalaban parte de su vida.

En este cumpleaños número 54, mi vida es compartida con mi esposa Eugenia y mis hijas, que celebran y comparten conmigo esa vocación de perseguir anhelos, mejorar y prosperar, aún cuando no se tenga todo tan claro. Ellas se llevan y merecen gran parte de mi devoción.

En este cumpleaños número 54 agradezco los saludos de tanta gente que dibujan pinceladas en el lienzo de mi vida, compañeros de trabajo, amigos y hacedores con los cuales me vinculo.

En este cumpleaños número 54, agradezco a mis familiares y amigos que me acompañaron en todas las celebraciones y pusieron su presencia, gestos y acciones. A la torta de mi cuñada Laura, a las atenciones de mi suegra Coqui, y a todos los que levantaron su copa para brindar conmigo. Me siento acompañado en mi condición de huérfano por el cariño mutuo de mis hermanos Carlos y Claudia.

Para todos ellos mi más sentido agradecimiento. No hay nada mejor que los afectos.

«Nada es tan bueno como tener gente al lado que al igual que yo, sin encontrar todo lo que busca, y no cumpliendo el cien por ciento de sus sueños, elige compartir su valioso tiempo a mi lado«. Aciertos y errores que terminan de definir nuestra condición humana, sensible e imperfecta.

En este final les regalo estas reflexiones de cumpleaños que me resultan imperdibles:

Abraham Lincoln

Lincoln dijo una vez «y al final, no son los años de tu vida los que cuentan. Es la vida de tus años», Como muchas citas de cumpleaños, es un modo ingenioso de recordarle a la gente que la edad no se mide con números.

Robert Frost

Este aclamado poeta estadounidense era bueno para los mensajes humorísticos de cumpleaños. Dijo una vez que «un diplomático es un hombre que siempre recuerda el cumpleaños de una mujer, pero jamás recuerda su edad».

Margaret Fuller

Margaret Fuller ofrece un mensaje conciso pero significativo, relacionado con el envejecimiento: «desde temprano, supe que el único objetivo en la vida es crecer«. Como lo indica esta cita, incluso las más cortas frases suelen contener una cierta sabiduría.

Franz Kafka

Franz Kafka dijo que «la juventud es feliz porque tiene la capacidad de ver la belleza. Cualquiera que conserve la capacidad de ver la belleza jamás envejece». Aquellos que festejen un cumpleaños deben recordar que la juventud es un estado mental, tal como él lo señala aquí.

Lewis Carroll

En la clásica novela «Alicia a través del espejo» de Lewis Carroll, Alicia habla con Humpty Dumpty sobre cumpleaños y «no-cumpleaños». Dice que «hay trescientos sesenta y cuatro días en los que puedes conseguir regalos de no-cumpleaños, y solamente uno para regalos de cumpleaños, como sabes». Brillante.

T.S. Elliot

El poeta y crítico literario norteamericano tenía algunas palabras sabias propias: «los años entre los cincuenta y los setenta son los más difíciles. Siempre te piden que hagas cosas, pero no estás lo suficientemente decrépito para no hacerlas».

Bob Dylan

En su canción «My Back Pages», Bob Dylan canturrea «ah, pero yo era mucho más viejo entonces, ahora soy más joven». Muchos mensajes pueden encontrarse en la canción, como aprender a tomarnos con menor seriedad al envejecer.

Bob Hope

Manteniéndose en el tema, el comediante Bob Hope una vez dijo que «sabes que estás envejeciendo cuando las velas cuestan más que el pastel». A veces, un poco de humor es lo mejor para que alguien se sienta más joven.

Jonathan Swift

El satírico irlandés Jonathan Swift dijo «que vivas todos los días de tu vida», recordando a la gente que celebre no solamente los cumpleaños, sino cada día. Cualquier día puede ser una ocasión para nuevas comprensiones y para el crecimiento persona, después de todo.

Anónimo

Una persona anónima dijo una vez que «un cumpleaños es tan solo el primer día en otro viaje de 365 días alrededor del sol. Disfruta el viaje». Esto también enfatiza el hecho de que un cumpleaños sea solamente un momento dentro del viaje más amplio que es la vida, y cada día merece ser celebrado.

Por amor al arte !

El desafío para los que nos hemos profesionalizado en las ciencias duras es flexibilizar nuestros pensamientos, torciendo nuestro razonamiento lineal para que crear y diseñar tenga componentes estéticos, incluya conceptos como lo que se quiere expresar o distinguir por encima o a través de…… , alejándonos un poco del sentido práctico y funcional de las cosas,  de las actividades personales y de las relaciones que construimos a partir de ellas.

Los edificios construidos sólo con un sentido funcional, adolecen de la belleza que distingue a las grandes creaciones arquitectónicas que serán reconocidas y recordadas por siempre; por consiguiente, es preciso que la educación en ciencias duras deba ser acompañada de contenidos blandos y creativos, que provengan del arte en todas sus expresiones: pintura, escultura, literatura, fotografía, cine, radio, teatro, música, danza, sólo por citar algunos y pidiendo disculpas por los que no que hayan sido nombrados. Del mismo modo, la formación de un artista requiere ser amortiguada por el estudio de disciplinas que ayuden en su organización y administración de recursos, permitiendo que su vuelo creativo tenga sustento con los pies sobre la tierra.

Durante una visita al museo del Prado en Madrid me encontré parado frente al cuadro «Las Meninas» de Diego Velazquez. Luego de observarlo durante unos minutos, tuve la indescriptible sensación de que las personas allí representadas, saldrían de la pintura en cualquier momento, siguiendo el movimiento que veía en esa representación magistral, que era estática pero sólo en una apariencia figurativa. Podía escuchar los diálogos de esa familia, que pugnaban por transmitirnos algo. El poder del arte radica en que las interpretaciones son únicas de cada individuo, considerándose válidas e irrepetibles. El arte produce un acercamiento íntimo con las emociones y estados de ánimo del artista, despertando en nosotros el bullicio, la calma, la paz, el amor, la alegría, la tristeza y un sinnúmero de sensaciones que nos amigan con nuestra condición humana.

Desde que el ser humano surgió en la tierra y se diferenció de los demás primates, siempre ha tenido una necesidad que los demás no tenían y es el hecho de expresarse, ya sea para transmitir sus sentimientos, sus pensamientos, sus ideas o sus problemas. Esa necesidad ha hecho que el ser humano sea un ser expresivo en todos los sentidos, ya que desarrolló el habla, los lenguajes y la manera de comunicarse con otros.

Una de las maneras en las que comenzó a comunicarse es a través de pinturas o jeroglíficos, en los cuales en las antiguas cuevas se puede apreciar como pintaban animales o cosas que les llamaban la atención; de la misma manera pintaban imágenes o siluetas de humanos realizando acciones habituales, tales como cazar animales o practicando ritos o danzas rituales.

Podemos decir que estas pinturas son una forma de expresar los sentimientos y todo lo anteriormente mencionado, es lo que llamamos arte. Podemos llamar a estas pinturas como las primeras expresiones de arte de la humanidad, como asimismo a otras formas de hacerlo como las herramientas que usaban para la caza; al mismo tiempo cuando empezaron a hacer sus instrumentos de barro para poder comer, expresaban algo de su arte de manera práctica.

Durante el devenir de la historia humana, el arte ha ido evolucionando a través del tiempo, constituyendo una forma de expresión que se ha llegado a convertir en una abstracción. Es tanta la diversidad de expresiones artísticas, que se suele afirmar que hay arte para todos, para todos los tipos de gustos y personas. Solo es cuestión de buscar cuál es el arte que nos gusta, nos representa o mejor refleja lo que sentimos, pensamos o vivimos. En la actualidad puedes ser un artista en cualquiera de sus tipos o puedes ser simplemente un amante del arte en sus diferentes tipos y ramas.

“El arte (del latín ars, artis, y este del griego τέχνη téchnē) es entendido generalmente como cualquier actividad o producto realizado con una finalidad estética y también comunicativa, mediante la cual se expresan ideas, emociones y, en general, una visión del mundo, a través de diversos recursos, como los plásticos, lingüísticos, sonoros, corporales y mixtos.”

El arte es un componente de la cultura, reflejando en su concepción los sustratos económicos y sociales, y la transmisión de ideas y valores, inherentes a cualquier cultura humana a lo largo del espacio y el tiempo. Se suele considerar que con la aparición del Homo sapiens el arte tuvo en principio una función ritual, mágica o religiosa (arte paleolítico), pero esa función cambió con la evolución del ser humano, adquiriendo un componente estético y una función social, pedagógica, mercantil o simplemente ornamental.

Otra definición del arte, quizás un poco más contemporánea, define a este cúmulo de actividades como:

“El arte es el concepto que engloba todas las creaciones realizadas por el ser humano para expresar una visión sensible acerca del mundo, ya sea real o imaginario. Mediante recursos plásticos, lingüísticos o sonoros, el arte permite expresar ideas, emociones, percepciones y sensaciones”.

El arte, en su concepción más primitiva, es tan esencialmente humano que su origen se sitúa en el Paleolítico, durante la Edad de Piedra. Si bien hace unos años estaba extendida la teoría de que el arte surgió a principios del Paleolítico Superior como una producción característica del Homo Sapiens hace 40.000 años en Europa, se han encontrado recientemente manifestaciones artísticas mucho más antiguas en otros continentes como África y Australia, lo cual demuestra que sus inicios son aún más antiguos. A partir de estos hallazgos se cree que la aparición del arte es un fenómeno universal y se contempla la posibilidad de que el hombre de Neandertal (Homo neanderthalensis) también produjese arte.

Estas primeras manifestaciones artísticas no coinciden con la definición actual de qué es arte, sino que son producciones más ligadas a las denominadas artes y oficios (artes aplicadas). El arte por el arte, la creación de obras bellas con función estética y su coleccionismo es una expresión más reciente, con tan solo unos cuantos siglos de antigüedad que no aparece en los pueblos tradicionales.

A grandes rasgos los ejemplos más característicos del comienzo del arte son las pinturas rupestres, las figuras y otros objetos tallados del arte mueble y los monumentos megalíticos. El significado del arte primitivo se puede encontrar en los pueblos tradicionales que continúan practicando artes y oficios muy similares a los hallazgos prehistóricos, indagando el motivo por el cual lo siguen haciendo. Así se ha podido extrapolar, por ejemplo, que el toro de la Cueva de Altamira tiene las características de una pintura ritual creada por un chamán para apropiarse de la fuerza del animal.

Más tarde y ya en la era dominada por el homo sapiens, el hombre desarrolló el concepto del arte por el arte, sobreviniendo las etapas del arte clásico, moderno y contemporáneo, cada una de las cuales tuve movimientos característicos, siendo interminable el listado y la enumeración de los mismos.

Más allá de cualquier clasificación el arte puede ser descripto como:

  • Un conjunto de actividades artísticas. A lo largo de la historia las artes se han clasificado en varios tipos. Desde el siglo XX las actividades clásicas incluidas entre las bellas artes son la música, la literatura, la danza, el teatro, la pintura, la escultura y la arquitectura. Sin embargo, existen otras divisiones alternativas que resultan impracticables de listar en este artículo.
  • Un lenguaje. Decía León Tolstoi que el arte es uno de los medios de comunicación entre los hombres. Y es que el arte es una forma de expresión a través de la que se pueden trasmitir ideas, ya sean estas las propias del artista o de quien ha encargado la obra.
  • Una actividad creativa. El arte requiere de uno o varios creadores, siendo el arte el producto de una actividad que requiere de inventiva y desde los tiempos modernos innovación y originalidad.
  • Una entidad dinámica. El concepto de lo que es y no es arte se transforma y evoluciona constantemente. Poco tienen en común las obras de arte de la prehistoria, con las de la edad media o moderna.
  • Una subjetividad. El arte está abierto a múltiples interpretaciones, lo cual hace que sea tan difícil de valorar con objetividad. Pero en una época en la que se quiere medir y cuantificar todo, esta no tiene por qué ser una cualidad negativa. Ya decía Nietzsche que tenemos arte para no morir a causa de la verdad.
  • Un elemento indefinible. Aunque es posible acotar dentro de un contexto qué es arte, parece imposible ponerse de acuerdo en una sola definición universal y atemporal, concreta, realista y verdadera.
  • Una manifestación cultural. Uno de las funciones de la historia del arte es analizar a través de sus producciones artísticas el contexto histórico y cultural en el que fueron producidas.
  • Un concepto sin utilidad intrínseca. Aunque el arte puede desarrollar diferentes funciones dentro de una sociedad, lo cierto es que estos valores son arbitrarios y manipulables, pues el arte carece de un uso inherente inmediato.
  • Una actividad ligada a la tecnología. El arte se ha valido del diseño de nuevos materiales y tecnologías para prosperar y crecer a la par de las distintas etapas históricas.

