Eterna e invisible !

La pequeña Lucía sonreía a todos en la feria. Su padre la había llevado como tantas otras veces, para que le ayudase a vender sus artesanías de madera. Con apenas once años cumplidos, ella es y será la encargada de acomodar sobre la mesa asignada todos los tallados de pequeños animales, diminutas réplicas de elementos cotidianos y otros objetos creados con suma dedicación. La parte central de la mesa se destinaba a exponer lo más preciado del arte de su papá. Unos relojes de sol tallados y ornamentados que brillaban al sol producto de su lustre y calidad.

El viaje en carreta desde la ignota pedanía donde vivían hasta la ciudad en cuya plaza central se desarrollaba la feria, tomó unas seis largas horas. Para llegar a tiempo y ahorrarse dinero del alojamiento, partieron apenas un par de horas después de la medianoche. La idea era estar ya prestos y disponibles cuando la gente se hiciera presente desde las primeras horas de ese día sábado. Durante la travesía Lucía charlaba con su papá José, disparando un sinnúmero de preguntas, respecto de la vida, la familia, las estrellas, el mundo, el trabajo, y el matrimonio. Con él era libre de hablar de lo que sea, no así con su rigurosa mamá Teresa, a la cual temía en cierta forma. Teresa era la encargada de educarla en las tareas domésticas y en las actividades propias de una mujercita, poniendo para ello un énfasis y energías superlativas. Nada de la educación de Lucía para transformarla en una buena ama de casa quedaba librado el azar. Los errores o imperfecciones eran castigadas con severas penitencias, de las cuales sólo en contadas ocasiones era rescatada por José. Sus hermanos varones en un número de tres, colaboraban con su papá en las labores de su taller de artesanías, y cultivaban la pequeña parcela de tierra colindante a su casita, de modo tal de disponer de hortalizas ,cereales y algunas frutas frescas. Todos eran mayores que ella, y si bien la protegían, disfrutaban al mismo tiempo de la práctica de constantes bromas dirigidas hacia su hermana más pequeña, a la cual hacían enojar bastante seguido.

Ese sábado fue un día soñado para las ventas. Se habían quedado casi sin artículos para el día Domingo, un hecho que facilitaría su regreso más temprano ese día, si es que alcanzaban a vender todas las cosas antes de la mitad de la jornada. Gracias al dinero recaudado pudieron buscar un buen alojamiento y degustar de una excelente cena antes de acostarse a recuperar sus energías gracias al sueño reparador. Apenas despuntado el siglo XVIII, las comodidades para la gente común, que no pertenecían a la nobleza, al ejército o a la iglesia, eran muy pocas o ningunas. No era habitual la abultada venta que habían hecho durante ese fin de semana de verano. Quizás obedecía a que las cosechas que habían sido abundantes, eran suficientes para pagar los impuestos a los señores feudales y para que quedaran ciertos ahorros, los cuales ahora eran gastados o más bien derrochados por estos incipientes citadinos. José, que se caracterizaba por ser muy parco y tímido, se comportó de manera desusada en el discurrir de esa velada de sábado por la noche, la cual fue compartida y festejada con otros feriantes. Capaz fue el hecho de beber bastante vino, lo que produjo este cambio de carácter o quizás la alegría que deviene del éxito comercial, o una combinación de ambas. Lo cierto es que José río, cantó y gritó durante las casi tres horas que degustaron su cena y la sobremesa con otros artesanos y vendedores. Lucía no se olvidaría más de ese fin de semana, y en especial de esa noche cuando sintió que su papá era inmensamente feliz. Rezó antes de dormir, a ese Dios que su madre le había enseñado a orar, pidiendo para que se repitieran otros fines de semana como este. Le exigió que jamás se extinguiera la posibilidad de viajar acompañando a su padre a donde esté decidiera ir a vender sus productos.

El Domingo, tal cual era previsible, se quedaron sin artesanías un poco antes del mediodía. Eso les facilito disponer de tiempo para un rápido y frugal almuerzo, antes de emprender el regreso a casa. Subieron y se acomodaron en el asiento de la carreta sin techo, tirada por caballos, tan pronto como les fue posible. La ventura estaba de su lado, porque si bien la temperatura era algo elevada, ya que se trataba de una siesta estival, un manto nutrido de nubes cubría el cielo, lo que los protegía de los rayos del sol. Lucía, suponía que la lluvia vendría a su encuentro en algún lugar del camino, pero eso no sucedió. Ella hizo gran parte del recorrido, un poco más callada y reflexiva en comparación con el viaje de ida. Estuvo pensando acerca de la buena suerte que los había acompañado durante el fin de semana. La verdad que no pudo ser mejor, ya que su papá ni siquiera hubo de discutir con nadie por los precios, las calidades o cantidades. Pensaba que su papá por fin había podido sentirse pleno y recompensado por lo que hacía. Lucía lo consideraba un gran artesano de la madera. Siempre él estaba buscando figuras cada vez más complejas de tallar, siendo muy avezado para crear cosas bellas y armoniosas, partiendo de maderas variadas y muy distintas entre sí, que solo él era hábil para encontrar en el bosque cercano. Sus hermanos mayores no tenían ni idea de ese proceso. Lucía se decía a sí misma que aprendería todo sobre el oficio, incluyendo el arte de recolectar la materia prima. Ella sería la heredera distinguida, la que llevaría a las artesanías al siguiente nivel.

Llegaron a casa, apenas pasado el atardecer. Teresa los esperaba ansiosa, para conocer los detalles del viaje, pero sobre todo para saber cuan voluminosas habían sido las ventas. Se puso muy contenta con el relato de José y Lucía y más aún cuando supo de los excelentes resultados comerciales. Esa noche Teresa, con la asistencia de Lucía, se encargó de preparar una abundante cena, a base de las liebres, que habían cazado sus hijos esa tarde de domingo. Esa especie de guiso de carne de liebre, acompañado con patatas, otras hortalizas y trigo molido, resultó ser la más exquisita comida en mucho tiempo. Para el postre, que era bastante desusado en aquella época, José aportó unos dulces, que había conseguido en la feria mediante el trueque con otro artesano. Le costó desprenderse de uno de sus más logrados caballos, sólo para conseguir esos dulces especiales de frutas, moldeados con forma de cubos, esferas y estrellas, que tanto le gustaban a Lucía. La cara de placer de su familia cuando comieron los manjares almibarados, compensó con creces el dinero que podría haber conseguido con la venta del caballito.

La semana posterior al viaje, la vida continúo dentro de la monotonía habitual. Sin embargo, los buenos resultados obtenidos infundieron nuevos ánimos a José, el cual redobló esfuerzos para producir más y mejor. Su idea era concurrir a la feria que se desarrollaría en unas tres semanas, en una ciudad tanto más lejana como grande. Necesitaba reponer todo lo que había vendido, produciendo aún más, ya que presuponía que las ventas serían aún mayores que las del fin de semana pasado. Toda la familia, pero sobre todo José y Lucía trabajaron sin descanso para lograr el cometido. Mientras eso sucedía, Lucía estaba algo inquieta porque escuchaba que José y Teresa, se quedaban charlando a solas, cuando el resto de la familia ya se encontraba en sus lechos para dormir. No podía descifrar de que se trataban los diálogos, ya que hablaban casi entre susurros. Si ella osaba acercarse a hurtadillas para tratar de escuchar y era descubierta por su madre, las consecuencias serían terribles. Los hijos no tenían permitido escuchar las conversaciones de los mayores y menos aún en circunstancias donde era muy evidente que querían hablar en soledad de ciertos temas.

La mala noticia para Lucía llegó un día antes de la partida a la feria por la cual habían trabajado tan duramente. No viajaría de ahora en más con su papá, y sería reemplazado por uno de sus hermanos. Lucía supuso que le costaron a su mamá varias noches de conversaciones veladas con su papá para terminar de convencerlo del «porque no» Lucía debía viajar más con José. Lucía lloró amargamente debido a esta decisión que ella visualizaba como un castigo, aunque su mamá intentará convencerla de que era por su bien. Ella estaba en vísperas de ser una señorita, los caminos no eran sencillos, y deparaban peligros, lo mismo que los hospedajes donde a veces dormían. Por otro lado, ella tenía que terminar su formación como mujercita y ama de casa, para que en unos pocos años, pudiera unirse con alguien cuando menos de su condición y porque no, dada su belleza, aspirar a formar parte de algunas de las cortes de los señores feudales. El ambiente de las ferias no era el mejor para ese proceso, además de que Teresa necesitaba ayuda a tiempo completo para llevar a cabo las constantes y tediosas tareas del hogar.

Lucía le suplicó muchas veces a su papá para que se reviera la decisión. De sus ojos de hombre cansado, cayeron unas lágrimas, ante los sucesivos ruegos de su querida y repetida compañera de viaje, que intentó aferrarse a él unos minutos antes de salir. Todo fue en vano, el infortunio no tendría remedio para la pequeña, la cual se sumió a partir de ahí en una terrible tristeza, de la cual ella no encontraba manera de escapar. La luz de la cual provenía su nombre, se había esfumado por completo.

Su papá regresó tres días después. Los resultados de esta travesía fueron de regulares a buenos. Ni muy muy, ni tan tan. Lucía se alegró en algo de ver a su papá, sobre todo cuando este le entregó el regalo que le había traído de su travesía. Un anillo metálico brillante y decorado, que la haría sentir orgullosa de su papá, de ahí en más y para siempre. Sería su talismán de la suerte, acompañandola a tiempo completo, ya bien alojado en sus dedos o guardado en algún bolsillo de sus vestidos.

Más allá de este resurgir momentáneo de su alegría, Lucía no podía concebir la vida sin los viajes. Estaba, asimismo, en total desacuerdo de ser a futuro la esposa de alguien que ella no elegiría. Sabía que su papá poco podría hacer para torcer la voluntad de Teresa, los hechos lo habían demostrado. Ella tenía que planificar y ejecutar algo que volviera las cosas a su lugar, ya que no quería ser nuevamente presa de decisiones tomadas durante conversaciones nocturnas de las cuales no era parte. Rezar al Dios convencional que le había enseñado su mamá no le había servido de mucho, casi de nada en las actuales circunstancias. Su cambio de Dios tenía que ser radical, por lo que recurriría a la vieja hechicera de la comarca en busca de consejo.

Esa tarde convenció a su papá para que le diera permiso de ir al bosque para buscar preciados trozos de madera. José estaba ensimismado trabajando en su taller, por lo que no pensó mucho antes de dar el visto bueno. Normalmente él le hubiera dicho que fuera a consultar con su madre, pero esa tarde, estaba con su mente tan ocupada, que no sólo no siguió el procedimiento acostumbrado, sino que tampoco fue capaz de percibir el renovado brillo que salía de la mirada de Lucía, la cual salió raudamente a proceder con su cometido. El recorrido para llegar a la casa dónde vivía la supuesta bruja, pasaba por el bosque, y se desviaba luego hacia el arroyo que bañaba la comarca. Una vez arribada a esa casa, que era de piedra y parecía bastante normal, tocó a la puerta usando una pesada aldaba, quedando a la espera de ser atendida. Pasados unos minutos, la fuerte puerta de madera se abrió, siendo invitada a pasar por Gertrudis, la hechicera.

Una vez adentro, Gertrudis le señaló un asiento que fue ocupado por Lucía, mientras ella se sentaba diametralmente opuesta, ambas alrededor de una mesa que contaba con un mantel de tela y oropeles muy distinguido. La maga no le producía temor a Lucía, sino más bien cierta desconfianza, ya que se la imaginaba mucho más tenebrosa, vieja y arrugada. Contrariamente, esta especie de bruja, era joven, bella y parecía ser una dulce persona.

¿Qué te sucede niña? ¿A qué has venido?

Lucía, que no tenía problemas para hablar le contó toda su historia, con pinceladas dramáticas por aquí y por allá, manifestando claramente su indeclinable voluntad de mantenerse soltera y de seguir viajando con su padre a dónde este fuera a ofrecer sus artesanías, sin importar lo que su madre quisiera para ella. Gertrudis después de escucharla con suma atención, le preguntó su edad y le dijo que su fantasía era absolutamente lograble, si daba con el Dios adecuado a quien pedírselo. Le preguntó si traía con ella algún objeto preciado, donde ella pudiera dejar anclado el conjuro, que le serviría para comunicarse con el nuevo Dios. Lucía, le entregó el anillo que era regalo de su papá, para que la hechicera marcara en él sus elecciones de vida para siempre. Una vez finalizada la ceremonia, Gertrudis fue bastante clara con Lucía, respecto de que los Dioses, suelen pedir cosas a cambio y de manera muy incierta. Que dependiendo de quien fuera ese Dios que acudiera a su llamado, lo que quizás ella debía resignar podía ser bastante relevante o si se quiere caprichoso. Que tuviera presente, que la aceptación del trato con el Dios era decididamente irreversible y no se podía deshacer con otros acuerdos, ya que quedaba registrado en el mundo donde habitan los dioses, los cuales no podían ignorar los tratos entre sí.

Lucía no le otorgó en ese momento, la debida entidad a las palabras de la hechicera, porque estaba infinitamente enfadada y dispuesta a hacer de su vida lo que ella deseara. Al día siguiente buscaría al Dios a donde sea, le mostraría el anillo con sus deseos más profundos y se sometería a lo que este le pidiera a cambio. Esa noche no pudo dormir producto de su ansiedad. Sus padres habían vuelto a charlar durante la noche, pero eso a ella ya no le importaba. Si hablaban de ella ya la tenía sin cuidado, porque su nuevo Dios le allanaría el camino para disfrutar de su libre albedrío. Por la mañana y luego de dormitar de a ratos, apenas desayunó un poco de té y un pedazo de pan. Sin pedir ningún permiso salió de la casa, rumbeando para el arroyo, porque ella estaba convencida de que era el mejor lugar para encontrar al Dios que cumpliría con sus sueños. Llegada al lugar donde corría el agua mansa y tranquila, divisó lo que ella creía era el lugar más propicio para rezar a su nuevo Dios. El arroyo doblaba abruptamente, formando casi un codo a noventa grados, acumulando sedimento, lugar donde se había enraizado un frondoso árbol. Se sentó en sus raíces a la vista, sacó el talismán marcado de su bolsillo y miró al cielo en señal de búsqueda. En realidad, Gertudris no le había dicho nada de cómo debía proceder con la ceremonia, por lo que ella fue improvisando según el leal saber y entender de una niña.

Luego de unos instantes de meditación y otras maniobras que parecían apropiadas, por fin su Dios se hizo presente. Se trataba de una imagen incorpórea, vestida con andrajos, que parecía no tener principio ni fin. De esa figura sólo eran claramente visibles sus ojos, y su boca, ya que el resto formaba parte de un ser difuso e inabarcable. Lucía sintió algo de miedo al principio, pero luego las palabras del Dios le dieron algo de certeza y tranquilidad.

“Por tu anillo ya sé lo que deseas, no hace falta que me cuentes nada más”.

“Ahora te diré alto y fuerte, a que te enfrentarás el resto de tu vida y que me darás a cambio”.

“Una vez que me hayas dado el SI, todo quedará efectivamente hecho y registrado por siempre en el libro de los tiempos, al cual solo accedemos nosotros los Dioses”.

“Tu deseo de seguir soltera y continuar viajando con tu papá por siempre serán concedidos, con la salvedad de que, para ello, serás de ahora en más «eterna e invisible», ya que tu cuerpo y tu alma, serán de mi pertenencia exclusiva. Podrás vivir por siempre, conservando tu edad actual, sobreviviendo a tus padres, y pudiendo pasar desapercibida por el resto de los tiempos, hasta que yo o algún otro Dios te necesite para otro cometido, el cual no será tampoco de tu elección”.

Lucía, lo miro con incredulidad y sorpresa, pero estaba tan decidida que dio el SI, sin siquiera pensarlo mucho. La afirmación hizo desaparecer al Dios, y ella estaba feliz de haber logrado su cometido. Volvió corriendo a su casa para ver de que se trataba el conjuro. En el camino se cruzó con varios conocidos los cuales no la reconocieron y por tanto ni siquiera la saludaron. Ya en su hogar verificó que no había rastros de ella, como si nunca hubiera existido. Saludó a su papá sin recibir respuesta, ya que resultaba invisible para los demás. Toda su vida tal cual era, se había esfumado, en su nueva condición de «eterna e invisible».

Al principio se sintió un poco afectada, pero con el correr del tiempo, la nueva modalidad de vida le rindió sus frutos, ya que como ella deseaba jamás se casó, y acompañó a su papá a todos los viajes, hasta que este dejó de existir. En todos ellos se hacía sentir presente, escondiéndole algunas cosas, para verlo enojarse un poco, y en otras tantas ayudándolo a vender más, o dejándole dinero extra que robaba a algunos señores acaudalados. Su nuevo estado le valió la posibilidad de estar en todos los confines del mundo, vivir todos los grandes descubrimientos y sufrir todas las grandes guerras y pestes. Si bien era eterna e invisible, sentía alegría y tristeza como cualquiera que está vivo, y últimamente se estaba dedicando mucho a enviar miles de mensajes de texto a todas las personas con las cuales se contactaba a su manera. Hubo de convivir a lo largo de los diferentes siglos, con muchas familias, hombres solteros o con amigas, en muchos países y regiones, aprendiendo a hablar (aunque sin poder comunicarse) en todas las lenguas. Fue testigo de todos los avances tecnológicos, pero lo que siempre más le gustó fue cuando pudo comenzar a comer helado mirando las estrellas. Ella aún cree que el helado debería declararse gratuito y universal.

Últimamente, ya se siente un poco como una vieja eterna, y cada vez que se mira al espejo, se percibe como una mujercita, ya no siendo la niña que fue. Un error en el conjuro le ha permitido crecer un poco, como si tuviera unos veinticinco años de edad real. Se ha asentado en la casa de un hombre joven, soltero y apuesto, que vive para estudiar y trabajar en la ciudad de Nueva York. Desde que llegó allí, esa ciudad tan cosmopolita le resultó por demás atractiva. Hace más de cincuenta años que se encuentra radicada en la ciudad de las luces, haciendo honor a su nombre, el cual nunca cambió: Lucía. Por las tardecitas cuando John vuelve de su empleo, y se sienta a estudiar, ella aprovecha para hacerle compañía, mientras mira el horizonte y el resto de la ciudad desde la ventana de ese departamento elevado. Tiene la extraña sensación que tarde o temprano el Dios que le regaló la eternidad, u otro cualquiera, vendrán a pedirle que rinda cuentas y la destinarán ahora sí, a vivir por fin «una existencia efímera». Ella piensa que ya no merece ser ni eterna ni mucho menos invisible. Ya necesita sentir los dolores de la vejez real y el sufrimiento de una vida común. Hasta tanto eso suceda, se siente cómoda con la compañía de su pareja que no lo es, y concurriendo a toda feria de artesanías que haya en el mundo, en honor su papá. Aún conserva su anillo talismán y una foto de su padre que pudo reproducir gracias a la tecnología.

