Ingeniería Sostenible!

La celebración del día de la ingeniería o de la profesión de ingeniero no es una fecha común en todo el conjunto de países. Cada uno de ellos lo celebra como conmemoración de algún nacimiento, hecho o circunstancia digna de destacar. En nuestro país Argentina, hay dos fechas significativas, las cuales tienen que ver con los orígenes de esta disciplina.

En 1855 el ingeniero y pintor francés Carlos Enrique Pellegrini, padre del Dr. Carlos Pellegrini fue quien propuso al rector de la Universidad de Buenos Aires crear la carrera de Ingeniería, lo que se hizo tomando como base el Departamento de Ciencias Exactas, teniendo un voto favorable del Consejo de Instrucción Pública en 1856, quedando en proyecto hasta el año 1865.

Con esta base y mediante un decreto del 16 de junio de 1865 se inicia la enseñanza de la Ingeniería en Argentina, cuyo primer programa contenía: matemática, física, astronomía, mecánica racional y aplicada, máquinas, construcciones, arquitectura, e historia natural general y especial, dependientes del “Departamento de Ciencias Exactas” de la Universidad de Buenos Aires. Por esta razón se celebra el día 16 de junio el Día del Ingeniero.

Otra fecha relevante es cuando se celebra el “Día de la Ingeniería”, en honor al profesional con especialización civil Luis Augusto Huergo, primer egresado de la carrera de la UBA, que tuvo lugar el 6 de junio de 1870.

La ingeniería ha acompañado al ser humano en todos los estadíos de su desarrollo y afianzamiento como especie animal sobre la tierra. Ha formado parte de todas las revoluciones que marcaron un antes y un después para el devenir pasado , presente, pero sobre todo futuro, acompañando con su apego al cálculo, los proyectos y la creatividad, las necesidades, expectativas e ideas innovadoras que a cada instancia histórica se fueron generando. Desde los acueductos romanos, pasando por la máquina de vapor, las grandes presas, el ferrocarril, las telecomunicaciones, para llegar hoy a la robotización, la digitalización, y la conquista del espacio, sólo por citar ejemplos concretos, siempre ha habido uno o varios ingenieros haciendo que las ideas se cristalicen y las cosas sucedan.

Aunque parezca contradictorio, la manera de pensar del hombre y los movimientos filosóficos asociados, han dado su basamento a las distintas etapas del discurrir histórico de la ingeniería y sus aportes concretos. Muchas veces para bien, pocas veces para mal, los ingenieros han sabido traducir las necesidades crecientes de nuestra sociedad, posibilitando que gran parte de lo que disfrutamos como concepto de desarrollo, tales como ciudades, medios de transporte,  alimentos en calidad y cantidad, productos agrícolas, materiales novedosos y económicos, combustibles asequibles, energías, caminos, medios de comunicación y difusión, tecnología médica, distribución de agua, y tantos más que sería un incontable número para incluir en este listado queden, relativamente al alcance de la mano de gran parte de la población, dependiendo por cierto de su grado de desarrollo y posibilidades.

¿Qué nos dice hoy la Unesco respecto de su visión de la ingeniería y de cual debe ser su foco?

Eso lo podemos extraer de su propia página web, donde es posible leer:

“La ingeniería siempre ha tenido un papel clave en el desarrollo y el bienestar de la humanidad. Debemos garantizar que las futuras generaciones de ingenieros y científicos sean capaces de idear soluciones para los retos locales y mundiales.

En su 40ª reunión de la Conferencia General, celebrada en noviembre de 2019, la UNESCO designó el 4 de marzo como el Día Mundial de la Ingeniería para el Desarrollo Sostenible, con el fin de concienciar sobre el papel de la ingeniería en la vida moderna, imprescindible para mitigar los efectos del cambio climático y avanzar en el desarrollo sostenible, especialmente en África y los pequeños Estados insulares en desarrollo (PEID).

A pesar del importante papel que tiene la ingeniería en nuestras vidas y nuestro futuro, las mujeres siempre han estado infrarrepresentadas en este campo, ya que generalmente solo constituyen el 10-20% del total de la mano de obra. Incluso en los países en los que ha aumentado el número de mujeres que estudian ciencia, tecnología e ingeniería (CTI), esta tendencia no se ha traducido en un aumento de la incorporación de las mujeres al mercado laboral. Son muchas las estudiantes que se gradúan y que no acceden a la profesión de ingeniero. Los obstáculos suelen estar relacionados con la persistencia de estereotipos de género en este ámbito, políticas inadecuadas o entornos educativos que no satisfacen sus necesidades y aspiraciones.

La UNESCO considera prioritarias las actividades que dan a conocer la ingeniería como carrera, así como las que animan a los jóvenes a estudiar ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM).

Para finalizar nos deja esta frase que resume el pensamiento de la Unesco:

«Para ser eficaz, la ingeniería debe ser también abierta, inclusiva y colaborativa. Por ello, la UNESCO se compromete a reducir las desigualdades en la ingeniería: las de género, cuando solo el 30% de los ingenieros son mujeres, y las geográficas, en particular en África, donde el número de ingenieros es menor que en cualquier otra región del mundo.»

A esta visión de la Unesco se suman día tras día un cúmulo creciente de opiniones y personas que nos instan a tomar un rol decisivo y a participar de una agenda activa respecto de los numerosos problemas que requiere sortear nuestra especie para morigerar desigualdades y accionar a favor de la descarbonización del planeta, de manera complementaria en un mismo período de tiempo.

La ingeniería sostenible se abre camino a gran ritmo para aportar su creatividad a cada uno de los cuatro pilares que componen una política de largo plazo en materia de sostenibilidad:

Económico: configurando esquemas, mecanismos y proyectos para el mejor aprovechamiento de los recursos, y las garantías de operaciones eficientes y de mínimos costos.

Social: que las mejoras y el desarrollo sean asequibles para toda la sociedad, formando multiplicadores y educando para la construcción de una red de inclusión.

Ambiental: minimizando los impactos y produciendo con la cabeza puesta en reducir y reutilizar todos los recursos en sistemas de economía circular y producción limpia.

Institucional: dando fortaleza a todos los organismos desde su participación activa en las leyes, reglamentos y otros instrumentos que garanticen que los tres puntos anteriores se verifiquen y crezcan.

El ecosistema productivista ya está cuasi perimido y el papel de la ingeniería es el de colaborar con acciones concretas para torcer el rumbo del avión que está a punto de estrellarse (nuestro mundo) hacia un destino donde se priorice un nuevo ecosistema, aquel que nos permita superar este destino trágico para la especie humana.

Muchas organizaciones globales tanto públicas como privadas están apoyando económicamente y con acciones concretas iniciativas de descarbonización, acceso al agua potable, cuidado y crecimiento de bosques y vida animal, desarrollo de energía limpias, producción de alimentos sanos y saludables, de modo tal de salvar nuestro mundo que producto de los desequilibrios que fuimos generando tiene fecha de vencimiento cercano. La ONU marca el rumbo con los objetivos de desarrollo sostenible, los cuales son 17 propósitos que necesitan ser convertidos en cada rincón de nuestro planeta en planes y programas que les den cuerpo y compromiso real. Aquí de nuevo, la ingeniería sostenible tiene un rol decisivo para encaminar, acompañar y liderar estos procesos de cambio.

La avanzada mundial en materia de lucha contra el cambio climático tiene a la cabeza un sinnúmero de profesiones que están estudiando y proponiendo medidas en conjunto para salir rápidamente del atolladero. Entre estas profesiones se destaca la ingeniería en todas sus ramas, que es la ciencia aplicada que ha sabido dar las respuestas a los problemas acuciantes que nos sucedieron en cada etapa histórica.

El desafío de la ingeniería y de sus profesionales se puede resumir en que su activismo (conjuntos de actos para lograr un fin) tiene que ser decisivo y mancomunado con Universidades, empresarios, sistemas políticos, instituciones, sistema financiero, y sociedad en su conjunto, de modo tal que la velocidad de la respuesta sea tal y tan efectiva, que en no más de 30 años, la actividad humana se aproxime a una tasa de emisión de gases de efecto invernadero de cero o por debajo de esto. En ese sentido las energías limpias y renovables cumplen un rol decisivo que las políticas públicas deben sustentar con aportaciones de recursos económicos, humanos y tecnológicos.

Suena utópico quizás que un objetivo tan demandante pueda ser conseguido, pero la humanidad ha dado ejemplos que con un cúmulo de decisiones tomadas bajo ideas que nos guían, por encima de nuestros sesgos particulares, lo que parece imposible se puede tornar en una realidad.

La ingeniería sostenible es la herramienta sustancial para que el conjunto social se beneficie y las generaciones futuras puedan disfrutar de un planeta donde se pueda prosperar, crecer y soñar.

¡Feliz Día del Ingeniero!

¡Muchas gracias a la Ingeniería!

Manipulación exponencial !

La masificación creciente y exponencial de la información y la comunicación, gracias al desarrollo de la tecnología y la digitalización, ha traído tanto beneficios como efectos negativos. La multiplicación y difusión de la información a través de redes sociales no tiene techo, provocando en nosotros la sensación que por más esfuerzos que hagamos no podemos aspirar a ser capaces de abarcarlo todo, sintiendo por momentos una especie de confusión o ceguera, que atenta contra nuestra capacidad de discernimiento, alejándonos del sentido crítico y nuestra capacidad de reflexión para tomar decisiones respecto de que tomar y que no.

Somo espectadores de un bombardeo mediático, que incluyen mensajes políticos, religiosos, culturales, deportivos , económicos y científicos, que se repiten sin cesar, a cada minuto, mediante la difusión de noticias, spots publicitarios y otra serie de elementos de propagación masiva, donde lo que prima sobre todo es la instantaneidad y la poca profundidad. Cortos mensajes digitalizados que se propagan a la velocidad de la luz, y que apuntan a emocionarnos, en lugar de hacernos más racionales.

La manipulación exponencial es un fenómeno que ha adquiere mayor relevancia y preponderancia en distintos ámbitos, pero sobre todo en épocas previas a elecciones es usada a mansalva para captar voluntades desde la masificación de opiniones.

¿Qué es manipular?

Deviene del latín manipulare, y tiene varias acepciones conocidas:

  • Operar con las manos o con cualquier instrumento.
  • Trabajar demasiado algo, sobarlo, manosearlo.
  • Intervenir con medios hábiles y, a veces, arteros, en la política, en el mercado, en la información, etc., con distorsión de la verdad o la justicia, y al servicio de intereses particulares.
  • Manejar alguien los negocios a su modo, o mezclarse en los ajenos.

La primera de las acepciones es quizás la más pura y que ofrece un sentido de acción o hecho concreto.

La segunda está vinculada con la primera, pero en un sentido negativo del manipuleo.

La tercera y cuarta, que serán objeto del escrito de esta semana, se encuentran emparentadas a actividades menos manuales, para ligarse a la generación de sistemas de gestión de la información y control para manejar recursos y poder.

El arte de manipular

Los grupos políticos, religiosos o económicos tienen entre sus objetivos el control de la masa, que es más fácil que el control del individuo. La manipulación comienza por una relación emocional, un estado en el que parece que se comparten ideas políticas, religiosas o instrumentales, intereses culturales, económicos, lúdicos o sociales. En la relación de manipulación existe una parte activa, el manipulador, y otra pasiva, el destinatario objeto de la manipulación, la masa. Pero es indispensable un tercer elemento, que es el medio. No todos los ambientes son propicios para ejercer la manipulación y lograr los objetivos propuestos, por lo que la psicología de masas tiene en consideración que el individuo es de naturaleza social, que tiene tendencia a reproducir las acciones del resto del grupo y es débil ante una idea o situación dominante.

Fue el psicólogo alemán Kurt Lewin en 1930, a quien se considera fundador de la psicología social, el que subrayó la importancia de la sociedad a la que pertenece el individuo. Como describió el antropólogo, sociólogo y psicólogo social francés Gustave Le Bon, en medio del grupo «el Yo es sustituido por el Nosotros». Sigmund Freud con su obra Psicología de las masas y análisis del yo, realizó la mayor aportación científica de su tiempo para comprender el comportamiento del individuo en la masa. El filósofo y sociólogo Herbert Marcuse subrayó la importancia de los medios como máquina fundamental para la manipulación, subrayando que «la función básica de los medios es desarrollar falsas necesidades de bienes y servicios fabricados por las corporaciones que convierten al individuo en esclavo del consumo y la pasividad política». Por lo tanto, el consumidor puede ser el objetivo de la manipulación mediante la publicidad y la propaganda.

El manipulador tiene que tener un gran conocimiento de la psicología humana y sabe que el individuo actúa motivado por el honor, el provecho o el derecho. El ser humano tiene un ego que se ve resarcido por un nombramiento, una condecoración o un título o diploma y su actuación está condicionada por ello. Pero también el individuo está impulsado en sus acciones por el logro material, por la obtención de un privilegio, una concesión o un beneficio económico que, muchas veces, genera deseos ilimitados. Finalmente, el derecho puede otorgar al individuo un poder que solamente se alcanza mediante una estructura legal, ya sea de una asociación deportiva, cultural o política. Es esta última la que confiere al individuo un estatus de supremacía sobre la masa, ya que le permite establecer sus propias reglas para ejercer el poder. Por lo tanto, el individuo como componente de la masa es manipulable más fácilmente, pues pierde su propia personalidad y se confunde con el número, y ahí el manipulador ejerce su influencia con más fuerza.

Los medios de comunicación han facilitado la tarea del manipulador, pues ya no precisa un contacto directo, sino que genera un mensaje a una multitud de individuos que comparten un espacio que puede introducirse en sus propios hogares propiciando la captación de la voluntad de unidades familiares completas, ya sea a través de la radio, la televisión y, cada vez menos, la prensa escrita. Sin embargo, un nuevo aliado del manipulador ha surgido con las nuevas tecnologías y las redes sociales, pues le permiten individualizar al destinatario y aislarse de la eventual discrepancia en un entorno más amplio. La difusión de noticias falsas no es nueva ya que siempre han existido los rumores; lo que ha cambiado es la proliferación masiva, es decir, su transformación en virus por medio de las modernas tecnologías a través de internet y sus más diversas herramientas. Noam Chomsky decía en 1993 que «en un estado totalitario no importa lo que la gente piensa, puesto que el Gobierno puede controlarla por la fuerza de las porras. Pero cuando no se puede controlar a la gente por la fuerza, se tiene que controlar lo que la gente piensa, y el medio típico es mediante la propaganda…» A Chomsky se le atribuye el decálogo de estrategias de la manipulación mediática, sin embargo su autor es el francés Sylvain Timsit, y que fue publicado en 2002 con el título Estrategias de la manipulación, con un subtítulo elocuente: «las estrategias y las técnicas de los dirigentes del Mundo para la manipulación de la opinión pública y de la sociedad…».