Respecto de este último punto resulta oportuno citar varios fragmentos de una publicación que resume hacia donde va el arte contemporáneo y tecnológico, y el cual creo que vale la pena transcribir:

El futuro del arte en el aíre.

“Tu habitación es tu lienzo. Tu paleta, tu imaginación. Las posibilidades son infinitas”. Es la descripción que el gigante de internet Google realiza de su innovadora aplicación Tilt Brush, destinada a revolucionar el mundo de la creatividad y del entretenimiento, ya que esta herramienta te permite disponer de tu propio estudio de pintura en el mundo virtual.

La experiencia para los artistas va a ser realmente diferente a partir de ahora: empleando un sistema de realidad virtual, podrán pintar sus obras en 3D, en un espacio de inmersión.

El usuario de la app, que deberá estar conectado a unas gafas de realidad virtual HTC Vive, tiene a su disposición un espacio tridimensional –su propia habitación será el lienzo en blanco–, que le ofrece un sinfín de posibilidades: puede dibujar en el aire todo aquello que se le pase por la cabeza. De hecho, el resultado es una especie de escultura.

El trazo queda flotando en el espacio 3D y la persona puede interactuar con los objetos virtuales girando en torno a ellos para contemplarlos desde todos los ángulos posibles y llevar a cabo las correcciones que precise para mejorar su obra.

Uno de los dos mandos inalámbricos de las HTC Vive funciona como paleta de pinturas virtual y el otro como pincel (hay muchos pinceles diferentes); y tiene la posibilidad de incorporar algunas animaciones tridimensionales predefinidas por el sistema.

Durante el proceso de creación y también al final de este, el sistema permite que se le saquen fotos desde cualquier posición, de manera que los usuarios podrán compartir sus creaciones con el resto del mundo.

Arte y digitalización

Hoy en día con las nuevas tecnologías aplicadas a la cultura o el arte se vivirá igualmente un proceso muy largo hasta que se implante por ejemplo en los museos y podamos ver de manera natural como se relacionan estos entes y formas avanzadas de inteligencia artificial.

Podemos decir que una de las grandes inclinaciones en el arte y la tecnología para los próximos años será la de explorar las sensaciones y emociones del espectador. Parece ser que esta máxima será uno de los caballos ganadores en el arte del futuro que nos espera, convirtiendo al usuario en el protagonista de la acción artística.

De acuerdo con las nuevas tendencias que se atisban, hacen del arte un híbrido que acepta múltiples combinaciones con los avances tecnológicos. Esta nueva tendencia se asentará durante 2018 y la veremos cada vez más en museos en un futuro no muy lejano.

Actualmente la tecnología se ha convertido en una herramienta más al servicio del arte, pero en la actualidad lo que está sucediendo va más allá y la realidad virtual en ocasiones es la propia obra.

Algunos expertos como Agustín Pérez Rubio, director artístico del Museo de Arte Contemporáneo de Buenos Aires, afirman que “En el futuro los museos no van a coleccionar objetos sino experiencias, esto no significa que vaya a erradicarse el arte sino que el punto no será el objeto, sino todo lo contrario, la desmaterialización de la mano de las nuevas tecnologías, las pantallas líquidas o el sonido, se crearán atmósferas, donde el visitante va a dejar su propia impronta”, Conceptos como el Digital Design, Human Computer Interaction, WearableTechnology Art, Big Data, Arte y Robótica, Arquitectura y escultura interactiva y el Bio arte cada vez son más usuales en el ámbito de la cultura.

De todas ellas, la Escultura interactiva se ha convertido en habitual y logrado un gran éxito en los años que vivimos. Un ejemplo de estas técnicas artísticas es Daniel Rozin, artista israelí que trabaja en el área de arte digital interactivo.

Rozin crea instalaciones y esculturas que tienen la capacidad única de cambiar y responder a la presencia y el punto de vista del espectador. En muchos casos, el espectador se convierte en el contenido de la pieza y en otros se invita al espectador a tomar un papel activo en la creación de la pieza.

Destacable en estas lides es la artista Caitlind R.C. Browny su obra “Cloud”, una maravillosa instalación interactiva a gran escala que invita al espectador a recorrer a través de una lluvia de 6.000 bombillas donde el espectador manipula su encendido y apagado.

Por otro lado, las Performances Digitales son cada vez más espectaculares y habituales en el panorama artístico actual como símbolo de vanguardia.

En ellas se mezclan paisajes sonoros con proyecciones y animaciones digitales o coreografías, creando un efecto óptico y sensorial en el espectador.

El Bioarte o Bio-Art es una de las más recientes corrientes desarrolladas por el arte contemporáneo.

El bio-art es una forma de ver y analizar dónde, cómo y de qué formas se relaciona la cultura humana y el resto de los seres vivos, utilizando tejidos, bacterias, organismos vivos y procesos de la vida para crear obras de arte que desdibujan las distinciones tradicionales entre ciencia y arte.

Son habituales en el bio-arte la utilización del cultivo de tejidos vivos, genética, transformaciones morfológicas, construcciones biomecánicas por parte de los artistas del bio-art, que además plantean cuestiones éticas y sociales en el desarrollo en biotecnología.

Uno de sus pioneros fue Eduardo Kac cuyo trabajo con seres vivos dio lugar a una de sus obras más conocidas; el del conejo Alba, trabajo en la que, mediante la manipulación genética del animal, éste cambiaba de color.

A medida que leía y me adentraba en los contenidos de este artículo no dejaba de asombrarme por la incesante y continua apropiación que el arte hace de la tecnología, contribuyendo al crecimiento y desarrollo de la misma.

Para culminar les comparto varias reflexiones del genial Pablo Picasso, acerca de qué es el arte:

“El arte es eliminar lo innecesario”.

“El objeto del arte es quitar el polvo a la vida diaria de nuestras almas”.

“El arte no es realidad; es una mentira que nos hace darnos cuenta de la realidad, al menos de una realidad que somos capaces de comprender”.

“El arte no es la aplicación de un canon de belleza, sino lo que el instinto y el corazón ven más allá de cualquier canon. Cuando amamos a una mujer, no empezamos a medir sus miembros”.

El fantasma de Canterville !

Los cincuentones y los no tanto hemos disfrutado del auge del rock nacional allá por la década del 80. Numerosas bandas icónicas que tomaron impulso con el advenimiento de la democracia, fueron los creadores de temas exitosos, rítmicos y pegadizos (con mucha onda), los cuales sonaban en la mayoría de los hogares, se tocaban en recitales multitudinarios y acompañaban a los jóvenes de la época en todos los centros nocturnos. Por lo general, mucho del contenido de las letras incluían la rebeldía y la búsqueda de libertad y ejercicio pleno de los derechos civiles. Otras tantas buscaban sólo entretener y generar ambientes propicios para mover el esqueleto.

Buenos Aires, año 1975

Un día a las 7 de la mañana suena el teléfono en el departamento que León Gieco comparte con su mujer Alicia sobre Avenida Corrientes. Es Charly García que le dice: “León, escribí una canción, pero es para que la cantes vos”. Tiempo antes, León había compuesto un tema llamado “La rata Laly” y quería que lo cantara Charly para tratar de zafar de la censura porque entendía que este tenía un aura de protección. Charly le responde: “No flaco, si la canción menciona al Che Guevara me van a meter en cana”.

García aparentemente se quedó con un poco de culpa por rechazar el pedido de su amigo, entonces escribió “El fantasma de Canterville” y en ese mismo momento le cantó la primera estrofa por teléfono. “Esa noche nos reunimos, Charly la cantó completa y me encantó. Era una canción para mí realmente, tal es así que yo estaba elaborando mi tercer disco y le cambié de nombre y le puse ‘El fantasma de Canterville’ en homenaje a Charly y la única canción del álbum que no es mía” amplía León.

La censura fue implacable con este disco de Gieco: “De 12 canciones me dejaron 2. De las otras tuve que abrir los canales y volverlas a grabar cambiándoles parte de las letras porque estaban todas prohibidas” recuerda el músico. Una de las canciones censuradas fue precisamente “El Fantasma…”. La letra original decía “me han ofendido mucho y nadie dio una explicación, ay si pudiera matarlos lo haría sin ningún temor” pero tuvieron que cambiar “matarlos” por “odiarlos”. Otra parte censurada fue “He muerto muchas veces acribillado en la ciudad” que tuvieron que cambiar por “rodando sobre la ciudad”.

La canción está inspirada en el cuento de Oscar Wilde del mismo nombre, una especie de parodia de un fantasma que habita el castillo de Canterville, al que nadie le teme, y por el contrario, los habitantes de la mansión le juegan bromas y se burlan de él. Charly cuenta: “El cuento me había impresionado mucho cuando lo leí de chico en una historieta, súper bien dibujado. Transmitía muy bien la idea: un pobre fantasma, que había asustado durante toda la eternidad a la gente y ya no le daban bola. Uní esa idea con lo que estaba pasando en aquel momento. Una de las técnicas para que no te ocurriera nada (habla de los tiempos de la Triple A y luego la dictadura militar) era pasar inadvertido, hacerte el boludo, por eso dice ‘Paso a través de la gente como el fantasma…’ La compuse en la casa de María Rosa Yorio. Cuando sus padres dormían la siesta yo me quedaba solo porque María iba a un colegio, y un día caché ‘El fantasma de Canterville’ en la tele, una película horrible pero que me hizo recordar la historia”.

La letra de la canción se transformó en un emblema de aquellas épocas , dando lugar a muchas interpretaciones y sentidos para el contenido del poema, donde se incluyen varias connotaciones sociales, políticas y culturales.

Yo era un hombre bueno

Si hay alguien bueno en este lugar

Pagué todas mis deudas

También mi oportunidad de amar

Sin embargo, estoy virado

Y nadie se acuerda de mí

Paso a través de la gente

Como el fantasma de Canterville

Me han ofendido mucho

Y nadie dio una explicación

Ay, si pudiera odiarlos

Lo haría sin ningún temor

Pero siempre fui un tonto

Que creyó en la humanidad

Ahora que estoy afuera

Ya sé lo que es la libertad

Ahora que puedo amarte

Yo voy a amarte de verdad

Mientras me quede aire

Calor nunca te va a faltar

Y jamás volveré a fijarme

En la cara de los demás

Esa careta idiota

Que tira y tira para atrás

He muerto muchas veces

Rodando sobre la ciudad

Pero es mejor ser muerto

Que un número que viene y va

Y en mi tumba tengo discos

Y cosas que no me hacen mal

Después de muerto, nena

Vos me vendrás a visitar (uh)

Después de muerto, nena

Vos me vendrás a visitar

Se hicieron innumerables versiones interpretadas por distintos cantantes, pero la que quedó en la memoria de todos, fue la entonada por la voz y acompañada por los acordes de Charly Garcia.

Oscar Wilde, ese escritor exquisito

Sus datos biográficos arrojan que fue hijo del cirujano William Wills-Wilde y de la escritora Joana Elgee. Nació un 16 de octubre de 1854 en la ciudad irlandesa de Dublin (en ese entonces perteneciente al Reino Unido). Desde pequeño Oscar Wilde tuvo una infancia tranquila y sin sobresaltos. Estudió en la Portora Royal School de Euniskillen, en el Trinity College de Dublín y, posteriormente, en el Magdalen College de Oxford, centro en el que permaneció entre 1874 y 1878 y en el cual recibió el Premio Newdigate de poesía, que gozaba de gran prestigio en la época.

La lectura de autores como John Ruskin y Walter Pater conformó por esos años su ideario estético. El esteticismo fue una tendencia cultural de la época victoriana, que defendía la importancia central del arte en la vida. El propio Wilde reflexionó sobre este punto de vista cuando en El retrato de Dorian Gray (su única novela escrita) escribió que:  ” Todo arte es más bien inútil” (“All art is quite useless”).

De hecho, esta cita refleja el apoyo de Wilde al principio básico del movimiento estético: “el arte por el arte”.