Un poco más de trescientos años después se repite a sí misma que si bien necesita urgente un cambio, la elección que tomó ha sido por demás fructífera. Ser eterna e invisible no tiene precio, de hecho y más aún si puede seguir rezandole al Dios que le enseñó su madre. No le guarda rencor, ni a ella ni a sus hermanos. Sería casi imposible estar disgustada con alguien por toda la eternidad. Por la noche antes de dormir junto a John, escucha algo de música, que ella le deja a propósito en la lista de reproducción de su celular. Eso la tranquiliza y la hace sentir menos inmortal y algo más humana.

«Eterna e invisible, sólo de eso se trata».

Intento de cuento en homenaje a todos los escritores de textos para niños y no tanto, a los cuales admiro profundamente, y de los cuales he sacado algunas ideas para la trama.

Dedicado a Emilia y Paula, mis adoradas hijas mellizas que próximamente cumplirán quince años! Dedicado a Lucía, la más pequeña, que aparte de su mismo nombre, tiene algunos detalles de esa luz parecidos a la protagonista!

Evolución del lenguaje. ¿Inclusivo o Exclusivo?

Los estudiosos de la antropología, sociología, filosofía, la lingüística y otras disciplinas humanistas, marcan la importancia central que tuvo la aparición del lenguaje y la escritura en la evolución del hombre desde el punto de vista individual y social. La posibilidad de comunicarnos con elementos simbólicos, tales como vocales o palabras, que representan objetos, acciones, sujetos, e ideas, nos permitieron identificar y diferenciar de manera inequívoca una mesa, de una silla, de un bote, de una casa, solo por citar un ejemplo vinculado a un objeto. Del mismo modo no es lo mismo caminar, que correr, que volar o quedarse quieto. Aparecieron distinciones para un hombre, una mujer, un niño, un anciano, una cebra, un león, una cabra, en un grupo de seres vivientes dentro del reino animal. En una instancia posterior las ideas de construcción social y política, se organizaron a través de palabras que representaban a familias, pueblos, ciudades, gestados, regiones. Así podríamos continuar hasta establecer un conjunto lo suficientemente grande de representaciones simbólicas, que necesitaron ser agrupadas en un diccionario, de modo tal que sirvieran de guía y ordenamiento, para disipar cualquier duda respecto del significado de lo que cada término o vocablo pretende encarnar.

Si leemos el Quijote de la Mancha en su versión en castellano correspondiente a la época cuando fue escrito, caeremos en la cuenta de que esa versión del idioma dista mucho de la actual, debido a que varias construcciones gramaticales y la ortografía aceptada por ese entonces, han entrado hace mucho tiempo en desuso, debido al discurrir y cambios sucedidos a lo largo de varios siglos. Algunos objetos usuales en aquella época han desaparecido, dando lugar a otros que se crearon a lo largo de la historia, luego de la revolución industrial, la era tecnológica, y la digitalización, sólo por citar ejemplos relevantes y medianamente conocidos. Es probable, por ende, que si un humano del mil seiscientos, siglo cuando se escribió el Quijote, tuviera la oportunidad de viajar en el tiempo, o viceversa un hombre moderno viajar al pasado, no podría entablar una conversación fluida con otro ser de la misma especie, incluso hablando la misma lengua. Esta situación se repetiría de seguro con el habla inglesa, alemana, rusa, china o con cualquier otro idioma, de los que han proliferado en el mundo. Las lenguas que coexisten en nuestro mundo, se agruparon en torno a raíces comunes, tales como las derivadas del latín o de las lenguas germánicas, pero aún con una misma raíz , fueron adoptando según sus culturas de base, diferencias que las hacían únicas para un determinado grupo de personas, constituyendo los idiomas tal cual hoy conocemos, cada uno con su alfabeto, ortografía y construcciones gramaticales.

El ser humano hizo un intento por unificar el idioma, para lograr que todos pudiéramos entender sobre la base de una lengua común. El esperanto es la lengua planificada internacional más difundida geográficamente y hablada en el mundo.​ El nombre proviene del seudónimo que L. L. Zamenhof, un oftalmólogo polaco, utilizó para publicar las bases del idioma en 1887. La intención de Zamenhof fue crear una lengua fácil de aprender y neutral, más adecuada para la comunicación internacional. Como quedó recogido en la Declaración de Boulogne, el objetivo del esperanto no es reemplazar los idiomas nacionales, sino ser una alternativa internacional rápida de aprender.

Para poner en números esto de «lengua común más difundida geográficamente», tenemos que decir que sólo abarca a una comunidad de más de 100 000 – 2 000 000 de hablantes de todos los niveles repartidos por el mundo, según estimaciones de finales de siglo unidas a las más recientes. De ellos, alrededor de 1 000 son hablantes nativos de esperanto.​ En Polonia, el esperanto se encuentra en la lista de patrimonio cultural inmaterial. Como idioma, goza de cierto reconocimiento internacional, por ejemplo, dos resoluciones de la Unesco o el apoyo de personalidades de la vida pública.

El esperanto es una lengua artificial, sin hablantes nativos en su origen, creada explícitamente con el fin de vencer los límites de comunicación entre las personas del mundo que hablan diferentes idiomas. El intento de crear una legua universal que nos una, no ha logrado su objetivo todavía, dado el bajo porcentaje de hablantes de la actualidad. Si tomamos en cuenta que nació en 1887 y ahora es una comunidad de más de 100 000 – 2 000 000 de hablantes de todos los niveles repartidos por el mundo entero, su avance ha sido irrelevante, casi infinitamente lejos del objetivo planteado.

La historia de la evolución y cambios en el lenguaje sigue una estrecha relación con distintas metamorfosis culturales, que, a su vez, y como hemos mencionado, tienen su origen en determinantes episodios históricos que se proyectaron en su momento en el presente y hacia el futuro. Vale decir, por consiguiente, que los cambios lingüísticos son procesos (quizás de siglos) naturales , que son lentos y desprovistos de obligatoriedad.  Los cambios en las lenguas o idiomas se dan dentro de un proceso de aceptación natural, del mismo modo que los dialectos o modismos regionales, se van incorporando a la jerga de los hablantes. Toda vez que los cambios se naturalizan, el proceso continúa con su incorporación o no a la guía o diccionario de referencia. Si uno se toma el trabajo de leer el diccionario de la Real Academia Española, allí es posible encontrar numerosos ejemplos de adopción de palabras cuyo uso y significado está acotado a una determinada región, país o conjunto de países. Por el contrario, no todas “las nuevas palabras” son encontradas, aunque su uso sea predominante o repetitivo.

La última discusión mundial en torno al lenguaje viene dada por el denominado “lenguaje inclusivo”, el cual es un tema de debate que se instaló desde la década de 1970, con la aparición del movimiento feminista y se profundizó con las teorías de género, las cuales son un poco más recientes. Es un tema que genera amplias controversias entre personas a favor y en contra, incluyendo por supuesto posiciones tomadas respecto de esta nueva modalidad de lenguaje, tanto en el seno de la Real Academia o de las Naciones Unidas, citando algunos ejemplos.

Este uso del lenguaje es una tendencia social que se ha hecho presente en diferentes idiomas, entre ellos los seis idiomas oficiales de las Naciones Unidas,​ con el fin de utilizar expresiones lingüísticas que eviten los prejuicios y estereotipos sexistas, así como la invisibilización y exclusión en el lenguaje de las personas de determinado sexo, género u orientación sexual.

Abarca una variedad de estrategias, reglas y mecanismos lingüísticos, que no son uniformes, ni se encuentran siempre consolidadas por el uso social. Esto incluye la evitación del masculino genérico en el idioma español, la formación de frases de manera co-igual y la aceptación de la versión femenina de sustantivos tradicionalmente masculinos (académica, presidenta, jefa, gerenta, abogada, jueza, etc.), así como el uso de estructuras neutras o23Dx en no binarias, como la terminación de palabras con la vocal “e”, o los símbolos “x” y “@”, para expresar indeterminación genérica, y sustantivos que no son específicos de género para referirse a roles o profesiones. Por ejemplo, el uso del pronombre “elle”/”elles”, o la creación de expresiones como “auxiliar de vuelo” para sustituir “azafato” y “azafata”.

En inglés palabras específicas, que contienen en sí mismas marcadores de género, como actor (actor) y actress (actriz), han tendido a ser unificadas con sentido neutro, por el término originalmente masculino. Algo similar ha sucedido con las palabras que contienen la partícula man (“hombre”, en ese idioma), como policeman (policía), fireman (bombero), o chairman (presidente), que tienden a ser reemplazadas por expresiones neutras como police officer (oficial de policía) y firefighter (combatiente del fuego). Procesos similares se reiteran en otros idiomas.

El lenguaje inclusivo incluye también la recomendación de utilizar estrategias gramaticales neutras, aún sin alterar las reglas tradicionales del idioma, como recurrir a la palabra “persona” o “personas” para evitar el masculino genérico (por ejemplo “personas transgénero”), el uso de pares femenino y masculino (“señoras y señores”), estructuras genéricas (“gerencia” en lugar de “los gerentes”; “el cuerpo de fiscales”, en lugar de “los fiscales”; el “desempleo juvenil” en lugar del “desempleo de los jóvenes”; “el alumnado” en lugar de “los alumnos”), el pronombre relativo “quien/es” (“quienes cumplan los requisitos” en lugar de “los que cumplan los requisitos”).

Gran cantidad de países y organizaciones internacionales, públicas y privadas, han establecido manuales y recomendaciones para el uso en sus ámbitos de lenguaje inclusivo y no sexista, entre ellas las Naciones Unidas.

Las expresiones del lenguaje no sexista se emplean en diversas disciplinas que investigan los efectos del sexismo y del androcentrismo en el lenguaje. El estudio de la teoría del lenguaje sexista es paralelo al del lenguaje no sexista y cae dentro del ámbito de la filosofía, la sociología del lenguaje, la antropología lingüística, la sociolingüística y la etnografía de la comunicación.

Las recomendaciones que hacen las Naciones Unidas para sus funcionarios en relación con el uso de este lenguaje son las siguientes:

«A la hora de decidir qué estrategias utilizar, el personal de las Naciones Unidas debe:

  • Tener en cuenta el tipo de comunicación (sea oral o escrita) y su finalidad, además del contexto y el público;
  • Procurar que el mensaje, oral o escrito, sea claro, fluido y conciso, y que los textos escritos sean legibles;
  • Tratar de utilizar diferentes estrategias combinadas a lo largo del mensaje, oral o escrito.

El género gramatical se manifiesta en los sustantivos, adjetivos, artículos y algunos pronombres. En los sustantivos y adjetivos existe únicamente el morfema de género masculino y el de género femenino. El género neutro se ha conservado en unas pocas palabras, como aquello, eso, esto, ello, alguien, algo y lo.

Es importante no confundir el género gramatical (categoría que se aplica a las palabras), el género como constructo sociocultural (roles, comportamientos, actividades y atributos que una sociedad determinada en una época determinada considera apropiados para los seres humanos de cada sexo) y el sexo biológico (rasgo biológico propio de los seres vivos).

En español hay distintos mecanismos para marcar el género gramatical y el sexo biológico: a) terminaciones (chica/-o), b) oposición de palabras (padre-madre) y c) el determinante con los sustantivos comunes en cuanto al género (el/la estudiante, este/esta representante). También hay palabras específicas (sustantivos epicenos) que tienen un solo género gramatical y designan a todas las personas independientemente del sexo biológico (la víctima, la persona).

Los principales retos del español para una comunicación inclusiva en cuanto al género son la confusión entre género gramatical, género sociocultural y sexo biológico, el nivel de conocimiento de los recursos que ofrece la propia lengua para hacer un uso inclusivo dentro de la norma y las asociaciones peyorativas que han heredado del sexismo social algunos equivalentes femeninos.

En español es posible utilizar diferentes estrategias para hablar o escribir de manera más inclusiva en cuanto al género:

En español es posible utilizar diferentes estrategias para hablar o escribir de manera más inclusiva en cuanto al género:

1. Evitar expresiones discriminatorias

1.1 Emplear las formas de tratamiento adecuadas

Al dirigirnos o referirnos a alguien, conviene utilizar las formas de tratamiento (título de cortesía), el pronombre personal y los adjetivos que concuerden con su género.

Ejemplos:

Menos inclusivo             

El profesor Gómez (profesión y apellido para referirse a un hombre) y Alicia (nombre de pila para referirse a una mujer) vendrán al almuerzo.          

Más inclusivo

El profesor Gómez y la ingeniera Tucci vendrán al almuerzo (profesión y apellido en ambos casos).

1.2 Evitar expresiones con connotaciones negativas

Algunas expresiones tienen una connotación negativa que nace de una concepción estereotipada de las características de los géneros, por lo que se recomienda evitarlas.

Ejemplos:

    Los hombres no lloran.

    Actúa como una niña.

    Se comporta como un hombre/como una señorita.

    Es fuerte como un hombre.

1.3 Evitar expresiones que perpetúan estereotipos de género

Hay expresiones que perpetúan estereotipos sobre los roles socialmente asignados a los géneros, por lo que se recomienda evitarlas.

Ejemplo:

Menos inclusivo             

Enfermeras y médicos participaron en la huelga del sector.       

Más inclusivo

El personal sanitario participó en la huelga del sector.

2. Visibilizar el género cuando lo exija la situación comunicativa

2.1 Emplear pares de femenino y masculino (desdoblamiento)

El desdoblamiento consiste en utilizar la versión femenina y masculina de la misma palabra. Como estrategia puede utilizarse cuando se quiere hacer visibles tanto a mujeres como a hombres. No obstante, se recomienda no abusar de él, porque puede dificultar la lectura, crear incoherencias o restar precisión al texto, como en el caso de los textos jurídicos.

En cuanto al orden de los pares, se puede seguir el orden alfabético o ir alternando el orden en que aparecen una y otra forma. En caso de alternar el orden, hay que tener cuidado, sobre todo cuando la alternancia pueda opacar el sentido del texto, crear confusión o dificultar la lectura.

Ejemplos:

Los niños y las niñas deben asistir a la primera clase con sus padres.

El tribunal está integrado por jueces y juezas de distintos países.

Señoras delegadas, señores delegados: … [como saludo inicial en una intervención oral]

Los candidatos y las candidatas al LPE deberán presentar su solicitud antes del 2 de mayo.

2.2 Emplear estrategias tipográficas

Es posible utilizar la barra [/] o los paréntesis [()] para explicitar el femenino, por ejemplo, cuando se mencionan cargos sin hacer referencia a la persona que pueda ocuparlos en un momento dado. Si bien se trata de un recurso útil, se recomienda no abusar de él porque puede sobrecargar el texto y dificultar la lectura, ya que deberá duplicarse la coordinación en todos los casos.

Ejemplos:

El/La Director/a se ocupará de coordinar la campaña de promoción.

2.3 Emplear “hombres y mujeres”/“varones y mujeres”

Cuando el sentido de la situación comunicativa así lo requiera, podemos emplear “hombres”/“varones” y “mujeres” para hacer explícitos ambos grupos.

Ejemplos:

Todas las personas que respondieron a la encuesta, tanto hombres como mujeres, dieron una valoración negativa en la pregunta 5.

Las nuevas políticas sanitarias benefician a mujeres y varones por igual.

3. No visibilizar el género cuando no lo exija la situación comunicativa

3.1 Omitir el determinante ante sustantivos comunes en cuanto al género

Ejemplo:

Menos inclusivo             

Acudieron algunos periodistas de distintos medios.

Más inclusivo

Acudieron periodistas de distintos medios.

3.2 Emplear sustantivos colectivos y otras estructuras genéricas

Cuando no sea necesario mencionar un cargo u ocupación haciendo referencia a las personas, se puede utilizar el grupo, la institución, el órgano o la función que representan mediante:

un sustantivo colectivo (ejemplo: los vicepresidentes – la vicepresidencia)

estructuras con “la comunidad” y “el cuerpo de”

procesos en lugar de personas (ejemplo: el evaluador – la evaluación)

Ejemplos:

Menos inclusivo             

los funcionarios             

los trabajadores/los empleados

Más inclusivo

el funcionariado

el personal

3.3 Usar sustantivos colectivos para referirnos a conjuntos de personas

Ejemplo:

Menos inclusivo             

los ciudadanos

Más inclusivo

la ciudadanía»

La guía completa, que las Naciones Unidas recomienda para que sus funcionarios usen en sus presentaciones y conversaciones, se puede bajar entrando a su página web.

Posición de la Real Academia Española

La Real Academia Española intentó poner un freno al lenguaje inclusivo, publicando un manual en el que juzga «innecesario» el uso de la «e» en vez de la «o» para incluir a hombres y mujeres en los plurales. «No hay que confundir gramática con machismo», sentenció.

experimentan cambios en su forma y hacen explícito su género indirectamente, es decir, mediante los determinantes o los adjetivos que los acompañan: el artista / la artista; el profesional / la profesional; el testigo / la testigo.

En su Nueva gramática de la lengua española (2009, sec. 2.2f) establece los conceptos de “género no marcado” y “género marcado” de la siguiente manera:

El «género no marcado» en español es el masculino, y el «género marcado» es el femenino. (…) La expresión «no marcado» alude al miembro de una oposición binaria que puede abarcarla en su conjunto, lo que hace innecesario mencionar el término marcado. Cuando se hace referencia a sustantivos que designan seres animados, el masculino no solo se emplea para referirse a los individuos de sexo masculino, sino también para designar la clase que corresponde a todos los individuos de la especie, sin distinción de sexos.

Y más adelante añade:

El circunloquio es innecesario cuando el empleo del género no marcado se considera suficientemente explícito para abarcar a los individuos de uno y otro sexo, lo que sucede en un gran número de casos: «Los alumnos de esta clase» (en lugar de «Los alumnos y las alumnas») «se examinarán el jueves»; «Es una medida que beneficiará a todos los chilenos» (en lugar de «a todos los chilenos y a todas las chilenas»).

No obstante, en el punto siguiente precisa:

Tal como se indicó en los apartados anteriores, el contexto puede no dejar suficientemente claro, en casos muy específicos, que el masculino plural comprende por igual a los individuos de ambos sexos. Una opción posible es acudir en ellos a las fórmulas desdobladas, como en «Los españoles y las españolas pueden servir en el Ejército».