Los estudiantes recordarán las prácticas de control de las aulas por reducidos grupos de individuos que mediante una estrategia espacial lograban un efecto multiplicador. También sucedía lo mismo en las concentraciones de grupos políticos o sindicales donde una ligera disidencia era inmediatamente aplastada de forma «democráticamente mayoritaria». La idea que predomina es que no puede haber tanta gente equivocada, por lo tanto, el que yerra es el que discrepa. La táctica del policía bueno y el policía malo ha sido empleada en multitud de situaciones de toda índole, donde la confianza se gana mediante el ardid del buen samaritano, el amigo dispuesto a hacer favores frente al halcón que pretende causar un daño a la víctima. El manipulador transmite una imagen falsa de la realidad y, especialmente el político, justificará el incumplimiento de sus promesas por circunstancias que no son imputables a él.

En la relación de manipulación existe, pues, un mensaje que la mayoría de las veces el manipulador transmite a la masa para que lo asuma como propio. Es frecuente ver en los programas de televisión cómo muchos invitados a las tertulias carecen de criterio propio, y si lo tenían, lo dejaron a la puerta del estudio. Así, un individuo que tenía un reconocimiento social, lo pierde al formar parte de la masa que le coarta. Igualmente, la convocatoria de premios literarios o culturales obedece al interés de una editorial para que se escriba un libro por encargo o se organice un evento musical con determinados artistas para que pueda en uno y otro caso dar a conocer su obra genial, que no es otra cosa que el resultado de la manipulación tras la anulación del manipulado que transmite un mensaje, que no es suyo, a la masa debido a su popularidad. Políticos, académicos, comunicadores mediáticos, funcionarios, militares, científicos, etc. están incluidos en el grupo que con dádivas se convierten en un eslabón fundamental para la manipulación ideológica. Y, entre otras muchas herramientas para la manipulación, están las encuestas de opinión que, falseadas, influyen en la masa.

A los controles de la prensa, la radio, la televisión hay que añadir los que ejercen, pues, las editoriales. Más aun, ese control se ejerce mediante el sistema de evaluadores o revisores de artículos para revistas científicas y académicas de universidades o instituciones que no aceptan obras con opiniones propias y eliminan las críticas a determinados estamentos. Las técnicas del control de masas han evolucionado, pero no son muy distintas a las empleadas por antiguos regímenes fascistas o comunistas para la manipulación de los individuos masificados haciendo ver al disidente que él es la minoría en un entorno estratégicamente controlado por los elementos manipuladores. La libertad del individuo y el futuro de la sociedad es lo que está en juego y, con ello, la viabilidad de la propia democracia. El individuo no puede ser sometido a experimentos que limiten la independencia de sus actos ya que los resultados pueden ser letales. Recordemos la película The Experiment, del director estadounidense Paul Scheuring, que es un remake de la película dirigida en 2001 por el alemán Oliver Hirschbiegel en la que se comprueba con horror que el dinero compra comportamientos de individuos para actuar en situaciones que no controlan, como sucedió en el experimento real en la prisión de Stanford en 1971. La libertad tiene un precio, pero para ciertos individuos puede ser muy alto.

Para finalizar les comparto el decálogo de la manipulación mediática, el cual tiene pocos años, peor resume los componentes esenciales del sistema de masificación.

1- La estrategia de la distracción.

El elemento primordial del control social es la estrategia de la distracción. Esta consiste en desviar la atención del público de los problemas importantes y de los cambios decididos por las esferas dominantes. Esto se logra mediante la técnica del diluvio o inundación de continuas distracciones y de informaciones insignificantes. La estrategia de la distracción es igualmente indispensable para impedir al público interesarse por los conocimientos esenciales, en el área de la ciencia, la economía, la psicología, la neurobiología y la cibernética. Mantener la Atención del público distraída, lejos de los verdaderos problemas sociales, cautivada por temas sin importancia real. Mantener al público ocupado, ocupado, ocupado, sin ningún tiempo para pensar, esa es la idea central de la política de la distracción.

2- Crear problemas, después ofrecer soluciones.

Este método también es llamado “problema-reacción-solución”. Se crea un problema, una “situación” prevista para causar cierta reacción en el público, a fin de que éste sea el mandante de las medidas que se desea hacer aceptar.

3- La estrategia de la gradualidad.

Para hacer que se acepte una medida inaceptable, basta aplicarla gradualmente, a cuentagotas, por años consecutivos.

4- La estrategia de diferir.

Otra manera de hacer aceptar una decisión impopular es presentarla como “dolorosa y necesaria”, obteniendo la aceptación pública, en el momento, para una aplicación futura. Es más fácil aceptar un sacrificio futuro que un sacrificio inmediato. Primero, porque el esfuerzo no es empleado inmediatamente. Luego, porque el público tiene siempre la tendencia a esperar, ingenuamente, a que “todo mejore mañana” y que el sacrificio exigido podrá ser evitado. Esto da más tiempo al público para acostumbrarse a la idea del cambio y de aceptarla con resignación cuando llegue el momento.

5- Dirigirse al público como criaturas de poca edad.

La mayoría de la publicidad dirigida al gran público utiliza discurso, argumentos, personajes y entonación, particularmente infantiles. Muchas veces se apela a la debilidad, como si el espectador fuese una criatura de poca edad o mentalidad. Si uno se dirige a una persona como si ella tuviese una mínima edad, entonces, en razón de la sugestionabilidad, ella tenderá, con cierta probabilidad, a una respuesta o reacción también desprovista de un sentido crítico como la de una persona en la niñez.

6- Utilizar el aspecto emocional mucho más que la reflexión.

El uso del aspecto emocional es una técnica clásica para causar un corto circuito en el análisis racional y, finalmente, al sentido crítico de los individuos. Por otra parte, la utilización del registro emocional permite abrir la puerta de acceso al inconsciente para implantar o injertar ideas, deseos, miedos y temores. Se puede, además, llegar a inducir comportamientos.

7- Mantener al público en la ignorancia y la mediocridad.

Que el público sea incapaz de comprender las tecnologías y los métodos utilizados para su control y su manipulación. “La calidad de la educación dada en general debe ser la más pobre y mediocre posible, de forma que la ignorancia prevalezca sobre el conocimiento y el desarrollo del sentido crítico».

8- Estimular al público a ser complaciente con la mediocridad.

Promover al público a creer que es moda el hecho de ser estúpido, vulgar e inculto.

9- Reforzar la autoculpabilidad.

Convencer al individuo de que él es el culpable de su desgracia, por causa de la insuficiencia de su inteligencia, de sus capacidades o esfuerzos. Así, en lugar de rebelarse contra el sistema político en dominancia, el individuo se autodesvalida y se culpa. Esto genera un estado de complacencia y cierto desánimo, uno de cuyos efectos es la inhibición de su acción.

10- Conocer a los individuos mejor de lo que ellos mismos se conocen.

En el transcurso de los últimos 50 años, los avances acelerados de la ciencia han generado una creciente brecha entre los conocimientos del público y aquellos poseídos y utilizados por los sistemas políticos dominantes. Gracias a la biología, la neurobiología y la psicología aplicada, el sistema de masificación de voluntades ha disfrutado de un conocimiento avanzado del ser humano, tanto de forma física como psicológicamente. El esquema imperante ha conseguido conocer mejor al individuo común de lo que él se conoce a sí mismo. Esto significa que, en la mayoría de los casos, el sistema ejerce un control mayor y un gran poder sobre los individuos, más grande que el de los individuos sobre sí mismos.

Las personas en este nuevo devenir están perdiendo el sentido crítico porque no están siendo educados para discernir, sino más bien para seguir los postulados imperantes, independientemente del sesgo político, social o cultural, de modo tal que la capacidad de reflexión queda menguada y reducida a un mínimo.

No hay personas inmunes a estos mecanismos, por lo que resulta indispensable al menos caer en la cuenta de que si bien es muy difícil vivir fuera del sistema mediático, al menos podemos ejercer nuestro libre albedrío para decidir y proponer acciones por fuera de la caja.

Al final les comparto una última reflexión, que pertenece al genial escritor Mark Twain:

“Es más fácil engañar a la gente, que convencerlos de que han sido engañados”.

Arrancando un nuevo año!

Cumplir años es una ocasión sumamente especial. Fiel a un estilo que me caracteriza, suelo celebrar cada nuevo natalicio, haciendo una de las actividades que más libera mi energía, equilibrando mente, alma y corazón. La escritura me acompaña desde hace ya muchos años, desde aquellos preparados y sentidos discursos escolares, que las maestras de grado me pedían preparar, para que sean leídos en ocasión de llevarse a cabo los actos escolares, hasta la decisión hace ya más de siete años de transformarme en un escritor de blogs. En el medio cartas y poesías que escribía a pedido, tratando de cubrir las expectativas de algunos enamorados, o de padres, o de hijos o de personas que simplemente necesitaban expresar sus ideas o emociones.

A contramano de la tendencia actual de la inmediatez y facilidad de lectura de un mensaje corto, o de un video o de cualquier otro mecanismo más vinculado con la revolución digital y las redes sociales, mis lecturas intentan profundizar distintas facetas humanas, mostrar la posibilidad que tienen las palabras de hacer lucir a los conceptos y transformar nuestras realidades cotidianas y las de más largo plazo, para hacer de nosotros las mejores versiones alcanzables.

La verdad no sé qué impacto producen mis escritos en un lector que se atreve a leerme por ejemplo en China, en India o en Japón. Capaz sea alguien que está intentando aprender castellano, o quizás algún hispano parlante en búsqueda de lecturas por internet. Lo que si sé es que produce el hábito de la escritura sobre mí persona. Cada vez que escribo tengo la sensación de estar aprendiendo sobre lo aprendido, rompiendo algunas estructuras arraigadas y sacando la telaraña de algunos recuerdos.

Ana y Ramón, mis papás que ya no están, eran fieles devotos de las celebraciones de cumpleaños. En esos otoños fríos, viviendo en esa quinta donde disfrute de una infancia muy feliz, mi aniversario de nacimiento era festejado con chocolate con leche, magdalenas y una torta riquísima. Eran invitados mis primos, tíos y algunos amigos de la escuela, para pasar una tarde completa en la quinta. Los niños nos divertíamos a nuestras anchas, compartiendo juegos y bromas, hasta quedar exhaustos. Se sumaba mi papá que casi era un niño más, apenas distinguible por su calva y su menor destreza comparativa.

Revisando algunas fotos de antaño, como trayendo retazos de nostalgia, rescato la inconfundible y permanente sonrisa de papá, siempre colaborativo y presto a ayudar, con el complemento perfecto de mamá, aquella que no sonreía tanto, pero que hacía todo con tanto esmero, pulcritud y perfección, que mi condición de niño no alcanzaba del todo a dimensionar y valorar. El tiempo me llenó el corazón de recuerdos imborrables, que me remontan a aquel nene que fue amado y protegido por dos padres maravillosos, los cuales tuvimos la dicha de compartir con mis dos hermanos Claudia y Ariel.

Este juego de luces y sombras que es la vida, me ha permitido una vez más alcanzar otro hito histórico. En compañía de mi esposa e hijas, voy transitando este camino, de la mano de las enseñanzas y del amor de mis padres, tratando de ser aquello que sin proponerme tanto estoy siendo, transformarme en un futuro recuerdo para mis hijas, sin expectativas de ser el mejor, pero si el que más intento amarlas y dejarles un legado.

Celebrar una vuelta más al sol, suele ser una ocasión que nos invita a hacer un balance. Hoy no me sale del todo, y voy a respetar el deseo de festejar de manera más descontracturada e íntima. Contarles a los que me leen que uno con el tiempo, aprende a ser más aliado de la paciencia y la dedicación de hormiga para ciertas cosas, mezclando una cuota de sentido, para encontrar respuestas a una inquietud que nos puede devorar por dentro: «Para que hacemos lo que hacemos».

Si bien alguno capaz ya lo sabía, mi natalicio coincide con el del prócer creador de nuestra bandera. Tengo el honor de haber nacido el mismo día que él, en una época muy distinta. Comparativamente y estando a años luz de su grandeza y entrega, trato de imaginar que acciones trataría él de emprender en estas circunstancias actuales. Que nuevas epopeyas desprovistas de vanagloria, intentaría conseguir, como para orientarnos en el camino y para decirnos vamos por aquí.

«Manuel Belgrano encarna todo aquello que resulta impostergable e ineludible para construir algo sólido y duradero: humildad, devoción por su patria, compromiso y resiliencia para superar las adversidades, dentro de un marco de respeto e inclusión de todos los pensamientos».

En el mes que celebramos la creación de nuestra bandera, rememorando su desaparición física, aquí nos regalo algunos conceptos superadores, frases que surgieron de su elevado pensamiento:

  • Soy muy amante de que todas las ciencias se sepan por principios y nadie pueda tener conocimiento de aquellas sin estar instruidos en éstos.
  • El hombre, por su naturaleza, aspira a lo mejor, y, por consiguiente, desea tener comodidades y no se conforma sólo con comer.
  • El honor y el premio son los dos resortes más a propósito, para que no se adormezca el espíritu del hombre.
  • Bien puede pesarle a todos los demonios, pero en mí no tendrán jamás cabida
  • El miedo sólo sirve para perderlo todo.
  • Un pueblo culto nunca puede ser esclavizado.
  • Pues deseo que todos sepan el bien para alegrarse, y el mal para remediarlo, si aman a su patria; así que nada oculto ni ocultaré jamás.
  • Trabajé siempre para mi patria poniendo voluntad, no incertidumbre.
  • Los gobiernos ilustrados, conociendo las ventajas que prometen el premio y el honor, han echado mano de estos principios motores del corazón humano para todas las empresas.
  • Fundar escuelas es sembrar en las almas.
  • El estudio de lo pasado enseña cómo debe manejarse el hombre en lo presente y por venir.
  • No busco glorias si no la unión de los americanos y la prosperidad de La Patria.
  • Me glorío de no haber engañado jamás a ningún hombre y de haber procedido constantemente por el sendero de la razón y de la justicia, a pesar de haber conocido la ingratitud.
  • Quiero volar, pero mis alas son chicas para tanto peso.
  • Sin educación, en balde es cansarse, nunca seremos más que lo que desgraciadamente somos.
  • No hubiese un español que no creyese ser señor de América, y los americanos los miraban entonces con poco menos estupor que los indios en los principios de sus horrorosas carnicerías, tituladas conquistas.
  • ¿Qué otra cosa son los individuos de un gobierno, que los agentes de negocios de la sociedad, para arreglarlos y dirigirlos del modo que conforme al interés público?.
  • Nadie me separara de los principios que adopté cuando me decidí a buscar la libertad de la patria amada, y como éste sólo es mi objeto, no las glorias, no los honores, no los empleos, no los intereses, estoy cierto de que seré constante en seguirlos.
  • Mis ideas no se apartan de la razón y justicia que concibo, ni jamás se han dirigido a formar partidos, ni seguirlos.
  • La vida es nada si la libertad se pierde.
  • Este país, que al parecer no reflexiona ni tiene conocimientos económicos, será sin comercio un país desgraciado, esterilizada su feracidad y holgando su industria.
  • Deseo ardorosamente el mejoramiento de los pueblos.
  • Su único fin debe ser por un avenimiento… o veremos transformarse el país en puros salvajes.
  • Que no se oiga ya que los ricos devoran a los pobres, y que la justicia es sólo para aquéllos.
  • No hallo medio entre salvar a la patria o morir con honor.
  • No busco el concepto de nadie, sino el de mi propia conciencia, que al fin es con la que vivo en todos los instantes y no quiero que me remuerda.
  • Mis intenciones no son otras que el evitar la efusión de sangre entre hermanos.
  • A quien procede con honradez, nada debe alterarle. He hecho cuanto he podido y jamás he faltado a mi palabra.
  • Ni la virtud ni los talentos tienen precio, ni pueden compensarse con dinero sin degradarlos.
  • Desde la más remota antigüedad hasta nuestros días, la historia de los siglos y de los tiempos nos enseña cuánto aprecio han merecido todos aquéllos que han puesto el cimiento a alguna obra benéfica a la humanidad.
  • Método no desorden; disciplina, no caos; constancia no improvisación; firmeza, no blandura; magnanimidad, no condescendencia.
  • Sirvo a la patria sin otro objeto que el de verla constituida, ése es el premio al que aspiro.
  • Todo depende y resulta del cultivo de las tierras; sin él no hay materias primeras para las artes, por consiguiente, la industria, que no tiene cómo ejercitarse, no puede proporcionar materias para que el comercio se ejecute.
  • Me hierve la sangre, al observar tanto obstáculo.
  • Parece que la injusticia tiene en nosotros más abrigo que la justicia. Pero yo me río, y sigo mi camino.
  • Fomentar la agricultura, animar la industria y proteger el comercio son los tres importantes objetos que deben ocupar la atención.
  • Estoy muy acostumbrado a contrastes y más espíritu tengo en ellos que en las prosperidades; me ocurre siempre en éstas que después del buen tiempo viene el malo y en éste que ha de venir aquél.
  • Es preciso contener la venganza y pedir a Dios que la destierre, porque de no ser así, esto es de nunca acabar y jamás veremos la tranquilidad.
  • Nada importa saber o no la vida de cierta clase de hombres que todos sus trabajos y afanes los han contraído así mismo, y ni un sólo instante han concedido a los demás; pero la de los hombres públicos, sea cual fuere, debe siempre presentarse, o para que sirva de ejemplo que se emite, o de una lección que retraiga de incidir en sus defectos.
  • El modo de contener los delitos y fomentar las virtudes es castigar al delincuente y proteger al inocente.
  • En vano los hombres se empeñan en arrastrar a su opinión a los demás, cuando ella no está cimentada en la razón.
  • La sombra de la Junta que traigo conmigo hace prodigios; la Junta será la vencedora, no yo; su nombre sólo con el aspecto de nuestros bravos atrae a los afectos y aterra a los malvados.
  • Que nos entristezcamos o nos alegremos, la mano que todo lo dirige, no por eso va a variar: esta es una verdad evangélica.
  • Los hombres no entran en razón mientras no padecen.
  • En mis principios no entra causar males sino cortarlos.
  • El interés es el único móvil del corazón del hombre y bien manejado puede proporcionar infinitas utilidades.
  • Era preciso corresponder a la confianza del pueblo, y me contraje al desempeño de esta obligación, asegurando, como aseguro, a la faz del universo, que todas mis ideas cambiaron, y ni una sola concedía a un objeto particular, por más que me interesase el bien público estaba a todos instantes ante mi vista.
  • La agricultura es la madre fecunda que proporciona todas las materias primeras que dan movimiento a las artes y al comercio.
  • Lo que creyere justo lo he de hacer, sin consideraciones ni respetos a nadie.
  • Yo no sé más que hablar la verdad y expresarme con franqueza esto me lo he propuesto desde el principio de la revolución y he seguido y seguiré así.
  • Todas las dificultades se vencerían rápidamente si hubiera un poco de interés por la patria.
  • El bien público está en todos los instantes ante mi vida.
  • Se apoderaron de mí las ideas de libertad, igualdad, seguridad, propiedad, y sólo veía tiranos en los que se oponían a que el hombre fuese donde fuese, no disfrutase de unos derechos que Dios y la naturaleza le habían concedido.
  • Mis intenciones no son otras que el evitar la efusión de sangre entre hermanos.
  • Ninguna cosa tiene su valor real, ni efectivo en sí mismo, sólo tiene el que nosotros le queremos dar; y éste se liga precisamente a la necesidad que tengamos en ella; a los medios de satisfacer esta inclinación; a los deseos de lograrla y a su escasez y abundancia.
  • «Mucho me falta para ser un verdadero padre de la patria, me contentaría con ser un buen hijo de ella».

Como se puede apreciar sus pensamientos tienen una coherencia envidiable, digna del gran estadista, pensador y hombre acción que fue el creador de nuestra insignia patria.

Con algunas frases del prócer resonando en mis mente, aprovecho para decirles,

¡Gracias por todos los saludos!

y aprovecho para invitarlos,

¡A comenzar un nuevo año!

Demos juntos una nueva vuelta al astro rey, junto a nuestros proyectos y anhelos comunes.

El niño que salvó un reino !

Esta es la historia de un rey que lo tenía todo. Las guerras libradas por sus antepasados, más ciertas alianzas que había tejido, lo habían hecho amo y señor de un vasto territorio que se extendía allende los mares. Su prosapia era vasta, inigualable para otros reyes, lo que complementaba con una inmensa riqueza, la cual resultaba incalculable para los contadores de la época.

Su reino se caracterizaba por contar con imponentes residencias que el monarca usaba sin un plan prefijado, ajeno a cualquier regla que hiciera prever sus movimientos. En cada uno de ellos el rey contaba con un numeroso contingente, los cuales tenían labores asignadas, todas vinculadas con el mantenimiento de las instalaciones, el predio, los jardines y los interiores, los cuales debían mantenerse aseados y ordenados independientemente que estuviera el rey o no. Los cocineros provenían de todos los confines de la tierra, siendo su misión principal la de crear y proveer al rey y su corte de los más exquisitos e ignotos manjares.

Los que conocían al rey no lo catalogaban ni de duro ni de blando. Con el tiempo había equilibrado sus ambiciones y expectativas con las necesidades de sus súbditos, reinando alejado de la tiranía y del anhelo por alocadas pretensiones. No era justo porque él no impartía justicia, ya que, según sus propias palabras, era una actividad presuntuosa y ciertamente muy falible. Para eso, su reino contaba con un tribunal supremo, al cual sólo llegaban los casos más complicados, ya que los de menor valía eran resueltos por los administradores de cada comarca.

Las grandes hambrunas del pasado habían sido superadas gracias a un sistema inteligente, que contrapesaba impuestos con ingresos, garantizando buenas condiciones para la mayoría de los habitantes del reino, los cuales labraban sus tierras y desarrollaban otras labores sin temor de que sus pertenencias les fueran arrebatadas por emisarios del rey o por bandoleros. Un incipiente movimiento cultural y artístico se comenzaba a vislumbrar en varias de las regiones del reino. Estos movimientos no fueron reprimidos o prohibidos, del mismo modo que el crecimiento de ciertas ramas del conocimiento, las cuales eran apoyadas y alentadas por el rey y sus ministros.

Mas allá de la buena ventura general los que conversaban a diario con el rey lo notaban últimamente algo contrariado. Ciertas noticias que se originaban en el confín sur de sus dominios se referían a una epidemia que, aunque estaba progresando lentamente, era decididamente irrefrenable. La información, acerca de las características de la peste no era precisa, por lo que el monarca decidió enviar a varios emisarios con el fin de que le proveyeran de detalles, que le sirvieran para decidir como contrarrestar la calamidad.  Las novedades no tardaron mucho en llegar. La epidemia no era mortal pero si incapacitante. Los mecanismos de contagio no eran claros, por lo que no era sencillo pensar en contener la peste.

Al regreso de los enviados del rey, se organizó una gran reunión en la residencia principal del monarca. El objetivo estaba claro. Era necesario conocer todos los pormenores de la calamidad, el grado de afectación, el tiempo en que tardaría en cubrir toda la superficie del reino, y por supuesto cuando alcanzaría al rey y su corte. La enfermedad, en resumidas cuentas, luego de superada la fiebre y otras afectaciones menores, dejaba como secuela un grado total de confusión mental y dificultades manifiestas para comunicarse, ya que el lenguaje parecía olvidado o refrenado. El porcentaje de infectados era muy alto, por lo que las zonas en donde pasaba la peste quedaban imposibilitadas de seguir con sus ocupaciones y tareas habituales. Si esto se expandía aún más, el reino quedaría sumido en la inactividad y por consiguiente sobrevendría la penuria social y económica.

La probabilidad mostraba, que gracias a la elevada tasa de proliferación el reino quedaría, en menos de dos meses, sumido por completo en una situación extrema y calamitosa. Para ganar tiempo, el rey fue trasladado de inmediato a la comarca más boreal. Se organizó un viaje relámpago que incluyó a médicos reales, consejeros y los generales más importantes al mando de un ejército reducido pero conformado por los soldados mejor entrenados. La familia del rey, compuesta por su esposa y tres hijos pequeños (una niña mayor y dos mellizos menores) lo acompañó en su totalidad.

A la llegada al palacio norteño, luego de varios días de travesía, la coyuntura no había cambiado ni mucho menos. La capital del reino ya había sido alcanzada por la epidemia, con graves consecuencias. La gente deambulaba perdida sin saber como y con quién comunicarse, enajenada por completo, lo que hacía difícil, dado el bajo entendimiento, continuar con el mínimo de las actividades requeridas para sostener un reino. Las reservas de comida se agotaban, a la par de que las pocas personas no damnificadas, no daban abasto para atender al gran contingente de enfermos e incapacitados, los cuales no presentaban mejoría alguna. La rareza era, que las novedades que llegaban desde otros reinos vecinos, indicaban que la peste no los había afectado aún. Todo parecía corresponderse con una calamidad, que por alguna razón, sólo se circunscribía a las fronteras del otrora magnifico y prolífico reino.

La preocupación del rey estaba en su punto más álgido. Para preservar a su familia y a sus seguidores más cercanos, estaban pensando en invadir con su ejército bien entrenado, a una porción limítrofe del norte de sus territorios, de modo tal de preservar su linaje y parte de su poder, a la espera de que la peste pasara o mejorara la situación. La idea era volver después a su territorio y recuperar todo lo perdido. Esta estrategia generaría problemas con sus vecinos, los cuales de seguro combatirían esta intromisión, tratando de recuperar parte de la tierra que había sido arrebatada. La epidemia se encontraba ya a pocas leguas, dejando el terror y la desesperanza a su paso.

Las reuniones que el rey sostenía a diario con sus consejeros y ministros eran totalmente inútiles, ya que nadie sabía que medidas efectivas tomar para parar la peste. Todos los intentos habían sido en vano. Las medicinas conocidas no frenaban el mal, mientras que la disminución de la frecuencia de contactos entre las personas, reducía mínimamente los contagios, aunque sin poder evitarlos del todo. Desde el comienzo de la epidemia, que ya había durado alrededor de dos meses, más de la mitad de los habitantes del reino se encontraban imposibilitados para llevar a cabo cualquier labor, por más simple que sea.

A media mañana de una jornada, en la cual ya todo hacía presumir que el rey finalmente dejaría su reino, ejecutando la única salida que le quedaba, que era la de moverse a tierras limítrofes junto con su familia, asesores y ejército, llegó a la puerta de entrada de sus fortificaciones, una comitiva procedente de un reino cercano. En verdad no era numerosa, ni muy equipada, pero traía según manifestaban ellos, «una segura y comprobada solución para la extrema situación». Pidieron permiso para hablar con el rey,y asimismo, de tener la posibilidad de dar de beber y comer a sus sedientos y hambrientos caballos. Los consejeros del rey se mostraron incrédulos, respecto de cuan efectiva podía ser el remedio que podía aportar este grupo de personas, entre los cuales se encontraba un pequeño niño, que por lo visto no tendría más que unos ocho años de edad.

Se reunieron todos sin conocimiento del rey, para debatir qué hacer. Se barajaban dos posibles elecciones: «recibirlos y conocer la propuesta y evaluar aplicarla o no perder más tiempo y migrar a tierras más promisorias». No había más opciones. El rey no debía enterarse, ya que la dilación en emprender la retirada tendría que tener un argumento muy sólido como para que esto resultase en una opción válida. Finalmente decidieron recibir a la comitiva, en un recinto a puertas cerradas y custodiado por los soldados más reservados y de mayor confianza.

Cuando ingresó la comitiva, al frente de la misma marchaba una familia compuesta por padre, madre y el niño pequeño, que llevaba consigo un talego en banderola contra su cuerpo. Atrás de ellos, cerraban el grupo, unos cinco soldados vestidos con todo su atuendo, que parecía haber conocido épocas de mejores glorias. Ningún integrante del séquito daba la apariencia de ser hostil y cuanto menos embustero. Parecían tener buenas intenciones, ya que si algo salía mal corrían riesgo de perder sus vidas, a manos de un grupo de soldados que los rodeaba, custodiando a los ministros del rey. Estando ya en frente de los consejeros que se habían sentado haciendo un círculo, los padres del niño, que podían hablar la lengua que era común en el reino, les explicaron que la solución estaba dentro de la bolsa que traía consigo el niño. Para sorpresa de todos los presentes, y habiendo pedido permiso para extraer del talego el contenido, el niño procedió a sacar un ajado libro, bastante viejo, por cierto.

El desconcierto fue mayúsculo ya que todos esperaban una medicina real y concreta y no ese manuscrito que vaya uno a saber que decía y en qué lengua estaba escrito. Uno de los ministros exclamó palabras de reprobación, y de reclamo, dirigiéndose a continuación al niño con fiereza: “para esto los hemos dejado pasar”, mientras que otro ministro les endilgaba a los padres la injusta pérdida de tiempo. Los soldados del reino ya se encontraban nerviosos, con sus manos puestas en el mango de sus espadas. A la menor orden arremeterían con todos, borrando de la faz de la tierra a tan insolente comitiva. Un consejero preguntó si al menos el libro contenía una receta, cuyos ingredientes mezclados curaran la enfermedad, revirtiendo sus efectos y recuperando total o parcialmente a las personas infectadas.

El padre del niño lejos de amilanarse, pidió permiso para hablar. Les dijo que en realidad sólo se trataba de un libro cuyo contenido debía ser leído por el niño en voz alta, y repetido por las personas presentes palabra por palabra. Que la historia que el libro contenía hacía referencia a una peste similar, y fue escrito como una simple medicina para recuperar la plena consciencia. Las palabras contenidas en el libro, se constituían por sí mismas en un mecanismo que disipaba la oscuridad de las mentes para todos aquellos que las recibían. La única condición es que siempre debía haber un niño presente leyendo en voz alta este único volumen, ya que no había otro similar. Los enfermos podían no replicar las palabras, pero debían estar de cuerpo presente escuchando la historia.

Los consejeros quedaron atónitos con lo que acababan de escuchar. Sentían que los habían tomado por estúpidos como nunca antes. La madre del niño viendo la negativa acogida que habían tenido las palabras de su esposo, les ofreció una demostración rápida y sencilla. Ella pagaría con su vida si los efectos de su medicina no daban resultado. Pidió que trajeran un grupo de enfermos lo más rápido que pudieran, que el libro sólo tomaría para su lectura unos pocos minutos, después de los cuales la gente afectada que lo escuchara, comenzaría a recuperarse. Todos se miraron sin saber qué responder. Uno de los ministros más antiguos y respetados, que se había mantenido en silencio, propuso que se hiciera efectivo el pedido, solicitando con suma urgencia que se trajera el mayor número posible de enfermos, en el menor lapso de tiempo. Muchos lo miraron incrédulos, pero no se atrevieron a contradecir la opinión del anciano ministro.