Oscar Wilde combinó sus estudios universitarios con viajes (en 1877 visitó Italia y Grecia), al tiempo que publicaba en varios periódicos y revistas sus primeros poemas, que fueron reunidos en 1881 en «Poemas». Al año siguiente emprendió un viaje a Estados Unidos, donde ofreció una serie de conferencias sobre su teoría acerca de la filosofía estética, que como ya mencionamos defendía la idea del «arte por el arte» y en la cual sentaba las bases de lo que posteriormente dio en llamarse dandismo.

A su vuelta, Oscar Wilde hizo lo propio en universidades y centros culturales británicos, donde fue excepcionalmente bien recibido. También lo fue en Francia, país que visitó en 1883 y en el cual entabló amistad con Verlaine y otros escritores de la época. En 1884 contrajo matrimonio con Constance Lloyd, que le dio dos hijos, los cuales rechazarían el apellido paterno tras los acontecimientos de su encarcelamiento durante 1895.

Entre 1887 y 1889 editó una revista femenina, Woman’s World, y en 1888 publicó un libro de cuentos, «El príncipe feliz», cuya buena acogida motivó la publicación, en 1891, de varias de sus obras, entre ellas El crimen de lord Arthur Saville. El éxito de Wilde se basaba en el ingenio punzante y epigramático que derrochaba en sus obras, dedicadas casi siempre a fustigar las hipocresías de sus contemporáneos. También se reeditó en libro una narración publicada anteriormente en forma de fascículos, «El retrato de Dorian Gray«, la única novela de Wilde, cuya autoría le reportó feroces críticas desde sectores puritanos y conservadores debido a su tergiversación del tema de Fausto.

No disminuyó, sin embargo, su popularidad como dramaturgo, que se acrecentó con obras como «Salomé» (1891), escrita en francés, o «La importancia de llamarse Ernesto» (1895), obras de diálogos vivos y cargados de ironía; la primera de ellas fue estrenada por la célebre actriz Sarah Bernhardt en 1894. Su éxito, sin embargo, se vio truncado en 1895, cuando el marqués de Queenberry inició una campaña de difamación en periódicos y revistas acusándolo de homosexual. Wilde, por su parte, intentó defenderse con un proceso difamatorio contra Queenberry, aunque sin resultados, pues las pruebas presentadas por el marqués daban evidencia de hechos que podían ser juzgados a la luz de la ley criminal del Reino Unido (Criminal Amendement Act).

El 27 de mayo de 1895, Oscar Wilde fue condenado a dos años de prisión y trabajos forzados. Las numerosas presiones y peticiones de clemencia efectuadas desde sectores progresistas y desde varios de los más importantes círculos literarios europeos no fueron escuchadas, y el escritor se vio obligado a cumplir por entero la pena. Enviado a Wandsworth y Reading, donde redactó la posteriormente aclamada «Balada de la cárcel de Reading», la sentencia supuso la pérdida de todo aquello que había conseguido durante sus años de gloria.

Recobrada la libertad, cambió de nombre y apellido (adoptó los de Sebastian Melmoth) y emigró a París, donde permaneció hasta su muerte. Sus últimos años de vida se caracterizaron por la fragilidad económica, los quebrantos de salud, los problemas derivados de su afición a la bebida y un acercamiento de última hora al catolicismo. Sólo póstumamente sus obras volvieron a representarse y a editarse. En 1906, Richard Strauss puso música a su drama Salomé, y con el paso de los años se tradujo a varias lenguas la práctica totalidad de su producción literaria.

Su temprana muerte con tan sólo 46 años de edad, fue el corolario de una vida intensa plagada de sentimientos y emociones profundas, que emanaban con naturalidad de su arte y esteticismo.

Su única novela, El retrato de Dorian Grey es considerado una obra literaria inigualable e irrepetible, dentro del género del terror literario. Publicada en 1890, El retrato de Dorian Gray representa la esencia artística y filosófica del escritor. En su desarrollo, el autor cuenta una historia que ha obsesionado a los artistas durante años: «la búsqueda de la eterna juventud y el temor a envejecer y afrontar tus acciones».

Con una trama repleta de reflexiones sobre el hedonismo, el narcisismo o el dandismo, El retrato de Dorian Gray comenzó como un relato corto y se acabó convirtiendo en una magnífica novela que sigue cautivando lectores a día de hoy.

Sus cuentos más famosos pueden resumirse si se quiere, a las siguientes publicaciones, todas dentro de las obras más leídas y traducidas del planeta:

1. El Fantasma de Canterville:

Si bien ya nos referimos a ese cuento, el mismo es probablemente el cuento más famoso de Wilde. Fue llevado a la pantalla y al teatro decenas de veces. Se publicó originalmente en 1887 en una revista, y salió en un libro compilatorio en 1891. La trama se basa en una familia que se muda a una casa inglesa, y allí aparece un fantasma atormentándolos.

2. El gigante egoísta:

A diferencia del anterior, es un cuento de hadas. Se publicó por primera vez en 1888, y tiene la particularidad de que Wilde lo escribió dos años después de que hubiera nacido su hijo. Analiza la historia de un gigante que tiene un hermoso jardín, y allí los niños aprovechan para disfrutar de ese espacio.

3. El ruiseñor y la rosa:

Se publicó en 1988, y narra el cuento de un estudiante que quería enamorar a la hija de su profesor. Para eso, necesitaba una rosa roja: de esa manera, ella se impresionaría e iría al baile junto a él.

4. La esfinge sin secreto:

Lord Murchison, el personaje principal, se enamora de la típica “mujer fatal”. Comienzan una relación, y él piensa terriblemente que ella lo engaña todo el tiempo. Pero puede que no sea realmente así, y el secreto se develará cuando ella muera.

5. El hombre que contaba historias:

Es un cuento muy corto, y realmente no lleva más de cinco minutos leerlo. Sin embargo, está entre los más destacados del autor. También es el que más análisis e interpretaciones diversas suscita.

Para comprobar con facilidad el estilo complejo y transgresor de este autor irlandés basta con leer algunos fragmentos de lo que es el prefacio que escribió para su gran novela, El retrato de Dorian Grey.

Casi una declaración de principios estéticos y artísticos, allí Wilde escribe frases como las siguientes:

“El artista es el creador de cosas bellas. Revelar el arte y ocultar al artista es el propósito del arte”.

“Quienes encuentran significados feos en las cosas bellas son corruptos sin ser encantadores. Esto es un defecto. Quienes encuentran significados bellos en las cosas bellas son los cultivados. Para estos hay esperanza”.

“No hay libros morales o inmorales. Los libros están bien escritos o mal escritos. Eso es todo”.

“Es al espectador y no la vida lo que realmente refleja el arte”.

“Cuando los críticos están en desacuerdo, el artista está de acuerdo consigo mismo”.

“Todo arte es completamente inútil”.

Por otra parte, hay varias frases de Wilde que ponen en evidencia su facilidad para la expresión y su capacidad para la oratoria. Algunas de ellas:

“Todo santo tiene un pasado y todo pecador tiene un futuro”.

“La vida es una cosa demasiado importante como para tomársela en serio”.

“Los libros que el mundo califica de inmorales son los que enfrentan al mundo a sus propias vergüenzas”.

“El hombre está más alejado de sí mismo cuando habla a cara descubierta. Dale una máscara y te dirá la verdad”.

“La educación es una cosa admirable, pero es bueno recordar cada poco tiempo que nada que realmente merezca la pena saber puede ser enseñado”.

En el fantasma de Canterville, como en muchas otras creaciones de Wilde, subyace el tema recurrente del amor como aquello que trasciende a la propia naturaleza humana. En cada creación nos muestra su desarrollada sensibilidad, su necesidad de mostrar la intimidad de su alma, y al mismo tiempo el tormento que lo acompañaba a todas partes.

Para cerrar les comparto una frase del genial escritor, donde pone de manifiesto su inteligente agudeza:

“¿Qué es un cínico? Es un hombre que sabe el precio de todo y el valor de nada”.

Un animal con palabras !

En el reino animal existe una distinción que nos hace únicos: nuestra capacidad de expresión a través del lenguaje. Si bien es cierto muchos animales son hábiles para expresarse y hacerse entender, sólo el humano ha sido capaz de crear palabras, comunicarse por medio de ellas y escribir y transmitir ideas simples y complejas mediante el uso de sustantivos, adjetivos y tiempos verbales.

Resulta un hecho que el ser humano ha adquirido la destreza para edificar la realidad en la que vive, dando entidad a conceptos que adquieren un significado desde las palabras. No es tema de discusión que el ser humano se construye en y a través del lenguaje, el cual usa para cambiar las realidades o marcos de referencia en los que les toca participar o actuar.

Desde el punto de vista antropológico y etnológico, es indudable que el lenguaje articulado constituye una de las manifestaciones características que separan al hombre de los seres irracionales. Éstos últimos expresan y comunican sus sensaciones por medios instintivos, pero no hablan, a diferencia de los seres dotados de conciencia. Por lo tanto, si tuviésemos que añadir un sexto sentido a los cinco tradicionales, sin duda alguna ésta sería el habla, ya que la lengua, además de servir para el sentido del gusto y otras funciones cotidianas, tiene la aplicación de emitir sonidos articulados, una particularidad que, como ya dijimos, nos diferencia de los animales inferiores con los que compartimos: vista, oído, tacto, olfato y gusto.

De otro lado, el animal no es capaz de planificar sus acciones, puesto que toda su conducta instintiva está determinada por su sistema de reflejos condicionados e incondicionados. La conducta humana, en cambio, se define de forma absolutamente diferente. La situación típica del individuo es el proceso de planteamiento y solución de tal tarea por medio de la actividad intelectual, que se vale no sólo de la experiencia individual, sino también de la experiencia colectiva. Consiguientemente, el hombre, a diferencia de los animales inferiores, sabe planificar sus acciones, y el instrumento fundamental para tal planificación y solución de las tareas mentales es el lenguaje. Aquí nos encontramos con una de sus funciones más elementales: la función de instrumento del acto intelectual, que se expresa en la percepción, memoria, razonamiento, imaginación, etc.

Teorías que son en el fondo aproximaciones válidas

Hace unos 7.000 años, los humanos dejaron las primeras muestras de su dominio del lenguaje cuando comenzaron a escribir. Sin embargo, la capacidad innata de todos los niños para aprender cualquier idioma y el hecho de que toda la humanidad comparta un origen común en África indica que la aparición del lenguaje es mucho más antigua, anterior al movimiento migratorio con que los Homo sapiens iniciaron la conquista del mundo hace 60.000 años.

En 2011, en un artículo publicado en la revista Science, Quentin Atkinson, investigador de la Universidad de Auckland, en Nueva Zelanda, analizando las riquezas de los fonemas de los diferentes idiomas, situó el origen del lenguaje en algún lugar del sudoeste africano. Con un método similar a los análisis de ADN, que observan un descenso de la diversidad genética conforme nos alejamos de la cuna de la humanidad en África, Atkinson observó que el número de fonemas de un idioma descendía al alejarse de este continente. Así, algunos idiomas africanos emplean más de 100 fonemas mientras el hawaiano, hablado en unas islas que se encuentran entre los últimos lugares colonizados por la humanidad, tiene 13.

La aparición del lenguaje moderno habría coincidido con una explosión de las capacidades cognitivas humanas poco antes del inicio de la migración. Entonces, unos humanos que ya eran anatómicamente modernos experimentaron un salto evolutivo en su intelecto que les dio capacidades completamente nuevas, algo que se observa en expresiones artísticas como las de Altamira o en el probable desplazamiento de los neandertales.

Algunos investigadores del siglo pasado, como Claude Levi Strauss, mantenían que el lenguaje, tan diferente de las formas de comunicación animales, debía haber aparecido de repente en esta explosión y no como fruto de la evolución desde la articulación de sonidos en animales. Noam Chomsky, uno de los lingüistas más influyentes, también consideraba que el lenguaje es una capacidad exclusivamente humana y tan distinta que no se podría explicar por mecanismos evolutivos convencionales. Más adelante, otros científicos como Steven Pinker cambiaron esa tendencia y se comenzó a aceptar la posibilidad de que la combinación de cambios genéticos y selección natural a lo largo de millones de años podría dar lugar a una habilidad tan rara como el lenguaje.