La Real Academia Española rechaza la pretensión del lenguaje no sexista en lo que considera según su criterio sus vertientes más radicales, alegando que presentan un uso indiscriminado de los desdoblamientos, argumentando el principio de economía de lenguaje, además de basarse en estudios del latín, que es de donde procede nuestra lengua: existen diversas teorías lingüísticas que afirman que la forma masculina no predomina debido a la discriminación de la mujer, dado que en latín, las terminaciones de los nombres, adjetivos y pronombres en acusativo singular suelen coincidir en sus formas masculina y neutra, lo que habría hecho que los géneros masculino y neutro se amalgamasen y fusionasen en la lengua hablada evolucionando como uno en prácticamente todas las lenguas romances, salvo en excepciones puntuales como el pronombre «ello» y el artículo «lo», lo que habría favorecido que la terminación de masculino pudiese adquirir también significado de género neutro o no marcado. Es preciso, según la RAE, llevar a cabo grandes estudios sobre nuestros orígenes lingüísticos, antes de juzgar de manera errónea, sobre el lenguaje inclusivo y cuestiones conexas

El 16 de enero de 2020 la Real Academia Española elabora el «Informe de la Real Academia Española sobre el lenguaje inclusivo y cuestiones conexas»​, sobre todo orientado a analizar el potencial uso del lenguaje de género en la Constitución Española, a petición de la Vicepresidenta del Gobierno en ejercicio en esa fecha. Allí se afirma lo siguiente:

“Se ha observado que algunos hablantes optan por desdoblar las expresiones que designan personas como signo visible de su adhesión pública a la causa de la igualdad de hombres y mujeres en la sociedad moderna. Aun cuando sean minoritarias, esas opciones forman parte de la libertad de los hablantes para elegir su forma de expresarse. No obstante, y como se ha recordado en este informe, la Real Academia Española no puede desestimar usos lingüísticos mayoritarios en el mundo hispánico (en todos los registros verbales), y recomendar en su lugar opciones minoritarias que no contradicen la interpretación generalizadora de las fórmulas a las que pretenden sustituir. Sería absurdo concluir que el grupo mayoritario de los hispanohablantes que emplean el masculino plural en su interpretación inclusiva, de acuerdo con los usos generales de la lengua española en todo el mundo, no comparte tales objetivos de igualdad, no sostiene esos mismos valores o no aspira a los mismos ideales.”

También recalca que:

“Cualquier gobierno debe trabajar para que en nuestra sociedad se generalice el trato verbal respetuoso hacia hombres y mujeres, se impulse una educación igualitaria que conduzca a la desaparición de las expresiones degradantes u ofensivas dirigidas a cualquier persona por razón de su sexo o su condición social, desaparezcan las actitudes paternalistas hacia las mujeres (sin duda expresadas a través del lenguaje) y se afiancen las condiciones laborales y sociales que terminen con situaciones históricas de prolongada desigualdad. Pero […] las situaciones de igualdad o desigualdad entre hombres y mujeres en determinados países (europeos o no) son enteramente independientes de las opciones gramaticales que cada idioma elige en dichos territorios para codificar la interpretación inclusiva del género masculino.”

Diciendo, en referencia a la necesidad de la legislación sobre lenguaje de género a nivel gubernamental, que:

“Resultaría escasamente democrático sostener que los hablantes nativos desconocen si esos sustantivos son o no inclusivos —o, lo que sería aún peor, negarles la capacidad de determinarlo—, y entender que han de ser los poderes públicos quienes lo decidan, en virtud de su compromiso con la igualdad de hombres y mujeres en todos los ámbitos de la sociedad.”

Como cierre, y desde una óptica personal, considero propicio puntualizar mis propios puntos de vista, incluyendo alguna anécdota de viaje que me ha tocado experimentar.

-Los procesos de cambio del lenguaje se han sostenido a lo largo de la historia por la adopción natural y no por la imposición de una ley que pretenda instalarlos o igualarnos desde y por el lenguaje.

-La libertad de expresión constituye un derecho fundamental de toda sociedad democrática. Un lenguaje inclusivo no puede ser abordado desde una visión exclusiva.

-Los conceptos de inclusión son importantes y útiles, tanto como que los mismos sean acompañados por acciones que los soporten y den sustento, los cuales necesitan ser impulsados en concomitancia.

-Que el afán de incluir a veces sin diferenciar no nos quite la posibilidad de valorar que “distinguir” es un hecho trascendente para poder identificar y dar visibilidad a lo heterogéneo por sobre lo homogéneo. Hacer un todo de identidades distintas es una forma más de excluir e invisibilizar lo que se pretende incluir.

-Las posturas extremas por la negación o la imposición serán una barrera más a sortear dentro de las muchas que tenemos como sociedad, por lo que la convivencia en las diferencias lingüísticas sea quizás la mejor manera de sortear esta coyuntura.

-En ocasión de algunos viajes laborales a Polonia, y en especial a la ciudad de Varsovia, la cual sufrió la segunda guerra como ninguna, siendo prácticamente destruida por el nazismo y luego dominada por las fuerzas rusas de invasión, tuve la oportunidad de preguntar cuáles habían sido los hechos más terribles de ambas situaciones. Las respuestas eran bastante coincidentes, respecto de la aniquilación física y material producida por el nazismo y para mi sorpresa respecto de la dominación rusa, la enseñanza del idioma ruso y su intento de imposición como lengua oficial a partir del año 1968, tomado como un elemento clave en la tarea de dominación social y cultural.

Las lenguas cambian y se mantienen vivas por nuestra acción y evolución a largo del tiempo.

Soy un convencido de la importancia del lenguaje para crear nuevas realidades superadoras.

Está en nosotros aprovechar el impulso del lenguaje para poder construir.

Las hormigas y las virtudes !

Hoy por la tarde he continuado con mi lucha por preservar las hojas de un fresno amarillo. Desde hace unas dos semanas y de manera remolona estas vienen apareciendo a partir de la consolidación de la primavera. Es uno de los últimos árboles de hoja caduca en soltar su follaje, siendo la cadencia de aparición bastante lenta. En la vereda de mi casa hay cuatro fresnos amarillos. Tres de ellos bastante grandes de porte y el cuarto, que estoy tratando de defender de las hormigas negras, es el más pequeño, probablemente implantado más tarde que los otros. Año tras año, las hormigas la acosan sin cesar, ganando más o menos la batalla, según el ahínco y las ganas que yo ponga en el intento por detenerlas. Esta temporada he arrancado antes con las medidas preventivas, siempre evitando usar venenos de manera indiscriminada, para no afectar a otros insectos, aves o demás animales. Pese a todos mis esfuerzos, los minúsculos insectos se mueven como colonias cooperativas super colaborativas, por lo que suelen finalmente quitar parte del follaje pese a todas mis acciones para tratar de impedirlo.

Es un misterio al menos para mí, que desconozco varios de los aspectos conductuales de las hormigas, porque cada año estas parecen recordar el camino que las lleva a ese pequeño árbol. Los hormigueros suelen estar ubicados en posiciones distintas año tras año, incluso bastante alejados de este hermoso arbolito, pero parece ser que eso no es ningún obstáculo para que ellas encuentren el camino que las lleva a su base. Las hojas salen de las ramas en forma de penachos verdes oscuros, siendo muy vistosas, livianas, tiernas y elegantes. Estuve indagando acerca de porque lo denominan fresno amarillo, sin encontrar ninguna referencia. Desde mi ignorancia tiendo a suponer que puede deberse a dos motivos, complementarios o excluyentes: uno que la corteza tiene un tinte amarillento, lo segundo es que las hojas a medida que van envejeciendo hasta caer en el otoño, adquieren una coloración amarillenta cada vez más intensa.

Son árboles bellos, que dan frescura y una sombra consistente, debido a su gran frondosidad, si bien no son tan altos, ni tienen una copa muy extendida. Quizás en otro suelo y otras latitudes alcancen mayores portes, no siendo este el caso. La lucha para evitar que las hormigas poden a uno de estos árboles dura unas cuatro semanas, ya que ellas prefieren cortar las hojas cuando recién han aparecido y están aún muy tiernas. Las hojas desarrolladas ya no les interesan tanto, aunque han sabido atacar algunas en ese estado. Actúan de manera sincronizada a primeras horas de la mañana, o cuando cae el sol e incluso durante toda la noche, y son capaces de pelar el follaje en no más de 48 horas. Han sabido sortear muchos mecanismos que he ido construyendo para poner en la base del tronco, en el tronco y en las cercanías, con una habilidad e inteligencia admirables. Un ejército disciplinado, que no conoce de desalientos ni de rendiciones, avanzando desde tiempos inmemoriales, persiguiendo objetivos simples y claros.

Más allá de las características ya enunciadas, lo que resulta ciertamente destsacable de las hormigas son la fortaleza y templanza que manifiestan, ya que soportan todos los climas, tempestades y prosperan para desarrollar colonias numerosas y resilientes.

Parece ser que estos insectos, lo mismo que sucede con otros como las abejas, han desarrollado acabadamente varias habilidades sociales que los hacen casi invencibles, aunque por cierto se vean ahora amenazados por la extremidad del cambio climático. Quizás en ellos es posible encontrar algo de las virtudes que los filósofos clásicos describían como sustanciales a la hora de consolidar y cimentar nuestra esencia humana.

La naturaleza del escrito de hoy tiene que ver con esto de adentrarnos en «la virtud» o «las virtudes», conceptos que está entrando en desuso, o menguando en su valor con el paso del tiempo. Suele usarse en presencia de un jugador de fútbol con características sobresalientes, para decir que se trata de un virtuoso, o aplicado por ejemplo en el virtuosismo para tocar el piano u otro instrumento musical. Sin embargo, el valor dado a la virtud, que a posteriori de la aparición de la filosofía clásica se describía como aquellos elementos de la conducta que dotarían a la humanidad de una manera de vivir superior y en armonía, dia tras día se va desvaneciendo.

Las virtudes cardinales son cuatro virtudes morales de conducta, que fueran enunciadas por Platón en el contexto de la tradición filosófica clásica y que ejercieron gran influencia sobre el pensamiento posterior del cristianismo. Sobre ellas gira y descansa toda la moral humana,​ y son principios de otras virtudes derivadas o en ellas contenidas.

Estas son, la templanza, la prudencia, la fortaleza y la justicia. Estas virtudes según Platón, «formaban al ciudadano relevante, útil y perfecto».

Este filósofo, aún sin darles el nombre específico de “virtudes cardinales” , las describió como:

Justicia (virtud fundante/preservante) – conózcase a sí mismo.

Prudencia (calculativo) – véase el todo.

Fortaleza (enérgico) – presérvese el todo.

Templanza (apetitivo) – sírvase el todo.

Platón describe la justicia como la virtud fundante y preservante porque solo cuando alguien comprenda la justicia puede conseguir las otras tres virtudes, y cuando alguien posee del todo las cuatro virtudes es la justicia lo que las mantiene todas juntas.

Platón define como un individuo puede lograr estas virtudes: la prudencia viene del ejercicio de razón, la fortaleza de ejercer las emociones o el espíritu, la templanza de dejar que la razón anule los deseos, y desde estas la justicia viene, un estado en que cada elemento de la mente está de acuerdo con los otros.

En analogía con mi batalla estacional con las hormigas, está claro que a ellas les sobra fortaleza y templanza, y parece ser que se conocen muy bien a sí mismas, siendo justas y en concordancia con su propia naturaleza. En todos estos aspectos me sacan de seguro varios cuerpos de ventaja.

Para hablar un poco más de las virtudes cardinales, llamadas también virtudes morales, podemos decir que son esenciales para las relaciones humanas y el orden social. Reciben su nombre de la palabra latina “cardo”, que quiere decir principal o fundamental. Así, se entiende que las virtudes cardinales son aquellos valores principales y fundamentales.

Estas virtudes, asociadas también a las virtudes teologales, son punto de referencia para la orientación de la conducta de la persona hacia una plena humanización, así como hacia la construcción de una sociedad más justa y sana.

Las virtudes cardinales que ya dijimos son la prudencia, la justicia, la fortaleza y la templanza, se complementan con las virtudes teologales, que son la fe, la esperanza y la caridad.

La doctrina católica dice, además, que las virtudes cardinales son una respuesta a las heridas propiciadas en el ser humano por el pecado. Así, cada una de ellas corresponde a la sanación de un elemento en particular.

Prudencia

La prudencia es una virtud que tiene como propósito enmendar o sanar la ignorancia de entendimiento. La prudencia es la capacidad de reflexionar antes de hablar o actuar, así como de evaluar el modo y los medios adecuados para intervenir en una situación.

Implica, por lo tanto, el sentido de la oportunidad, es decir, de juzgar cuál es el momento adecuado para actuar o hablar.

La práctica de la prudencia implica seguir al menos tres elementos esenciales, los cuales son: pensar con madurez, decidir con sabiduría y actuar para el bien. Todo ello implica un proceso de reflexión continua.

Justicia

La justicia es una virtud que surge para contraponerse a la malicia de voluntad. Así, la justicia se comprende como la voluntad manifiesta de una persona de que cada quien reciba lo que merece y es justo, es decir, que cada quien reciba lo que le corresponde.

Por lo tanto, el justo respeta los derechos adquiridos del otro. Por ejemplo, el justo respeta el derecho de propiedad tanto como el derecho de fama y la honra del prójimo. Asimismo, el justo respeta la autoridad que corresponde a cada quien según el rol que cumpla. El justo respeta la autoridad de padres hacia hijos, por ejemplo.

Fortaleza

La fortaleza es la virtud que se contrapone a la debilidad. Se trata de la virtud de tener fuerza para luchar por el bien difícil, es decir, por aquellas metas constructivas o principios nobles que requieren esfuerzo. Asimismo, la fortaleza ayuda a la persona a moderar su audacia cuando esta es excesiva.

La fortaleza implica actuar en dos sentidos: obrar y resistir. Obrar se refiere a actuar de inmediato para conquistar lo deseado. Junto a esto es necesario resistir a la desesperanza y al temor. Para ello, es necesario que la persona tenga también un camino en el autoconocimiento.

Templanza

La templanza es una respuesta al desorden de la concupiscencia. Se trata de la virtud de moderar los apetitos desordenados, así como las tentaciones de los sentidos. Para ello, la persona antepone el uso de la razón. Mediante el ejercicio racional, la persona logra el dominio de sus pasiones para preservar el bien común.

Los medios de la templanza son la abstinencia, la sobriedad, la castidad y la continencia. Otras virtudes que suelen acompañar a la templanza son la humildad y la mansedumbre.

Según la doctrina católica virtud no significa “probidad” (moralidad, integridad) y “honradez” de una acción u omisión aisladas. Al contrario, virtud significa que el hombre es recto, tanto sobrenatural como naturalmente. La virtud es, como dice Santo Tomás, lo máximo que un hombre puede llegar a ser, tanto en el ámbito de lo natural como de lo sobrenatural. Entonces, el hombre virtuoso es de tal manera que realiza el bien por una íntima y esencial inclinación. Según la doctrina católica las tres virtudes teologales, fe, esperanza y caridad, complementan las virtudes cardinales, dotando al hombre de su sentido y fin últimos en la tierra.

Las 4 virtudes cardinales, según Lao-Tsé

Lao-Tsé planteó que existen cuatro virtudes cardinales y que estas representan el camino hacia la paz interior. Para este gran filósofo, y para el taoísmo en general, tales virtudes son la vía para alcanzar una vida plena y llena de sentido.

Lao-Tsé, cuyo nombre significa «anciano maestro», propagó una doctrina en la que el máximo objetivo es conseguir la armonía, tanto dentro de uno mismo, como en relación a todo lo que existe en el universo. Las cuatro virtudes cardinales son el camino para conseguir ese estado de paz y para alcanzar los “tres tesoros” del taoísmo: compasión, humildad y frugalidad.

“El sabio no enseña con palabras, sino con actos”.

Para Lao-Tsé y sus seguidores, las cuatro virtudes cardinales no son un dogma, sino una vía. Es decir que no es un “deber” alcanzar esas virtudes, sino que estas son la premisa para poder vivir en paz. Esto quiere decir que no son una meta a lograr, sino una vía para ser. Así pues, las grandes virtudes para esta filosofía son las siguientes.

Reverencia por toda forma de vida

La primera de las virtudes cardinales, según Lao-Tsé, es la reverencia por toda forma de vida. Nótese que no habla de respeto por la vida, sino de reverencia.

Esta reverencia, además del respeto, incluye la consideración y la admiración. En este caso, no se trata simplemente de no acabar con ninguna forma de vida, sino también de valorarla en sus múltiples dimensiones.

Uno de los aspectos interesantes es que Lao-Tsé señala que la primera forma de vida a la que se le debe reverenciar es la propia. Ese sentimiento de respeto y admiración nace del amor. Así que no basta simplemente con no interferir con las diferentes formas de vida, sino que debe existir un sentimiento esencial de afecto por las mismas.

Sinceridad natural

Lao-Tsé llama sinceridad natural a la capacidad de ser honestos y auténticos, sobre todo, con nosotros mismos. La tarea está en conocer y comprender quiénes somos realmente, ya que esa es una condición absolutamente necesaria para poder ser sinceros con los demás. La franqueza se construye primero dentro de nosotros y luego esta se expresará de manera natural con los otros.

Cuando encontramos nuestra propia verdad, lo que sigue es permanecer siendo fieles a lo que somos y a aquello en lo que creemos. De eso trata la autenticidad: de ser, en lugar de parecer. Cuando nos aceptamos, la autenticidad también surge de manera espontánea. Por eso Lao-Tsé habla de “sinceridad natural” y no simplemente de sinceridad a secas.

Mansedumbre

A veces, se confunde la mansedumbre con la debilidad o con el servilismo. En realidad, no tiene nada que ver con esto e incluso puede ser su opuesto.

La mansedumbre es una consecuencia de la armonía y de la paz interior. Se expresa como amabilidad y consideración en el trato con otros y nace de la bondad, la cual, a su vez, solo nace cuando alguien está lleno de amor.

La mansedumbre supone la renuncia al deseo de controlar, manipular o imponerse sobre los demás. Esos deseos son los que llevan a desarrollar una actitud beligerante frente a otros.

Quien no tiene la necesidad de convertir a los demás en objeto de su ira o medio para lograr sus propósitos, también logra ser dócil y bondadoso.

Actitud de ayuda

Para Lao-Tsé, la actitud de ayuda es la más elevada de las cuatro virtudes cardinales. Solo se llega a esa virtud cuando hay respeto, sinceridad y bondad. Significa básicamente ser solidarios con otras personas, sin pretender beneficiarnos de ello de alguna manera y sin esperar que a cambio de esa ayuda nos otorguen una similar. Lo esencial de esta actitud es el desinterés.