Una hora después unos cientos de enfermos, todos con la característica desorientación y perdida de consciencia, producto del flagelo, fueron reunidos en la sala en donde se encontraba la comitiva y los ministros consejeros, con los soldados conteniendo la escena, para evitar que los enfermos desorientados trataran de escapar. El niño comenzó a leer en voz alta: “Erase una vez en un reino en donde moraban las tinieblas del entendimiento…….”. Todos los que podían hacerlo, se mantuvieron repitiendo palabra por palabra, hasta que finalmente el niño expresó la última frase del libro: “Gracias al conocimiento compartido de generación en generación, la luz brilló de nuevo en las mentes y se renovaron las fuerzas de nuestros corazones, para dejar atrás todo vestigio de esta cruel peste”.

Con el último vocablo que salió de la boca del niño, los cientos de afectados se empezaron a reconocer unos con otros, recuperando el habla y la capacidad de expresar frases inteligibles, hecho que llenó de profundo regocijo a todos los presentes. Los consejeros no salían de su asombro aún cuando corrieron a contarle a su rey. Rápidamente se organizó una campaña para recuperar a las personas infectadas, las cuales ya curadas dejaban por fin de contagiar. El niño que sabía leer este bendecido libro, fue llevado por todo el reino, proveyendo la salvación para miles de personas que se encontraban en un deplorable estado de consciencia. Para acelerar el proceso, varios niños fueron entrenados para leer en voz alta el manuscrito, por lo que el proceso no se detuvo en ningún momento, ya que los niños cansados de tanto leer, se relevaban unos a otros. La campaña duró unos pocos, pero intensos meses. El reino se fue recuperando paulatinamente. El rey conservó su reinado producto del milagroso remedio, el cual no dejaba ninguna secuela, ni tenía contraindicación alguna.

Desde ese momento nadie dudó de la capacidad que tienen las historias, los libros y las palabras contenidas en los mismos, para aliviar las penurias más desagradables y los malos momentos. En el reino proliferaron muchas historias de otras historias que habían quedado olvidadas en el tiempo.

Cuentan las crónicas, que el rey vivió algunos años más, transformando su reino en un verdadero oasis de la palabra y las buenas narraciones, las cuales por lo general eran orales y muchas menos resultaban escritas. En sus últimos tiempos trató por todos los medios de facilitar la enseñanza y las mejores virtudes, buscando de manera incesante un mecanismo que pudiera facilitar la réplica de los libros. Los niños fueron el eje de sus iniciativas y el niño salvador se ocupó hasta su desaparición física de expandir la lectura y escritura en todos los confines del reino. Fue una figura reconocida, que gozó de mucho prestigio, aun cuando su primera elección fue siempre la humildad y la de mantenerse fiel a sus costumbres sencillas y desprovistas de vanidad.

En una región de esos vastos territorios, bastante tiempo después, la exacerbada necesidad de crear y fomentar las reseñas escritas, dieron lugar a la primera máquina capaz de imprimir muchos libros en una relativa poca cantidad de tiempo. El primer volumen que salió de ese dispositivo mecánico aún conservaba algunos poderes cuasi mágicos, como los del libro sanador de pestes, pero ahora en forma de conocimientos que se expandía y multiplicaba en todos los confines del orbe. La historia del niño sanador, ya se había casi perdido dentro de un sinfín de otras historias, pero la esencia de sus actos se había conservado de generación en generación.

Cada pueblo donde esté niño pasó junto a otros niños, para devolver la claridad a las mentes que a priori semejaban estar estropeadas, conserva narraciones de esos sucesos, aunque no se hayan conservado de manera muy exacta. La recopilación, que varios estudiosos hicieron años más tarde, produjo que se pudiera recobrar parte de la memoria colectiva extraviada, promoviendo que se erigieran varios recordatorios en distintas ciudades, así como que se nombraran a varias bibliotecas con su nombre.

«El niño que leyendo salvo a un reino«, conserva una estatua en su honor, en cuyo pie se puede leer:

“Gloria a quien supo que una lectura podría salvar a muchos”.

Los finales a veces son abiertos y otras tantas demasiado complicados de expresar.

Lo que sí resulta cierto es que casi siempre nos dejan un dulce sabor en la boca: «el de saber que después de un final, sobreviene un inicio, inexorablemente».

Los poetas malditos !

Nos acompaña una espléndida jornada donde el sol se encuentra jugando a las escondidas detrás de nubes bajas presurosas y otras altas y remolonas. Es probable que haya poesía, en la incontable cantidad de imágenes, en ese juego de luces y sombras que impacta en nuestros sentidos, mientras esos copos de algodón danzan al ritmo de la cuasi imperceptible brisa. Sucede que la vocación poética es un don para seres sensibles y de una inteligencia distinta y distinguida. Los simples mortales no accedemos tan fácil a gozar del privilegio de escribir cosas sentidas en estrofas que riman al son de aparentes sin sentidos.

El arte de la poesía se escapa por la tangente de la literatura para subir y bajar con el mismo ritmo que lo hacen las palabras inconexas que tratan de bucear en los sentimientos más profundos, donde encuentran amor y odio, alegrías y tristezas, expresados con la belleza que sólo el artificio poético es capaz de contener.

La magia de la poesía radica en esa ausencia de reglas estrictas, que permite expresar al todo como un conjunto infinito de partes inmiscibles, donde la entropía se manifiesta en toda su potencia, para dejar sumido al poeta en un caos creativo del que no puede salir. El poeta ha nacido con esa condición que lo acompañará durante toda su vida, sobrellevando su existencia con esas construcciones poderosas que lo mantienen en una realidad exacerbada, que sólo él es capaz de comprender.

La historia de la poesía no es ni más menos que la vivencia de sus poetas, no hay mucho más que eso, ya que no se trata de una hipótesis científica que nos lleve a etapas de demostración. La poesía no tiene nada que ver con un acto evolutivo, sino más bien con un requerimiento vital de y para el poeta, por eso es un acto personal único y perpetuo.

Esta introducción me sirve para contar algunas historias de poetas que trascendieron por su inmensa capacidad de expresar sus angustias, dentro del encanto alejado de la prosa, con una mezcla de brutalidad y finura que se conjugaron tanto y tan bien, para trascender a los tiempos con el mote de “poetas malditos”. Sin haber hecho ningún mal, y en el peor de los casos, solo a si mismos, la crudeza de sus sinceramientos individuales y sociales disgustaban a los portadores de los cánones de la tradición oral y escrita.

En 1884, el poeta Paul Verlaine publicó un libro llamado «Los poetas malditos». En él se recopila la historia de seis poetas, a la mayoría de los cuales conoció Verlaine personalmente: Tristan Corbière, Arthur Rimbaud, Stéphane Mallarmé, Marceline Desbordes-Valmore, Auguste Villiers de L’Isle-Adam y, por último, un tal Pauvre Lelian (Pobre Lelian), un misterioso escritor que nadie conocía y que no era otra cosa que un anagrama del mismo Paul Verlaine. O sea, que el recopilador de los “poetas malditos” se incluía a él mismo en el libro.

¿Qué llevó a Verlaine a incluir en su famosa lista a estos poetas y no a otros?

En principio, el autor se basó en la incomprensión suscitada entre sus contemporáneos. La intención de Verlaine a la hora de escribir este libro era dar a conocer la obra de estos autores, que no habían tenido prácticamente éxito en el panorama literario francés, en parte por su tormentosa vida, en parte por la naturaleza de su creación, que no siempre era bienvenida.

A pesar de que, en un principio, el apelativo de “maldito” cayó sobre los seis nombres antes citados, la lista “canónica” de poetas malditos se fue ampliando y, en la actualidad, a la primitiva lista de Verlaine se incluye a otros poetas como Edgar Allan Poe, William Blake, Charles Bukoswki, Baudelaire (conocido como el gran “padre de la poesía moderna”) e incluso autores españoles como Federico García Lorca.

Charles Baudelaire (1821-1867), el maldito entre los malditos

La insigne lista no podía empezar por otro, puesto que el propio Verlaine se inspiró en uno de sus poemas para encontrar el apelativo de “poeta maldito”. El poema en cuestión, el primero de la polémica, Las flores del mal (1857), empieza así:

Cuando, por un decreto de las potencias supremas,

El Poeta aparece en este mundo hastiado,

Su madre espantada y llena de blasfemias

Crispa sus puños hacia Dios, que de ella se apiada:

—»¡Ah! ¡no haber parido todo un nudo de víboras,

Antes que amamantar esta irrisión!

¡Maldita sea la noche de placeres efímeros

En que mi vientre concibió mi expiación!

El Poeta ha nacido, y lleva con él la maldición que lo condenará (paradójicamente, el poema se llama Bendición…).

Charles Baudelaire es considerado el “padre de la poesía moderna”.  Baudelaire se aleja del estilo imperante del XIX, heredero todavía de un anticuado Romanticismo, y se abre por completo a la “poesía de las sensaciones”. La obra de Baudelaire está cuajada de imágenes, de pensamientos inconexos que, en última instancia, influirán poderosamente en el futuro surrealismo.

Charles Baudelaire se incluye en la lista de los “poetas malditos”, primero, porque su obra sacudió de forma inaudita a la sociedad burguesa de la Francia del XIX (su poemario Las Flores del Mal fue víctima de la censura y del escarnio público, y al él mismo se le procesó por “atentar contra la moral”); y, segundo, porque su estilo de vida y su obra representaban a la perfección al poeta rechazado por la sociedad, que se entrega al desenfreno (en forma de prostitución, alcohol y drogas) para mitigar el tedio que le supone el verse alejado de la belleza que tanto anhela.

La ciudad, para Baudelaire, es el escenario donde el ser humano se embrutece y se aniquila a sí mismo, es el monstruo voraz que, como Cronos, devora a sus hijos. En ella, el artista siente el “spleen”, la palabra usada en la época para denominar el tedio, el hastío, el aburrimiento. Para mitigar este “spleen” (recogido por Baudelaire en su obra El spleen de Paris) el poeta intenta elevarse a través de sustancias tóxicas y viviendo al límite.

Baudelaire tuvo una relación muy estrecha con su madre y otra muy difícil con su padrastro, hasta el punto de que muchos autores creen que su rebeldía posterior era, en parte, fruto de la animadversión que le causaba el segundo esposo militar de su madre adorada. El poeta presenta un cuadro psicológico complejo (con un posible síndrome de Edipo incluido) que se agudizaba por el consumo de alcohol, láudano y hachís.

Durante su juventud frecuentó el Barrio Latino de París, donde entabló amistad con los grandes intelectuales del momento (entre ellos, el mismísimo Balzac), y frecuentó burdeles, donde contrajo una sífilis que arrastraría toda su vida y que, posiblemente, agravó aún más su estado mental. Tuvo muchas amantes, pero fue Jeanne Duval, una actriz de los bajos fondos, la que ocupó durante más tiempo su corazón. Su relación duró nada menos que 14 años, durante los cuales recibieron la burla de la sociedad parisina por ser una pareja interracial (Jeanne era mulata, de origen haitiano). La joven inspiró muchos de los poemas de Baudelaire y sucumbió a la misma enfermedad venérea que, finalmente, se llevó al poeta en 1867.

Arthur Rimabud (1854-1891), el poeta precoz

Jean Nicolas Arthur Rimbaud dejó de escribir a los 20 años. Toda su producción literaria, que lo incluye entre los grandes poetas del simbolismo francés, está datada en su temprana adolescencia y su primerísima juventud. Superdotado, inteligentísimo, pero vigilado por una madre viuda estricta y rígida, pronto el joven Arthur se ve asfixiado entre la responsabilidad y sus ansias de libertad; especialmente, de libertad intelectual y creativa. Con solo 15 años se fuga en dos ocasiones de la vigilancia materna, pero es descubierto y obligado a regresar.

De forma parecida a Baudelaire, resulta interesante trazar una semblanza psicológica de este muchacho, inteligente, sensible, con ganas de ver mundo, que vive atenazado por el control de una madre siempre atenta, siempre dispuesta a encerrarlo entre las paredes de su casa. Esto no impidió, sin embargo, que Arthur sacara a la luz sus primeros poemas.

En 1871 llega a París y se instala en casa del también poeta Paul Verlaine y la esposa de este. Con solo 17 años, y quizá sintiéndose por fin libre de las ataduras maternas, Rimbaud empieza a jugar con la vida disoluta de la bohemia parisina (esta vida que arrastraban todos los “malditos”) y pasa las noches entre la absenta y el hachís. Adquiere fama de enfant terrible y escandaliza a la muy respetable sociedad parisina, hasta el punto de que debe regresar a Charleville, su ciudad natal, de nuevo junto a su madre.

No acabó aquí su relación con Verlaine, que lo había acogido en su casa de París. Pocos meses después, el joven Rimbaud inicia con el maduro poeta una relación amorosa. Verlaine abandona a su esposa embarazada y se traslada con Arthur a Londres, donde sobreviven a duras penas dando clases de francés. Su relación es tormentosa y violenta; Verlaine es alcohólico y, cuando bebe en exceso, se vuelve iracundo y peligroso.

Una noche, estando ya instalados en Bruselas (la sociedad londinense, todavía más puritana que la francesa, estaba escandalizada con su relación), Verlaine dispara dos veces contra su amante. El primer tiro alcanza a Rimbaud en la muñeca; el segundo rebota en la pared. Verlaine está bebido, tremendamente bebido, y Rimbaud tiene miedo. Cuando, más tarde, Verlaine vuelve a cargar la pistola contra él, el joven decide huir y denunciarle, lo que provoca que Verlaine termine en la cárcel; no solo por intento de asesinato, sino también por “corrupción de menores”. Recordemos que la homosexualidad estaba penalizada y que Rimbaud tenía solo 19 años.

Los ex amantes solo se volverían a ver una vez más, en 1875. La relación está acabada. Durante la estancia en la cárcel de Verlaine, Arthur ha escrito una obra, Una temporada en el infierno, un colosal poema en prosa en el que describe su borrascosa relación con Verlaine. Iluminaciones (1874) sería su última obra. Arthur Rimbaud no volvería a escribir. Ente sus dedicaciones a partir de entonces, está la poco escrupulosa de traficante de armas. Su estatus de honor en la poesía universal se debe en exclusiva a lo que escribió antes de los 20 años, su único testamento literario. Sin duda, un “poeta maldito” extraordinario.

Paul Verlaine (1844-1896), el recopilador de “malditos”

En los párrafos anteriores ya se comentó cómo disparó sobre su joven amante, Arthur Rimbaud, y cuáles fueron sus excesos con el alcohol. Su carácter sanguíneo se inflamaba con la bebida, hasta el punto de llegar al maltrato. Parece ser que Verlaine maltrató tanto a su madre como a su mujer, Mathilde, a quien abandonó en 1871 por el joven poeta. Hasta aquí, son sobrados los motivos para incluirlo en la lista.