Desde entonces, la búsqueda del origen del lenguaje se apoyó en herramientas evolutivas. Algunos investigadores como Philip Lieberman, del MIT (Instituto Tecnológico de Mas), han estudiado el cerebro humano en busca de los órganos imprescindibles para el lenguaje. En un artículo publicado en 1995, Lieberman comparó los efectos sobre los ganglios basales, que también tienen otras especies, de una enfermedad como el párkinson y de la falta de oxígeno que sufren los escaladores del Everest. En esta línea, el análisis de cráneos fósiles de hace unos 400.000 años, pertenecientes a Homo erectus, ha mostrado que aquellos humanos ya habían desarrollado las áreas de Brocca y Wernicke, relacionadas con el lenguaje, y que su anatomía ya reunía los requisitos para articular sonidos. Eudald Carbonell comentaba recientemente que en esa misma época la humanidad comenzó a controlar el fuego, un factor que pudo desempeñar un papel relevante en la aparición del cerebro humano. Además de liberar una mayor cantidad de nutrientes de los alimentos a través de la cocina, las llamas pudieron suponer un cambio social, al reunir a los grupos alrededor del fuego. En ese entorno, comentaba el codirector de Atapuerca, habría comenzado a surgir el lenguaje, que a su vez favoreció el crecimiento del cerebro.

En esta búsqueda de los orígenes del lenguaje, los investigadores han tratado de buscar los momentos evolutivos en los que se fue fraguando. Un grupo de investigadores de las universidades de Birmingham (Reino Unido) y Neuchâtel (Suiza) publicaron un estudio que indicaba que los bonobos, una especie de chimpancé —los animales vivos más próximos a los humanos—, se comunican de una manera similar a los bebés. Ambos utilizan un tipo de gemido para llamar la atención en circunstancias muy diversas, tanto positivas como negativas. Para comprender su significado, es necesario entender el contexto, algo que no sucede en las llamadas de otros animales, como los monos, que emiten sonidos fijos para circunstancias siempre iguales. Este tipo de comunicación podría, según los investigadores, ser un paso entre las vocalizaciones de los primates asociadas a contextos concretos a una forma de usar los sonidos más humana. Si estuviesen en lo cierto, esa transformación habría comenzado hace más de 6 millones de años, cuando vivió el último ancestro común de chimpancés y humanos.

Por el momento, los científicos no lo han tenido fácil para obtener pruebas indiscutibles para refrendar sus hipótesis sobre el origen del lenguaje, pero es posible que en el futuro cuenten con mejores herramientas. La posibilidad de recuperar material genético de fósiles antiguos ayudará a explorar los cambios en el ADN que pudieron estar relacionados con la evolución del lenguaje. Como en el caso de Lieberman y los ganglios basales, el análisis del genoma está descubriendo la relación entre genes y determinadas disfunciones respecto al lenguaje. De un modo similar al que a partir de análisis genéticos se ha estimado que neandertales y humanos modernos tuvieron hijos juntos hace unos 50.000 años, sería posible buscar la aparición de rasgos asociados a la evolución del lenguaje. A través de esas pesquisas se indagará también en el fenómeno biológico y cultural que hizo posible la revolución cognitiva y la humanidad moderna.

En línea con lo expresado en los párrafos anteriores, un estudio de un equipo internacional de investigadores sugiere que las primeras conversaciones entre seres humanos tuvieron lugar entre 1,8 y 2,5 millones de años atrás, cuando los humanos empezaron a fabricar las primeras herramientas.

Estos primeros intercambios verbales, dice el estudio, habrían facilitado a nuestros ancestros la transmisión del conocimiento sobre cómo fabricar estas herramientas de piedra para cortar la carne de los animales.

«Si alguien está tratando de aprender una destreza nueva que requiere mucha sutileza, ayuda tener un maestro que te corrija», señala el psicólogo Thomas Morgan de la Universidad de California, Estados Unidos, autor principal del estudio publicado, en la revista Nature Communications.

«Uno aprende mucho más rápido cuando alguien te dice qué tienes que hacer», añade.

¿Cómo eran entonces estas primeras conversaciones?

«Lo más importante que alguien que enseña le tiene que decir a quien aprende son cosas como dónde golpear», le dice a BBC Mundo Natalie Uomini, investigadora del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva en Alemania.

«Hay un lugar específico en la roca donde tienes que golpear, a un ángulo de 70º».

Mientras que las otras cosas se pueden aprender por imitación, «el concepto de ángulo es muy difícil de explicar sin recurrir al lenguaje», explica Uomini.

«También palabras como ‘si’ o ‘no’ habrían resultado importantes», agrega la investigadora.

Para llegar a esta conclusión, los investigadores dividieron a 184 estudiantes en cinco grupos, y en cada uno de ellos se implementaron distintas formas de aprender a crear la herramienta.

Algunos incluían el uso de comunicación verbal mientras que en otros solo se permitían los gestos o imitar las acciones del otro.

Así, notaron que los grupos que usaban el lenguaje producían un mayor volumen de herramientas, en menos tiempo y desperdiciando menos material.

En opinión de los investigadores, el experimento muestra que el lenguaje ayuda a crear las herramientas.

Es evidente que no se puede probar si de hecho esto fue lo que dio origen al lenguaje, señala Uomini.

«Nunca sabremos lo que ocurrió en el pasado, pero esto es simplemente un elemento que apunta a que el lenguaje estuvo involucrado y de alguna manera conectado con el origen de la fabricación de herramientas», dice.

Basándose en su estudio, los investigadores creen que esta forma primitiva de lenguaje o protolenguaje comenzó a evolucionar lentamente hace 1,7 millones de años, cuando se produjo un cambio en el tipo de herramientas producidas por el hombre.

La evolución de ambos (herramientas y lenguaje) está interconectada, aunque resulta imposible saber qué evolucionó primero o cuál de los dos fue el motor.

Por otra parte, cabe preguntarse cómo podemos determinar el origen del lenguaje en un experimento llevado a cabo con personas que, aunque no puedan hablar como parte del estudio, sí tienen un lenguaje.

Obviamente, no es posible encontrar hombres prehistóricos para hacer el estudio.

«Sería interesante estudiar este proceso en gente de distintas culturas para ver si existen diferencias o en chimpancés, y comparar los resultados», dice Uomini.

«Pero nuestro experimento muestra que el lenguaje es lo que marca una diferencia. Y tiene que ver más con la actividad en sí que con la gente que la hace», concluye la investigadora.

¿Primero está el lenguaje o el pensamiento?

Las tres teorías fundamentales que responden a la pregunta de si primero está el lenguaje o el pensamiento se pueden sintetizar así:

1. La teoría de: «el lenguaje está antes que el pensamiento» plantea que el idioma influye o determina la capacidad mental (pensamiento). En esta corriente lingüística incide la «gramática generativa» de Noam Chomsky, para quien existe un mecanismo idiomático innato, que hace suponer que el pensamiento se desarrolla como consecuencia del desarrollo idiomático. Por lo tanto, si se considera que el lenguaje es un estado interior del cerebro del hablante, independiente de otros elementos adquiridos del entorno social, entonces es fácil suponer que primero está el lenguaje y después el pensamiento; más todavía, si se parte del criterio de que el lenguaje acelera nuestra actividad teórica, intelectual y nuestras funciones psíquicas superiores (percepción, memoria, pensamiento, etc).

2. La teoría de: «el pensamiento está antes que el lenguaje» sostiene que la capacidad de pensar influye en el idioma. René Descartes acuñó la frase: «primero pienso, luego existo». Asimismo, muchas actitudes cotidianas se expresan con la frase: «tengo dificultad de decir lo que pienso». Algunos psicolingüistas sostienen que el lenguaje se desarrolla a partir del pensamiento, por cuanto no es casual que se diga: «Una psiquis debidamente desarrollada da un idioma efectivo». En esta corriente lingüística esta la llamada «Hipótesis Cognitiva”, cuya teoría se resume en el concepto de que el «pensamiento está antes que el lenguaje». Pero quizás uno de sus mayores representantes sea Jean Piaget, para quien el pensamiento se produce de la acción, y que el lenguaje es una más de las formas de liberar el pensamiento de la acción. «Piaget indica que el grado de asimilación del lenguaje por parte del niño, y también el grado de significación y utilidad que reporte el lenguaje a su actividad mental depende hasta cierto punto de las acciones mentales que desempeñe; es decir, que depende de que el niño piense con preconceptos, operaciones concretas u operaciones formales» .

3. La «teoría simultánea» define que tanto el lenguaje como el pensamiento están ligados entre sí. Esta teoría fue dada a conocer ampliamente por el psicólogo ruso L.S. Vigotsky, quien explicaba que el pensamiento y el lenguaje se desarrollaban en una interrelación dialéctica, aunque considera que las estructuras del habla se convierten en estructuras básicas del pensamiento, así como la conciencia del individuo es primordialmente lingüística, debido al significado que tiene el lenguaje o la actividad lingüística en la realización de las funciones psíquicas superiores del hombre. Asimismo, «El lenguaje está particularmente ligado al pensamiento. Sin embargo, entre ellos no hay una relación de paralelismo, como frecuentemente consideran los lógicos y lingüistas tratando de encontrar en el pensamiento equivalentes exactos a las unidades lingüísticas y viceversa; al contrario, el pensamiento es lingüístico por su naturaleza, el lenguaje es el instrumento del pensamiento. Lazos no menos fuertes ligan al lenguaje con la memoria. La verdadera memoria humana (intermediadora) más frecuentemente se apoya en el lenguaje que en otras formas de intermediación. En igual medida se realiza la percepción con la ayuda de la actividad lingüística».

Así pues, las diversas teorías que pretenden explicar el origen del lenguaje, las funciones del pensamiento y sus operaciones concretas, son motivos de controversias entre los estudiosos de estas ramas del conocimiento humano. Empero, cualquier esfuerzo por echar nuevas luces sobre este tema, tan fascinante como explicarse los misterios del universo, es siempre un buen pretexto para volver a estudiar las ciencias que conciernen al lenguaje y el pensamiento de todo ser dotado de capacidad racional y sentido lógico.

Amén de todas las controversias y discusiones dadas acerca del origen del lenguaje y de si este precede o no al pensamiento, podemos afirmar que el aprendizaje, uso y fomento de los actos lingüísticos obran como una plataforma dinámica de construcción y reconstrucción de la realidad humana.

El lenguaje amerita ser amplificado y cultivado de modo tal de que este acompañe el desarrollo humano y las posibilidades de este último para generar realidades o estructuras superadoras.

La pérdida o simplificación del lenguaje y su riqueza son en cierta forma un retroceso evolutivo y social más que una manera de hacer más eficientes las comunicaciones.

Salvemos a las palabras……

Ellas finalmente son una de nuestras más exquisitas distinciones!

Media Luna Roja !

Algunas histori3as producen un efecto emocional arrollador, tocando las fibras íntimas de nuestros corazones. Me sucedió eso cuando por la mañana leía la reseña de Oksana, una joven enfermera ucraniana de 23 años, que en el día de hoy contraía matrimonio con su esposo Viktor, en la ciudad ucraniana de Lviv65w. Esta urbe fue intensamente asediada bombardeada y destruida por la guerra que tiene lugar en su suelo luego de la invasión de Rusia. En una foto durante la celebración de la boda, se la observa disfrutando su baile nupcial, abrazada y sostenida x su zz 554wwse esposo. La particularidad es que Oksana, si bien salvó su vida, cuando fue alcanzada por la detonación de una mina terrestre, tuvo la desgracia de sufrir la pérdida de ambas piernas. Oksana, solo tuvo tiempo de avisar del peligro a su ahora esposo Viktor, que venía detrás, mientras era alcanzada por la deflagración.

“Sólo alcancé a gritarle [a Viktor]: ¡Cariño, mira!”, dijo Oksana, al recordar el momento en que ocurrió.

“Me miró cuando la mina explotó. Me caí con la cara en el suelo. Hubo un ruido extremo en mi cabeza. Entonces me di la vuelta y empecé a arrancarme la ropa. Pensé que sería más fácil respirar porque no había suficiente aire”, recordó Oksana.

Viktor, que caminaba detrás de ella, resultó ileso.

“Cuando ocurrió, me rendí desesperado, no sabía qué hacer. Vi que no se movía”, dijo el novio. “Si no fuera por Oksana, no sé qué habría pasado. Ella es muy fuerte. No se desmayó. Fue Oksana quien coordinó nuestras acciones”, añadió.

Oksana Balandina, su nombre completo, ha pasado el último mes siendo tratada en varios hospitales del país. Al final, los médicos tuvieron que amputarle las dos piernas y cuatro dedos de la mano izquierda.