Quien tiene una actitud de ayuda sincera, vive en paz consigo mismo y tiene una existencia más feliz. Esta es la virtud que nos lleva a sentirnos plenos y que le otorga un significado de trascendencia a nuestra vida. Representa el máximo nivel de evolución humana en una persona.

Lao-Tsé pensaba que las cuatro virtudes cardinales son la forma natural de ser de todas las personas. En su pensamiento, cuando nos acercamos a esas virtudes nos sentimos más cerca de nuestra verdadera naturaleza.

En la esperanza y la plena convicción de que la aplicación estas virtudes cardinales , tanto occidentales como orientales, en mi competencia primaveral con las hormigas, me ayuden para mantener vigoroso a este espécimen de fresno amarillo, aprovecho para regalarles una última reflexión, que a modo de cierre, nos legara este ilustre ingeniero, que por cierto con sus acciones en el campo de la electricidad, transformó nuestras vidas para siempre:

“Nuestras virtudes y nuestros defectos son inseparables, como la fuerza y la materia. Cuando se separan el hombre deja de existir”. Nikola Tesla.

El escritor maldecido !

Ese día ya había intentado  por tres veces encontrar el encabezado de su próxima novela. Esta sería la cuarta ocasión en la que se sentaría a garabatear ese primer capítulo que sentara las bases para el entramado de su próximo libro. Él se consideraba un escritor reconocido y afamado que no podía darse el lujo de dilapidar el tiempo. Cada tanto golpeaban a su puertas personas desconocidas, que portaban elementos comunes o preguntaban cuestiones indiscretas y abiertas, que lo hacían sospechar de que su trabajo real, era fisgonear que estaba haciendo, para luego transmitirlo a la compañía que lo venía costeando en sus pequeños lujos. La paranoia era su fiel compañera, junto al gin, el whisky y otras bebidas espirituosas.

Perseguido y acosado por sus propias aficiones y compulsiones, su comportamiento desequilibrado por las noches de insomnio, alcohol y otros vicios lo habían colocado en una situación límite, al borde de la desaparición creativa. Hacía semanas que no podía hilvanar una frase con sentido, ya que las palabras se escurrían de su mente como gotas de agua rumbo al sumidero. En el transcurso de la escritura de libro tras libro, en un total de siete, había ido menguando su inspiración, que, con su experiencia de boxeador amateur, había podido sostener, apoyado contra las cuerdas, esquivando golpes que la mala ventura le estaba propinando, tratando de llegar al último round de pie.

Este octavo libro ni siquiera estaba arrancando, hecho que lo llenaba de desesperación. Ya no le alcanzaba con su enorme intuición para agrupar palabras en una historia sórdida, plagada de asesinos silenciosos, orates o histerias colectivas. La crítica ya lo había catalogado como un «escritor maldito», y ahora se le hacía muy difícil sostener ese mote. Había perdido toda su bagaje certero y comprobado de ser uno de los mejores narradores, dueño de esa verborragia y al mismo tiempo de esa capacidad de síntesis e íntimos detalles que atrapaba a muchos lectores, ávidos de laberintos intrincados. Es como si todas esas narraciones anteriores se hubieran confabulado en su contra de modo tal que su cerebro estuviera cercado por enemigos invisibles y anónimos que les estaban robando a cada minuto sus esmirriadas y escasas ideas.

En su última visita a la médium que, hacia las veces de su consejera, esta le había recomendado que investigara en los acontecimientos más cercanos, algún evento ignorado, inconsciente o pasado por alto, en el cual hubiera algún registro, acto o hecho que fuera la causa matriz de este infortunio que lo estaba acorralando. Durante esa entrevista había hecho esfuerzos sobrehumanos por recordar algún episodio que pudiera ligarse a este desdichado presente, de frases vacías y cristales rotos. No había tenido ningún éxito, por lo que decidió irse, llevándose consigo las hierbas que la médium le estaba recomendando que tomara en sucesivas infusiones matinales, que no se podían cortar, de modo tal que en sucesivas dosis le permitieran recordar.

Ya hacía una semana que religiosamente se levantaba muy temprano, luego de sobrevivir a noche tras noche de calamidad, sólo para preparar con sumo cuidado esos tés de color amarillento verdoso que su consejera le había asegurado que surtirían efecto, a los fines de develar el misterio del o los sucesos que lo habían condenado a «sufrir este infierno en vida». Por el momento, las infusiones no le habían revelado nada, salvo el asco de beberlas ya que le resultaban ciertamente vomitivas. Deambulaba como sonámbulo por su propia casa, plagada de fotos de su ex esposa e hijos de los cuales se había separado, cuando en ocasión de los festejos por el tercer libro, acaso el más logrado y celebrado, había desaparecido casi un mes, con rumbo incierto, pero con una compañía por todos conocida, la de su joven secretaria, dilapidando gran parte del dinero ganado. Sus pedidos de perdón, basados en el argumento de que sus dislates obedecían a su condición de artista de las letras, no habían sido aceptados, provocando que su mujer le pidiera amablemente que dejara la casa familiar, y con ello la compañía y el afecto permanente de Clara y Joaquín, sus dos pequeños hijos. La vivienda actual, la que él denominaba “del destierro” era bastante más pequeña, menos presuntuosa y  para nada acogedora. Su separación, luego de su aventura amorosa, no había sido muy lejana en el tiempo. Su carrera meteórica como escritor había comenzado sólo unos años atrás, escribiendo casi dos libros por temporada, un hecho ciertamente desusado, que quizás hoy le estaba gastando una mala pasada.

Salvada la crisis del divorcio, no había tenido de ahí en más problemas mayúsculos, sólo algunos de salud, derivados de sus inconductas con la comida, los pocos descansos y las recurrentes trasnochadas y fiestas. Por supuesto que extrañaba el cariño de sus hijos y el orden afectivo y emocional que lo unía a su ex esposa Claudia, pero él se mostraba ufano y sobrepuesto en cada ocasión, incluyendo cuando se encontraba a solas con sus propios demonios, a los cuales acallaba con sus pensamientos de hombre superado.

Aún cuando era preso de una crisis literaria cuasi terminal, él seguía especulando con un golpe de suerte, producto de una revelación mística inducida por el té que estaba bebiendo. Esto lo devolvería a la senda del triunfo, apareciendo su nombre y su nueva obra, en las marquesinas y portadas de las principales revistas y suplementos culturales. Soñaba con encabezados tales como: un remozado Jorge Ferreyra,  nos trae: “Bodas de plata, amores solapados, asesinatos encubiertos”, una novela sublime, que supera todo lo conocido. Especulaba con sinopsis de críticos afamados que escribieran algo como: «Jorge Ferreyra, nos deja atónitos y sin palabras, en su nuevo libro, que, partiendo de la celebración de los 25 años de casado de una pareja típica, se encarga de desarrollar una trama digna de alcanzar la naturaleza de un best seller. Recomendable y atrapante». Estaba convencido que las redes sociales donde proliferaban los famosos, adoptarían su nueva obra, con comentarios del tipo: «@jorgeferreyra, un genio con un nuevo libro absolutamente cool; esta vez la rompiste @jorgeferreyra; esto mismo le paso a mi tía @jorgeferreyra, realmente increíble; aplausos y premio nobel para @jorgeferreyra y sus asesinatos encubiertos; tan inverosímil como espectacular @jorgeferreyra».

Más allá de todas sus esperanzas, resultaba muy claro que estaba a una distancia sideral de que sus ensoñaciones se hicieran realidad, ya que luego de varios intentos por encaminar su obra, sólo había logrado escribir esta horripilante y corta oración: «Mario estaba frente al espejo, en vísperas de la celebración más importante de su vida. Se amargó al ver su rostro cansado y casi sin vida……» La inspiración no había alcanzado para más y la frustración se agolpaba en su pecho, produciendo latidos desincronizados y una respiración entrecortada que lo ahogaba. Esa tarde preso de un ataque de furia debido a sus repetidos fracasos estrelló su nuevo celular contra la pared, y quemó en la hornalla de la cocina todos los papeles de trabajo, incluyendo las últimas frases incongruentes y destartaladas que había redactado. Se preguntaba si había tocado fondo o aún faltaba algún trecho para llegar a las tinieblas literarias.

Se acomodó en el sillón, acompañado con un vaso de whisky lleno y con poco hielo depositado en la mesa bajita, cuyo vidrio se había salvado sólo por ahora de sus arrebatos. Cada tanto tomaba un sorbo de esa bebida intoxicante, luego de despertarse de ese estado de sopor en el cual se estaba sumiendo lentamente. Se quedó profundamente dormido por el lapso de unas cinco horas seguidas. Todo un récord para lo poco que había descansado últimamente. Se levantó presuroso cerca de la medianoche, con un hambre incontenible, que trató de saciar con alguna sobra de comida de la heladera. Mientras calentaba un pedazo de pastel de carne en el microondas, el zumbido que este producía, le trajo una reminiscencia a su memoria. Recordó ese mediodía ventoso y frío, cuando fue interrumpido en sus intentos por escribir algo, por ese timbrazo sostenido. Cuando concurrió a la puerta, se sorprendió al no encontrar a nadie. Se dijo que de seguro fue o fueron algunos niños traviesos, jugando al timbre-raje. Volvió a enfrascarse en sus textos cuando a los pocos minutos se repitió el timbrazo. Pleno de una furia incontenible corrió hasta la puerta, la cual abrió de golpe, insultando de antemano  a quien hubiera osado repetir la molestia. Al abrir se encontró con una gitana ataviada con colores brillantes, en compañía de su pequeña hijita la cual le sonreía y lo miraba con curiosidad. La gitana haciendo caso omiso de sus insultos, le estaba ofreciendo insistentemente leerle la suerte en sus manos. Jorge, las miró con sumo desprecio, negándose rotundamente a aceptar el pedido de la gitana. Ella insistió varias veces, tratándolo como un señor y diciendole que no se podía rehusar bajo ningún punto de vista. Le decía que, con su lectura de la suerte, ella era el medio para que su mala fortuna por fin se acabará. Jorge, era un descreído total, ya que sólo confiaba en si mismo y casi nada en los demás. Ante la obstinación de la cíngara, reaccionó con mucha vehemencia a sus reiterados ofrecimientos, echando literalemente a la gitana y a su pequeña, pegando un portazo que resonó en todo el apacible vecindario.

Empleó todas sus energías por rememorar cuál había sido la última frase que le había escuchado decir a la gitana, antes del desenlace violento de la visita. Estaba casi seguro que la gitana le había disparado: “malditos los que no reconocen la ventura, sólo cenizas serán sus obras”. Este recuerdo fue un golpe duro y directo a cualquier ilusión optimista por recuperar su buena suerte. Pálido y con poco aliento atinó a tomar un abrigo, y correr hacia la calle, en busca de encontrar a la gitana para que revirtiera su maldición. Mientras corría por las veredas como un desquiciado, se preguntaba a sí mismo, que tendría que dar a cambio para que esa mujer poderosa a la cual él había maltratado, deshiciera el maleficio. Cada tanto se paraba para preguntar a algunos transeuntes, si alguien la había visto o conocía. Sus descripciones cambiantes y vacilantes no ayudaron en absoluto. Nadie tenía ningún registro de ella. A esas horas de la noche algunos se alejaban de él, producto del temor que generaba con sus gestos y su deplorable estado. Luego de varias horas de infructuosa búsqueda, lo sorprendió la mañana sentado en ese banco del apeadero del tren, balbuceando palabras inconexas, que salían de su boca rígida e inexpresiva. Su rostro marcaba desazón y tristeza, su cuerpo tiritaba de frío. Los que pasaban, que eran muchos a esa hora pico, no prestaban mucha atención, salvo esa niña curiosa que se acercó para pedirle prestado el marcador indeleble que portaba consigo y una hoja del bloc de hojas que tenía en sus manos. Casi sin darse cuenta la niña se hizo con ambos elementos y se puso a dibujar bajo la atenta mirada de su madre. En el suelo del andén quedó tirada cerca de los pies del atribulado personaje, la última reflexión escrita que se conocería de él:

“Yo era un escritor maldito, ahora soy un desgraciado escritor maldecido”.

Las historias suelen no necesitar un gran final, como tampoco Jorge Ferreyra. Ni tampoco un epitafio distinguido. Los ambientes literarios a veces lo recordaban, pero siempre surgían otras renovadas plumas que creaban obras más comerciales que se vendían por miles y el negocio editorial continuaba. No hubo más referencias de Jorge, ni familiares, ni sociales y mucho menos culturales. Su vida fue casi como la de un cometa, que se desintegró cuando tomó contacto, en este caso con la realidad de sus propias fantasías y soberbias. Nadie tiene un conocimiento pleno de que fue de la vida de Jorge. Capaz, tuvo el destino de otros grandes escritores que terminaron atribulados por su propia locura, como los poetas malditos de Paul Verlaine o como el afamado Edgar Allan Poe. La diferencia sustancial con aquellos es que Jorge no fue ni tan famoso, ni tan espectacular como «escritor maldito», distinción que supo ganarse con tibieza en el pasado. Jorge tuvo el fatal desenlace de un «escritor maldecido», al cual le faltó tiempo, humildad y vocablos , para sobrarle todo el resto, aquello que no sirve para trascender o dejar un legado.

¡Semblanza de Mamá!

Ella se apresura por terminar de acomodar la pequeña corbata azul en el cuello de la camisa blanca de ese chiquillo, que hace unos instantes dormía plácidamente. Las mañanas antes de ir al colegio son todas bastante parecidas. Media hora antes ella ya estaba en pie, metódicamente llevando a cabo, un sinnúmero de actividades previas, para que sus hijos tengan todo listo, antes de dirigirse a la parada del colectivo que llevará a las cercanías de la escuela a sus dos retoños. Nada puede fallar porque de perder el transporte que pasa cada hora, la llegada tarde es un hecho. Ella es una máquina de ser responsable y laboriosa, sin fisuras, con lo que, por descontado, es una garantía que llegarán cinco minutos antes de la hora prevista a la parada.

Mientras ella peina a Claudia la hermana mayor, el chiquillo rubiecito sorbe con absoluta rapidez la taza de té, al tiempo que mordisquea un pedazo de pan con miel o dulce de durazno casero, lo que se encuentre disponible. Claudia siempre es más remolona, por lo que es la última en levantarse, lo que significa que casi nunca tenga tiempo de desayunar. Mamá Ana acepta a cada uno como es, porque permanece enfocada en llegar a tiempo con las cosas. Acto seguido, descuelga los guardapolvos de cada uno y procede con el ritual de ayudarnos a poner esa prenda. Claudia es más hábil que Marcelo el chiquillo, el cual es bastante inútil a la hora de vestirse. Sin embargo, ella no pierde tiempo en reprimendas, cuando sus manos precisas y veloces como la luz, culminan la tarea en unos instantes.

Aseados, peinados, vestidos y listos para emprender la caminata de unos pocos metros hasta la parada. Los chequeos incluyen la revisión en última instancia del contenido de los portafolios de cuero marrón, donde van las carpetas, los libros y el resto de los utensilios escolares. El de Claudia es siempre más liviano, ya que incluye sólo los útiles del día. El de Marcelo, contiene por las dudas lo de todas las clases de la semana, por lo que es bastante más pesado. Ana, le ha pedido un montón de veces, que morigere su carga, que le va a dañar la espalda andar con tanto peso, pero él se mantiene firme en su postura. Esta es una de las tantas batallas que Ana perderá con su malhumorado y aguerrido chiquillo, al cual cariñosamente a veces nombra como Chelo, aunque cuando este se pasa de la raya con sus caprichos o necedades, ese mismo nombre es usado por ella, para decirle que se parece a esas lagartijas venenosas y malas que hay que evitar.

La vuelta del colegio espera a Claudia y Marcelo con la mesa servida, siendo un poco más de la una y media, dentro ya de la incipiente tarde. Papá llega del trabajo cerca de las quince horas por lo que almuerzan sólo con mamá y tío Luis, que vive con ellos desde hace ya mucho tiempo. El trabaja en la quinta familiar jornada tras jornada. Con su trabajo provee los mejores manjares de frutas y hortalizas, que Ana transforma en exquisiteces culinarias. Muchas provisiones tienen origen en esa quinta familiar donde se cultiva, y se crían animales tales como conejos, gallinas y cerdos. El trabajo mancomunado, donde los niños también son parte les facilita la vida. Ana es capaz de hacerlo todo y mucho más. Es una mamá omnipresente, polifuncional y servicial que no tiene descanso.

Culminado el almuerzo, Ana se recuesta unos instantes a la espera de papá. Claudia duerme la siesta con una facilidad asombrosa. El infatigable Marcelo, juega con sus autos y soldaditos, aguardando a papá. Ana le ha pedido innumerables veces que duerma la siesta, sin ningún éxito. El prefiere sumarse a las charlas con papá Ramón, al cual le encanta contarle de sus progresos escolares y hazañas deportivas del día. Papá almuerza en una salita contigua a la cocina, en una mesa chiquita, que otorga una condición más íntima, al lado de una ventana por la cual fluye una luz que resulta maravillosa. Ana se sienta en frente de Ramón, a veces con el ceño algo fruncido, cuando le cuenta lo que le ha costado encausar el día, y aparte todas las actividades previstas para el resto de la tarde. Ramón sonríe cuando Ana le cuenta sobre algunas travesuras del Chelo. Ella demuestra cierta angustia en el relato, declarándose en cierta manera inservible «para domesticar al chiquillo». Papá la escucha con suma atención, mirando al niño con el rabillo de sus ojos grises, como buscando explicaciones.  Nunca la cosa pasa a mayores. Sólo una amonestación verbal, acompañado por un repetido llamado a la reflexión, el cual no tiene ningún efecto concreto ni en lo inmediato, ni en lo futuro.

Claudia, ya ha despertado de su siesta y se suma a la mesa donde el «pequeño símil de rebelde sin causa«, se encuentra empeñado en terminar lo más rápido que pueda sus tareas escolares. Ana, se siente orgullosa de sus dos hijos, ya que son muy comprometidos y estudiosos. Al menos ella no se tiene que encargar de asistirlos con las tareas, salvo con los deberes de plástica. Se la ha escuchado protestar contra las maestras de esa materia, ya que según ella piden hacer cosas inverosímiles con materiales escasos, caros y cuya ejecución demanda mucho tiempo. Más allá de eso, las manos de Ana son hartamente efectivas para llevar a cabo desde pinturas hasta creaciones más complejas. La ayuda de Claudia complementa provechosamente las ejecuciones, ya que ella dibuja y pinta cuasi a la perfección. La ayuda de Marcelo es poco probable que resulte efectiva, por lo que Ana prefiera que se mantenga alejado del arte. Algunas veces, dejando de lado la ansiedad que lo caracteriza, él ha mostrado que puede crear sin problemas, sobre todo cuando hay que acompañar al dibujo con una historia. Los relatos le fascinan y lo mantienen con la mente ocupada y el cuerpo en estado de quietud, reduciendo la probabilidad de romper algo con la pelota.