Estando en la cárcel, donde cumplía condena por dos delitos (uno, el intento de asesinato de Rimbaud; dos, por “corrupción de menores”) se convirtió al catolicismo de una forma apasionada. Verlaine es el claro ejemplo de poeta que busca con frenesí la redención y que solo encuentra en el camino excesos, visiones y locura.

Literariamente, Paul Verlaine es uno de los grandes simbolistas franceses. Colaboró en su juventud con los parnasianos, uno de los primeros movimientos esteticistas que tomaron su nombre del Parnaso griego; de esta primera época son sus Poemas saturnianos (1866). Gozó de cierto nombre durante su vida (en 1894 se le nombró “príncipe de los poetas” y se le otorga una pensión), pero en sus últimos años se encuentra casi en la indigencia y su obra apenas le da para comer. Su esposa Mathilde le ha abandonado; también lo ha hecho su amante Arthur Rimbaud. Verlaine está solo y enfermo.

En 1896, una neumonía se lo lleva al otro mundo, con solo 51 años. Los parisinos que asisten a su funeral cuentan un extraño suceso: cuando su féretro pasaba por la Ópera, la estatua que representa a la Poesía perdió un brazo, que cayó al suelo junto con la lira que sujetaba. Verlaine, poeta “maldito” hasta después de muerto.

Edgar Allan Poe (1809-1849), el maestro de maestros

No se encuentra incluido en la lista de Paul Verlaine, pero todos los poetas que figuran en ella se vieron influidos de alguna u otra manera por el genio de Estados Unidos. Poe es el maestro de maestros; el que sentó las bases del relato gótico, sobre todo, pero también uno de los primeros en pasar a la posteridad como “poeta maldito” por la vox populi. El mismo Charles Baudelaire tradujo su obra al francés, y se mostró especialmente fascinado por su cuento El gato negro. El aire oscuro de sus creaciones, el áurea diabólica de muchas de ellas, se pueden rastrear sin duda en Las Flores del Mal.

Edgar Allan Poe nació solo como Edgar Poe, pero la prematura muerte de sus padres lo dejó en manos de una adinerada familia del sur de Estados Unidos, los Allan, que no tenían hijos propios. Y aquí encontramos, de nuevo, uno de los patrones recurrentes en la vida de los “poetas malditos”: la madre amantísima y el padre ausente o castrador. Porque si bien la señora Allan quiso y trató a Edgar como si fuera suyo, no sucedió lo mismo con su esposo, que siempre vio al muchacho más como capricho de mujer estéril que como hijo verdadero.

De hecho, el señor Allan nunca adoptó legalmente al joven y siempre se mostró tiránico y hostil para con él.

Es evidente que, una vez fallecida la señora Allan, Edgar se vio privado de un referente muy importante en su vida. Reservado, taciturno, siempre necesitado de afecto, pronto dio con las únicas parientes de sangre que le quedaban con vida, la señora Clemm y su hija Virginia. Es este uno de los episodios más oscuros de la vida de Poe y que más ríos de tinta ha hecho correr: su matrimonio con esta niña de 13 años, cuando él tenía ya casi 30. Inquietante, como mínimo.

Poe siempre tuvo muy clara su vocación de poeta, pero las dificultades de vivir de la poesía lo decantaron hacia el periodismo. Y a pesar de que era un grandísimo escritor (todos los periódicos en los que colaboraba aumentaban automáticamente el número de suscriptores) siempre vivió precariamente, al borde de la pobreza. La familia vivía en una miserable cabaña a las afueras de Nueva York, fría e inhóspita, y la señora Clemm se veía obligada a salir, al atardecer, a buscar alimento en los huertos circundantes.

El alcoholismo de Poe se agudizó cuando Virginia cayó enferma de tuberculosis. A la muerte de la joven, con tan solo 23 años, Poe cayó en una profunda depresión de la que ya a duras penas saldría. Falleció dos años después que Virginia, en unas circunstancias extrañas que no han hecho sino aumentar su fama de “maldito”. Lo encontraron en un callejón de la ciudad de Baltimore, con unas ropas que no eran suyas y víctima, según se dijo, de un colosal delirium tremens. Poe falleció pocas horas después en el hospital. Tenía solo 40 años.

Nada mejor para finalizar que un bello poema de uno de los “poetas malditos” más renombrados. Su idea de la soledad (que lo acompañaría durante toda su vida) expresado en el poema no tiene desperdicio.

Solo (Edgar Allan Poe).

Desde el tiempo de mi niñez, no he sido

como otros eran, no he visto

como otros veían, no pude sacar

mis pasiones desde una común primavera.

De la misma fuente no he tomado

mi pena; no se despertaría

mi corazón a la alegría con el mismo tono;

y todo lo que quise, lo quise solo.

Entonces -en mi niñez- en el amanecer

de una muy tempestuosa vida, se sacó

desde cada profundidad de lo bueno y lo malo

el misterio que todavía me ata:

desde el torrente o la fuente,

desde el rojo peñasco de la montaña,

desde el sol que alrededor de mí giraba

en su otoño teñido de oro,

desde el rayo en el cielo

que pasaba junto a mí volando,

desde el trueno y la tormenta,

y la nube que tomó la forma

(cuando el resto del cielo era azul)

de un demonio ante mi vista.

Gestión de lo incierto !

La historia de la humanidad como tal, desde que el hombre evolucionó desde los primates, es bastante extensa, pero podemos decir que los cambios más sustanciales ocurrieron en un muy corto período de tiempo evolutivo. El hombre como especie tiene años más años menos, unos 250.000 años, pero lo que podríamos encasillar dentro de la categoría de hombre civilizado, sólo ocupa una ínfima fracción de ese tiempo, apenas unos 5.000 años divididos entre pre y post cristiandad. Antes de eso sólo existíamos en el mejor de los casos, como cazadores y recolectores, agrupados en pequeñas comunidades. Si nos enfocamos en esos 5 mil años, asimismo podemos decir que los cambios más sustanciales ocurrieron en los últimos 125 años, luego de la revolución industrial, con una aceleración creciente y muy cercana con la revolución digital, las comunicaciones, la robótica y la aún incipiente inteligencia artificial.

No es impropio decir que en el último 0,05 % del tiempo de quehacer humano en la tierra se han producido más cambios y profundizaciones que en todo el resto del 99,95 % del tiempo de vida de la especie. Las consecuencias globales menos deseables están a la vista y nos impactan cada día: «nuestro planeta no resiste tanto grado de presión, reaccionando con desajustes climáticos y ambientales que impactan tanto en los países desarrollados, en vías de desarrollo y en los pobres». Las consecuencias de esos impactos son diferentes, por cierto, provocando muchísima mayor zozobra en los países menos pudientes, donde no existen tantos mecanismos disponibles para amortiguarlos.

Esta creciente aceleración deja cada vez una brecha más pronunciada entre los que subsisten y pelean cada día por los alimentos, el acceso al agua potable y otras condiciones dignas de una vida mínimamente confortable y los que tienen un acceso ilimitado y asequible a todas las ventajas de las nuevas revoluciones. Los sistemas políticos de gobernanza global, aún no son eficaces para mitigar el cambio climático, la erradicación de la pobreza y el acceso a condiciones sustentables para gran parte de la humanidad.

El escenario de los últimos años se caracteriza fundamentalmente por la falta de certezas, o mejor dicho porque no alcanzan el tiempo y los recursos para superar las incertidumbres conocidas, cuando aparecen ya otras en el horizonte. La flexibilidad, adaptabilidad y otros mecanismos de abordaje de estas nuevas coyunturas son claves, porque el conocimiento nos desborda y nos transforma en analfabetos a cada minuto, tensionando nuestras emociones hasta el límite. Parece ser que lo que hace minutos hemos aprendido ya resulta viejo y no aplicable del todo.

Yendo ahora la mundo empresarial, social y humano, los sistemas organizacionales son sometidos a exigencias para los cuales no existen procedimientos, estructuras, recursos humanos y funciones que puedan amortiguarlas y mucho menos gestionarlas de manera acabada. Los líderes tratan de ingeniar equipos preparados para afrontar los múltiples desafíos del mercado, pero la volatilidad los supera y por consiguiente sus integrantes deben abordar tareas para los cuales no se encuentran debidamente preparados.

¿Sabemos qué pasará mañana? ¿Y la semana que viene? ¿Y el mes que viene? ¿Sabemos qué va a pasar el año próximo? ¿Y eso nos angustia, nos excita o nos motiva? Para ser honestos con nosotros mismos, la incertidumbre es interesante si la podemos mantener en un entorno controlado. Una película necesita incertidumbre, un libro de narrativa también, pero estos son ejemplos de espacios acotados y que sabemos que tienen un principio y un final. Son entornos donde la incertidumbre tiene un papel, pero donde asumimos la certidumbre del final cierto.

¿Y fuera de esos entornos? ¿Nos interesa o atrae la incertidumbre? Bueno, según y cómo dice Zygmunt Bauman en una entrevista en La Vanguardia “la única certeza es la incertidumbre”. Aparte de este juego de palabras al que somos aficionados muchos escritores y pensadores, es cierto que la experiencia nos demuestra que hacer previsiones esperando que se cumplan al 100% es un error y quizás hasta una pérdida de tiempo. Socialmente estamos viendo cómo años de estabilidad (aparentemente no demasiado sólida, pero estabilidad desde el punto de vista psicológico) está rompiéndose en un espacio de tiempo muy corto. Esto crea inestabilidades, miedos e inseguridades que afectan al mercado. La incertidumbre de no saber cómo y cuándo va a acabar esta crisis afecta al mercado, que se paraliza y se vuelve inestable.

En realidad, el ser humano busca la certidumbre, trata de proyectar su vida al futuro para saber qué es lo que éste le depara y no tener sorpresas. El ser humano trata de gestionar su vida desde lo conocido. La certidumbre, en estos casos supone un colchón que mitiga la inestabilidad del cambio no querido o esperado. La sorpresa se ve como un hecho desagradable si no trae consigo un significado que implique control: podemos asumir la sorpresa de un cumpleaños, incluso la sorpresa de un ascenso, pero no la de un despido porque éste implica un cambio de esquemas y una pérdida de control del entorno en el que vivíamos.

Sin embargo, económicamente la incertidumbre tiene un valor, forma parte del mercado incluso como producto. Por un lado, están las bolsas, que viven de la incertidumbre, de la apuesta por el futuro. Por supuesto, los operadores tratan de mitigar esa incertidumbre a través de análisis, estudios e informes, pero si se perdiera esa incertidumbre la bolsa no tendría mucha razón de ser.

Con la incertidumbre creciente están los que entrenan y venden soluciones que son capaces de mitigar esa incertidumbre, los consultores y asesores que son contratados porque los empresarios, autónomos o emprendedores se encuentran en un entorno que no comprenden o que son incapaces de gestionar. Pero no existen recetas mágicas ya que los consultores y asesores, tampoco son totalmente efectivos para sortear “las grandes olas de no certezas”. De alguna manera el predominio de las incertidumbres, tiene tanto peso en sí mismo, que no somos capaces de valorar su impacto, por lo que por lo general la subestimamos.

La gestión empresarial también muestra indicios de ese deseo de control que los lleve a encontrar certezas. Los modelos de negocio van en la dirección de controlar no sólo a la propia empresa, sino también el entorno. Cuando Michael Porter, por ejemplo, habla de las 5 fuerzas del mercado lo que está tratando es de conocerlo para dominarlo. Es normal y lógico, porque la incertidumbre cuesta dinero, no conocer el entorno es peligroso, y no estar preparado para dar respuestas rápidas nos puede sacar del mercado. Hemos de tener en cuenta, sin embargo, que esa capacidad de conocimiento, control y predicción se está perdiendo. En una era en la que el conocimiento es muy fácil de conseguir y al que es muy fácil acceder, nos encontramos con un entorno inestable, lleno de caras, como un poliedro, en el que surgen constantemente nuevas teorías y enfoques que nos alejan de una comprensión unívoca de la realidad. Hay tantas formas de estar en el mercado y caminos hacia el éxito o el fracaso como empresas y proyectos, que nos podemos perder en caminos laberínticos.

La incertidumbre o quizás mejor aún un cierto grado de incertidumbre, no sólo no es malo, sino que permite un desarrollo más adecuado e interesante de nuestras empresas y proyectos. La incertidumbre nos mantiene alertas, nos obliga a improvisar y a mejorar constantemente nuestras capacidades, nos hace trabajar e idear fuera de la caja, y nos hace más dinámicos.

Gestionar la incertidumbre implica aceptar los fallos como parte de nuestros procesos de gestión, asumiendo que son un elemento fundamental de mejora. El error aparece como un resultado no deseado, una acción o gestión incorrecta que rompe la certidumbre de un resultado adecuado y deseado. Lo que pasa es que en ocasiones ese error abre puertas a otras proyecciones, a cambios en escenarios futuros que posiblemente no hayamos sido capaces de ver pero que pueden ser muy interesantes para nuestros proyectos.

La gestión de la incertidumbre ha de ser planificada en las organizaciones, estando preparados para su llegada y dejando espacios de indefinición. La innovación bebe de la incertidumbre, del desconocimiento del alcance de los proyectos innovadores que comenzamos. Empresas abiertas e innovación abierta son magníficas herramientas para integrar la incertidumbre dentro de nuestras empresas sin que genere una explosión descontrolada de ellas y dentro de ellas. Los modelos abiertos de gestión, favorecen la posibilidad de sacar el máximo partido de la incertidumbre. La incertidumbre ayuda a las empresas a aprender, pues les obliga a estar constantemente adaptándose a nuevos escenarios y a prever múltiples variantes.

El desafío entonces se plantea acerca de cómo gestionamos los entornos internos y externos afectados por el fenómeno de la incertidumbre, dentro de un sistema formal y material. La primera pregunta que deberíamos hacernos, tal vez, es si estamos convencidos que la incertidumbre se puede gestionar. ¿Cómo gestiono lo incierto? ¿Las recetas que empleó mi competidor o mi vecino son estrictamente aplicables a la cultura de mi organización?

Creo que hay varias claves para integrar la incertidumbre dentro de nuestras estructuras:

Conocimiento. Es importante conocer, saber para dar respuestas correctas a modelos nuevos, a escenarios nuevos.

Out of the box. Ese conocimiento no puede ser el tradicional, no podemos seguir respondiendo con criterios tradicionales cambios imprevistos e impensables hace unos años.

Flexibilidad y adaptabilidad. Debemos estar dispuestos a cambiar estructuras físicas y mentales, a olvidar normas que se han mostrado inútiles y carentes de validez.

Apertura. Rompiendo los límites de la empresa, rompiendo nuestros propios límites mentales de modo que nos permitan encontrar soluciones en entornos y fuentes distintas a las habituales.

Cambio. Integrar el cambio como parte normal de la empresa, como forma de gestión. Sólo las organizaciones que están dispuestas a cambiar están en disposición de sobrevivir.

Error. Como elemento clave de la incertidumbre, pues la crea y le da sentido al ayudarnos a aprender de ese error.