Dijo que pasó muchos de esos días en un lugar oscuro. “No quería vivir… No quería vivir esa vida, tengo dos hijos. No quería que me vieran así. No quería ser una carga para nadie en mi familia”, dijo Oksana, hablando en el hospital. “Pero gracias al apoyo, lo acepté. Necesito seguir viviendo. No es el final de la vida. Si Dios me dejó con vida, ése es mi destino”.

Las guerras producen desolación, muerte, desarraigo, pérdidas y tantos otros sin sentidos que son muy difíciles de aceptar o digerir, no existiendo ningún justificativo para que las mismas aún prosperen y proliferen en un mundo que habitamos y que tiene otras urgencias dramáticas.

Al mismo tiempo y pese a las inclementes condiciones de vida que provocan las guerras, en muchos de los conflictos aparecen personas comprometidas que, con sus acciones, ayudan y tratar de mitigar los problemas y el sufrimiento.

El banquero suizo Henry Dunant (1828-1910), mientras estaba dedicado a sus negocios en Argelia, viajó al norte de Italia muy cerca de Solferino (Italia), el mismo día en que allí se enfrentaban los ejércitos austriacos, francés y piamontés. Al anochecer, sobre el escenario de la batalla de Solferino, el 24 de junio de 1859, yacían 40 000 hombres prácticamente abandonados a su suerte.

Dunant vio cómo morían los heridos sin asistencia y, ayudado por gente de los pueblos cercanos, se dedicó a socorrerlos: convenció a la población local para que atendiese a los heridos, sin fijarse en qué bando del conflicto estaban, usando el lema Tutti fratelli (Todos hermanos) acuñado por las mujeres de la cercana ciudad de Castiglione dello Stiviere (Provincia de Mantua).

Dunant había quedado impresionado por la calamidad y no dudó en generar un movimiento humanitario. Filántropo, formado y emprendedor, el recuerdo le llevó a concebir formas de paliar situaciones parecidas, y tres años después publicó sus reflexiones. En un libro llamado Un recuerdo de Solferino, Dunant plantea la idea germinal de lo que serán las futuras sociedades de la Cruz Roja. Escribió, textualmente “cuya finalidad será cuidar de los heridos en tiempo de guerra por medio de voluntarios entusiastas y dedicados, perfectamente calificados para su trabajo”.

Desde un primer momento, Dunant concibió las sociedades como entes neutrales, dispuestos a prestar ayuda humanitaria a quien la necesitara, independientemente de su raza, nacionalidad o creencias. Su idea la recogieron cuatro miembros de la Sociedad Ginebrina de Utilidad Pública que, junto con él, impulsaron el proyecto hasta la constitución formal en 1863 del Comité Internacional de la Cruz Roja, antecedente inmediato de lo que más adelante conformaría el d Internacional Humanitario.

Un año después, el Comité Internacional de la Cruz Roja logró, con el apoyo del Gobierno Suizo, convocar a una conferencia diplomática en la que doce estados firmaron el Primer Convenio de Ginebra. En él se acordó:

  • Proteger a los militares heridos en campaña.
  • El carácter neutral y protección del personal sanitario y de los hospitales militares.
  • La adopción del emblema de la Cruz Roja sobre fondo blanco como símbolo protector.
  • El establecimiento de un comité permanente que se denominó «Comité Internacional de la Cruz Roja».
  • La promoción internacional de sociedades de socorro.

En su homenaje cada año, el 8 de mayo, fecha de nacimiento de Henry Dunant, se celebra el «Día Mundial de la Cruz Roja».

Vale decir que este Domingo es otro aniversario de esta institución internacional con un firme propósito humanitario.

El Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, comúnmente conocido como la Cruz Roja (Internacional) o la Media Luna Roja (Internacional), es un movimiento humanitario mundial de características particulares y únicas en su género, por su relación particular con base en convenios internacionales con los estados y organismos internacionales por un fin verdaderamente humanitario. Está integrada por:

  • Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).
  • Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (FICR).
  • 192​ Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y la Media Luna Roja.

El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) siempre ha tenido un reconocido papel en el desarrollo y la promoción del Derecho Internacional Humanitario (DIH). Consciente de los retos que conlleva su pleno respeto, el CICR creó en 1996 un servicio de asesoramiento en Derecho Internacional Humanitario a fin de fortalecer su capacidad de prestar servicios a los estados en esa materia abarcando medidas concretas y necesarias para la implementación de los Convenios de Ginebra y sus Protocolos adicionales, los diversos tratados sobre armas, el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional y otros tratados pertinentes.

La Cruz Roja también es el emblema inicial del Movimiento. La cruz roja, junto con la media luna roja y el cristal rojo sobre fondo blanco, son emblemas humanitarios reconocidos oficialmente por casi la totalidad de países del mundo y su uso está enmarcado en el Derecho Internacional Humanitario, por lo que deben ser respetados en toda circunstancia, para que sea posible desarrollar las labores humanitarias en los desastres y conflictos armados.

En su página web, es posible leer:

“En el terreno en más de 90 países. Neutrales, imparciales e independientes. Somos el Comité Internacional de la Cruz Roja”.

Asimismo, el cometido y misión del CICR es:

“La acción del CICR se funda en los Convenios de Ginebra de 1949 y sus Protocolos adicionales, así como en los Estatutos de la Institución –y los del Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja– y las resoluciones de la Conferencia Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja. Es una organización independiente y neutral que brinda protección y asistencia humanitarias a las víctimas de conflictos armados y otras situaciones de violencia, y promueve el respeto del DIH”.

Los Principios Fundamentales que garantizan la continuidad del Movimiento de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja y su labor humanitaria son:

Humanidad: El Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, al que ha dado nacimiento la preocupación de prestar auxilio, sin discriminación, a todos los heridos en los campos de batalla, se esfuerza, bajo su aspecto internacional y nacional, en prevenir y aliviar el sufrimiento de los hombres en todas las circunstancias. Tiende a proteger la vida y la salud, así como a hacer respetar a la persona humana. Favorece la comprensión mutua, la amistad, la cooperación y una paz duradera entre todos los pueblos.

Imparcialidad: No hace ninguna distinción de nacionalidad, raza, religión, condición social ni credo político. Se dedica únicamente a socorrer a los individuos en proporción con los sufrimientos, remediando sus necesidades y dando prioridad a las más urgentes.

Neutralidad: Con el fin de conservar la confianza de todos, se abstiene de tomar parte en las hostilidades y, en todo tiempo, en las controversias de orden político, racial, religioso e ideológico.

Independencia: El Movimiento es independiente. Auxiliares de los poderes públicos en sus actividades humanitarias y sometidas a las leyes que rigen los países respectivos, las Sociedades Nacionales deben, sin embargo, conservar una autonomía que les permita actuar siempre de acuerdo con los principios del Movimiento.

Voluntariado: Es un movimiento de socorro, es voluntario y de carácter desinteresado.

Respecto de los voluntariados, los mismos se centran en:

Actuar con los más jóvenes.

Informar, orientar y mediar, en este voluntariado se puede participar en actividades de acogida, escucha y orientación para las personas que precisan atención por parte de Cruz Roja.

Asistir a población en riesgo social, en este voluntariado se puede prestar un apoyo a personas en situación en riesgo social, que necesitan ayuda para resolver o mejorar su situación y que por sí mismas no pueden solucionar.

Mejorar y cuidar el entorno y el medio ambiente, en este voluntariado se pueden realizar actividades dirigidas a sensibilizar a las personas para proteger el Medio Ambiente, fomentar hábitos de vida saludable, etc.

Acompañar a personas vulnerables, en este voluntariado se dedica parte de tu tiempo a acompañar a las personas a realizar trámites, ir al médico, hacer actividades de ocio o simplemente a hacerles compañía en casa.

Actuar en socorros y emergencias, en este voluntariado se puede atender a las personas en situaciones de emergencia sanitaria y social.

Cooperar para llegar más lejos, en este voluntariado se traspasa fronteras, ya que se colabora con los equipos que realizan acciones de Cooperación Internacional.

Sensibilizar, comunicar y apoyar en eventos, en este voluntariado se toma parte en acciones dirigidas a sensibilizar a la población y apoyar a la entidad en todo lo relacionado con la Comunicación.

Participar a distancia, si no se puede acudir a una actividad de manera presencial, este voluntariado permite hacerlo a distancia.

Capacitar y empoderar a las personas, en este voluntariado se ayuda a las personas en el desarrollo de sus habilidades y competencias a nivel personal y profesional.

Colaborar en acciones inmediatas y puntuales es la opción perfecta para tener una primera toma de contacto con el voluntariado sin necesidad de comprometerse a largo plazo. Se colabora en campañas puntuales y canaliza tu solidaridad.

Por ejemplo, una historia que nos toca de cerca y que estuvo coordinada por la Cruz Roja, tuvo su finalización durante diciembre de 2017.

La Cruz Roja logró identificar a 88 soldados caídos en Malvinas

El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) logró la identificación de 88 soldados tras analizar 121 tumbas de caídos en Malvinas que permanecían sin nombre desde la guerra de 1982, según el informe que el organismo entregó hoy en Ginebra a los gobiernos de Argentina y el Reino Unido.

«Nos alegra saber que será posible devolver la identidad a muchos de los soldados no identificados y con ello brindar respuestas a una gran parte de las familias que esperan hace más de treinta años», afirmó el director de Actividades Operacionales del CICR, Dominik Stillhart, quien ponderó la «alta tasa de éxito», resultado del «riguroso proceso de identificación forense».

Los resultados fueron presentados a las delegaciones de ambos países, encabezadas por los embajadores Héctor Marcelo Cima (de Argentina) y Julian Braithwaite (de Reino Unido). Del encuentro contó con la presencia del secretario de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural de la República Argentina, Claudio Avruj.

Un equipo de catorce especialistas forenses, provenientes de Argentina, Australia, Chile, España, México y Reino Unido, participó del procedimiento de identificación.

En diciembre de 2016, los Gobiernos de Argentina y Reino Unido habían acordado hacer todo lo posible para identificar los restos mortales de los soldados caídos durante el conflicto que tuvo lugar en 1982.

Entre el 20 de junio y el 7 de agosto de este año un equipo de catorce especialistas forenses, provenientes de Argentina, Australia, Chile, España, México y Reino Unido, procedió a exhumar, analizar, obtener muestras y documentar cada uno de los restos mortales sin identificar enterrados en tumbas marcadas con la leyenda «Soldado argentino solo conocido por Dios».

Tras un cuidadoso análisis llevado a cabo en una morgue equipada con alta tecnología, instalada provisoriamente en el lugar, cada uno de los cuerpos exhumados fue colocado en un nuevo féretro y sepultado en su tumba original el mismo día de su exhumación.

El análisis genético de las muestras y el cotejo con las muestras de referencia de los familiares se realizaron en el laboratorio forense del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), ubicado en la ciudad de Córdoba, Argentina. En paralelo, otros dos laboratorios en Reino Unido y España se encargaron del control y el aseguramiento de la calidad del análisis de ADN.

Así como este, existen muchos casos más, algunos de los cuales no trascienden, en donde existe una activa participación de la Cruz Roja, presente en casi todos los confines del mundo.

En 1901 Henri Dunant recibió el primer Premio Nobel de la Paz por su papel al fundar el Movimiento Internacional de la Cruz Roja e iniciar la Convención de Ginebra, premio compartido con el pacifista francés Frédéric Passy, fundador de la Liga de la Paz.

Para culminar, de su libro “Un recuerdo de Solferino”, que fuera la cimiente de este movimiento es posible extraer algunas frases para reflexionar:

“La gente común no tiene historia: perseguidos por el momento presente, no pueden pensar en preservar la memoria del pasado”.

“De su unión, nace la fuerza que, para miles y miles de personas ha sido, en las más graves circunstancias de calamidad: salvación, alivio, consuelo”.

“En este siglo XIX, acusado de egoísmo y de frialdad, ¡Qué señuelo para los corazones nobles y compasivos, para los ánimos caballerescos, retar los mismos peligros que el guerrero, pero con una misión de paz, de consolación y de abnegación, totalmente voluntaria!”.

El protagonismo de lo intagible y el trabajo !

Desde siempre nos hemos empeñado en establecer unidades de medida y comparación, como para poder a partir de ellas determinar el valor de las cosas, incluyendo en este grupo un sinnúmero de elementos, vinculadas a lo que se puede definir «como material o sea constituido por materia».

El valor de la tangible es expresado en diferentes unidades de precio para diferentes unidades de medida, haciendo referencia a un determinado mercado de cotización: por ejemplo, 1 ton de cobre cotiza en USD 10.215 en el último cierre de la bolsa de metales.