Ana sirve la merienda, para que junten fuerzas antes de llevar a cabo pequeñas tareas domésticas o colaborar con Tío Luis en la quinta. Claudia por lo general se queda en casa, ayudando a Ana en los acomodos generales. Marcelo, aprovecha la libertad para salir despedido al pequeño campo, donde lo espera su tío Luis. Este desarrolla las más variadas tareas, que incluyen por ejemplo la recolección de frutas u hortalizas. Marcelo lo acompaña, observando todo lo que él hace. El pequeño siente admiración por las habilidades comprobadas de su tío, que semeja tener algunas condiciones de mago. De la nada, en ese suelo terroso y yermo, gracias a sus labores, aparecen unas deliciosas plantas de lechuga, que él cultiva con mucho cariño. La tarde termina con Marcelo volviendo a casa, hasta la coronilla de tierra, con toda la ropa sucia, pero con su corazón a pleno y la felicidad a flor de piel.

Ana prepara el baño previo a la cena, para que el pequeño demonio vuelva a aparecer detrás de la greda. Hace rato que Papá se ha levantado de su siesta para irse a su trabajo vespertino como contador independiente. Ramón gusta de encontrar aseados a sus hijos antes de cenar, a su regreso del estudio contable. Ana, como siempre, se encarga de todo. No hay detalle que se le escape. La pregunta que se hacen muchos es: ¿de dónde saca tanta energía? ¿Cuántas personas hay dentro de Ana? ¿Cómo hace ella para que todo le salga tan bien? Además de madre a tiempo completo, ella es hija, esposa y amiga. Aunque parezca mentira, su última creación son dos camisas para Marcelo, que ella ha confeccionado, y que le calzan al pequeño a la perfección. Una amiga de ella que vive en la quinta del frente, que se llama también Ana, le preguntó donde compró esas camisas. Ella se ha ruborizado un poco, cuando le respondía que ella las había confeccionado. No te puedo creer, le dijo Anita la vecina, mientras las palpaba en busca de encontrarles algún detalle o imperfección en la costura.

Antes de la cena, está permitido ver algo de televisión. Ana prende el aparato, pero los programas de esa hora no son atractivos para los niños, por lo que se baja el volumen, mientras tío Luis ya de vuelta de su salida vespertina al club, aprovecha para jugar a las cartas con sus sobrinos. El pequeño Marcelo es de hacer a veces alguna trampa que su tío deja pasar. Marcelo no admite la derrota ni por asomo. Eso divierte a su tío, pero no tanto a Claudia, que pretende ser más justa en los juegos y por lo general en la vida. A la llegada de Ramón, arranca el ritual de la cena. En ese acontecimiento diario están todos juntos. Es uno de los momentos más alegres del día. No hay lugar para discusiones, ni reyertas de ningún tipo. Los niños comen el postre y se preparan para irse a dormir. Ana los acompaña y los despide con un beso. Marcelo se queda acostado leyendo algún cuento por un rato, mientras escucha a lo lejos a mamá que junto a papá levantan la mesa, lavan, secan y acomodan la vajilla. Charlan sobre situaciones que pasaron, pero también sobre actividades o acontecimientos que vendrán. Son muy compañeros, unidos y buenos padres. Marcelo piensa que eso no tiene precio.

Ana, se queda después de hora porque aún quedan cosas por hacer.  Es increíble que las tareas nunca se acaben. Es por sobre todas las cosas una mamá. No conoce de enfermades propias que la hagan desfallecer o menguar en sus fuerzas. Ha atravesado coyunturas difíciles como cuando perdió al nacer a su primera hija, o como cuando papá Ramón salvó su vida de milagro en ese choque. Su tenacidad, férrea voluntad e inquebrantable fé, la sostienen por encima de cualquier hecho aciago. En tantas ocasiones ha reído y llorado en silencio, casi al mismo tiempo y sin motivo aparente. Es una mujer relativamente alta y fuerte, cuyo temperamento supera con creces su fortaleza física. Puede demostrar una dulzura sin igual, y ante una ligera enfermedad de sus pequeños, permanece allí con ellos, acariciando su pelo y velando por sus sueños. Le gusta vestir bien y elegante, porque su familia de origen gustaba de ser muy prolija. Del mismo modo, sus dos retoños, siempre lucirán impecables y bien puestos, porque ella hará todo lo posible porque así sea.

Marcelo ha despertado algunas noches, preso de sus recurrentes pesadillas, para encontrar después de unos minutos la cara de Ana, que lo mira y le pregunta si está bien. ¿Cómo hace esa mujer para estar presente a cada momento? Cuando la fiebre no baja, jamás faltará un paño de agua fría que se repite a cada rato, para enfriar la frente. ¿Cómo hace esa mujer para ser tan rápida y solícita? Los berrinches, los sollozos, las risas y cualquier otra expresión emocional, la tiene ahí expectante, intentando proteger a sus pequeños, cuidando de que nada les pase. Ella es mucho más que la medida del tiempo de lo que obra, superando ampliamente las horas del día, que a un común mortal no le alcanzarían. Incluso, antes de cerrar sus ojos, tiene tiempo de rezar y pedir por todos, otra costumbre heredada de sus ancestros, los cuales eran todos italianos furlanos sumamente religiosos.

Ana es una especie de querubín, que ama ser mamá, oficio a tiempo completo que es su vida. No se la escucha hablar del amor, porque ella lo profesa de mil maneras distintas. Sus acciones hablan por sí solas, quedando las palabras relegadas a un segundo plano. Cualquier visión más egoísta escapa de la órbita de sus pensamientos. Muchas veces se ha relegado a si misma, priorizando el afecto y su excelsa dedicación de mamá. Para algunos resulta exagerada, para otros una maravilla de mujer. Ella se mantiene firme en sus convicciones y creencias que la impulsan a contener, cuidar y educar a sus hijos en el respeto y el sentido común. Ella siente que a veces falla, pero es mejor errar por hacer que por omitir. En esa concepción responsable discurre su vida.

Ana es un ángel, sus hijos lo saben muy bien. Para ellos la mejor mamá del mundo.

¡Una mamá a tiempo completo!

En homenaje a Ana, nuestra mamá desaparecida físicamente hace unos meses, a la cual amamos profundamente. Besos al cielo!

¡Feliz día de las madres!

Love Story !

Te descubrí aquella mañana soleada y fría, formando parte de las filas de alumnas secundarias que caminaban presurosas hacia las aulas. De ahí en más, mi vida se resumió al único propósito de disfrutar de tu imagen corpórea cada día. Tu esbelta figura destacaba junto a tu hermoso pelo rojizo y ondulado. A tu alrededor todo parecía estar detenido, incluido el tiempo. Las voces que no salían, los pasos que se aquietaban y las miradas congeladas, contrastaban con tu elegante discurrir. Mis ojos embelesados permanecían enfocados en lo único que parecía tener vida. Ante tu presencia, se me entrecortaba la respiración, mientras el ritmo de mi corazón se aceleraba hasta el infinito. Mi estado era una mezcla de emociones, quietudes, sombras y luces fulgurantes.

En los instantes justos de mayor cercanía, se cruzaron varias veces nuestros rostros, el mío cuasi suspendido en el aire, el tuyo angelado con una sonrisa demoledora. No sabía que era el amor, tampoco tuve la oportunidad de preguntarlo. Muchas semanas se repitió la escena, hasta que sin saber porque, desapareciste por completo de mi vista. A partir de ahí, ya nada tuvo el mismo sabor, se apagó la música que acompañaba tu caminar y la decepción le ganó la pulseada a mi esperanza por captar tu atención o cuando menos saludarte. No tuve la oportunidad de esgrimir mis palabras, que son mis mejores armas, cuando ya lo que nunca fue se había acabado.

Siendo adolescente, las experiencias son tan potentes como rayos. Amar por vez primera, sin siquiera tener la chance de poder expresarlo, fue un aprendizaje tan intenso como íntimo. Semejó a una obra de teatro improvisada en esas baldosas del patio de colegio, donde los actores principales nunca se enteraron de su rol protagónico, donde no hubo público ni aplausos. Tan inexplicable y bello es el amor que más que un sueño es una utopía sin fin.

Como remembranzas imborrables que perduran por siempre, aún permanecen en mi inconsciente, esas mañanas cuando la felicidad duraba unos minutos, el tiempo en que su marcha completaba la distancia que la separaba de su pupitre. Es una verdad a gritos que se puede amar sin ser amado, pero es más cierto aún que nunca se sabrá con certeza qué es el amor, ni cuántas clases y maneras de amar existen. Amar en silencio es un arte refinado, con acciones que no revisten una condición tan manifiesta. Un observador entrenado podrá distinguir la chispa que subyace en cada encuentro, cada mirada y cada beso en la mejilla.

La primavera alborotada recrea en nuestras almas, las mejores películas de amor. Fragancias, destellos y colores nuevos, son el caldo de cultivo de innumerables historias que se tejen con los dedos de las manos.

El amor fue, es y será una gran fuente de motivación para nuestra devenir. Los grandes escritores y pensadores se distinguen del resto, quizás tan sólo por el hecho de haber encontrado renovadas acuarelas para pintar exquisitos detalles sobre este sentimiento que nos mueve por encima de cualquier otro.

Al ser algo tan complejo y polifacético, resulta casi imposible encontrar las palabras exactas para definir al amor, ya que es casi imposible abarcar todo lo que éste implica; al intentar crear una definición absoluta estaríamos excluyendo muchas otras posibilidades de sentirlo. No obstante, algunos escritores se las han ingeniado para definir este sentimiento según lo exigía cada una de sus obras.

«El amor no tiene cura, pero es la única cura para todos los males». Leonard Cohen.

«El amor es el significado último de todo lo que nos rodea. No es un simple sentimiento, es la verdad, es la alegría que está en el origen de toda creación». Rabindranath Tagore.

«Para Adán, el paraíso era donde estaba Eva». Mark Twain.

«Supe que ser amado no es nada. Que amar, en cambio, lo es todo». Hemann Hesse.

«El verdadero amor es como los espíritus: todos hablan de ellos, pero pocos los han visto». François de la Rochefoucauld.

«El amor es como la mayonesa: cuando se corta, hay que tirarla y empezar otro nuevo». Enrique Jardiel Poncela

«El amor nunca tiene razones, y la falta del amor tampoco. Todo son milagros». Eugene O’ Neill

«El amor no es sino la acuciante necesidad de sentirse con otro, de pensarse con otro, de dejar de padecer la insoportable soledad del que se sabe vivo y condenado. Y así, buscamos en el otro no quien el otro es, sino una simple excusa para imaginar que hemos encontrado un alma gemela, un corazón capaz de palpitar en el silencio enloquecedor que media entre los latidos del nuestro, mientras corremos por la vida o la vida corre por nosotros hasta acabarnos». Rosa Montero.

«El amor es el anhelo de salir de uno mismo». Charles Baudelaire.

«El amor es intensidad y por esto es una distensión del tiempo: estira los minutos y los alarga como siglos». Octavio Paz.

«Lo malo del amor es que muchos lo confunden con la gastritis y, cuando se han curado de la indisposición, se encuentran con que se han casado». Groucho Marx.

«Sabes que estás enamorado cuando no quieres acostarte porque la realidad es por fin mejor que tus sueños». Dr. Seuss.

«Si en medio de las adversidades persevera el corazón con serenidad, con gozo y con paz, eso es amor». Santa Teresa de Jesús.

Podríamos decir que la poesía es un intento de representación del amor. La sensibilidad de los grandes poetas, es atravesada por una combinación desequilibrada de alegrías y tristezas, de llantos y risas, pasiones y otras emociones muy profundas, que nacen de su indeclinable e irrefrenable búsqueda del amor.

De, Federico Garcia Lorca

El amor duerme en el pecho del poeta

Tú nunca entenderás lo que te quiero

porque duermes en mí y estás dormido.

Yo te oculto llorando, perseguido

por una voz de penetrante acero.

Norma que agita igual carne y lucero

traspasa ya mi pecho dolorido

y las turbias palabras han mordido

las alas de tu espíritu severo.

Grupo de gente salta en los jardines

esperando tu cuerpo y mi agonía

en caballos de luz y verdes crines.

Pero sigue durmiendo, vida mía.

¡Oye mi sangre rota en los violines!

¡Mira que nos acechan todavía!

De, Rafael Alberti

Sabes tanto de mí

Sabes tanto de mí, que yo mismo quisiera

repetir con tus labios mi propia poesía,

elegir un pasaje de mi vida primera:

un cometa en la playa, peinado por Sofía.

No tengo que esperar ni que decirte espera

a ver en la memoria de la melancolía,

los pinares de Ibiza, la escondida trinchera,

el lento amanecer sin que llegara el día.

Y luego amor, y luego, ver que la vida avanza

plena de abiertos años y plena de colores,

sin final, no cerrada al sol por ningún muro.

Tú sabes bien que en mí no muere la esperanza,

que los años en mí no son hojas, son flores,

que nunca soy pasado, sino siempre futuro.

De, Octavio Paz

Tus ojos

Tus ojos son la patria

del relámpago y de la lágrima,

silencio que habla,

tempestades sin viento,

mar sin olas, pájaros presos,

doradas fieras adormecidas,

topacios impíos como la verdad,

otoño en un claro del bosque

en donde la luz canta en el hombro

de un árbol y son pájaros todas las hojas,

playa que la mañana

encuentra constelada de ojos,

cesta de frutos de fuego,

mentira que alimenta,

espejos de este mundo,

puertas del más allá,

pulsación tranquila del mar a mediodía,

absoluto que parpadea, páramo.

De, Jorge Luis Borges

El amenazado

Es el amor. Tendré que ocultarme o que huir.

Crecen los muros de su cárcel, como en un sueño atroz.

La hermosa máscara ha cambiado, pero como siempre es la única.

¿De qué me servirán mis talismanes: el ejercicio de las letras,

la vaga erudición, el aprendizaje de las palabras que usó el áspero Norte para cantar sus mares y sus espadas,

la serena amistad, las galerías de la biblioteca, las cosas comunes,

los hábitos, el joven amor de mi madre, la sombra militar de mis muertos, la noche intemporal, el sabor del sueño?

Estar contigo o no estar contigo es la medida de mi tiempo.

Ya el cántaro se quiebra sobre la fuente, ya el hombre se

levanta a la voz del ave, ya se han oscurecido los que miran por las ventanas, pero la sombra no ha traído la paz.

Es, ya lo sé, el amor: la ansiedad y el alivio de oír tu voz, la espera y la memoria, el horror de vivir en lo sucesivo.

Es el amor con sus mitologías, con sus pequeñas magias inútiles.

Hay una esquina por la que no me atrevo a pasar.

Ya los ejércitos me cercan, las hordas.

(Esta habitación es irreal; ella no la ha visto.)

El nombre de una mujer me delata.

Me duele una mujer en todo el cuerpo.

De, Sor Juana Inés de la Cruz

Al ingrato que me deja, busco amante

Al que ingrato me deja, busco amante;

al que amante me sigue, dejo ingrata;

constante adoro a quien mi amor maltrata,

maltrato a quien mi amor busca constante.

Al que trato de amor, hallo diamante,

y soy diamante al que de amor me trata,

triunfante quiero ver al que me mata

y mato al que me quiere ver triunfante.

Si a este pago, padece mi deseo;

sí ruego a aquél, mi pundonor enojo;

de entrambos modos infeliz me veo.

Pero yo, por mejor partido, escojo;

de quien no quiero, ser violento empleo;

que, de quien no me quiere, vil despojo.

Para finalizar un poema sobre el amor con el cual me identifico.

De, Mario Benedetti

Táctica y Estrategia

Mi táctica es

mirarte

aprender como sos

quererte como sos

mi táctica es

hablarte

y escucharte

construir con palabras

un puente indestructible

mi táctica es

quedarme en tu recuerdo

no sé cómo ni sé

con qué pretexto

pero quedarme en vos

mi táctica es

ser franco

y saber que sos franca

y que no nos vendamos

simulacros

para que entre los dos

no haya telón

ni abismos

mi estrategia es

en cambio

más profunda y más

simple

mi estrategia es

que un día cualquiera

no sé cómo ni sé

con qué pretexto

por fin me necesites.

Habiendo escrito tanto y a la vez tan poco sobre este sentimiento.

¿Cuál es tu historia de amor?

Historias y algo más !

Cuando niños era habitual que nuestros padres, tíos y abuelos nos relataran fábulas, cuentos y otras composiciones que nos mantenían ciertamente entretenidos. Durante el invierno en aquellos domingos de sobremesa del mediodía, quedábamos los primos expectantes de que alguno de nuestros mayores tomará la iniciativa de contarnos esas historias, que se habían traspasado de generación en generación, llegando desde Italia, España y de otros confines del planeta. Sumaban asimismo otras narraciones autóctonas con los cuales acaparaban nuestra atención, provocaban asombro y mantenían en alto nuestra curiosidad. Mientras el frío, las nubes, el viento y la llovizna eran dueños del exterior, en el interior de la casa de campo reinaba la calidez de las palabras, expresiones faciales y alguna que otra representación que nos sostenía concentrados.

Sentados alrededor de esa gran mesa, con todos nuestros sentidos alertas, pequeñas y aleccionadoras crónicas ingresaban por nuestros oídos para impactar en nuestras emociones que se manifestaban largamente en nuestros rostros y cuerpos. Sonrisas, caras de asombro, miradas inquietas y perpejlidad, se sumaban a otras sensaciones inefables, en ese lapso cuando las leyendas eran el centro de atención. Esa hora y media era aprovechada para beber distintas infusiones y degustar exquisitos bollos dulces caseros, bañados con azúcar impalpable o miel. La luz natural que se filtraba por las ventanas, nos regalaba un entorno único, mezcla de claros y sombras, proyecciones de objetos sobre el mantel y otros efectos que engalanaban este ambiente mágico y teatral.

Las narraciones casi siempre arrojaban como saldo alguna enseñanza, reflexión o aprendizaje. Los niños preguntábamos sobre algunos detalles que no nos quedaban tan claros. Las respuestas no se hacían esperar, en especial del Tío Berto o Marochi (como todo el mundo le llamaba), el cual tenía una facilidad especial para la inventiva. Las descripciones que aportaba eran aceptadas tal y como si Marochi hubiese estado presente en los acontecimientos. Era ciertamente nuestro tío preferido, un amor de persona sencilla, un niño más entre nosotros, con un carisma y una sonrisa sin igual. Sus ojos grises y bondadosos, contrataban con sus manos fuertes y callosas, producto del trabajo de labranza sobre la tierra. Cuando surgen conversaciones sobre la bondad, a mí se me viene a la mente ese hombre grandote y fortachón, que solo sabía hacer el bien, sin pedir ninguna devolución a cambio.