Estamos en un momento en el que sólo nos cabe convivir con la incertidumbre, adecuando nuestras organizaciones a cambios constantes y a veces desconocidos. Los mercados que antes nos parecían maduros y estables están cambiando o desapareciendo. Y nuevas formas de comercialización, de gestión y de acceso a mercados están apareciendo sin que a veces lleguemos ni a comprenderlas. Podemos luchar por el control, pero el control se nos va a escapar como el agua. Por eso resulta mucho más inteligente convivir con la incertidumbre y tratar de sacar el máximo partido de ella.

Los sistemas humanos y sobre todo aquellos que se construyen en situaciones cambiantes necesitan valores guías, aquellos que no nos ponemos a discutir, sino más bien que guían a nuestras acciones. La gestión de la incertidumbre requiere según mi punto de vista apoyarse en estos valores:

Confianza: Con una fuerza de trabajo distribuida, los líderes deben confiar en que los colaboradores harán su trabajo y se centrarán más en medir los resultados (es decir, si el resultado deseado se entregó a tiempo y cumplió con las expectativas establecidas), en lugar de rastrear las entradas (es decir, cuántas horas se trabajaron y cuándo). Los colaboradores deben confiar en que la empresa los respalda cuando asumen riesgos o cuando tienen que lidiar con el cuidado de sus niños, por ejemplo. Los clientes deben confiar en que los proveedores y socios pueden cambiar rápidamente cuando sus entornos cambian. Desde el punto de vista organizacional, las empresas deben poder confiar en las conexiones que tienen con los colaboradores, los clientes y sus socios. En ese contexto, la seguridad no es solo un mecanismo defensivo; se convierte en un medio para establecer la confianza.

Capacidad de aprendizaje: En un mundo que cambia rápidamente, el conocimiento es una ventaja competitiva, impulsa la acción. Afortunadamente, los datos están en todas partes. Para ser una organización en constante aprendizaje, las empresas deberán adquirir, analizar y actuar utilizando datos todo el tiempo. A veces, los datos no serán perfectos e incluso podrían contradecir la sabiduría convencional, como cuando la pandemia NO provocó una recesión masiva. Se deberá desarrollar la capacidad de leer señales del entorno y combinarlas rápidamente con lo que ya se conoce, o realizar pequeños cambios (como pruebas AB) para desarrollar más datos. Los datos se convierten en un componente básico en las iniciativas de crecimiento a medida que la organización aprende qué funciona.

Colaboración e innovación: Las reglas y los procesos siempre tendrán su lugar en los negocios; sin embargo, la rigidez es exactamente lo contrario a la adaptabilidad. Los directivos siempre deben hacer responsables a las personas ejecutantes de sus labores; sin embargo, la toma de decisiones de arriba hacia abajo y la micro gestión también se oponen a la adaptabilidad. La colaboración entre funciones, las estructuras organizativas fluidas y un poder distribuido para actuar impulsarán la ventaja competitiva, el compromiso de los colaboradores y la satisfacción del cliente. Una vez más, la confianza y los datos son facilitadores clave de este tipo de colaboración e innovación. Si algo se puede reducir a una regla, lo podemos automatizar, siendo la inteligencia artificial (IA) la que puede generar conocimientos para la experimentación y la toma de decisiones acelerada.

Por último y creo que de manera transversal a todas las funciones que prosperan y de desarrollan dentro de una organización humana, que clásicamente han sido preparadas para competir interna y externamente, ahora se necesitan habilidades para adherir a una visión más cooperativa y competitiva, por lo que tejer relaciones internas y externas que compitan y cooperen al mismo tiempo permitirá sortear obstáculos y desarrollar proyectos que incluyan y se multipliquen en nuevos actores , regiones y escenarios cambiantes.

«Ya no se trata solamente de la supervivencia del más apto, sino más bien sumar a la aptitud una actitud adaptativa y cooperativa hacia adentro y afuera de las organizaciones».

Gestionar lo incierto es el desafío.

Construir el tiempo !

¿Cuántas maneras existen de medir el tiempo?

¿Cuántos tiempos existen?

El tiempo cronológico no se puede cambiar y más allá de la relatividad del espacio y del tiempo de nuestro genial Einstein, es la manera que los humanos hemos encontrado para cuantificar y organizar nuestras vidas.

Por otro lado existen otras maneras de concebir nuestro tiempo que se relaciona con eventos bisagra, aquellos que definen un antes y un después, tales como el trayecto entre el inicio y el final de una carrera universitaria, el desarrollo de un proyecto, nuestras distintas etapas biológicas, ese viaje que nos marcó para siempre, la desaparición física de nuestros padres, el nacimiento de nuestros hijos, y otra serie de sucesos particulares y muy personales, con los cuales podemos escribir casi indefinidamente.

Nuestras historias por cierto son una manera de intentar conjugar el tiempo cronológico, con los recuerdos y con el sabor que nos producen, producto de las emociones que transitamos cada vez que las evocamos.

Cuando recordamos al tiempo, a través de nuestras historias por lo general cualificamos el tiempo en:

Tiempos buenos, difíciles, malos, hermosos, apremiantes, motivantes, desafiantes, terribles, poderosos, oscuros, luminosos…..

Cada uno tiene su propia escala de cualificación de los tiempos que nos hace más únicos e irrepetibles.

El rol que ocupamos en cada uno de estos tiempos tiene que ver con la posibilidad o no que tuvimos de accionar, con nuestro grado de responsabilidad, con nuestra propia manera de ver las cosas, cierto grado de azar, y la intuición que casi siempre nos acompaña y a la cual tantas veces ignoramos.

La cronología divide el tiempo en infinitas fracciones, para dejarnos con tres tiempos verbales, pasado (sobre el cual no podemos hacer nada), presente (sobre el cual accionamos con o sin acción presente) y el futuro (sobre el cual visionamos).

Anclarnos en el pasado y mostrar excesiva ansiedad por el futuro, no nos permite por lo general vivir acabadamente el presente, que es casi y por muchos momentos imperceptible. Cada vez que toco con mis dedos una nueva letra del teclado para continuar escribiendo este escrito, estoy de alguna manera viviendo en simultáneo pasado, presente y futuro.

«La magia del hacer reside según mi punto de vista, en que involucrados en la acción perdemos de vista al tiempo».

Por último, pero no menos importante es ver al tiempo como una excusa o como una oportunidad.

Las palabras o frases que usamos por lo general para excusarnos usando el tiempo son:

  • No tuve tiempo
  • No me alcanzan las horas del día
  • Que quieres que haga con el poco tiempo que tengo
  • Las horas se me pasaron volando y no fui
  • No hice el tiempo para visitar a mi madre

Poniendo al tiempo como una oportunidad nos salen frases como:

  • Si me pongo lo termino en dos días
  • He organizado mi tiempo y puedo reunirme mañana
  • Tiempo no me falta, tengo que priorizar
  • Ya lo hice y me salió relativamente bien, con más tiempo lo voy a mejorar
  • Al mal tiempo buena cara

De estar quieto, manejado de todas las maneras posibles: productivas, improductivas, para el ocio, para algo específico, para dar, para pedir, para mil acciones que ni siquiera detectamos a diario, que parecen no tener importancia, es que ahora ya estamos encarando casi mitad de año, empezando a subir peldaños cada vez más altos, mientras el almanaque se nos viene encima de manera irreversible.

Nos pasa que podemos llegar a objetar, aún incluso sabiendo que la escala universal que mide la finitud de las horas, minutos y segundos es inmutable, que algo anda mal, que lo que estamos pretendiendo hacer durante el año se viene abajo y no remonta del todo por causas tales como:

  • me cambiaron los objetivos
  • no salió el negocio que tenía que salir
  • no busque los socios adecuados y perdí el tiempo
  • soy uno solo y no puedo con el plazo que me dieron
  • mis jefes, mi familia, mis relaciones me exigen de más

También puede suceder que podemos llegar a sobrevalorarnos y partiendo de objetivos muy básicos, tener una visión que el tiempo fue gastado de manera muy exitosa en muchos ámbitos de nuestras vidas, por razones tales como:

  • no siento la presión del tiempo, hago lo que puedo
  • en todo momento hago lo que quiero
  • es muy raro que sienta que perdí el tiempo
  • pude hacer más cosas de las que me propuse
  • hago las cosas de taquito
  • mis tiempos son mis tiempos

Acontece finalmente que, aunque estemos más de un lado que del otro, cuando hacemos un balance a conciencia del uso de este activo, y aún más, cuando trazamos un plan hacia el futuro, no sea ni lo uno ni lo otro.

Esta visión de blanco y negro, de tortuga o guepardo, es una mera sensación emocional, como es natural ya que somos humanos. Si miramos para atrás,  y reconocemos aciertos y desaciertos en el uso del tiempo, como un recurso más de los tantos disponibles y finitos, podemos usar esto para mejorar esta performance en los próximos desafíos.

Distinguir en retrospectiva en que usé mis horas sirve para corregir hacia adelante, incluyendo en ello la innovación, aprender del error, y muchas técnicas más, pero por sobre todas las cosas, caer definitivamente en la cuenta de existe una cuestión esencial a responder:

¿Quién gestiona mis tiempos?

¿Sobre qué procesos y con qué calidad estoy usando mis segundos?

¿Cuáles son los proyectos que conjugan mi vida?

Responder a conciencia estas preguntas es primordial, porque de ella se desprenden múltiples posibilidades, y nuevas e incontables cuestiones.

En lo personal considero que tener una visión obsesiva de la gestión del tiempo nos puede llevar a la ansiedad generalizada individual y grupal. Considero que el bienestar individual, social y laboral, se construye de manera equilibrada con personas muy eficientes en el uso del tiempo, y con otras que no lo son tanto, pero agregan lapsos de mucha calidad analítica, y que nos hacen crecer más allá de la visión necesaria pero no absoluta de los resultados.

Mitad de año que se nos viene, ya se nota algún grado de tensión que se profundizará durante los próximos meses. Este escrito tiene como única intención provocar que revises tu más cercana historia, pero fundamentalmente el porvenir, para que, haciendo centro en nosotros mismos, tratemos de responder una simple pregunta:

¿En qué y cómo gastaré mi tiempo?

El tiempo no es sólo aquello que dividimos en horas, minutos y segundos, sino una conjunción de eventos, que nos emocionan, nos cruzan el cuerpo y nos invitan a soñar.

Una canción reza:

“Hubo un tiempo que fui hermoso

Y fui libre de verdad

Guardaba todos mis sueños

En castillos de cristal

Poco a poco fui creciendo

Y mis fábulas de amor

Se fueron desvaneciendo

Como pompas de jabón”.

La poesía nos muestra el tiempo y todas sus facetas como ninguna.

Desvanecerse en un tiempo infinito sería un gran objetivo.

No dispongo de más minutos para escribir……

Otras tareas me esperan…..

Ya le robé demasiados instantes a esta jornada de domingo……

A disfrutar de esta hermosa mañana de sol.

Apuntes sobre el trabajo !

Mañana se celebra el día internacional del trabajo en gran parte de nuestro orbe, salvo Canadá, Estados Unidos y algunos otros países. Bastante cercano en nuestro tiempo cronológico, pero quizás ya superado en cuanto a la evolución de los sistemas de trabajo, se sitúa el motivo o la situación por el cual se adoptó la fecha que se conmemora.

Básicamente, la «revuelta de Chicago», tal es el nombre con el que se conoció el inicio de la huelga del 1 de mayo, tenía como motivo principal ampliar y asegurar derechos sobre el vigente esquema de los tres ochos: trabajar 8 horas, dedicarse al ocio otras 8, y las 8 horas restantes del día, emplearlas para descansar. No resulta raro que se haya dado en la ciudad de Chicago durante mayo de 1886, ya que esa ciudad albergaba una gran concentración de empleados de ferrocarril, maquinaria agrícola y textil, sobre los cuales pesaban las peores condiciones laborales del país.

El sábado 1 de mayo de 1886, 200 mil trabajadores iniciaron la huelga mientras que otros 200 mil obtenían esa conquista con la simple amenaza de paro.

En Chicago, donde las condiciones de los trabajadores eran menos auspiciosas que en otras ciudades del país, las movilizaciones siguieron los días 2 y 3 de mayo. La única fábrica que trabajaba era la fábrica de maquinaria agrícola “Helmans” que estaba en huelga desde el 16 de febrero porque querían descontar a los obreros una cantidad de sus salarios para la construcción de una iglesia. La producción se mantenía a base de reemplazos. El día 2, la policía había disuelto violentamente una manifestación de más de 50 000 personas y el día 3 se celebraba una concentración en frente de sus puertas; cuando estaba en la tribuna el anarquista August Spies, sonó la sirena de salida de un turno de rompehuelgas. Los concentrados se lanzaron sobre los mismos comenzando una pelea campal. Una compañía de policías, sin aviso alguno, procedió a disparar a quemarropa sobre la gente produciendo 6 muertos y varias decenas de heridos.

El periodista Adolph Fischer, redactor del Arbeiter Zeitung, corrió a su periódico donde redactó una proclama (que luego se utilizaría como principal prueba acusatoria en el juicio que le llevó a la horca) imprimiendo 25 000 octavillas. La proclama decía:

“Trabajadores: la guerra de clases ha comenzado. Ayer, frente a la fábrica McCormik, se fusiló a los obreros. ¡Su sangre pide venganza!

¿Quién podrá dudar ya que los chacales que nos gobiernan están ávidos de sangre trabajadora? Pero los trabajadores no son un rebaño de carneros. ¡Al terror blanco respondamos con el terror rojo! Es preferible la muerte que la miseria.

Si se fusila a los trabajadores, respondamos de tal manera que los amos lo recuerden por mucho tiempo.

Es la necesidad lo que nos hace gritar: ¡A las armas!.

Ayer, las mujeres y los hijos de los pobres lloraban a sus maridos y a sus padres fusilados, en tanto que en los palacios de los ricos se llenaban vasos de vino costosos y se bebía a la salud de los bandidos del orden…

¡Secad vuestras lágrimas, los que sufrís!

¡Tened coraje, esclavos! ¡Levantaos!”

La proclama terminaba convocando un acto de protesta para el día siguiente, el cuatro de mayo, a las cuatro de la tarde, en la plaza Haymarket. Se consiguió un permiso del alcalde Harrison para hacer un acto a las 19.30 en el parque Haymarket. Los hechos que allí sucedieron son conocidos como la “revuelta de Haymarket”.

Se concentraron en la plaza de Haymarket más de 20 000 personas que fueron reprimidas por 180 policías uniformados. Un artefacto explosivo estalló entre los policías produciendo un muerto y varios heridos. La policía abrió fuego contra la multitud matando a 38 personas y dejando más de 200 heridos.

Chicago fue declarado en estado de sitio y el toque de queda deteniendo a centenares de trabajadores que fueron golpeados y torturados, acusados del asesinato del policía.

Estos hechos represivos fueron apoyados por una campaña de prensa con citas como:

“Qué mejores sospechosos que la plana mayor de los anarquistas. ¡A la horca los brutos asesinos, rufianes rojos comunistas, monstruos sanguinarios, fabricantes de bombas, gentuza que no son otra cosa que el rezago de Europa que buscó nuestras costas para abusar de nuestra hospitalidad y desafiar a la autoridad de nuestra nación, y que en todos estos años no han hecho otra cosa que proclamar doctrinas sediciosas y peligrosas!”.