La tangibilidad está presente en nuestras vidas humanas a partir del inicio de nuestra especie. Si uno pudiera trazar una curva de crecimiento de lo tangible, es probable que una lenta pero continua apreciación de lo material haya tenido lugar por miles de años, hasta un relativo estancamiento o decrecimiento de la tasa de multiplicación producida a raíz de que la materia no puede crearse de la nada. El incremento poblacional y la necesidad de alimentos y otros elementos para la subsistencia, empujaron el valor hacia arriba, pero en cuanto a la cantidad de los recursos disponibles, los mismos tienen un componente de finitud que el hombre no puede sortear, porque hasta el momento no se puede crear materia, provocando que los recursos naturales en forma de reservas tengan una fecha máxima de disponibilidad.

En paralelo el hombre empezó a valorizar otros conceptos, los cuales «no se podían tocar con las manos». La valorización de los intangibles surgió de muchas maneras: el amor, los afectos e intereses comunes, sobre la base de las construcciones familiares, permitieron al hombre organizarse en torno a comunidades , organizaciones sociales, civiles, políticas y religiosas; del mismo modo las valorizaciones morales y éticas, establecieron marcos de referencia en formas de normas, reglamentos y leyes, para gestionar la convivencia; el bienestar al que todos aspiramos se construyó sobre la base de educación, salud, justicia y trabajo; los sistemas económicos que incluyen lo que se podía valorar desde ese punto de vista, se organizó en torno a las empresas, y finalmente lo financiero a través de los sistemas bancarios. El valor de todas estas organizaciones y lo que se produce a partir de ellas se puede medir, pero hay cuestiones intrínsecas o extrínsecas que determinar el éxito o el fracaso de todo este entramado que no tiene una medida concreta.

Se podría decir que el balance entre lo tangible y lo intangible que estuvo inclinado durante el siglo pasado hacia lo primero, hoy se encuentra desplazado hacia la intangibilidad, la cual ha adquirido una preponderancia sin igual. Estamos en un proceso exponencial de valorización de lo inmaterial, humanamente expuestos a que los conceptos, ideas y el conocimiento nos pasan por arriba tantas veces y con tal rapidez que no podemos ni siquiera atinar a reaccionar.

Nos encontramos en condiciones de aseverar que vivimos cada vez más inmersos en una sociedad del talento. En esta sociedad se evidencian claramente dos cuestiones:

  • los focos de creación de valor en una organización no provienen del capital sino de las personas (y en concreto de su conocimiento).
  • las métricas que se siguen utilizando miden el retorno del capital y los resultados financieros, fueron creadas para las necesidades de la difunta era industrial y necesitan una actualización urgente.

Las organizaciones perciben en mayor o menor medida que los intangibles son activos fundamentales y deben ser gestionados, como una condición necesaria para el crecimiento y desarrollo de la organización.

La sociedad del talento funciona a partir de la economía del conocimiento (incluyendo a todo el sector público) y se basa en servicios, es decir, en intangibles. En gran medida los intangibles nos confunden porque no se comportan como el resto de los elementos que conocemos. Para empezar, cuando tratamos de identificarlos y cuantificarlos (dada nuestra inevitable ligazón con los números), se muestran esquivos y no se dejan parametrizar con facilidad.

Nuestra educación cartesiana se asegura de que los currículos de las personas estén repletos de contenidos fácilmente medibles en un examen escrito, mientras que los intangibles no aparezcan nunca entre lo que los seres humanos necesitan y deban aprender. Hemos optado muchas veces por el camino quizás más sencillo de administrar lo tangible, lo que nos obedece y se puede medir, pesar, almacenar, transportar, comprar y vender sin problemas.

El balance de una empresa recoge sus activos físicos y recursos financieros, pero no dice nada de sus intangibles. A pesar de que son responsables directos de los resultados, en muchas ocasiones hacemos como si no existieran. Resulta clave entender que las herramientas de gestión actuales no sirven para administrar intangibles porque no fueron diseñadas para ello. Hoy toma relevancia esto que dijo alguna vez con mucha razón el sociólogo Edward Bruce Cameron (algunos lo atribuyen a Eisntein, dentro de otras tantas cosas que jamás dijo): “No todo lo que cuenta puede ser contado, ni todo lo que puede ser contado cuenta”.  Nos dedicamos a gestionar lo que es fácil de medir, pero no necesariamente lo más importante.

Cuando hablamos de intangibles en cualquier organización nos estamos refiriendo a:

1. Conocimiento: Nos referimos al conocimiento tácito (no codificable) que tienen las personas en su cabeza y que les permite llevar a cabo su trabajo. Dentro del enorme volumen de conocimiento que atesora una empresa, la clave radica en identificar el conocimiento crítico, responsable de los resultados y que sostiene la ventaja competitiva.

2. Procesos: Conocimiento explicito, sistematizado y por tanto independiente de las personas mencionadas en el punto anterior. Incluye metodologías, modelos, procedimientos, informes técnicos, la forma de organización de la empresa, procesos de trabajo, etc.

3. Tecnología: Software, programas, diseños, modelos o patentes tecnológicas.

4. Mercado: Valor de la cartera de clientes y de los contratos vigentes, de la red comercial, proveedores, aliados y colaboradores.

5. Marca

6. Reputación

7. Derechos: Propiedad intelectual, patentes, derechos de autor, franquicias, royalties, licencias, contratos.

8. Innovación e investigación y desarrollo.

Los intangibles, por su propia naturaleza, no se pueden gestionar de forma directa. El conocimiento, que es el más importante de todos, no tiene por más esfuerzos que se hagan, una propiedad intelectual cien por ciento asegurada.

Algunas acciones que se pueden tomar para gestionar los intangibles son:

• Identificarlos y evaluar su estado. Esta es la primera tarea y primordial y para ello, existen los mapas de conocimiento crítico y las auditorias de conocimiento.

• Explotarlos en la operación del negocio para:

o Aumentar los ingresos creando nuevos productos, nuevas líneas de negocio, nuevos mercados, mejorar la producción o la calidad.

o Disminuir costos reduciendo los errores, las interrupciones y fallas, los accidentes, acortando los tiempos, evitando reinvenciones o aumentando la productividad.

• Protegerlos para evitar perderlos, mediante procesos de retención y de sistematización y almacenamiento.

• Transferirlos y difundirlos asegurando que están a disposición de quien los necesita en el momento justo.

• Incrementarlos mediante procesos de aprendizaje, incorporándolos vía contratación, alianzas con terceros o directamente a través de la innovación y el I+D.

Como conclusión sobre todo lo expuesto se puede manifestar que el valor de cualquier organización se sostiene y crece en la medida que crece su capital en conocimiento.

Trabajar dentro de o para una organización es aportar conocimiento y desarrollo para multiplicar el valor de lo tangible, pero sobre todo el valor de lo que no se puede valorizar.

Las relaciones laborales se establecen entonces construyendo una relación fructífera entre necesidades y expectativas mutuas de empresarios y empleados para:

  • desarrollar habilidades duras y blandas, con el objetivo de crear entornos flexibles y dinámicos para dar respuestas rápidas a la exponencial ola de desafíos tecnológicos
  • crear entornos de trabajo para salir del concepto trabajo versus compensación monetaria, incrementando los beneficios y prestaciones que forman parte del salario emocional o salario para el bienestar.

Las encuestas que se hacen en muchas organizaciones respecto de que se valora más en un empleado tienen por lo general una respuesta común y unánime y por supuesto se refiere a un intangible: la actitud. El éxito de cualquier organización depende de aprender a gestionar sus intangibles porque tienen un impacto decisivo en sus resultados y para ello, empezar por mapearlos es clave. La fuente de todos los recursos intangibles son las personas ya que sus conocimientos no se pueden adquirir fácilmente en el mercado porque son el resultado del proceso de aprendizaje histórico de la empresa. El futuro de una organización (y de sus miembros) depende de lo que hace, que a su vez depende de lo que sabe, que obviamente depende de lo que ha aprendido y aprenderá. No hay mejor decisión que invertir en desarrollar tus intangibles para enfrentar los cambios que vienen y los que vendrán.

Las organizaciones exitosas se basan en la creatividad y la gestión de los intangibles (en especial el conocimiento) con mucho rigor y generan las métricas adecuadas para medir lo que parece inmedible.

El trabajo tiene que acompañar el proceso de creación de valor donde parece que no lo hubiera bajo nuestra concepción antigua.

Seducir el talento de las personas para que se comprometan con proyectos donde se sientan desafiados, y aportando ese plus o extra milla que hace la diferencia, se puede lograr superando el paradigma de estructuras rígidas sobre la base de la monetización tradicional del trabajo. Hace falta poner en el combo otros condimentos para acompañar la intangibilidad en todos los sentidos.

Lo que no se puede tocar hoy pesa tanto que define la continuidad o no de los procesos organizacionales.

Muchos hablan del futuro del trabajo……

En lo personal creo que necesitamos enfocarnos en el presente del trabajo y sus dinámicas impensadas.

Sin ello, no nos resultará fácil convivir en la intangibilidad !

Un lustro como escritor aficionado !

La honestidad con uno mismo y con los demás es una de las cuestiones que he tratado de cultivar como valor a lo largo de mi vida. A veces he sido exitoso, y cuando no, las razones obedecen a la propia imperfección de mi naturaleza humana. Mantener la coherencia no es tarea sencilla, solo reservada para Dios con su nula capacidad de yerro.

Para ser absolutamente sincero hoy se me estaba haciendo harto complicado encontrar un tema que me resultara de interés para escribir. «Ninguno me motivaba tanto como para que resultara de trampolín para que mis ideas saltaran a las profundidades de las palabras».

En el afán de encontrar la inspiración me puse a revisar para atrás en el historial de mis blogs, buscando algún tema inacabado o poco desarrollado que me invitara a un bis. Durante el recorrido no encontraba nada atrayente, por lo que decidí ir a mis inicios en donde pretendía recuperar parte de mi esencia y mis motivaciones.

Si bien intuía que ya hacía un tiempo desde que había empezado a escribir de manera ininterrumpida todos los fines de semana, jamás hubiera imaginado que mi quehacer de escritor novato hubiera comenzado un 22 de abril de 2017, vale decir, hace cinco años atrás.

El escrito de hoy es el número 262, redactados con continuidad durante los fines de semana que abarcaron estos cinco años de mi reciente existencia.

Se puede decir, si es que hubiera una escuela de escritores, «que hoy es mi primer día en la escuela primaria de la escritura«. Este fin de semana resulta muy trascendente para mí, porque cumplo un lustro tratando de conectar con mi mismo y con los demás a través de este blog que comparto con total apertura.

Celebrar es algo casi tan bueno como decidir empezar y mantenerse constantemente haciendo algo que me gusta, en un camino donde se alternaron buenas y malas, sabores y sinsabores propios de los estados de ánimo que atravesé.

En mi caso, sentarme a crear y expresar en un blog una pequeña partecita del universo que me toca vivir, no es un acto racional. Es una acción que atraviesa todos mis sentidos, un impacto en mi cuerpo, mis emociones y mi lenguaje que me permite aprender a convivir con mis fantasmas y a trazar una probable trayectoria en este presente, que se proyecta en el futuro.

Algunas veces a o largo de estas 262 semanas, he pensado en dejar de componer esta pretensión de composición temática reflexiva. De esas dudas he salido desde el convencimiento que proviene de mi corazón, de que abandonar sería una traición que no me merezco y que no se esperan todos los que alguna vez han leído algo de lo que he expresado. Porque al final de cuentas lo más importante es lo que sale del corazón, dejar de escribir sería algo así como dejar de vivir en plenitud, provocando un retroceso innecesario y desalentador.

En estos cinco años he tratado de convertir mis escritos en un disparador de conciencias, de que como humanos somos totalmente capaces de generar realidades nuevas y mejores, de que podemos influir de manera positiva y decisiva en nuestras vidas y la de los demás, aprendiendo a convivir y a ser sociales y cooperativos.

He transitado este camino sosteniendo enormes luchas con mis mandatos familiares, sociales y mis prejuicios, todos ellos fervientes e incansables luchadores a tiempo completo. He decidido no abordar temas políticos o religiosos o de cualquier otra índole que pudieran haber dado un sesgo a mi temática centrada en el ser humano y su infinita capacidad de transformación.  Si he alcanzado estos objetivos o no, no me corresponde a mi juzgarlo, solo me queda continuar moviéndome para adelante, agradeciendo a Dios que me da la posibilidad de ser un escritor aficionado, fiel a la pasión por crear usando la palabra.

He recibido comentarios de todo tipo, entre los cuales se encuentran los de aquellos a los cuales les he sido útil, aquellos a los cuales alguna reflexión les ha servido para superar un trago amargo, tomar una decisión o simplemente emocionarse hasta las lágrimas. Del mismo modo, he recibido buenas proporciones de críticas y de rechazos, que me ayudaron a mejorar y no creerme lo que elige mostrarme mi ego.

Amor, perdón, gratitud, sinceridad, cambio, transformación, aceptación, proyección, respeto son conceptos recurrentes, sobre los que he hecho mucho énfasis, de manera que se conviertan en los cimientos fundamentales de mi persona y de mi quehacer.

En lo que he transmitido, siempre he sembrado la duda, de modo tal de que mantengas tu actitud de lector crítico, conservando en todo momento tu capacidad de ser libre y elegir lo que más te plazca. La libertad de pensamiento y opinión son condición innegociable, lo mismo que el cuestionamiento permanente de mis propios pensamientos.

Este proceso de sanación personal y espiritual que es la escritura me ha permitido sobrellevar la pérdida física de seres muy especiales para mí, algunos amigos, mi papá en el cariño que fue mi suegro y mi ángel mamá hace unos meses.

«La escritura me tiene férreamente atado a su magia de hechicera».

Hoy celebro con inmensa alegría cinco años de vida a bordo del mismo barco que tiene muchos capitanes brillantes, siendo yo apenas un grumete limpiando la borda.

A continuación, les traigo las reflexiones que hizo hace un tiempo a un escritor barcelonés.

Imperdible.

Jordi Sierra i Fabra

El escritor Jordi Sierra i Fabra nació tartamudo, empezó a escribir novelas con ocho años y sufrió acoso escolar. Sus compañeros le pegaban, sus profesores creían que no llegaría a nada en la vida y su padre le pidió que no fuera escritor, porque aquella profesión no tenía salida. Con todo en contra aprovechó la lectura, la escritura y la música para convertirse en autor superventas, situándose entre los 10 autores más leídos en centros escolares de España. “Os diré algo: cada golpe que recibí me hizo más fuerte. Tenía un sueño; quería ser escritor. Así que recibí muchos golpes y me los tragué. Y esos me hicieron más fuerte. Nunca pudieron conmigo. Un día llorando en casa descubrí que había una persona que sí creía en mí. ¿Sabéis quién? Yo. Es suficiente”, explica el autor.

Con más de 500 títulos escritos y más de 12 millones de libros vendidos, su trayectoria ha sido reconocida con prestigiosos galardones como la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes 2017, el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil, el Premio Ateneo de Sevilla y en el año 2012 el Premio Cervantes Chico otorgado por la ciudad de Alcalá de Henares, a toda su trayectoria como creador en el campo de literatura infantil y juvenil, entre otros. Sin embargo, su mayor éxito es la creación del Proyecto Escritores por la Infancia y de la Fundación Jordi Sierra i Fabra, que promueve la literatura y escritura entre los más jóvenes. “Con la Fundación Sierra i Fabra llevábamos libros a lugares muy distantes, en canoa, en burro… Fuimos a un colegio hecho por dos barracones de metal a casi 3.000 metros de altura, frío y lleno de barro. Ese día descubrí que existe algo mejor que escribir: que un niño te dé las gracias porque le regalas un libro”, concluye.

Me llamo Jordi Sierra i Fabra y soy escritor. Llevo escribiendo desde que tengo ocho años y no voy a parar de escribir. ¿Por qué un tipo de repente pasa toda su vida, toda su vida, con un papel en la mano, una máquina de escribir o un ordenador contando historias sin saber si alguien se las va a leer, sin saber si van a gustar, sin saber nada, únicamente porque se lo pide el cuerpo?

Así que os voy a contar por qué soy escritor y después ya preguntáis lo que os dé la gana. Nací en Barcelona en el año 47, tengo 72 años de edad, y yo nací en una Barcelona en una posguerra. Mi idioma, el catalán, no podía hablarlo y nací tartamudo, soy tartamudo.

¿A que no lo parece? Pues no es broma. No podía hablar. Con 8, 9 o 15 años yo no podía hablar. Sigo siendo tartamudo. Lo bueno es que me reciclé, llegué a ser locutor de radio. Es muy cachondo que un tartamudo acabe de disyóquey. Yo lo conseguí, pero aquí entre amigos igual de vez en cuando tartamudeo. No es por nervios o porque esta me guiñe el ojo o algo así. No. Soy tartamudo. Es la verdad.

Tenía más problemas cuando era niño. Éramos pobres, televisión en mi casa no había, jugar en la calle, no, me podía pillar un coche. Estaba siempre en mi casa solo y leyendo. Soy hijo único, además. Solo y leyendo. Y digo leyendo, y me dirijo a la gente joven que hay aquí, todos tenéis menos de 20 años, ya lo veo, porque a vuestra edad yo me leía un libro al día. Al día. Repito, a mi leer me salvó la vida. Devoraba libros sin parar.

Me di cuenta, afortunadamente, de que yo estudiando era un burro integral, pero todo lo que leía se me quedaba aquí y aquí, lo absorbía. Lo absorbía. Además, no podía… En mi barrio biblioteca no había. Ni en mi colegio. Así que yo tenía que ir cada día a mis vecinos, me daban pan seco, diarios viejos. Iba un trapero, lo vendía y me daban dos reales cada tarde por lo que vendía de pan seco y diarios viejos. Sí había en mi barrio una librería de segunda mano. Para mí aquel lugar era un paraíso. Yo entraba en aquel sitio y quería leer todos aquellos libros, todos. Hechos polvo, caídos a pedazos, es igual, los quería devorar. Para mí eran la vida, me nutrían en todos los sentidos. Así que yo empecé a leer libros cutres y horteras, como yo, porque los libros de alquiler buenos valían tres pesetas. Yo solo podía alquilar con dos reales uno de marcianos, del Oeste o de gánsters, así que me formé leyendo porquerías. ¿Un milagro? No sé. El caso es leer.

Mi padre me decía siempre en casa: «Jordi, hijo mío, somos pobres. Eres tartamudo». Yo pensaba: «Ahora me dirá que soy feo y me va a hundir la vida para siempre». Me decía: «Estudia, estudia o serás como yo, un don nadie, un trabajador».

Salí escritor. Ni mejor ni peor. Diferente, como todos lo somos. ¿Qué ocurrió? Un día, yo tenía ocho años, y mi madre entró a curiosear una casa en construcción. Había una puerta de cristal. Me dijeron que era un cristal irrompible. Demostré que se podía romper. ¿Cómo? Por narices, con esta. Pasé el cristal de aquí a aquí sin abrir la puerta y de camino me quedé sin brazo. ¿Veis el corte? Cicatriz, tendones. Me quedé sin nariz. Entera. Cortada. Tengo por aquí más cortes que no voy a enseñar porque estamos en televisión.

Fui a un hospital en Barcelona, medio muerto y desangrado. Y en aquel hospital, con ocho añitos, descubrí esta película que es la vida y de qué iba. Allí había gente muerta, gente enferma. Yo estaba, no es broma, vendado de pies a cabeza como una momia y colgado de hierros así. Tenía solo libre este brazo. Con solo un brazo no podía leer, era muy complicado pasar las páginas. Y me aburría. Y os diré algo, nunca me he aburrido. Para mí el tiempo es oro. Venimos al mundo con un cheque en blanco que es el tiempo que viviremos. Si lo malgastamos, no vuelve. Yo me aburría y le dije a mi madre: «Mamá, dame papel, lápiz y un cartón». Porque sí podía, en el hospital, con esta pierna poner aquí algo y dibujar o escribir. Y un día escribí una novela, tres páginas, mi primera novela. ‘Asalto al First National Bank’. Aún la recuerdo.

Se la di a mi padre, mi padre la leyó y dijo: «Vale sí, pero tonterías pocas, ¿eh? Estudia». Y la rompió. Primera consecuencia. Nunca más volví a enseñar nada a nadie. Escribí siempre para mí hasta que publiqué el primer libro. Esto es importante porque hoy en día escribís una cosita y queréis que alguien la lea. Que la lea la mamá: «Ay, hija mía, qué bien que escribes». Ni caso, es tu madre. Así que yo me di cuenta en ese momento de algo muy importante, escribiendo no tartamudeaba. Eso era genial para un crío de ocho años tartamudo. Yo era un tartamudo de los que no podía hablar, o sea, me quedaba bloqueado, dejaba de respirar, hacía… Y me quedaba así. Era muy duro.

Nunca, hasta que tuve unos 17 o 18 años, no pude hablar. Así que, para mí, escribir era la salvación. Y dije: «Voy a ser escritor». Claro, dicho así parece muy fácil, y no lo fue. No lo fue. Ahí vino el gran problema. Mi padre. «Papá, quiero ser escritor». Me dijo: «¿Cómo se estudia eso?». Digo: «Papá, eso no se estudia. Yo cada día leo, escribo y aprendo solo». Mi padre me dijo: «Lo que no se estudia no se aprende». «Papá, quiero ser escritor». «No. Te morirás de hambre, hijo mío. Esto para comer no da». Mi padre me prohibió escribir. Yo le dije: «Papá, aunque sea poco ganaré algo, ¿no?».

Quería ser escritor, no rico o famoso, eso es otra historia. El arte se mide por lo que sientes al hacerlo, no por lo que te pagan por hacerlo. Y yo quería escribir. Era un niño, nada más que un niño que tenía un sueño. Mi padre me lo prohibió. Mi padre, si me pescaba escribiendo, lloraba. Nunca se enfadaba, nunca me gritaba, nunca me puso la mano encima. Lloraba. Es lo peor, porque estás luchando contra un padre que llora porque sigues tu sueño. Pero a mi pobre padre no le culpo de nada. Hizo una guerra española, la perdió, le dieron por todas partes. Cuando él llevaba muerto 12 años, descubrí que era hijo ilegítimo de una familia de Valladolid muy famosa. Tengo un pedigrí famosísimo y nunca lo supe hasta que fui mayor.

Entonces, entendí a mi padre años después de muerto. En aquel momento no. A mi padre no le culpé nunca de nada. Quería lo mejor para su hijo. Mi escuela fue mi gran trauma y lo que me decidió por fin a tomarme en serio lo escribir. Veréis, iba a una escuela en la que éramos 55 en clase. Además, todos chicos, no había goce visual. Todos eran tíos.

En mi escuela había, por ejemplo, un profesor de Matemáticas que de vez en cuando decía en clase: «Venga, vamos a reír un rato. Sierra, a la pizarra». «Vamos a reír un rato». Era el bufón de la clase. Imaginaos cómo era mi escuela. Recuerdo un día que me dijo: «¿Dos y dos cuánto son?» ¿Por qué? Porque para un tartamudo las palabras empiezan por C, P o T son impronunciables.

Dos y dos son cuatro. Y aquel día dije en clase: «Cua-cua-cua». Y dijo el profe de matemáticas: «Parece un pato, ¿verdad?». Cuidado. Era un niño. Imaginaos cómo era mi escuela. El día de mi vida más importante, y llego al final de la historia, esta es la introducción, tenía 12 años.

En clase de Lengua, la maestra dijo en clase: «Venga, redacción. Tema libre». La gente normal ¿qué hace? Lo típico. «Mi mamá me mima». Tres páginas. «Es primavera, qué bonito». Tres páginas. Yo no. Tema libre. Hice un cuento de un marciano verde, peludo, baboso y asqueroso que bajaba de Marte a la Tierra y se perdía. ¿La película ‘E.T.’, la habéis visto? ¿Os suena? Yo hice ‘E.T.’ con 12 años. Me la copió Steven Spielberg, que es muy guarro. Cuando vi ‘E.T.’ dije: «Ahí va, es mi cuento». Era lo mismo. Exactamente el bicho aquel, con el culo así, diciendo: «Mi casa, mi casa, mi casa». Lo mismo.

Pero veis, mundo injusto. Steven Spielberg va y se forra. A mí me clavó un cero. Me dijo: «Sierra, hijo mío, qué burro eres». Me puso un cero. Con un cero mi padre me mataba. Tuve que decirle: «Maestra, ¿un cero por qué?». Ortografía: no había faltas, leía cada día. Tres páginas no, yo seis folios. Era un tío ya… Era incontenible. Vocabulario alto. Leía en casa el diccionario para buscar palabras nuevas. Mira si era un bicho raro.