Acto seguido de finalizar con los relatos, aparecían las cartas, las cuales al son del chinchón, la escoba o la casita robada, intensificaban los gritos, las burlas y el alboroto. Las historias y los juegos nos hacían inmensamente felices en esas jornadas de domingo que yo no quería que se acabasen nunca. Me costaba aceptar y me producía una cierta depresión, que el lunes tendría que ir al colegio, y comenzar de nuevo con la rutinas y obligaciones. El domingo era el mejor día de la semana, inigualable e irremplazable.

Las vivencias de la niñez parecen dormidas, pero se despiertan muy rápido ante el menor incentivo. Una foto, un recuerdo, una pregunta de mis hijas, un momento feliz, son disparadores de hermosas sensaciones que vienen a mi encuentro. Los domingos invernales de mi infancia forman parte de ese tesoro invaluable por el cariño y la sensación de bienestar pleno. En mi caso personal, tengo recuerdos parciales de las historias que nos contaban, porque quedaron más grabados a fuego los momentos vividos y compartidos entre niños y mayores. La vida nos estremece de muchas maneras y nos sacude de a ratos con las remembranzas de la niñez y la adolescencia.  Hoy disfruto la dicha de poder transmitir mediante mis escritos la belleza de lo intangible, buscando la perfección que paradojicamente resulta poco perfecta o efectiva para contar lo que son profundas vivencias.

Amerita decir que quizás mi afición por la lectura y escritura hayan nacido durante aquellas tertulias dominicales. La verdad es que no estoy cien por ciento seguro de esa afirmación, porque hubo otros momentos de mi vida donde hubo otras siembras de palabras y textos. La génesis de las decisiones y predilecciones, es un ámbito sumamente difícil de dilucidar, sobre todo para una mente abarrotada de información como la mía. Saber que es lo que nos motiva, es todo un arte para personas muy entrenadas y entendidas.

En homenaje a mis precursores en esto de contar historias, les traigo a continuación algunas narraciones sencillas, parecidas a aquellas que nos relataban siendo niños.

El sabio

Cuentan que, en un antiguo reino, habitaba un hombre que era conocido en todas partes por su gran sabiduría. Al comienzo solo aconsejaba a sus familiares y amigos cercanos. Sin embargo, su fama creció tanto que el propio soberano lo llamaba frecuentemente para consultarlo.

Todos los días llegaban muchas personas a recibir sus sabios consejos. Sin embargo, el sabio notó que había varios que iban todas las semanas. Lo peor es que siempre le contaban los mismos problemas y luego escuchaban el mismo consejo, pero no lo ponían en práctica. Todo se había convertido en un círculo vicioso.

Un día, el sabio reunió a todos esos consultantes frecuentes. Luego les contó un chiste tan divertido, que llevó a que casi todos se desternillaran de la risa. Después esperó un rato y volvió a contar el mismo chiste. Siguió contándolo por tres horas. Al final, todos estaban desesperados. Entonces el sabio les dijo: “¿por qué no pueden reírse varias veces del mismo chiste, pero sí pueden llorar mil veces por el mismo problema?”.

Los dos amigos

En cierta ocasión, dos grandes amigos decidieron hacer una travesía por el desierto. Uno confiaba en el otro ciegamente y sentían que no habría mejor compañía. Sin embargo, cuando ya estaban cansados tuvieron desacuerdos en sus opiniones.

Del desacuerdo pasaron a una discusión y de esta a un debate encendido. La situación llegó a tal extremo que, en un momento dado, uno de los amigos golpeó al otro. Enseguida se dio cuenta de su error y le pidió perdón. Entonces, el que había sido golpeado, escribió en la arena: “Mi mejor amigo me golpeó”.

Continuaron el camino y más adelante se encontraron con un extraño oasis. Todavía no habían entrado en él, cuando el suelo comenzó a moverse. El amigo que había sido golpeado comenzó a hundirse. Era una especie de pantano. Como pudo, su amigo se estiró, poniendo en riesgo su vida, y lo rescató.

Fue entonces cuando el chico, que primero había sido golpeado y luego rescatado, escribió sobre una piedra: “mi mejor amigo me salvó la vida”. El otro lo miraba con curiosidad, así que le explicó: “entre amigos, las ofensas solo se escriben para que se las lleve el viento. En cambio, los favores se graban hondo en la piedra para que no se olviden nunca”.

El león codicioso

Había una vez un león soberbio que estaba hambriento. Llevaba un rato largo sin comer y tenía pegadas las tripas. Sabía que en el lugar en donde estaba no abundaban las presas. Comprendió que debía ser paciente y acechar con mucha cautela, ya que, si aparecía alguna presa y la perdía, no iba a encontrar otra tan fácilmente.

El león se quedó muy quieto, detrás de un matorral. Pasaron algunas horas y no aparecía nada. Sin embargo, cuando ya estaba desanimado, en una zona cercana apareció una liebre. Había un pastizal y la liebre salió a comer la hierba, desprevenidamente. El león sabía que las liebres son muy rápidas, así que debía lanzar un ataque contundente y súbito. De lo contrario, con toda seguridad, la liebre se escaparía.

Esperó un rato y se puso en guardia. Cuando iba a echarse encima de su presa, vio de pronto que un hermoso venado estaba caminando a unos metros de allí. La boca se le hizo agua. En un par de segundos cambió sus planes y atacó al venado, que había tenido tiempo de verlo y se echó a correr. La liebre, por supuesto, se escapó. “Tal es así que es león codicioso se quedó sin el pan y sin la torta”.

Suelta el vaso

Durante una sesión grupal, un psicólogo tomo un vaso de agua y lo mostró a los demás. Mientras todos esperaban la típica reflexión de ‘¿este vaso está medio lleno o medio vacío?’, el psicólogo les preguntó:

-¿Cuánto pesa este vaso?

Las respuestas variaron entre los 200 y 250 gramos. Pero el psicólogo respondió:

-El peso total no es lo importante. Más bien, depende de cuánto tiempo lo sostenga. Si lo sostengo un minuto, no es problema. Si lo sostengo una hora, me dolerá el brazo. Si lo sostengo durante un día entero, mi brazo se entumecerá y se paralizará del dolor. El peso del vaso no cambia, siempre es el mismo. Pero cuanto más tiempo lo sostengo en mi mano, este se vuelve más pesado y difícil de soportar.

Y continuó:

– Las preocupaciones, los rencores, los resentimientos y los sentimientos de venganza son como el vaso de agua. Si piensas en ellos por un rato, no pasará nada. Si piensas en ellos todos los días, te comienzan a lastimar. Pero si piensas en ellos toda la semana, o incluso durante meses o años, acabarás sintiéndote paralizado e incapaz de hacer algo.

El paquete de galletas

Una señora que debía viajar a una ciudad cercana llegó a la estación de tren, donde le informaron que este se retrasaría aproximadamente una hora. Molesta, la señora compró una revista, un paquete de galletas y una botella de agua. Busco una banca y se sentó a esperar.

Mientras ojeaba la revista, un joven se sentó a su lado y comenzó a leer el periódico. Sin decir una sola palabra, estiró la mano, tomó el paquete de galletas, lo abrió y comenzó a comer. La señora se molestó; no quería ser grosera pero tampoco permitiría que un extraño se comiera su comida. Así que, con un gesto exagerado, tomó el paquete, sacó una galleta y se la comió mirando al joven con enojo. El joven, tranquilo, respondió tomando otra galleta, y sonriéndole a la señora, se la comió. La señora no podía creerlo. Furiosa, tomó otra galleta, y con visibles muestras de enojo, se la comió mirándolo fijamente.

La actuación de miradas de fastidio y sonrisas continuó entre galleta y galleta. La señora estaba cada vez más irritada y el joven cada vez más sonriente. Finalmente, ella notó que solo quedaba una galleta. Con paciencia, el joven tomo la galleta y la partió en dos. Con un gesto amable, le dio la mitad a su compañera de almuerzo.

-¡Gracias! -respondió, arrebatándole la galleta al joven.

Finalmente, el tren llegó a la estación. La señora se levantó furiosa y subió al vagón. Desde la ventana, vio que el joven continuaba sentado en el andén y pensó “Qué insolente y maleducado. ¡Qué será de nuestro mundo a cargo de esta generación tan grosera!”.

De pronto sintió mucha sed por el disgusto. Abrió su bolso para sacar la botella de agua y se quedó estupefacta cuando encontró allí su paquete de galletas intacto. Todo este tiempo, ¡el joven le estuvo compartiendo sus galletas! Apenada, la señora quiso regresar para pedirle disculpas, pero el tren ya había partido.

Piedras

Un experto asesor de empresas en Gestión del Tiempo quiso sorprender a los asistentes a su conferencia. Sacó de debajo del escritorio un frasco grande de boca ancha. Lo colocó sobre la mesa, junto a una bandeja con piedras del tamaño de un puño y preguntó:

“– ¿Cuántas piedras piensan que caben en el frasco?”

Después de que los asistentes hicieran sus conjeturas, empezó a meter piedras hasta que llenó el frasco.

Luego preguntó:

“– ¿Está lleno?”

Todo el mundo lo miró y asintió. Entonces sacó de debajo de la mesa un cubo con gravilla. Metió parte de la gravilla en el frasco y lo agitó. Las piedrecillas penetraron por los espacios que dejaban las piedras grandes.

El experto sonrió con ironía y repitió:

“– ¿Está lleno?”

Esta vez los oyentes dudaron:

“– Tal vez no.”

“– ¡Bien!”

Y puso en la mesa un cubo con arena que comenzó a volcar en el frasco. La arena se filtraba en los pequeños recovecos que dejaban las piedras y la grava.

“– ¿Está bien lleno? preguntó de nuevo.”

“– ¡No!, exclamaron los asistentes.”

Bien, dijo, y cogió una jarra de agua de un litro que comenzó a verter en el frasco. El frasco aún no rebosaba.

“– Bueno, ¿qué hemos demostrado?, preguntó.”

Un alumno respondió:

“– Que no importa lo llena que esté tu agenda, si lo intentas, siempre puedes hacer que quepan más cosas.”

“– ¡No!, concluyó el experto: lo que esta lección nos enseña es que, si no colocas las piedras grandes primero, nunca podrás colocarlas después. ¿Cuáles son las piedras grandes en tu vida?”

¿Tus hijos, tus amigos, tus sueños, tu salud, la persona amada? ¿O son tu trabajo, tus reuniones, tus viajes de negocio, el poder o el dinero? La elección es tuya.

Una vez te hayas decidido…, pon esas piedras primero. El resto encontrará su lugar.

¡Datos y Dataísmo!

Un abejorro se afana por beber el néctar de hermosas y perfumadas flores de lavanda, que han recibido el impulso vigorizante de algunos días previos con temperaturas primaverales. Mientras recibe el frío y algo de lluvia, durante este día desapacible que da comienzo a la estación del amor, no ceja en sus intentos por beber todo lo que pueda. Es raro verlo sin compañía, casi siendo un desorientado y perdido luchador de una causa justa y necesaria, aferrándose a las atrayentes y azuladas flores, las cuales a su vez se sostienen con entereza de los tallos. Todos tratan de no ser despedidos por el intenso y gélido viento. El dato es que estamos en el comienzo de la primavera, pero el valor de las variables no son las esperadas. El insecto levanta vuelo finalmente perdiéndose en el horizonte difuminado. Las flores se quedan solas bebiendo sorbos del agua que pesadamente cae del cielo.

En esta jornada destemplada, cuando las estadísticas se han perdido por la tangente, el dato relevante es que el mundo se articula con el flujo y procesamiento de información que nos proporcionan datos y más datos, a través de los cuales se van conociendo realidades, que sin el avance y desarrollo de la tecnología informática resultarían muy difíciles de dimensionar. Una idea que se expresa de manera repetida gana fuerza en el común de las personas: «dato mata relato». Esta frase vendría a ser algo así como la revancha que la objetividad se toma con la subjetividad y falta de rigor de ciertos conceptos, situaciones y números que se deslizan en discursos, arengas y reportajes.

La esencia de los datos como una nueva filosofía de vida, ha despertado el interés de muchos pensadores, los cuales esgrimen argumentos a favor y en contra de esta proliferación de información. Conocer datos sobre situaciones individuales y colectivas del ser humano, nos sirven de seguro para gestionar a partir de ellos realidades superadoras y mejoradas, basando las decisiones en números poco cuestionables. Al mismo tiempo la sensación de falta de intimidad que eso proporciona, pone en alerta a muchos individuos que se sienten vulnerados en sus derechos.

Dentro de estas vertientes de pensamiento que se valen de los datos como argumento para….., ha surgido una corriente filosófica que se conoce como “dataísmo”, la cual es cuestionada por ser decididamente extrema respecto de la importancia de los datos y su impacto en la toma decisiones con impacto individual o colectivo.

Dataísmo (o datoísmo) es un término que ha sido utilizado para describir la corriente de pensamiento o filosofía, creada por el significado emergente del big data, la inteligencia artificial y el internet de las cosas.

Según el catedrático y ensayista Yuval Noah Harari, de la Universidad Hebrea de Jerusalén, en su libro “Homo Deus: Breve historia del mañana” el dataísmo, es casi como una religión, que podría definirse como “aquella que no venera ni a dioses ni al hombre: adora los datos”.

¿Qué es un dato?

Un dato es una representación simbólica (numérica, alfabética, algorítmica, espacial, etc.) de un atributo o variable cuantitativa o cualitativa. Los datos describen hechos empíricos, sucesos y entidades.

Más recientemente, el término ha sido expandido para describir lo que el científico social Yuval Noah Harari ha llamado una ideología emergente o incluso una nueva forma de religión en la cual “el flujo de información es el valor supremo y la libertad de la información es el mayor bien de todos”.

¿Qué es el dataísmo?

“Si me pidieran describir la filosofía al alza de hoy en día, yo diría que es el dataísmo”, escribió el analista cultural David Brooks en el periódico New York Times en febrero de 2013. Brooks argumentaba que, en un mundo con cada vez mayor complejidad, confiar en los datos puede reducir los sesgos cognitivos y «alumbrar patrones de comportamiento que todavía no hubiéramos percibido».

En 2014, el filósofo y ensayista surcoreano Byung-Chul Han manifestó en su libro Psicopolítica:

El big data debe liberar el conocimiento del arbitrio subjetivo. Así pues, la intuición no representa una forma superior del conocimiento. Se trata de algo meramente subjetivo, de un auxilio necesario que suple la falta de datos objetivos. En una situación compleja, siguiendo esta argumentación, la intuición es ciega. Incluso la teoría cae bajo la sospecha de ser una ideología. Cuando hay suficientes datos, la teoría sobra. La segunda Ilustración es el tiempo del saber puramente movido por datos. […] El dataísmo se muestra como un dadaísmo digital. También el dadaísmo renuncia a un entramado de sentido. Se vacía a la lengua totalmente de su sentido: «Los sucesos de la vida no tienen ni comienzo ni fin. Todo transcurre de manera idiota. Por eso todo es igual. La simplicidad se llama dadá». El dataísmo es nihilismo. Renuncia totalmente al sentido. Los datos y los números no son narrativos, sino aditivos. El sentido, por el contrario, radica en una narración. Los datos colman el vacío de sentido.[…] En general, el dataísmo adquiere rasgos libidinosos, incluso pornográficos. Los dataístas copulan con datos. Así, se habla de “datasexuales”. Son “inexorablemente digitales” y encuentran los datos “sexis”.

También en una entrevista, dada por la publicación de su libro “La desaparición de los rituales”, concedida al diario El País, el mismo pensador dice:

El dataísmo es una forma pornográfica de conocimiento que anula el pensamiento. No existe un pensamiento basado en los datos. Lo único que se basa en los datos es el cálculo. El pensamiento es erótico. Heidegger lo compara con el eros. El batir de alas del dios Eros lo acariciaba cada vez que daba un paso significativo en el pensamiento y se atrevía a aventurarse en un terreno inexplorado. La transparencia también es pornográfica. Peter Handke dice en una de sus anotaciones: “¿Quién dice que el mundo ya está descubierto?”.

Yuval Noah Harari publica en 2016 “Homo Deus: Breve historia del mañana”. En ese libro el pensador y escritor israelí, argumenta que todas las estructuras políticas o sociales competidoras pueden ser vistas como sistemas de procesamiento de datos: “El dataísmo declara que el universo consiste en flujos de datos y que el valor de cualquier fenómeno o entidad está determinado por su contribución al procesamiento de datos”.​

Harari plantea que “podemos interpretar que toda la especie humana es un sólo sistema de procesamiento de datos, siendo cada uno de los seres humanos un chip” .Después argumenta que el conjunto total de la historia del ser humano puede leerse como un proceso de mejora de la eficiencia de este sistema incrementando el número y variedad de procesadores/chips del sistema, incrementando el número de conexiones entre procesadores e incrementando la libertad de movimiento junto con las conexiones existentes.

Harari llega a argumentar que el “dataísmo”, como cualquier otra religión, tiene mandamientos prácticos. Un dataísta debería desear “maximizar el flujo de datos mediante la conexión de cada vez más y más medios”​ y cree que la libertad de la información es “el mayor bien de todos”. Harari también plantea que Aaron Swartz, quien se suicidó en 2013 después de ser procesado por liberar centenares de miles de artículos científicos del archivo en línea JSTOR de forma gratuita, podría ser denominado el “primer mártir» del dataísmo”.

Escribiendo para el Financial Times, Harari argumentó que el dataísmo presenta un desafío existencial a la ideología moral dominante del humanismo, que ve a los sentimientos humanos como la última autoridad del mundo: “el humanismo se enfrenta ahora al desafío existencial y la idea de libre albedrío está siendo amenazada… Una vez que los sistemas Big Data me conozcan mejor de lo que yo me conozco a mí mismo, la autoridad se desplazará de los humanos a los algoritmos”. Harari predice que la conclusión lógica de este proceso es que con el tiempo los humanos otorgarán a los algoritmos la autoridad para tomar las decisiones más importantes de su vida, como con quién casarse, por ejemplo.

Algunos conceptos que se pueden extraer del libro de Harari:

  • Después de cuatro mil millones de años de vida orgánica, la era de la vida inorgánica está comenzando.
  • Los principales productos de la economía del siglo XXI no serán los textiles, los vehículos y las armas, sino los cuerpos, los cerebros y las mentes.
  • Mientras que la Revolución Industrial creó a la clase obrera, la próxima gran revolución creará la “clase innecesaria”.
  • La forma en que los seres humanos han tratado a los animales es un buen indicador de cómo los seres humanos mejorados tratarán al resto.
  • El islamismo radical supone un reto imponiendo su resistencia, pero las religiones verdaderamente impactantes saldrán de Silicon Valley, no de Oriente Medio.
  • La democracia y el mercado libre se derrumbarán una vez que Google y Facebook nos conozcan mejor de lo que nos conocemos nosotros mismos. La autoridad cambiará de manos: pasará de estar bajo el control de los individuos para ser propiedad de los algoritmos de la red.
  • Renunciaremos conscientemente a la privacidad en la búsqueda de una mejor salud.
  • Los humanos no lucharán contra las máquinas, se fusionarán con ellas. Nos dirigimos hacia el matrimonio más que a la guerra.
  • La mayoría de nosotros no llegará a decidir cómo la tecnología afectará a nuestras vidas porque la mayoría de nosotros no entiende esta tecnología. ¿Cuántos de nosotros, de hecho, votaron sobre cómo funcionaría Internet?

Además, Harari dice que «desde una perspectiva dataísta, podríamos interpretar a toda la especie humana como un único sistema de procesamiento de datos en el que los individuos hacen las veces de chips». En tal caso, también podríamos entender toda la historia como un proceso de mejora de la eficiencia de este sistema, mediante cuatro métodos básicos:

  • Incremento del número de procesadores. Una ciudad de 100.000 habitantes tiene más potencia de cómputo que un pueblo de 1.000 habitantes.
  • Multiplicación de la variedad de procesadores. Diferentes procesadores podrían emplear maneras diversas de calcular y analizar datos. Por lo tanto, emplear varios tipos de procesadores en un único sistema podría aumentar su dinamismo y creatividad: una conversación entre un campesino, un sacerdote y un médico podría producir ideas nuevas que nunca aparecerían en una conversación entre tres cazadores-recolectores.
  • Aumento del número de conexiones entre procesadores. Tiene poco sentido aumentar únicamente el número y la variedad de procesadores si están poco conectados entre sí. Es probable que una red comercial que conecte diez ciudades produzca más innovaciones económicas, tecnológicas y sociales que diez ciudades aisladas.
  • Incremento de la libertad de movimientos a lo largo de las conexiones existentes. Conectar procesadores apenas es útil si los datos no pueden fluir libremente. Construir carreteras entre diez ciudades no será muy útil si están plagadas de ladrones o si algún déspota autócrata no permite que comerciantes y viajeros se muevan como deseen.

Harari expone cómo al igual que el capitalismo, el dataísmo empezó como una teoría científica neutral, pero ahora está mutando en una religión que pretende determinar lo que está bien y lo que está mal. El valor supremo de esta religión es el “flujo de información”. Si la vida es el movimiento de información y si creemos que la vida es buena, de ahí se infiere que debemos difundir y profundizar el flujo de información en el universo. Según el dataísmo —continúa Harari—, las experiencias humanas no son sagradas y Homo sapiens no es la cúspide de la creación y el precursor de algún futuro “Homo Deus”. Los humanos son simplemente herramientas para crear el “Internet de Todas las Cosas”, que podría acabar extendiéndose fuera del planeta Tierra para cubrir toda la galaxia e incluso todo el universo.

Este sistema cósmico de procesamiento de datos será como Dios. Estará en todas partes y lo controlará todo, y los humanos están destinados a fusionarse con él.

Harari explica cómo esta concepción nos recordaría a otras religiones tradicionales: en el hinduismo se cree que los humanos pueden y deben fusionarse con el alma universal del cosmos: el Atman. Para el cristianismo la muerte une a los santos con Dios y aísla a los pecadores de su presencia.

Para Harari, la tecno-religión más audaz buscará «cortar del todo el cordón umbilical humanista». Tal experiencia religiosa «prevé un mundo que no gire alrededor de los deseos y las experiencias de ningún ser humanoide. ¿Qué puede sustituir los deseos y las experiencias como origen de todo sentido y autoridad? En 2016, únicamente una candidata está sentada en la sala de espera de la historia, aguardando la entrevista de trabajo. Esta candidata es la información.»

Harari argumenta que el dataísmo sostiene que el universo consiste en flujos de datos y que el valor de cualquier fenómeno o entidad está determinado por su contribución al procesamiento de datos.

Bill Gates, en un artículo en su página personal recomendando la lectura de Homo Deus,​ cita las palabras de Harari en las cuales declara que el mayor bien moral es incrementar el flujo de información y que el dataísmo no tiene nada en contra de las experiencias humanas. «Simplemente los dataístas no creen que tengan un valor intrínseco.»

Gates responde que «el dataísmo no ayuda a organizar las vidas de las personas, porque no tiene en cuenta el hecho de que las personas siempre tendrán necesidades materiales. Incluso en un mundo sin hambrunas ni enfermedades, seguiríamos valorando el ayudar, interactuar y cuidar los unos de los otros.»

Algunas críticas negativas sobre la caracterización de Harari del dataísmo, se centran en que es difícil de creer que esta corriente representa el desafío a la ideología del humanismo liberal, ya que los humanos serán capaces de creer simultáneamente en su propia importancia y en la de los datos.

El propio Harari advierte sobre determinadas críticas que se le pueden hacer al dataísmo, como el problema de la consciencia, sobre la cual el dataísmo es poco probable que pueda arrojar algo de luz. “Los seres humanos también pueden descubrir que los organismos no son algoritmos, sugiere”.

Para finalizar algo de humor vinculado:

Inmortalidad: La tasa de natalidad es el doble que la tasa de mortalidad; por lo tanto, una de cada dos personas es inmortal.

Atropellos: En Nueva York un hombre es atropellado cada diez minutos. El pobre ha de estar hecho polvo…

Accidentes: La probabilidad de tener un accidente de tráfico aumenta con el tiempo que pasas en la calle. Por tanto, cuanto más rápido circules, menor es la probabilidad de que tengas un accidente.

Alcohol y conducción: El 33 % de los accidentes mortales involucran a alguien que ha bebido. Por tanto, el 67 % restante ha sido causado por alguien que no había bebido. A la vista de esto y de lo anterior, está claro que la forma más segura de conducir es ir borracho y a gran velocidad.

Ni frío ni calor: Un estadístico podría meter su cabeza en un horno y sus pies en hielo y decir que en promedio se encuentra bien.

Seguridad en avión: En realidad, volar en avión es muy seguro. La práctica totalidad de los fallecidos en accidentes aéreos han muerto al llegar al suelo.

Chiste de estadísticos: – «¿Has oído ese chiste de estadísticos?». – «Probablemente…»

Precaución: Un hombre tenía miedo de coger un avión por aquello de los secuestros aéreos. Mirando unas estadísticas, encontró que la probabilidad de que hubiese una bomba en su vuelo era de 1 entre 1.000, mientras que la probabilidad de que hubiera dos bombas era 1 entre 100.000. Por lo tanto, a partir de entonces, cuando viajaba en avión llevaba él mismo una bomba.

Estadística vaticana: La ciudad del Vaticano tiene dos Papas por kilómetro cuadrado.

Correlaciones: – Existe una fuerte correlación entre tener los pies grandes y saber multiplicar (Por lo menos si tu muestra incluye niños y personas mayores). Por lo tanto, las personas con los pies grandes son mejores en Matemáticas.

– El consumo de helados y el número de personas que mueren ahogadas están correlacionados. (Cuando hace frío, la gente ni toma helados ni se baña). Por lo tanto, en las piscinas debería estar prohibido vender helados.

Lugares peligrosos: – Los hospitales son los lugares más peligrosos del mundo… “la probabilidad de morir en un hospital es mucho mayor que las de morir en cualquier otro sitio”.

– La cama es el sitio más peligroso del mundo… es donde muere más gente. 

¡Planeta ardiente!

Nuestro planeta lucha por sobrevivir en todos los frentes: agua, tierra y aire. Parece una visión apocalíptica pero los últimos eventos del verano europeo, donde las reservas de agua han llegado a mínimos jamás alcanzados y las temperaturas superan registros históricos uno tras otro, son una muestra de lo que los efectos de los desequilibrios son capaces de producir.

Algunos lideres políticos, científicos y otras autoridades, aún se muestran escépticos de que esto sea algo distinto a lo que ha sucedido en otras eras. Sus argumentos se basan en que muchos de los eventos más profundos que afectaron nuestro planeta, estuvieron ligados a circunstancias puntuales, tales como el impacto de un meteorito de grandes dimensiones, que produjeron por ejemplo episodios de enfriamiento masivo, denominadas «eras del hielo». Del mismo modo la eerupción de grandes volcanes, o movimientos sísmicos provocaron eras de calentamiento y enfriamientos extremos en algunas áreas geográficas, que resultaron calamitosas. Sin embargo, es bueno aclarar que, durante estas coyunturas del pasado, la población humana era escasa y sus actividades se limitaban a la caza y recolección natural.

La tendencia al incremento de temperaturas están produciendo eventos climáticos extremos, que alternan sequías con inundaciones, calentamiento de mares y océanos. Sólo por citar un ejemplo cercano, acá en el hemisferio sur, los efectos de la niña o el niño, son cada vez acentuados y con consecuencias difíciles de predecir y menos aún de mitigar.

La sequía extrema que estamos atravesando ya saliendo del período invernal, ha puesto a arder bajo fuego a varias provincias argentinas mediterráneas, que son asoladas por vientos extremos, cenizas, humo y tierra, que tornan inviable la circulación por carreteras, la respiración normal y agudizan las alergias y otras enfermedades respiratorias. En cada una de las ciudades, pueblos, zonas rurales, de sierras o regiones de pastizales, abnegados bomberos y vecinos, luchan contra numerosos focos de incendio que aparecen uno tras otro. «El riesgo de seguir soportando el poder destructivo de las llamas se mantiene en niveles límites muy elevados, con tendencia a tornar la situación cada vez peor».

Dentro de este escenario desalentador, muchos países o comunidades políticas, están tomando acciones concretas que nos hacen pensar que la situación puede al menos estabilizarse. De la mano de las energías renovables en reemplazo de los combustibles fósiles, están acelerando el proceso de recambio de energías contaminantes por energías verdes, con objetivos muy concretos, apalancados por políticas, leyes, y programas específicos, que incluyen metas de cumplimiento efectivas para verificar su concreción. Por lo general, estos planes de sustentabilidad ambiental y social, son acompañados por una conciencia individual y colectiva, que, cimentada en la educación, hace pensar que no se trata de esfuerzos aislados, sino más bien de una visión y cultura que aparecieron para permanecer y crecer cada vez más.

La semana de la educación, donde se festejan el día del maestro y del profesor, es una oportunidad propicia para incorporar definitivamente en la agenda y los programas educativos, la visión en nuestros niños y adolescentes, que todos somos artífices y partícipes esenciales en todos los cambios que necesitamos impulsar, entre ellos ayudar a nuestro planeta a sobrevivir para que nos pueda seguir cobijando como especie por muchas generaciones más.

Les comparto a continuación el estatus en materia ambiental de un país que es pionero en ese campo. Sus programas basados en una visión global mancomunada, son un ejemplo a seguir para lograr torcer rápidamente el rumbo y mitigar los impactos negativos del cambio climático. Los suecos como casi toda la geografía que habitamos sufre las consecuencias del cambio climático, pero hace ya bastante tiempo que impulsan políticas y medidas para salir de la crisis.

La política ambiental de Suecia y sus enseñanzas

Suecia es un país que muchas veces se utiliza de ejemplo: está por encima de la media en términos de educación, compromiso civil, equilibrio trabajo-vida, salud, bienestar subjetivo, ingresos y riqueza, empleo, vivienda y seguridad personal. Uno de sus mejores ejemplos es su política ambiental.

Los números de la economía de Suecia son muy buenos. En Suecia, el ingreso promedio per cápita es de USD 53.442 por año. Este dato lo ubica entre los diez países con mayor renta per cápita.

En términos de empleo, el 77% de las personas de 15 a 64 años en Suecia tienen un trabajo remunerado, más que la tasa de empleo promedio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) que se sitúa en 68%.

En Suecia, solo el 1% de los empleados tiene un horario de trabajo muy largo, una de las tasas más bajas en el área de la OCDE, donde el promedio es del 11%. Si consideramos además que la buena educación y las buenas habilidades son requisitos importantes para encontrar un trabajo, lo confirmamos con las estadísticas: en Suecia, el 83% de los adultos entre las edades de 25 y 64 años han c5x5ompletado la educación secundaria superior, más que el promedio de la OCDE.

En cuanto a la calidad del sistema educativo, el estudiante promedio obtuvo 496 puntos en términos de habilidades en ciencias, lectura y matemáticas bajo el Programa de Evaluación de Estudiantes Internacionales (PISA) de la OCDE. Esta puntuación está por encima del promedio de la OCDE que es de 486 puntos. En Suecia, además, las niñas obtuvieron un promedio de 16 puntos más que los niños. La brecha es mucho más alta que el promedio de la OCDE de 2 puntos.

Si hablamos de salud, la esperanza de vida al nacer en Suecia es de 82 años, dos años más que el promedio de la OCDE.

Estos números nos muestran la fortaleza de la economía de Suecia, pero si vamos a los programas ambientales, ahí vemos que son líderes indiscutidos.

Es el país que acogió la primera Conferencia Internacional sobre el Clima, en su capital, en 1972. El actual gobierno sueco, en el cargo desde octubre de 2014, y formado por una coalición de socialdemócratas y verdes, afirmó el liderazgo ambiental del país en la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP21) dónde se firmó el Acuerdo de París.

Sobre la base del éxito de su política climática y medioambiental, Suecia quiere demostrar el progreso constante realizado en este campo. Y no sólo cuenta con alentar a sus socios, en particular los de la Unión Europea, sino que también espera centrarse en cuestiones cruciales como la financiación de políticas climáticas o el uso de nuevas tecnologías. Además, se declara defensora de los estados más pobres y vulnerables que tienen menos recursos para combatir el cambio climático.

Suecia se ha convertido en uno de los Estados europeos con el menor porcentaje de emisiones de gases de efecto invernadero, a pesar de ser uno de los países con el mayor consumo de energía per cápita. Aun así continúa estableciendo nuevos objetivos ambiciosos para las próximas décadas. Estos propósitos incluyen la abolición total de los combustibles fósiles para calefacción, así como el logro de la neutralidad de carbono y una mejora del 20% en la eficiencia energética para 2050.

Todos los buenos resultados se derivan de los esfuerzos realizados en gran medida por los ciudadanos que permiten que la economía sueca tenga un altísimo PIB per cápita, muestre una tasa de apertura económica del 90%, que es dos veces mayor que en Francia, y mantenga un dinamismo industrial impulsado por empresas líderes y especializadas en productos de alta tecnología y en la economía verde.

Aunque el éxito sueco es posible en gran medida gracias a la importante intervención económica del Estado sueco, inherente al modelo socialdemócrata, esto no significa que asfixie al sector privado. A este último no le falta iniciativa para apoyar la lucha ecológica del país, como IKEA, que mostró su voluntad de lograr la independencia energética para 2020 invirtiendo fuertemente en energía eólica y solar.

Los actores públicos y privados trabajan juntos para construir un modelo de ciudad sostenible, un tema crucial para poder conciliar la creciente urbanización con la ecología.

Gotemburgo, la segunda ciudad más grande de Suecia, lanzó una línea de autobuses silenciosa y no contaminante, alimentada por energía eólica e hidroeléctrica utilizando tres autobuses eléctricos y siete híbridos.

Con el mismo espíritu de cooperación, Estocolmo lanzó en agosto un proyecto de «ciudad inteligente», en el distrito Royal Seaport, que debería mostrar una marcada disminución en las emisiones de gases de efecto invernadero para 2030. El proyecto, cuyo objetivo es concebir un modelo urbano con cero impactos en el medio ambiente y fomentar la innovación y el empleo, se basa en nuevas tecnologías para implementar la gestión inteligente de residuos.

Pero, sobre todo, encontramos en Suecia una gran responsabilidad ciudadana en el reciclaje de los residuos. Suecia recicla más del 90 % de sus residuos. Menos del 5% de los residuos domésticos del país son enviados a vertederos.

¿Cómo lo lograron? Con educación ambiental y la concientización de todas las personas sobre el cuidado del medio ambiente y con el trabajo constante en la separación de residuos.

En modo complementario, gestionan sobre la base de presupuestos transparentes para el uso del dinero público en pos de la protección ambiental.

Además de centrarse en no producir residuos, las plantas incineradoras productoras de energía de Suecia queman casi tanta basura como el país recicla, importando residuos de Noruega, Irlanda, Italia y Reino Unido.

Algunas políticas que impulsan el accionar de los ciudadanos para una Suecia ecológica.

Citaremos sólo algunas acciones que se están emprendiendo en Suecia para promover la ecología y el ambiente.

  • Los suecos tienen un descuento de 10.000 coronas (alrededor de € 1000) cuando compran un automóvil ecológico. Es decir, un automóvil que consume menos gasolina o funciona con biocombustibles o gas natural.
  • La ciudad de Estocolmo introdujo un ”impuesto de congestión” , hace ya varios años, para evitar el hacinamiento del tráfico en el centro de la ciudad. Los automóviles que circulan entrando o saliendo del centro de la ciudad tienen que pagar 10, 15 o 20 coronas (aproximadamente 1, 1.5, 2 €), dependiendo de la hora del día. Cuanto mayor sea la concentración del tráfico, más pagarán.
  • Suecia produce toda su electricidad a partir de centrales hidroeléctricas, eólicas y nucleares.
  • Desde el 2017 se aplica una reducción de impuestos sobre las tareas de reparaciones, para estimular el uso de artículos viejos o rotos. La reparación de bicicletas, electrodomésticos y calzado se estimula reduciendo el IVA de la mano de obra.

Pero no todas son palabras de elogio. También están aquellos que manifiestan que el gobierno sueco oculta una parte de la verdad porque no tiene en cuenta sus importaciones en el cálculo de las emisiones de gases de invernadero.  El mensaje que se quiere transmitir es que el rápido crecimiento económico puede conciliarse con una reducción de las emisiones de carbono. Pero la realidad no es tan simple.

Si queremos hablar con propiedad sobre la reducción de nuestra huella de carbono, también debemos tener en cuenta las importaciones de bienes y proponer medidas para reducir los impactos también en esta área.

Como ya expresamos y pese a que los suecos vienen reaccionando desde hace ya bastante tiempo el cambio climático cambia la geografía sueca:  «el calor hunde su montaña más alta».

El monte Kebnekaise se encuentra 150 kilómetros dentro del Círculo Polar Ártico y, durante décadas, ha sido estudiado por los escolares suecos como la montaña más alta de su país. También se estudiaba en los libros de texto que se trata de un glaciar con dos picos: el que se encontraba más al sur era el más alto con 2.103 metros de altitud y el que está más al norte alcanzaba los 2.097. Eso era hasta ahora.

Un equipo de la Universidad de Estocolmo que se encarga de medir cada año la altitud de las montañas suecas ha terminado con todo lo conocido hasta ahora: el pico del sur ahora mide 2.095,6 metros, uno menos que su “hermano’ del norte, que se ha convertido en la montaña más alta de su país.

La montaña del sur ha estado siempre cubierta de hielo, pero desde los años 60 ha estado perdiendo altura paulatinamente por el deshielo hasta que en 2019 ha marcado un récord negativo en su historia: mide 24 metros menos que hace medio siglo. La culpa, según Gunhild Ninis Rosqvist, profesora de geografía de la Universidad de Estocolmo, es del cambio climático.

La profesora universitaria ha explicado que «es todo un símbolo, una señal muy obvia y muy clara para todos en Suecia de que las cosas están cambiando». Este país escandinavo batió en 2018 el récord de temperatura en los meses de mayo y julio, con una media superior de 10 grados a lo que es normal para esa época del año.

Incluso la ciudad de Markusvinsa ha batido durante el año 2019 su récord de temperatura: 34,8 grados, la más alta jamás marcada por una localidad del Ártico en Suecia. Una noticia que los científicos esperaban y que no sorprenden a nadie, ya que vienen a certificar un hecho ya demostrado: el cambio climático está derritiendo el hielo.

Gunhild Ninis Rosqvist explica que la noticia ha conmocionado a los suecos, ya que el Kebnekaise es «icónico, un símbolo para todos los glaciares en Suecia. Pero ya no necesitamos más símbolos. No necesitamos acumular más pruebas. Podemos ver el clima cambiando ante nuestros ojos aquí mismo y tenemos que hacer algo al respecto».

Para culminar les dejo algunos datos adicionales sobre la pujanza de Suecia en materia ambiental.

Sus emisiones de CO2 por unidad de PIB (3,8 toneladas) están muy por debajo del promedio de la OCDE (9,2 toneladas) y están disminuyendo.

Los estándares de calidad del aire en Suecia son buenos y el país ha intensificado aún más sus esfuerzos para la protección del medio ambiente y la conservación de la naturaleza. Suecia se está transformando rápidamente hacia el uso de infraestructuras y tecnologías bajas en carbono y renovables, lo cual incluye la subvención de celdas solares, vehículos eléctricos y puntos de recarga, hasta el apoyo a las inversiones municipales y del sector privado que reducen el impacto climático.

Suecia se encuentra entre los diez principales contribuyentes del Fondo para el Medio Ambiente del PNUMA, que depende de ese tipo contribuciones voluntarias que representan el 95% de sus ingresos. Suecia, en general, se encuentra entre los mayores donantes de financiación ambiental y climática.

En la actualidad, más de la mitad del suministro nacional de energía del país proviene de energías renovables. El Gobierno sueco se ha fijado el objetivo de ser libres de los combustibles fósiles y 100 por ciento renovables para 2045. Suecia ha podido reducir sus emisiones al producir tres cuartas partes de su electricidad a partir de energía hidroeléctrica (45%) y nuclear (30%), otro 17% proviene de la energía eólica y 8% de plantas de calor y energía alimentadas principalmente por biocombustibles. En Estocolmo, todo el sistema subterráneo funciona con electricidad verde y, desde 2017, todos los autobuses funcionan con combustibles renovables.

El reciclaje sostenible de Suecia, el más antiguo de Europa, implica que todos los que compran una botella de plástico o una lata deben pagar un depósito menor, que se reembolsa al reciclar los envases vacíos. En 2020, casi la mitad (46%) de los desechos domésticos se convirtieron en energía, y casi el 90% de las botellas y latas y el 70% de los envases se reciclaron.

La agricultura urbana es popular y la agricultura vertical también está en aumento. Hay varios bancos de alimentos en diferentes partes del país que ayudan a reducir el desperdicio de alimentos mediante la redistribución. Suecia también tiene la distinción de tener la primera carretera eléctrica inalámbrica del mundo, donde los vehículos eléctricos pueden cargarse mientras conducen. El plan es convertir 2.000 km de las carreteras más transitadas del país en carreteras eléctricas inalámbricas para 2030.

Como se puede apreciar las políticas a mediano y largo plazo dan los resultados esperados, si se conservan y sostienen de manera comprometida.

La esperanza de un mundo sostenible es una realidad concreta y palpable en algunas geografías de nuestro planeta.

Nuestro accionar es la clave.

¡Amores, odios y quien sabe!

A lo largo de cualquier momento histórico, podría decirse que el sueño de grandes escritores, guionistas, cineastas, directores de teatro, dramaturgos, fue y es el de encontrar una representación o interpretación que brinde tanto una acabada idea, como un impacto profundo e íntimo, acerca de los amores y de los odios, como movimientos pendulares y protagónicos de las relaciones humanas.

Escritores desvelados por expresar su verdad acerca de los sentimientos y emociones que motivan a los seres humanos, para hacer lo que hacen, decir lo que dicen, sentir lo que sienten, han escrito obras memorables, donde abunda el detalle y la exquisitez de aquellos protagonistas sensibles, que, a merced de sus pasiones, viven una existencia inmortal, dentro de una estructura física que tiene fecha de vencimiento.

La ficción finalmente es casi siempre superada por la realidad. Una parte de nuestra sociedad deslizó la idea de que existe en ella una especie de escuela de odio, con profesores, alumnos y estructuras organizativas para gestionar este sentimiento. Una hipótesis basada en acontecimientos que distan mucho de otros episodios históricos donde la manifestación de antipatía no se circunscribía a la acción de una sola persona intentando asesinar de manera fallida a otra, sino que se percibía con otros hechos concretos e igualmente condenables, siendo un proceder sistemático que atentaba contra un gran número de personas por su condición social, religiosa, política, sexual, económica o del tipo que sea. Los que han sufrido el odio en su cuerpo, en sus expresiones, en su libertad, saben que el odio no es una palabra inerte, ni que se puede declamar sin un respeto profundo por todos los que lo han padecido de hecho o de derecho.

Mi única reflexión personal, si se quiere y alguien lo quiere tomar como aporte,  acerca de los acontecimientos vividos es que todos y cada uno de nosotros somos responsables del respeto por las palabras y conceptos que intentamos instalar, teniendo presente lo que manifesté en el párrafo anterior, de modo tal que aquellos que realmente vivieron el odio en todas sus formas, no se encuentren con una sociedad que ha banalizado o usado el concepto de una manera utilitaria y solo a los efectos de una mera conveniencia. Por respeto a todos los que han sufrido y sufren violencia a partir del odio, del resentimiento o de un pensamiento discordante no podemos usar esa palabra sin un adecuado análisis de los contextos.

En cada escrito trato de mantenerme alejado de las opiniones como verdades únicas, o de pensamientos míos por encima del de los demás, pero en este caso creo que más que una opinión estoy compartiendo una reflexión que es uno de mis límites, sin ninguna necesidad de que sea el tuyo.

A continuación, nos adentramos en los conceptos de amor, odio y otros, mucho más universales y asequibles, alejándonos del terreno de la política.

Sobre el odio

Grandes autores han tratado de definir el odio, según su propia perspectiva. A continuación, un listado de pensamientos que aplican a este concepto universal. Más cerca o más lejos de nuestras propias opiniones está bueno conocerlas para poder sopesarlas.

Clásicos

  • El odio es una tendencia a aprovechar todas las ocasiones para perjudicar a los demás. Plutarco.
  • El odio abiertamente profesado carece de oportunidad para la venganza. Séneca.
  • Que me odien con tal de que me teman. Lucio Accio.
  • Amo la traición, pero odio al traidor. Julio César.
  • Cuídate de que nadie te odie con razón. Marco Poncio Catón.

Europeos

  • Más se unen los hombres para compartir un mismo odio que un mismo amor. Jacinto Benavente.
  • Él sabía bien de odios, pues el que odia con tenacidad sabe reconocer bien ese mismo sentimiento en otros y sabe apreciar cuándo una animadversión es ya definitiva e irreversible. Santiago Posteguillo.
  • Le he amado demasiado para no odiarle. Jean-Baptiste Racine.
  • El odio es la cólera de los débiles. Alphonse Daudet.
  • Cuando nuestro odio es demasiado profundo, nos coloca por debajo de aquellos a quienes odiamos. François de La Rochefoucauld .
  • El odio es un borracho al fondo de una taberna, que constantemente renueva su sed con la bebida. Charles Baudelaire
  • Cuanto más pequeño es el corazón, más odio alberga. Victor Hugo.
  • Basta con que un hombre odie a otro para que el odio vaya corriendo hasta la humanidad entera. Jean Paul Sartre.
  • No honres con tu odio a quien no podrías honrar con tu amor. Friedrich Hebbel.
  • El odio no es más que carencia de imaginación. Graham Greene.
  • Cuando odiamos a alguien, odiamos en su imagen algo que está dentro de nosotros. Hermann Hesse.
  • El amor y el odio no son ciegos, sino que están cegados por el fuego que llevan dentro. Friedrich Nietzsche.
  • El odio es la demencia del corazón. Lord Byron.
  • El odio es la venganza de un cobarde intimidado. George Bernard Shaw
  • Poder odiar y ser odiado sin conocerse es una de las ventajas de este mundo. Alessandro Manzini.
  • Pocas personas consiguen ser felices sin odiar a otra persona, nación o credo. Bertrand Russell.
  • El odio es la cadena más abominable con la que una persona puede obligar a otras. Ugo Foscolo.
  • Yo estaba dispuesto a amar al mundo, pero nadie me entendía, así que aprendí a odiar. M.Lermontov.
  • Catarsis. La venganza limpia. Aristóteles escribió que el alma humana se purga por el temor y la compasión que evoca la tragedia. Es un pensamiento aterrador que cumplamos el deseo más profundo del alma por medio de la tragedia de la venganza, ¿verdad? Jo Nesbo.
  • Persecuciones, dice él, la historia del mundo está llena de ellas. Perpetuando el odio nacional entre las naciones. James Joyce.
  • Si las masas pueden amar sin saber por qué, también pueden odiar sin mayor fundamento. William Shakespeare.

Norteamericanos

  • Creo que el odio es un sentimiento que sólo puede existir en ausencia de toda inteligencia. Tennessee William.
  • Cualquier muchacho de escuela puede amar como un loco. Pero odiar, amigo mío, odiar es un arte. Ogden Nash.
  • Después del amor, lo más dulce es el odio. Henry Longfellow.
  • El amor combinado con odio es más poderoso que el amor. O que el odio. Joyce Carol Oates.

Sobre el amor

Refresquemos unas cuantas de esos millones de frases inspiradas por el mayor y más poderoso de los sentimientos. Para lo mejor y lo peor que puede sacar del ser humano. Con algunas estaremos más de acuerdo y con otras no. La idea es que las conozcamos y valoremos.

Clásicos

  • Hay amores tan bellos que justifican todas las locuras que hacen cometer. Plutarco.
  • El amor se compone de una sola alma que habita en dos cuerpos. Aristóteles.
  • Ofrecer amistad al que pide amor es como dar pan al que muere de sed. Ovidio.
  • El amor conquista todas las cosas. Démosle paso al amor. Virgilio.
  • Ama y haz lo que quieras. Si callas, callarás con amor; si gritas, gritarás con amor; si corriges, corregirás con amor, si perdonas, perdonarás con amor. Tácito.

Españoles y latinoamericanos

  • El amor es intensidad y por esto es una distensión del tiempo: estira los minutos y los alarga como siglos. Octavio Paz.
  • En asuntos de amor, los locos son los que tienen más experiencia. De amor no preguntes nunca a los cuerdos; los cuerdos aman cuerdamente, que es como no haber amado nunca. Jacinto Benavente.
  • El verdadero amor no es el amor propio, es el que consigue que el amante se abra a las demás personas y a la vida; no atosiga, no aísla, no rechaza, no persigue: solamente acepta. Antonio Gala.
  • Hay quien ha venido al mundo para amar a una sola mujer y, consecuentemente, no es probable que tropiece con ella. José Ortega y Gasset.
  • Me estás enseñando a amar. Yo no sabía. Amar es no pedir, es dar. Mi alma, vacía. Gerardo Diego.
  • Por eso juzgo y discierno, por cosa cierta y notoria, que tiene el amor su gloria a las puertas del infierno. Miguel de Cervantes.
  • La raíz de todas las pasiones es el amor. De él nace la tristeza, el gozo, la alegría y la desesperación. Lope de Vega.

Resto de Europa y del Mundo

  • Solo hay algo más vacío que haber vivido sin amor y es haber vivido sin dolor. Jo Nesbo.
  • Temer al amor es temer a la vida, y los que temen a la vida ya están medio muertos. Bertrand Russell.
  • No ser amados es una simple desventura; la verdadera desgracia es no amar. Albert Camus.
  • El amor es el anhelo de salir de uno mismo. Charles Baudelaire.
  • Las cartas de amor se empiezan sin saber lo que se va a decir y se terminan sin saber lo que se ha dicho. Jean-Jacques Rousseau.
  • Hay que saber que no existe país sobre la tierra donde el amor no haya convertido a los amantes en poetas. Voltaire.
  • El amor es una maravillosa flor, pero es necesario tener el valor de ir a buscarla al borde de un horrible precipicio. Stendhal.
  • Amar no es mirarse el uno al otro; es mirar juntos en la misma dirección. Antoine de Saint-Exupéry.
  • Trata de amar al prójimo. Ya me dirás el resultado. Jean-Paul Sartre.
  • Ama un solo día y el mundo habrá cambiado. Robert Browning.
  • Sabes que estás enamorado cuando no quieres acostarte porque la realidad es por fin mejor que tus sueños. Dr. Seuss.
  • Dadme a mi Romeo, y cuando muera lleváoslo y divididlo en pequeñas estrellas. El rostro del cielo se tornará tan bello que el mundo entero se enamorará de la noche y dejará de adorar al estridente sol. William Shakespeare.
  • Soy lo que has hecho de mí. Toma mis elogios, toma mi culpa, toma todo el éxito, toma el fracaso, en resumen, tómame. Charles Dickens.

Amor, odio y quien sabe que más

Un artículo interesante, cuyo texto no me pertenece y del cual sólo he hecho una transcripción parcial.

Del amor al odio hay una línea muy delgada de la que no siempre somos conscientes. De hecho, a todos nos sorprende cuando observamos a esas parejas que se amaban apasionadamente y, de pronto, no se pueden ver ni en pintura. No hablamos de aquellos que sufren un distanciamiento, sino de esos hombres y mujeres que después de haber compartido una tórrida relación se convierten en los peores enemigos.

A veces, una situación de esa naturaleza no se da hasta después de muchos años de convivencia. Es el resultado de un vínculo desgastado donde, lejos de dejarlo ir en su momento, lo seguimos manteniendo hasta que aparece el reverso más extremo. En otras ocasiones, la transformación se produce súbitamente. Ayer se amaban y hoy se odian. Es entonces cuando nos preguntamos: ¿será verdad aquello de que del amor al odio no hay más que un paso?

Son situaciones muy comunes, dinámicas relacionales que responden a un patrón emocional y neurológico muy concreto que vale la pena conocer.

“Odiamos a alguien cuando realmente queremos amarle, pero que no podemos amar. Tal vez él mismo no lo permite. El odio es una forma disfrazada de amor.”-Sri Chinmoy-

Amor y odio

No hay ninguna forma de amor que no encierre una pizca de odio, al menos. Odiamos un poco al otro porque a veces no está cuando lo necesitamos. O porque no agradeció como queríamos algún esfuerzo que hicimos para él o para ella. También sentimos el rumor del odio cuando no nos comprenden suficientemente o cuando no son capaces de decirnos las palabras que queríamos escuchar.

Son pequeños odios que usualmente no trascienden. Se desvanecen tan rápidamente como aparecieron y apenas si dejan alguna huella, solo en las personalidades más sensibles. Podemos lidiar con ellos y mantener el afecto intacto.

Sin embargo, hay situaciones que en las que no hay un desenlace tan feliz. A veces uno de esos pequeños episodios de desencuentro se convierte en la semilla de una gran selva de odio. O son la gota que hace rebosar la copa de un veneno que ya se venía acumulando.

Así, y por llamativo que nos parezca el amor y el odio no son precisamente mundos opuestos. Lo contrario del amor no es el odio, sino la indiferencia. Así como todo amor lleva implícito algún gramo de odio, todo odio tiene en sus entrañas un componente de amor.

Las emociones intensas siguen un mismo patrón neuronal

“A veces te amo, a veces te odio. Pero cuando te odio, es porque te amo”. Esta frase que aparece en una de las canciones de Nat King Cole es muy representativa de dicha dualidad emocional.  El amor se convierte a menudo en un territorio muy fértil para que aparezca el pinchazo del odio, y este proceso tan singular tiene su explicación científica.

Son situaciones marcadas por un aspecto muy relevante: la intensidad emocional. Tal y como nos revelan en un estudio publicado en la revista Frontiers in Psychology,  el odio y el amor están involucrados en un tipo de procesamiento neuronal conocido como el efecto de excitación de la emoción. Es decir, las emociones más intensas comparten un mismo recorrido neurológico, una misma vía de comunicación. Ello explica por qué en un momento dado podemos ir de un extremo al otro.

Asimismo, en dicho estudio también pudo verse que cuando los sentimientos de amor son más fuertes, más intenso es también el odio y el despecho en caso de que se produzca una ruptura. Lo cual sugiere para los científicos que existe un vínculo entre el amor romántico y el odio.

Odiar a quien amamos es posible y hasta lógico dentro de ese escenario cerebral. Aunque en la vida cotidiana, nos parezca una auténtica contradicción eso de pasar del amor al odio de un día para el otro o incluso en un instante puntual.

¿Cómo se pasa del amor al odio?

El paso del amor al odio generalmente se da de dos maneras. Puede ocurrir por ejemplo que una persona “despierte”, que abra los ojos después de un letargo en el que estuvo soportando lo que no quería soportar. También puede ocurrir que alguien sufra una ofensa por parte de su pareja, y que sus sentimientos de amor den paso a la rabia, la contradicción y el desprecio.

Esta última situación es más común en personas que tienen baja tolerancia a la frustración o un elevado narcicismo. Si no existen los recursos emocionales para mantener el equilibrio emocional frente a una situación adversa, es probable que se culpe a los demás del sentimiento de frustración que se experimenta. Es decir, odiamos al otro porque deja al desnudo nuestras debilidades, nuestra dependencia o nuestra inseguridad.

Espero les haya gustado.

¡Amores, odios y quien sabe que más!