La Prensa reclamaba un juicio sumario por parte de la Corte Suprema, responsabilizando a ocho anarquistas y a todas las figuras prominentes del movimiento obrero.

El 21 de junio de 1886, se inició la causa contra 31 responsables, que luego quedaron en ocho. Las irregularidades en el juicio fueron muchas, violándose todas las normas procesales en su forma y fondo, tanto que ha llegado a ser calificado de juicio farsa. Los juzgados fueron declarados culpables. Tres de ellos fueron condenados a prisión y cinco a muerte, los cuales fueron ejecutados en la horca.

Luego de la ejecución de los reos, como punto culmine, el movimiento obrero capitalizó estos hechos y se consolidó en todo el mundo, posibilitando la mejora de las condiciones laborales en muchos países, salvo en aquellos donde gobernaban sistemas políticos absolutistas o autoritarios.

La evolución de los sistemas de trabajo ha dejado atrás estos tristes episodios, dando lugar a numerosas formas nuevas, muchas de las cuales se visualizaron más nítidamente durante la pandemia. El trabajo remoto, o parcialmente remoto, y el trabajo por objetivos, sin jornada fija de trabajo, quizás sean los que se desarrollaron con mayor empuje antes, durante y continúan aún después de la pandemia. Son innumerables las imágenes o videos subidos a redes sociales en donde es posible visualizar a personas trabajando desde sus casas. La limitante son varias para esta modalidad, pero muchas empresas han adoptado esquemas flexibles con mayor libertad para que sus empleados puedan disfrutar de un mejor equilibrio de su vida laboral y personal.

En la actualidad coexisten numerosas modalidades de trabajo, a los que se suman dependiendo del desarrollo económico, cultural y humano de los países, menores o mayores grados de informalidad, previsión y salud. El denominado «trabajo en negro» es común en distintas latitudes del planeta, proliferando en aquellas economías subdesarrolladas o de actividades mayoritariamente primarias de explotación. Mientras el mundo desarrollado discute jornadas de trabajo de seis horas, por cuatro días a la semana, en las economías pobres el problema pasa por resolver la precarización laboral en todas sus formas. Resulta inentendible que los distintos actores que conforman el entramado del trabajo, tales como estado, empleadores y sindicatos, no acuerden una manera sencilla de formalizar las condiciones de trabajo, temerosos de la mal denominada “flexibilización laboral”, cuando en realidad se trata de buscar un mecanismo que incluya las nuevas modalidades de trabajo, de modo tal de salir de la informalidad. Sin consenso, el avance para erradicar el trabajo en negro resulta casi nulo.

Para agregar un condimento más a la ensaladera, la inteligencia artificial avanza a una velocidad que supera lo programado. Numerosos programas reemplazan el conocimiento, las habilidades y la capacidad para analizar y tomar decisiones, vinculadas a muchas profesiones, cuestiones científicas y mapas estadísticos, los cuales en conjunto vienen a resolver muchos problemas, para los cuales se requerían el trabajo de personas, solas o en equipo. La inteligencia artificial junto a la robótica (que ya ha desplazado a numerosos trabajadores), la informática y la digitalización, facilitarán de tal modo las tareas, que sumarán presión sobre la cantidad de trabajo que quede disponible para la “inteligencia humana o natural”.

Ya existen varias simulaciones donde es posible ver un probabilidad de reemplazo de distintos trabajos, por la actividad de la inteligencia artificial, a través de sistemas automáticos de trabajo o de respuesta. Allí figuran de mayor a menor un sinnúmero de actividades, y me animaría a decir que casi ninguna escapa a la lista de los que pueden ser relevados por autómatas.

Numerosas voces tanto de filósofos, como de humanistas, empresarios y otros actores están comenzando a advertir que se necesita regular el desarrollo de la inteligencia artificial de modo tal de que sean los humanos los que ejerzan el control sobre su implementación, campos de aplicación, a los fines de lograr un equilibrio entre lo humano y lo artificial. Lo cierto es que como tantas otras revoluciones o cambios que ha llevado a cabo la humanidad, al final de la historia los tantos se emparejan, y las mejores características de las nuevas formas, tienden a prevalecer sobre los vicios o aspectos negativos, propendiendo a mejorar la calidad de nuestras vidas.

Por el momento no existe concordancia en los países centrales respecto de cómo abordar ciertamente esta temática, como tampoco existe un consenso global sobre cómo resolver otros problemas acuciantes tales como el cambio climático, la pobreza, el hambre y mejores condiciones de vida para los habitantes de nuestra tierra.

Alguien me supo decir hace poco, que de seguro Chat GPT podría ser mi oráculo de consulta para muchos de los temas sobre los cuales escribo, o bien reemplazarme totalmente en mis escritos, y en el de tantos otros escritores profesionales o aficionados como yo.

Me gusta pensar que la belleza de la imperfección es eminentemente humana, y no sé hasta que punto, la inteligencia artificial podrá encontrar esa sutileza de escribir cuestiones ciertamente discutibles. Me resigno a pensar que la inteligencia artificial podrá ser algún día un narrador tan acabado como Víctor Hugo, a podrá amar tanto y tan despojadamente a sus amores como Pablo Neruda en sus poemas.  Probablemente un escritor aficionado como yo, sea reemplazado fácilmente por un autómata, y de manera mucho más eficiente.

A lo largo del devenir histórico el ser humano ha sido capaz de sortear numerosos escollos, a veces autogenerados, por lo que el temor a lo nuevo es una emoción que podamos abandonar sólo recurriendo a nuestra memoria.

Salud a todos los trabajadores en su día.

Para todos ellos mi más sincero reconocimiento.

Acciones que incluyen !

En la antesala de una reunión de presentación de un programa político tuve la oportunidad de charlar e intercambiar opiniones con un grupo de personas que estábamos a la espera de su inicio. Entre las personas que formamos parte de este pequeño grupo de espera, se encontraba una docente, que además de su vocación, tenía un especial interés por la situación de los no videntes y las personas con capacidad visual tan disminuida que les resultaba ciertamente incapacitante. Su compromiso la había llevado a fundar la “BIBLIOTECA EL ENCUENTRO”, que incluía volúmenes en braille y audiolibros, la cual había sido inaugurada el día anterior al encuentro, siendo el lema de la misma, “Leer es la mayor riqueza de la Humanidad”.

Nos comentaba que no existe una adecuada distribución federal de los recursos destinados a los no videntes, y que eso se hacía extensivo a sus posibilidades de trabajo, estudio y desempeño social. Ella, con la ayuda de otro grupo de personas interesadas por lo mismo, colaboraban con esta biblioteca, que no sólo contenía libros sino además algunas obras de arte, las cuales al presentar relieves especiales y títulos en braille podían ser apreciadas por las personas discapacitadas visualmente.  Su idea es que los más jóvenes se integraran a esta iniciativa de modo tal de garantizar que la biblioteca creciera y perdurará en el tiempo.

Su pasión por ayudar a las personas no videntes había generado en ella un interés inusitado por otros aspectos vinculados a la discapacidad visual, cuestiones que para muchos de nosotros pasan normalmente desapercibidas. Una pregunta concreta fue: ¿últimamente han visto alguna persona no vidente paseando en una plaza, un parque o disfrutando de algún espacio al aire libre? Nos quedamos mirándonos sin responder, por lo cual ella volvió a tomar la palabra para decirnos que no existen muchos espacios verdes, plazas o parques adecuados para las personas no videntes. Siguió su charla diciendo que este es uno de los muchos ejemplos que hay, en donde la palabra inclusión se desdibuja y pierde fuerza a la luz de la realidad. Manifestó que la acción de incluir ha adquirido relevancia sólo para algunos grupos de personas discriminadas, pero no para todas, aquellas personas que encajaban en las “modas mediáticas y políticas de la inclusión”.

La charla se cortó abruptamente por el inicio formal de la reunión, pero no quería dejar pasar esta oportunidad de rescatar y aplaudir la acción de personas, que con mucho esfuerzo trabajan por la inclusión e integración, de manera desinteresada y siguiendo valores que necesitamos multiplicar.

Siguiendo con el tema de la discapacidad visual les traigo el extracto de un artículo periodístico, el cual nos permitirán arrojar luz sobre dos temas: uno, la magnitud del problema de la no videncia, y segundo, los avances tecnológicos más modernos, pensados para colaborar y mejorar la calidad de vida de los discapacitados visuales. Respecto del primero debo reconocer cuan lejos estaba de tener al menos una idea clara de la cantidad de personas que sufren de discapacidad visual total o de algún tipo que las incapacita de alguna manera. Si los números no es tan errados, un poco más del 3 % de la población mundial puede considerarse como un discapacitado visual total o parcial.

Cinco tecnologías que pueden mejorar la vida de las personas con discapacidad visual

En el mundo, hay 253 millones de personas con discapacidad visual, según datos de fines de 2017 de la Organización Mundial de la Salud (OMS). De ese total, 36 millones tienen ceguera y 217 millones, discapacidad visual en diferentes niveles, de moderada a grave, también llamada «baja visión». Este último grupo incluye personas que, aun con ayudas ópticas (como anteojos o lentes de contacto), no pueden acceder a la lecto-escritura. Solo el 15% entiende el sistema Braille. Por eso la lectura auditiva está creciendo exponencialmente.

Además, solo un 10% de los títulos impresos con tinta se encuentran disponibles en sistema Braille. Se estima que, del total de personas con discapacidad visual, solo el 15% está capacitado para entender ese sistema de lectura y escritura táctil. Por esa razón, la lectura auditiva es el medio principal para acceder a libros impresos, por ejemplo.

¿Qué es la tiflotecnología?

En este marco, la tecnología es clave para mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad visual. La tiflotecnología (tiflo significa ‘ciego’ en griego) investiga y desarrolla soluciones para estos usuarios.

En 1993, el argentino Rubén Battipede, ante la necesidad de un amigo que, a los 60 años, había perdido casi totalmente la visión, investigó qué dispositivos existían en el mundo para mejorar su calidad de vida.

«En esa investigación surgió la primera máquina de lectura parlante llamada Open Book. Consiste en una PC, un escáner y un software con OCR (sigla en inglés que significa ‘reconocedor óptico de caracteres’)», explica Battipede.

Esto lo inspiró a seguir investigando. Poco tiempo después, importó una primera partida y agregó otros productos de escritura Braille y de magnificación de imágenes, hasta llegar hoy a 50 dispositivos.

Battipede, creador de la empresa Tecno Ayudas, señala: «El 0,3% o 0,4% de la población, tanto en la Argentina como en el mundo, es ciega y el 2,4%, con baja visión. Los gastos de I+D (investigación y desarrollo) de las tiflotecnologías son distintos a productos masivos».

A diferencia de un smartphone o una impresora, los productos tiflotecnológicos se venden a menos del 3% de la población a nivel mundial. «Entonces los gastos de I+D deben prorratearse entre muy pocas unidades», agrega.

En nuestro país (Argentina) la ley 24901 protege a personas con discapacidad. «Las obras sociales y las empresas de medicina prepaga deben proveer elementos tiflotecnológicos a toda persona que disponga de un certificado de discapacidad vigente. En muchos casos no se cumple esta ley, para ello es posible requerir judicialmente un recurso de amparo», señala Battipede.

El problema a nivel global es que el 90% de las personas con discapacidad visual vive en países de ingresos bajos, según la OMS, que está elaborando un Informe Mundial sobre la Visión que dará a conocer este año.

Además, los dispositivos de tiflotecnologías suelen tener precios elevados. Sin embargo, el 28% de las personas que padecen discapacidad visual moderada y grave están en edad de trabajar.

No se trata de un complemento más para vivir, sino de un dispositivo que puede ser esencial para una persona con discapacidad visual. A continuación les traemos una breve descripción de de cinco “tiflotecnologías” que pueden mejorar la calidad de vida de estos usuarios no videntes.

De Israel a la Argentina: Orcam MyEye 2.0

Es uno de los productos más innovadores a nivel global, disponible en la Argentina. Se trata de un dispositivo portátil con una cámara y un pequeño altavoz, a simple vista. Se fija de forma magnética a la patilla de un anteojo.

De 12 x 5 cm, pesa 22 gramos, y sirve de asistente inteligente. Puede leer en voz sintetizada y de forma instantánea textos impresos o digitales. Solo es necesario dirigir la vista hacia el objetivo o señalarlo con el dedo. Tiene una batería recargable, que dura hasta 2 horas.

La segunda versión (2.0) de este dispositivo de la empresa israelí OrCam Technologies Limited no tiene cables, tampoco conexiones Bluetooth o wifi. Habla inglés y español, y puede leer libros, etiquetas, billetes o nombres de calles. También detecta colores e identifica hasta 150 diferentes productos envasados y hasta 100 rostros, que nombrará al momento de observar. 

Mónica Aguero, licenciada en Psicología, tiene 64 años, vive en Rosario y trabaja desde su casa. «Tengo baja visión, todavía soy bastante independiente. Mi problema es maculopatía miópica, llamada también «ceguera virtual». Soy una ferviente lectora y mi tipo de maculopatía tiene una consecuencia terrible: no podés leer», nos explica.

Esta situación la llevó a averiguar qué tecnologías disponibles en la Argentina podían ayudarla a, principalmente, leer libros. «Así, llegué a OrCam 2.0, me permite también leer carteles. Me gusta mucho viajar sola y no puedo ver en qué calle estoy, un mapa. Y el dispositivo me permite leer una calle», asegura la psicóloga.

Por su parte, Milagros Soria vive en La Rioja, tiene 19 años y es ciega desde su nacimiento. A través de una espontánea campaña de financiamiento colectivo, pudo recaudar $120.000 para comprar el dispositivo.

«Navegando en Facebook, me apareció una promoción que hacían los de OrCam. Lo leí, quedé impresionada. Una persona ciega siempre espera nuevos dispositivos y eso era tremendo. Les dije a mis papás que quería viajar a Buenos Aires para conocer el dispositivo. Viajamos, los probé y no hay palabras que puedan describir lo que sentí al leer. Podía estar sentada leyendo un libro y eso para una persona ciega es hermoso».

Continúa: «En ese momento valían $90.000 y era un precio inaccesible para mí y mi familia. Se me ocurrió ir a una radio de acá, que se llama Fénix, a contar lo que me pasaba, quería darle difusión. Fui al programa Las cosas son como son, conté de mi vida. Y cuando hablé del dispositivo OrCam, por qué lo necesitaba, hubo un oyente que donó $10.000».

Con esa donación orgánica, surgió la idea. Si 2.000 personas donaban $40, podían llegar a los $80.000 que faltaban para comprar el dispositivo. «En una semana juntamos más de $120.000. Empezó siendo mi sueño y se convirtió en el sueño de toda una provincia», expresa Milagros.

Emocionada, Milagros dice que lo que logra a través del dispositivo israelí es un sueño que creía inalcanzable. «Es explorar el mundo de otra manera, es ver sin ver. En el colegio, de verdad que me solucionaron la vida. Puedo leer como todos mis compañeros en fotocopia. Puedo leer la pantalla de la computadora, del celular, puedo ir al supermercado sin la ayuda de nadie. Son las alas que me faltaban para terminar de ser del todo independiente», finaliza.