Era un cero injusto. Y le dije: «Maestra, quiero ser escritor». Me miró y me dijo delante de toda la clase: «¿Tú escritor, Sierra? Mira, hijo mío, mejor te buscas ya un trabajo porque eres un inútil y lo serás toda tu vida. No sueñes». Me dijo que no soñara con 12 años. Es lo peor que se le puede decir a un niño de 12 años. Aquel día me fui llorando a mi casa. Nunca lo olvidaré. Cerré la puerta de mi cuarto y llorando dije: «¿Alguien cree en mí?». Mi padre me prohibía escribir y según la escuela yo era un ser inferior. Cuidado. En la escuela, además, yo sufrí acoso escolar. «Bullying». Sufrí palizas por ser tartamudo.

Os diré algo, sobre todo a este, que es un niño joven. Cada golpe que recibí me hizo más fuerte. Tenía un sueño. El que pega es un cobarde cagado de miedo, que le tiene tanto pánico a la vida que emplea su violencia, su miedo, con la violencia, para acosar a los demás. Los que me pegaron siguen siendo unos desgraciados, les he seguido la pista.

Yo me aferraba a un sueño. Pensaba: «Yo soy mejor que tú, porque sé lo que quiero ser. Tú no sabes lo que quieres ser». Así que recibí muchos golpes y me los tragué. Y esos me hicieron más fuerte. Nunca pudieron conmigo. Aquel día, llorando en casa, descubrí que sí, que había una persona que sí creía en mí. ¿Sabéis quién? Yo. Es suficiente. Os diré algo, y me pongo de pie, vuestro padre es vuestro padre. Los jóvenes. Vuestra madre os ha parido. Perfecto. Los profes, que no son tontos, saben más o menos cómo sois y de qué pie calzáis. Perfecto. Pero cuidado, lo más importante lo sabéis solo vosotros. ¿Y qué es lo más importante? Lo que cada cual tiene aquí dentro, aquí dentro y aquí dentro. Esto es vuestra vida, son vuestros sueños.

Si estáis seguros de algo, hacedlo. Si creéis en algo, id a por ello. Que no os coman el tarro. Tenéis solo una vida y es corta, se pasa volando. Si creéis en algo, que no os digan: «Sed médicos que ganaréis pasta». No. Sed médicos si queréis coger a un tío como yo, rasgarle y cambiarle el hígado de sitio. El placer… Haced lo que os gusta. Estoy harto de oír a vuestros padres, los jóvenes, diciéndoos: «Hijo mío, estudia algo con salida». ¿Qué sois, una autopista o qué? Por Dios. Con salida. Sed caminos de cabra, id por donde queráis, sed felices. El dinero llega después. Vivimos en un mundo materialista, egoísta, en el que no hay ningún trabajo de hoy en día que dentro de 20 años siga existiendo. Y ningún estudio de hoy en día que os asegure la vida.

¿Qué os va a asegurar la vida? Tener esto abierto, el corazón abierto, el estómago resistente y leer, absorber la vida como esponjas. No perderla. Aquel día llorando en casa pensé: «¿Qué hago, escribo o no escribo?». Si venís un día a Barcelona y venís a la Fundación Sierra i Fabra, veréis en la fundación, en el museo, las novelas que yo escribí con 10, 11 y 12 años. De 100 páginas. Y decían que yo nunca sería escritor. Están ahí expuestas. Las escribía a mano, de 100 páginas. Aquel día me dije: «¿Escribo, sigo o no?». Y me planteé un reto, me dije: «Si hago un libro gordo», era un niño, «es que lo voy a conseguir». Hice un libro de 500 páginas. También está en la fundación expuesto, el original. Cuando lo terminé al cabo de dos años, tenía muy claro que yo iba a ser escritor. No sabía si rico, pobre, famoso… Esto me daba igual.

Y es lo que he sido. Nunca he dejado de escribir. Esta es la razón de que yo sea escritor, de que nadie me haya parado nunca y de que lleve hechos más de 500 libros porque nadie me pudo frenar. Y quiero contar esto de entrada para que ahora en el diálogo sepáis un poco quién soy. No estoy loco. Soy un bicho raro, sí.

En esta jornada de inmensa alegría que quiero compartir con ustedes, es un honor para mí agradecer a todos los que se toman el tiempo para leer lo que escribo.

Agradezco infinitamente a mi esposa Eugennia, y a mis hijas Emilia, Paula y Lucía.

En tiempos de masividad visual y de lecturas sumamente cortas, es toda una proeza que nos mantengamos unidos por escritos de más de mil palabras.

Mi reconocimiento a todos ustedes por estos primeros cinco años.

Brindemos por varios lustros más.

Como nos dice Jordi Sierra:

“Si estáis seguros de algo, hacedlo. Si creéis en algo, id a por ello. Tenéis solo una vida y es corta»

Pascuas por la Paz !

La Paz está en la espera de mejores tiempos. En distintos lugares de nuestro orbe persisten situaciones de conflictos internos o externos entre diferentes países enfrentados.

El más impactante y reciente nos muestra escenas desgarradoras, de seres humanos arrumbados en fosas comunes, cuerpos tirados sobre las calles, sótanos donde la tortura y el desprecio por la vida humana, adquieren una dimensión impensada.

Ucrania revive día a día episodios que creíamos superados, millones de personas desplazadas por la guerra, seres humanos quebrados por el llanto y la tristeza de sufrir la pérdida de familiares, amigos y vecinos, de quedarse sin hogar y sin sueños.

El suelo de ese país se ha convertido en un teatro de operaciones donde por un lado el bloque ruso y por el otro el bloque de la OTAN, prueban todo tipo de armamentos, provocando múltiples efectos colaterales y destrucción.

Las conversaciones para un cese del fuego están empantanadas, mientras ciudades enteras se derrumban ante el paso del ejército foráneo, que se ha desplazado hacia el este de Ucrania.

Las oraciones y buenas intenciones de millones de personas que claman vigorosamente por la Paz, no encuentran el eco necesario para torcer la conciencia de los que detentan el poder y el uso desenfrenado de sus fuerzas armadas.

En una de las semanas donde millones de personas viven la espiritualidad más profunda, otros tantos son atravesados por una guerra desprovista de toda misericordia, buscando sobrevivir en un entorno donde prima la barbarie y la insensatez sin límites.

La palabra Pascua deriva del latín eclesiástico “pascha” (se pronuncia “pasca”) que, a su vez, proviene del hebreo Phase, que significa paso, tránsito (“el Paso del Señor”, según el Éxodo, 12, 1-11).

Luego, sumó la letra “u” por analogía de la palabra latina “pascua” (pastos), vinculado con el hecho de que en esta fecha se solía comer una cabeza de oveja comprada a los pastores.

Todos los días estamos transitando los pasos del señor, que guía nuestros propios pasos hacia nuevos hitos, que van conformando este camino que se inició con nuestro nacimiento.

Jesús resume la esperanza de millones de personas que obran según su visión de fe y su promesa de redención. El sufrimiento de su crucifixión y martirio, se magnifica en el dolor de otros tantos que hoy no tienen paz, pero confían en un mundo renovado y diferente.

Estas pascuas necesitan de nuestro compromiso con aquellos que no tienen fuerzas para llevar su cruz, aquellos que han sido forzados a abandonar sus anhelos y sus proyectos.

Por todos aquellos que viven el infierno de un conflicto donde sus derechos humanos son violentados de manera flagrante, hoy se elevan nuestras plegarias y se unen nuestras voces.

La vida no es un ejercicio sencillo, y aquello que llamamos felicidad es algo muy trabajoso, íntimo y profundo que contiene buenos y malos momentos que necesitamos transitar de la mano de nuestras convicciones y acciones. No resulta fácil dimensionar la enorme contrariedad de hacerlo mientras las bombas amenazan con destruirlo todo.

La Pascua adquiere una significación especial en momentos dramáticos de nuestro devenir humano, «nos pide cambiar dando pasos hacia una humanidad donde los viejos paradigmas sean desterrados, dando lugar a las enseñanzas del que nos redimió soportando su cruz».

Aquel que dijo «mi paz os dejo mi paz os doy» , nos legó el más preciado de los tesoros: su amor.

El infortunio de las guerras e injusticias que atentan contra ese regalo de la paz necesita ser acabado de la mano de la concordia, los consensos, el diálogo y el trabajo de todos por superar otros obstáculos que nos ponen en jaque de manera global.

A continuación, les traigo una reflexión sobre la Paz, entendida como un concepto abarcativo de nuestra condición humana, escrita por alumnas de un colegio de cuarto año de un colegio español.

LA PAZ

Cuando se planteó esta tarde en la clase de lengua hace una semana, empecé a a pensar en cómo iba a hacerlo, de qué iba a hablar, qué pretendía transmitir.

En un primer momento pensé que sería un trabajo sencillo, porque todos creemos conocer qué es La Paz. Tenemos la concepción general de que La Paz es la ausencia de guerras, que, en nuestros prósperos países occidentales, al no haber tanques en las calles, al poder expresarnos con libertad y al no tener que escapar de nuestro mundo en busca de una vida mejor, hay paz.

Pero cuando realmente me senté bolígrafo en mano a pensar de qué quería hablar y qué quería que el resto escuchara con esta redacción, me di cuenta de que la paz, este gran concepto, aparte de tener el presente significado, expresa innumerables cosas más.

Si doy rienda suelta a mi imaginación, sin indagar en las distintas plataformas digitales que tenemos a nuestra disposición, se me ocurre que la paz podría ser el bien sobre el mal. Aunque ambos conceptos son tan abstractos que temo que este discurso se reduzca a un puñado de generalidades sin sentido, con las que ninguno de nosotros nos sintamos realmente identificados.

Si continúo la búsqueda en mi mundo más cercano, veo que, para la religión, paz es amar al prójimo como a ti mismo, en política, la ausencia de conflictos bélicos y, para muchas personas, un bello invento que nos recuerda aquello que no debemos olvidar, aunque en ocasiones, se haga.

Voy comprobando que no existe un concepto de paz que nos convenza, y en este punto pienso en las relaciones humanas, en mí misma, hechos que he constatado en mi persona a lo largo de los años. Dependiendo de cómo trate a los demás, los acompañe o los ayude afecta en otra persona y ella, en otra, cambiando las cosas. La paz reside en mí y, dependiendo de cómo la ejerza, esta luego puede afectar en el prójimo, modificando tal vez nada, tal vez todo.

En España, por ejemplo, hay muchas personas que necesitan ayuda, que viven huyendo de otros países porque no tienen recursos y cuando damos oportunidades, cuando brindamos una mano amiga, cuando no juzgamos, HAY PAZ.

Quiero afirmar que la paz se fundamenta en la ayuda y en el respeto, a partes iguales. Sin ir más lejos, en el colegio, con mi grupo de amigos, entre mis compañeros, existen distintas opiniones, nacionalidades, diferentes formas de ver la vida, y en más de una ocasión hablamos de ellas, más de una vez discrepamos, pero siempre hay paz, la hay porque respetamos y valoramos el parecer de cada uno, sin juzgar, sin imponer, sin someter.

Ahora me estáis escuchando vosotros, que sois personas distintas a las que se encuentran en mi círculo cercano y, seguramente, si dedicara unos minutos a hablar con cada uno de vosotros, posiblemente tendríamos ideas opuestas sobre algún tema; pero, en este mismo instante, en este momento tan especial me estáis escuchando porque estáis respetando lo que digo. Es lo que deberíamos hacer, lo que mis amigos deberían hacer, lo que España y el Mundo debería hacer.

Para mí, hablar de paz significa tolerancia, empatía, comprensión y sobre todo respeto.

Porque la paz se encuentra en todos los rincones, sólo tenemos que aprender a valorarla, como dijo Antoine de Saint-Exupéry en El Principito, «Lo esencial es invisible a los ojos».

En estas pascuas, que el desafío sea que aprendamos juntos a vivir con la Paz en nuestros corazones.

Para culminar les dejo una frase alusiva a este concepto más profundo de la Paz:

«Existe una tentación extremadamente sutil y peligrosa de confundir la paz con la simple ausencia de guerra, como estar tentados de confundir la salud con la ausencia de enfermedad, o la libertad con el no estar preso. La terminología es a veces engañosa. Por ejemplo, la expresión «coexistencia pacífica» significa ausencia de guerra y no verdadera paz».

Vivamos estas pascuas como un nuevo paso.

Unas Pascuas por la Paz !