Magnificador, una gran lupa

Un magnificador portátil permite básicamente ampliar el tamaño de las letras o imágenes. La Biblioteca Nacional Mariano Moreno cuenta con esta tecnología en su sala de lectura para ciegos.

La sala cuenta con un magnificador de caracteres color (tele-lupa), un lector personal informático y software de lectura de pantalla sonoro. Tiene acceso al catálogo general de la Biblioteca, audición de CD de música, audición de revistas sonoras, consulta de gráficos en relieve y consulta de material tridimensional, entre otras cosas, según explican desde la institución.

Mensualmente reciben entre 60 y 100 consultas presenciales, telefónicas o vía email. Entre 20 y 30 usuarios reciben atención personalizada en la sala, llamada Vicente G. Quesada, creada el 22 de septiembre de 1993. Ingresó como sala en la estructura de la Biblioteca Nacional en 1998.

En 2017, desde la Biblioteca Nacional hicieron una campaña a través de la plataforma IdeaMe para recaudar fondos para una nueva máquina para la sala, que no se renovaba desde hacía 20 años. Lo recaudado sirvió para comprar un video magnificador de 19″.

Máquina de lectura parlante

Un dispositivo integrado de lectura instantánea para ciegos. Eso es Eye Pal Solo, aparato que lee a través de un altavoz todo tipo de publicaciones, como libros, revistas o boletas de servicios.

No requiere el uso de una computadora. Se coloca lo que se desea leer sobre el dispositivo y este hará su trabajo. Se carga directamente al toma corriente. No importa cómo sea la posición de la página a leer, se puede apoyar en cualquier orientación.

Para detener la lectura, el usuario solo debe mover su mano por encima de la página.

EyeSynth, anteojos para ciegos

Desarrollado en España, en la provincia de Castellón, este dispositivo se presenta en forma de gafas que registran en 3D su alrededor, lo procesan y traducen en sonidos. La idea es que el usuario pueda tener una percepción más acertada de lo que lo rodea.

Este anteojo para ciegos tiene dos cámaras y la información se procesa en un miniordenador incorporado. El sistema se actualiza hasta 60 veces por segundo.

Este tipo de tecnología requiere aprendizaje por parte del usuario, pero lo interesante es que los sonidos son transmitidos a través de conducción ósea, por los huesos de la cabeza.

La idea es que la percepción del entorno sea más acertada. Si una persona pasa cerca del usuario del lado derecho, este sentirá sonidos en su oído derecho.

Un interesante prototipo: FingerReader

s un desarrollo del MIT Media Labs y funciona como un wearable, es decir, una tecnología de vestir. Es un anillo que, a través de una cámara, puede leer textos con una voz sintetizada.

Es un prototipo, impreso en 3D, que tiene un software que sigue el movimiento del dedo (la persona debe indicar lo que quiere leer y ahí estaría la dificultad para personas con ceguera). El sistema procesa la información y lee. Si el usuario se desvía de la línea de lectura, el anillo vibra.

FingerReader llevó 3 años de desarrollo de software y se planea llevarlo al mercado, con algunas modificaciones.

Convencido de que para incluir primero hay que entender y comprender la realidad de las personas que por diferentes motivos necesitan “ser incluidas e integradas”, solo quise difundir en mi espacio la situación de los no videntes o discapacitados visuales. El universo de la inclusión e integración es muy grande y amplio en cuanto a los tipos de discapacidad presentes.

Creo, asimismo, que nos queda mucho camino por recorrer, y que por lo tanto las oportunidades para colaborar y sumarse son muchas y valiosas.

Nuestras acciones por pequeñas que parezcan pueden colaborar a construir o mejorar el mundo para los que presentando alguna discapacidad, puedan expresar su enorme potencial, proveniente del resto de sus capacidades presentes.

Números educativos que duelen !

En la semana escuché en un programa radial una consigna para compartir con los oyentes, la cual consistía en traer a la memoria los mejores recuerdos de la niñez. Podían estar vinculados a juegos, afectos, objetos o circunstancias que nos dejaron sus huellas marcadas, siendo depósitos emocionales de felicidad. Imágenes, olores, colores, texturas, sonidos, palabras, encuentros, que incluso aún hoy, nos venían de nuevo al cuerpo, o a cualquiera de nuestros sentidos, solos o combinados, produciéndonos sensaciones muy profundas, que se revivían en nuestros corazones y mentes. De esa manera la conductora describía la idea, la cual podía ser enviada de manera escrita para ser leída en el programa, pidiendo que la misma fuera escueta o resumida, de modo tal de poder compartir la mayor cantidad de mensajes posibles.

Los relatos de los oyentes no tuvieron desperdicio, abarcando una amplia gama de situaciones: la primera vez que tuve consciencia de un regalo, los cuentos de papá, la presencia de mamá en los abrazos al despertar por las mañanas, los olores que provenían de la cocina de los abuelos, mi primera bicicleta, las vacaciones en el mar o en las sierras, ese abrigo de color azul que me tejió la abuela, pasando por celebraciones de cumpleaños y fiestas especiales de Navidad.

En lo personal, ha medida que iba escuchando, iba incorporando al mismo tiempo mis propias añoranzas de la infancia, las cuales me afloraban por doquier: los chocolates que traía papá cuando volvía por la noche del trabajo, el olor de las camisas recién planchadas por mamá, algunas aventuras con amigos en la quinta familiar, la sonrisa de tío Marochi, sólo por citar algunas de las incontables que me salieron al encuentro, para apoderarse de todos mis sentidos.

En los relatos cada tanto aparecían recuerdos entrañables del cariño de maestras, episodios vividos en los colegios, y logros educativos de nuestra niñez y adolescencia. En muchas de esas pequeñas narraciones, se hacía referencia a la importancia del colegio primario y secundario para la formación de las personas, y como funcionan esos ámbitos no sólo como lugares esenciales para la educación, sino asimismo para la contención y mitigación de otros problemas que nos sacuden como sociedad. Se me vinieron a la mente tantos recuerdos hermosos, que rememoramos con los compañeros del primario, con los cuales volvimos después de mucho tiempo a tener contacto gracias a la tecnología y  los grupos de WhatsApp.

La radio es una buena compañía cuando se viaja solo, por lo que, una vez acabado el programa, decidí permanecer en la misma sintonía radial. El programa que le siguió era más de actualidad y noticias de todo tipo. Una de las primeras que trajeron a la luz fue un informe del Observatorio de Argentinos por la Educación, la cual me resultó alarmante. Para evitar errar con números y que mi memoria me juegue una mala pasada, he buscado en las redes las noticias vinculadas con ese informe o con el tema en específico, de modo tal de tratar de ser los más concreto posible con la información. He elegido dos que me parecen relevantes para describir el fenómeno y sus consecuencias, aunque aclaro que pueden estar teñidos de visiones personales y políticas, siendo para mí lo importante la información que contienen más que las opiniones posiblemente sesgadas.

“En Argentina se perdió el foco de la educación, por el aumento de pobreza: en las escuelas están más ocupados en la asistencia”, manifestó Guillermina Tiramonti

Según la prueba nacional ERCE, 6 de cada 10 alumnos vulnerables no alcanzan el nivel mínimo de lectura en primaria. El informe, que publicó Infopico, indica que el nivel de aprendizaje de lectura de los alumnos se asocia con el nivel socioeconómico. A raíz de estos alarmantes datos, en “La Redacción” dialogamos con la especialista e investigadora Guillermina Tiramonti que nos dio más detalles de estas cifras.

La investigadora del ámbito educativo hizo referencia al informe y dijo que “duelen estos números porque son 6 de cada 10 chicos de sectores vulnerables y el promedio es de 4 de cada 10, si tomamos el conjunto de los sectores sociales”.

“Es evidente que la escuela primaria es ineficiente para transmitir a las nuevas generaciones el instrumental mínimo de la cultura que es la lectoescritura. Esto es una alerta muy fuerte para quienes gestionan el sistema educativo y para toda la sociedad”, sostuvo.

-¿Cuál es el impacto a largo plazo de las desigualdades educativas?

-Es enorme el impacto porque el 60 % de los chicos se quedan afuera de la posibilidad de desarrollar una vida en el mundo integrado. Es cierto que son niños que están en tercer grado y que tienen oportunidades, si es que desarrollamos políticas adecuadas, de superar esta deficiencia. Si un chico no sabe leer y escribir, de adulto no podrá integrarse a ningún trabajo.

Sobre el rol de las familias, la especialista sostuvo que “los chicos que vienen de familias educadas, donde se utiliza la lectoescritura, tienen mayor facilidad para incorporarse a la cultura letrada que propone la escuela y además, los padres pueden hacer mayor seguimiento de los chicos. En contraposición, los chicos más vulnerables, en general, vienen de familias poco escolarizadas y utilizan códigos lingüísticos muy elementales que no ayudan a los chicos y los padres tienen menor capacidad de acompañar”.

Tiramonti comparó los resultados brindados por la prueba ERCE con otros países: “dentro de la Argentina hay una brecha grande. Pero hay un dato que brinda el informe muy curioso: los chicos de los sectores sociales más altos de nuestro país, que generalmente van a escuelas privadas, tienen resultados educativos semejantes a los chicos de los sectores medios y medios-bajos de otros países como Brasil, México, Chile. O sea, que ni siquiera estamos formando adecuadamente una elite” “Un porcentaje alto sabe leer y escribir, pero no con resultados óptimos”.

¿Qué se puede aprender de esos países?:

“supongo que se puede estudiar que metodologías utilizan y de qué forma llegan a estos resultados. Debemos cuestionar las metodologías que usamos para enseñar a leer y escribir y el seguimiento que hacemos de los alumnos. En Argentina perdieron el foco en su función esencial, que es la de enseñanza-aprendizaje y están más preocupados por lo asistencial, que lógicamente tiene un sentido porque estamos aumentando permanentemente el número de nuestros pobres” “Hemos perdido el rumbo”, declaró.

Con respecto a la utilización de la tecnología en los chicos: “deberíamos hacer un uso pedagógico y productivo de los aparatos que tanto cautivan a los niños. Por ejemplo: los chicos participan de redes, se conectan con otros, entonces tenemos que incentivarlos a que intercambien información, idiomas, etc.

“Tenemos que pensar la educación a la luz de la realidad”.

“Tenemos que discutir seriamente las metodologías de aprendizaje que estamos usando y modificarlas. Además, debemos capacitar a los docentes en metodologías para la alfabetización”, detalló la investigadora.

Guillermina contó que forma parte de un organismo que se llama “Coalición por la Educación” y realizaron “una cartilla muy simple donde se marca que tienen que aprender los chicos en cada grado, de modo que los padres puedan hacer un seguimiento”.

El deterioro educativo, en cifras que duelen

Es doloroso el informe del Observatorio de Argentinos por la Educación, que da cuenta de que sólo 53% de los chicos que entran a la escuela termina el secundario de manera regular, y que sólo 16% lo hace de manera regular y con saberes sólidos. Del restante 47%, la mitad termina con mayor edad (ha repetido algún año) o abandona.

El informe espera que las cifras empeoren en los años venideros. El impacto de la forzosa virtualidad escolar sobre el ausentismo y el aprendizaje es hasta el momento un temor anecdótico que no tiene sustento numérico. Pero no se puede ser muy optimista respecto de esos números, a pesar de que testimonios directos de algunos directivos escolares dan cuenta de llamados de los ministerios para “aprobar a todos”. Parece ser que salir bien en la estadística cuenta más que impartir una buena formación para los políticos. La educación no está exenta de la tergiversación de valores que afecta a tantos ámbitos de nuestra vida diaria.

En 2006, cuando se sancionó la Ley de Educación Nacional, se estableció un piso de 6% del PBI como inversión anual de la Nación y las provincias en educación. Aunque, como ocurre con tantas otras leyes, la regla sólo se cumplió en 2015, Argentina ha venido gastando de manera consistente poco más de 5% del PBI en Educación durante la última década. En términos del PBI, Argentina gasta en educación tanto como varios países de la OCDE.

Los resultados, sin embargo, no son proporcionales al tamaño del gasto. Un informe de diciembre de 2021, elaborado por el Centro de Estudios de la Educación Argentina de la Universidad de Belgrano, dirigido por el exministro Alieto Guadagni, da cuenta cabal del deterioro de la educación argentina a lo largo de los años. Según este informe, el máximo nivel educativo alcanzado por la población de entre 25 y 64 años de edad, para el promedio de la OCDE, fue de 57% en nivel secundario y para 40% nivel terciario, en 2020. Para Argentina, las cifras fueron 36% y 35%. Inferiores, pero no dramáticas.

Cuando la comparación se hace para el rango de edad de 25 a 34 años, 32% completaron estudios secundarios y 40% terciarios en Argentina. Es decir, entre los más jóvenes se mantiene el porcentaje de alumnos con estudios terciarios completos, pero cae 4 puntos el porcentaje que completa el secundario. ¿Será que los rezagados están cada vez más rezagados? Si la educación es la mejor herramienta de igualación social, estamos desperdiciando tiempo y dinero.

Como corolario, las pruebas Pisa, Aprender y otras son concluyentes respecto de la calidad de los conocimientos con que los chicos concluyen su escolaridad. Nos hemos caído por el tobogán, y el informe del Observatorio Argentinos por la Educación lo ratifica en ese magro y lapidario 16% que concluye el secundario con dominio de la lengua escrita, comprensión adecuada de textos y pensamiento matemático. Si estos resultados no fueron planificados por una mente maléfica, son fruto de una brutal incapacidad de los estados, nacional y provinciales, para prestar este servicio esencial.

Lo cual nos lleva a una conclusión: no son recursos lo que faltan, sino usarlos bien. En las 24 jurisdicciones, aproximadamente el 80% del presupuesto va a salario de gestión estatal y 13% a salario de gestión privada. No queda dinero para formación docente, infraestructura o materiales pedagógicos, entre otras necesidades.

Que los chicos aprendan parece depender más de la insistencia de sus padres y de la vocación del docente que les toca en suerte que de los planes de estudio o la planificación de los respectivos ministerios de educación.

Repetimos como loros que Argentina tiene un enorme capital humano. Al ritmo que vamos, no está claro que tengamos más capital humano que otros países latinoamericanos. Estamos más cerca de ser una fuente de trabajo barato de baja calificación, que una usina de cerebros.

Revertir las cifras demandaría, al menos, un ciclo escolar completo. No parece muy complejo lograr enseñar, al cabo de 12 años, a los chicos a leer y comprender, a poder escribir ordenando sus ideas, y a tener un pensamiento lógico esencial. No sólo no lo estamos logrando, sino que cada año estamos más lejos de lograrlo. Como decíamos: si no es planificado, parece serlo.

He copiado de manera literal los informes periodísticos con el ánimo como ya dije de poner de manifiesto los números, dejando de lado juicios o prejuicios.

Números que duelen, números que necesitamos revertir, como una condición imprescindible para retomar el camino.

Para finalizar un pensamiento sobre la educación que pertenece a Nelson Mandela que nos revela su importancia.

“La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo”