La nada !

Los recuerdos son esas imágenes a veces borrosas, que cada vez que vuelven a nuestra memoria lo hacen recreadas y diferentes de la revisión anterior. La última grabación de nuestro disco duro, de un evento que ha pasado, tiene diferencias sutiles que se van agigantando con el tiempo, hasta casi convertirse en una historia distinta, y quizás hasta radicalmente opuesta de la vivencia misma. Incluso si nos tomamos el tiempo de escribir un diario personal, en ese mismo acto de escribir, ya estamos ejerciendo un acto subjetivo, por el mero hecho de seleccionar las palabras con las cuales daremos contenido a lo que queremos registrar.

Yendo aún más lejos, si existe una grabación de lo sucedido, si lo proyectamos, es muy probable que se nos escapen detalles de la ocasión, las personas, los motivos, y nos encarguemos de montar otra historia de la historia, para llenar el vacío de no poder abarcar nunca el suceso como tal. Nuestra capacidad de observación es tan limitada, y al mismo tiempo tan interpretativa desde nuestros juicios, que resulta extremadamente difícil la objetividad.

Esta introducción me sirve para explicar que en el cúmulo de recuerdos que tengo de mi infancia, hay uno que sobresale, repitiéndose una y otra vez durante mi adolescencia.

Ante la pregunta de mi mamá Ana, sobre que estaba haciendo en determinado momento, mi respuesta no se hacía esperar: “NADA”. Entonces Ana, me solía decir: “no es bueno que no estés haciendo nada, tienes que emplear tu tiempo en algo”.

Sin embargo, y más allá de la deriva de los recuerdos que ya expliqué, tengo claridad que durante mi pubertad fui casi un «maestro de la NADA».

La nada y el todo son dos conceptos difíciles de imaginar, ya que físicamente la nada es un hito inasequible. Para nosotros los ingenieros, el concepto de vacío absoluto no existe. Por más esfuerzos que hagamos jamás llegaremos a la ausencia de materia, vale decir al vacío absoluto. Del mismo modo, en nuestra mente y aunque estemos inconscientes, nuestro cerebro se las ingenia para mantenernos con cierta actividad. Respecto del todo, tampoco es un concepto físicamente abarcable o explicable, porque siempre necesita un marco de referencia, para explicar el todo de qué.

La nada y la filosofía

Martin Heidegger se ocupó con hondura del problema de la nada. No lo hizo tanto en su obra cumbre, Ser y tiempo, de 1927, como en su trabajo breve ¿Qué es metafísica?, de 1930. Allí, después de plantear y elaborar la cuestión, la aborda con un reiterado interrogante: «¿Por qué hay ente en su totalidad y no más bien la nada?

En esta obra, se estima que la nada le está vedada al pensamiento científico, porque la ciencia nada quiere saber de ella. Empero, se sostiene que la nada es significativa, pues sobre ella reposa o se asienta el ser. Así, el problema del filósofo se plantea desde el enigma de «que haya algo en vez de nada».

La existencia humana está íntimamente ligada a la nada. Se la revelan temples anímicos de profundo aburrimiento y, especialmente, de angustia. Ambos le patentizan la nada, y entre los dos le tornan incomprensible la existencia del ente en su totalidad. La angustia —de raíz kierkegaardiana— es el estado emotivo fundamental de la existencia. El hombre puede angustiarse por esto o por aquello, pero, desvanecidas estas particularidades, la existencia continúa angustiada. Y, si al existente se le interroga por la causa de su angustia, casi espontáneamente responderá: «Por nada».

En su obra fundamental El ser y la nada (1944), Jean-Paul Sartre, influido por Heidegger, durante sus estudios en Alemania, ahondará la temática heideggeriana. En este tratado, de estructura complicada, como la máxima obra de su maestro, se acabará sosteniendo que el ingreso de la nada al mundo se debe a la existencia del hombre. Como en Heidegger, la nada será anterior, lógicamente, al «no» y a la «negación», y aunque muchos crean que Sartre reedifica a «la» nada, lo cierto es que usa a tal concepto de «nada» como un operador dialéctico, ya que para él la nada es algo «irrealizante», es decir, una negación de un ser que permite o da lugar a la existencia de otro u otros seres posteriores (casi siempre más evolucionados): mientras que los objetos no conscientes coinciden en su existencia con su esencia, en los humanos, al tener capacidad de consciencia, la esencia es algo que pueden realizar (ya en la existencia o en vida) posteriormente al existir.

Filosofía China

La «nada» en el taoísmo filosófico y filosofía China, se identifica con el concepto de Wuji, que se define como estado primigenio del universo no diferenciado; anterior a la existencia de algo.

Wuji sería anterior al surgimiento del Taiji, la «gran polaridad», y de las dos fuerzas yin y yang, que son parte y dan forma al Gran Tao, que a su vez abarca a la nada y al todo; y por ello no tiene límites. Siendo así el Wuji, a través del Tao, el origen de la esencia primordial y al aspecto fundamental del universo y del hombre; que a su vez origina el orden natural de la existencia.

Filosofía India

En la Filosofía india, el concepto de Nada, lo podemos encontrar dentro de la doctrina Vedanta, cómo por ejemplo en la escuela filosófica Advaita. En esta escuela se describe a la «nada», como la nada y a su vez el todo que origina a todo; estando la nada asociada al concepto de Brahman, a través del concepto abstracto más específico denominado Nirguna Brahman (el Brahman sin cualidades). Siendo así, Brahman la nada y el todo, que a su vez está más allá de estos conceptos y no tiene límites. Así, la «no nada» (la realidad y el universo de cosas fenoménicas que lo conforman), realmente sería solo una manifestación del Brahman, que se da como una ilusión denominada maya.

Filosofía budista

En la Filosofía budista, el concepto de Nada está relacionada al concepto de Shuniata, a menudo traducido como «vacuidad», «vaciedad» o «vacío»; el cual presenta múltiples significados dependiendo de su contexto doctrinal. Así, el concepto de Shuniata puede referirse a una comprensión ontológica de la realidad en el budismo, un estado meditativo, o un análisis fenomenológico de la experiencia (como la naturaleza del no-yo).

La nada en ciencia

En las ciencias, al ser ontológicas, se tratan diversos entes nulos. Puede haber tantos individuos nulos como clases naturales. En particular destaca el vacío o campo nulo, al cual en las teorías de campos se le asignan propiedades como poseer índice de refracción igual a uno. Físicamente es imposible delimitar una región del espacio-tiempo que no contenga cosas, ya que los campos gravitatorios no se pueden bloquear, y todas las partículas cuya temperatura no sea el cero absoluto generan radiación electromagnética (de acuerdo a la noción cuántica de energía del punto cero).

Físicamente, pues, la nada también es una idealización un estado posible pero físicamente irrealizable en la práctica.

En tiempos de Newton se concebía el vacío y confundía con «nada» como un medio uniforme desprovisto de masa llamado espacio cuya geometría era euclídea. La idea de Newton sobre el espacio que consideraba infinito e inmutable no estaba exenta de elementos místicos. La noción del vacío como espacio en el que las partículas materiales se movían, se vio ligeramente alterada con el desarrollo de la teoría del éter que era un medio material que permitía la propagación de las ondas luminosas en el vacío, ya que aunque Newton había propuesto que la luz estaba formada por corpúsculos ciertos experimentos como el de la doble rendija habían llevado a la concepción mayoritaria de que los fenómenos relacionados con la luz podían explicarse mejor con la teoría ondulatoria. Por lo que a finales del siglo XIX no era muy popular la idea de que el vacío no estuviera lleno de algo.

El experimento de Michelson y Morley comportó el abandono de la idea de la existencia del éter y se volvió a la idea que el vacío realmente no contenía nada. Sin embargo, tanto el principio de indeterminación de Heisenberg como la teoría cuántica de campos sugirieron que el vacío era algo físicamente más complicado, y la creación de pares llevó a la idea de que el vacío no podía ser la nada, ya que la física cuántica parecía compartir que estaba lleno de partículas virtuales que se creaban en pares partícula-antipartícula y se destruían continuamente.

La nada como corolario de todo lo expuesto sólo es una idealización de nuestras mentes limitadas, que no tienen la capacidad de explicarlo todo.

Será que en mi adolescencia fui un maestro de la nada, porque mi cuerpo y mi mente se asemejaban a una baraja todavía en etapa de mezclado, a una latencia y potencia no aplicadas.

La nada y el todo se confunden en esa gama de presencias y ausencias que llamamos vida.

La vida y la nada.

¿Educando con la IA?

Es muy probable que con el tiempo esta pregunta sea respondida de manera arrasadora por la evolución de la tecnología. En el mientras, estamos en un impasse adaptativo, en donde no existen reglas pedagógicas tan claras, sino algunas recomendaciones, que, en estos lares, cada cual sigue o no, dependiendo de su grado de aceptación o rechazo a esta fuente de información, debate, búsqueda y análisis.

Lucia, mi hija más pequeña, me comparte antes de la cena, el resultado de un examen de lengua de primer año de la secundaria, en donde se percibe que la profesora ha introducido de pleno la posibilidad de utilizar la IA, haciendo preguntas lisas y concretas, acerca de cómo mejorar la experiencia en el uso de la herramienta. No sólo me sorprenden las preguntas, sino además las respuestas de Lucía, que son atinadas y apropiadas, demostrando un conocimiento amplio y variada acerca de cómo interactuar con la inteligencia artificial. Su inteligencia natural ha sido capaz de abordar las exigencias de la profesora, cumpliendo con lo solicitado y satisfaciendo las expectativas, siendo calificada con una frase poderosa y motivadora: “excelente interpretación de las consignas, Lucia”.

A continuación, le consulto si todos los profesores están utilizando la IA, como un complemento de la actividad educativa. Su respuesta es que no todos, dependiendo de la materia, edad y formación de los educadores. Es razonable que los docentes más jóvenes, nacidos en la era digital, acepten con más simpleza la compañía de una herramienta de búsqueda y análisis de información, aunque esta afirmación no sea una regla estricta, por cierto. En el pasado y antes de la posibilidad de navegar, nuestra fuente de consulta era el material bibliográfico, con acceso al contenido publicado en enciclopedias voluminosas y gráficamente muy bellas. Luego la navegación, la lectura digital y ahora la IA, abren un abanico infinito de información, el cual necesita ser procesado, direccionado y analizado para que nos sea útil.

A continuación, extractos de un artículo publicado por el especialista en educación, el doctor Martin Rebour.

La importancia de reinventar el rol de los docentes

A la luz de los distintos avances con relación a la inteligencia artificial en la educación, la generación acelerada del conocimiento y las distintas formas de acceder a la información, se hace necesario repensar el rol docente.

Partiendo de la relevancia de la función docente, como pieza clave del proceso educativo, se hace ineludible revisitar algunos conceptos. Por ejemplo, las maneras de aprender, enseñar y evaluar, de forma de:

  • ajustarse a las necesidades de los estudiantes;
  • hacer un uso con sentido pedagógico de las tecnologías a disposición;
  • tender puentes con el desarrollo de habilidades y competencias demandadas por la sociedad actual.

El avance de la inteligencia artificial en la educación supone numerosos desafíos. El camino de repensar y reformular nuestra tarea profesional como docentes nos lleva a posicionarnos como diseñadores de experiencias potentes de aprendizajes para nuestros estudiantes.

También como activadores de procesos reflexivos, basados en el intercambio, la interacción con otros, así como la apropiación auténtica y significativa de la información, para la construcción de conocimiento, saberes y habilidades.

Como diseñadores de esta experiencia, los docentes debemos facilitar, guiar y orientar para la comprensión de la realidad. Al mismo tiempo, potenciar el desarrollo del pensamiento crítico, a través de un análisis profundo de la información que hoy aparece a tan solo un click.

Y no olvidar que es clave contribuir a la aplicación del conocimiento en iteraciones de ensayo y error, que permitan aprehender ese conocimiento, a la vez que se gana en autonomía.

Acompañar y articular siguen siendo funciones fundamentales en el vínculo del docente y del estudiante, constituyéndose como posibles condicionantes para la generación de contextos de confianza, seguridad y autoestima en el aprendizaje.

Un área relevante que abren distintos recursos relativos a la inteligencia artificial en la educación está dado por el alto nivel de información que generan y que, a través de un análisis de los mismos, nos permitirá conocer mejor algunos aspectos sobre nuestros estudiantes.

La formación para el análisis de dicha información es crucial, en tanto brindará la oportunidad de generar diagnósticos, diseñar propuestas, generar evaluaciones y seguimientos, volviendo a replanificar de acuerdo con la nueva información.

Herramientas como las plataformas adaptativas, las evaluaciones automatizadas, recursos que recomiendan contenidos en función de los trayectos transitados por los estudiantes, por nombrar algunos, generan un tiempo (antes utilizado para la planificación de actividades y corrección) que debe ser redireccionado. Específicamente, al análisis de los datos, para identificar aquellos aspectos a ser trabajados con cada estudiante, a la luz de todos los saberes del docente, fruto de su formación y experiencia.

La reformulación del rol requiere de instancias de formación continua, acompañadas de momentos de reflexión y evaluación, que permitan una nueva planificación de las propuestas de enseñanza. Trabajar con otros pares, formar parte de comunidades de práctica profesionales, son espacios privilegiados que contribuyen a la apropiación de distintos saberes, que surgen del diálogo de la pedagogía y la tecnología.

Los desafíos de la inteligencia artificial en la educación

Los desarrollos tecnológicos imprimen grandes desafíos para la educación. Ante estos nuevos avances, se vuelve indispensable desarrollar distintas competencias en nuestros estudiantes, en el marco de lo que se ha dado llamar el ser ciudadanos digitales.

Formar ciudadanos activos y competentes con las tecnologías requiere no solo de las habilidades para manejar distintas herramientas digitales. El desafío fundamental está dado por generar un pensamiento crítico, que permita analizar y evaluar la información, potenciar una postura ética del uso de la tecnología, así como estimular procesos creativos a través de la generación de nuevas ideas.

En ese sentido, el documento ChatGPT and artificial intelligence in higher education: quick start guide, realizado por el Instituto Internacional de la UNESCO para la Educación Superior en América Latina y el Caribe, reflexiona sobre los desafíos e implicancias éticas sobre el impacto de la inteligencia artificial en la educación superior.

Por lo tanto y en suma, en el marco del avance de la inteligencia artificial en la educación, formar a nuestros estudiantes en la seguridad y privacidad de los datos, la no neutralidad de los algoritmos (identificando los sesgos) es parte de las alfabetizaciones actuales.

Cómo gestionar el uso del ChatGPT y de la inteligencia artificial en la educación

La utilización de la inteligencia artificial en la educación y de las tecnologías digitales en las propuestas de enseñanza, requieren de una definición clara de los objetivos asignados a la integración de las mismas.

Tener claridad sobre qué se espera de dicho uso, permitirá evaluar de mejor manera los aportes y las limitaciones del recurso digital utilizado. En este sentido, es importante generar instancias de evaluación y retroalimentación sobre el uso. Asimismo, recoger la opinión de los estudiantes y de la comunidad educativa, de forma que permita una utilización más pertinente y contextualizada de la tecnología.

A la hora de la elección del recurso, es fundamental tener una mirada desde la accesibilidad. En otras palabras, no solo garantizar que efectivamente los estudiantes tengan acceso a los dispositivos necesarios (laptops, conectividad, acceso al recurso en sí), sino también que la herramienta seleccionada no presente ninguna barrera de acceso en su uso.

Muchos recursos digitales y herramientas de inteligencia artificial en la educación, ponen a nuestra disposición una serie de datos. Los cuales, a través de un análisis profundo, aportarán información para tomar decisiones fundadas en evidencia.

Esto nos permitirá generar propuestas ajustadas a las áreas de mejora de nuestros estudiantes, así como a sus intereses y fortalezas. En definitiva, propuestas más personalizadas.

En este análisis de datos que herramientas como las plataformas educativas y otros recursos de inteligencia artificial en la educación nos brindan, hay que prestar especial atención en garantizar que las propuestas que proponemos generen iguales oportunidades de aprendizaje en todos los estudiantes. A su vez, es importante que no presenten sesgos (de género, raciales, entre otros), que operen como obstáculos en los procesos de aprendizaje.

Para finalizar, es clave no perder de vista la dimensión humana, que sostiene el vínculo pedagógico en relación con la inteligencia artificial en la educación. El docente debe fomentar la interacción, posicionarse como un orientador, guía y facilitador de los intercambios, al hacer disponibles preguntas que generen nuevos desequilibrios, nuevas búsquedas y construcciones.

La pregunta, título del blog de hoy no tiene una sino varias respuestas. Esperemos encontrarlas a tiempo, antes de que la tecnología por sí misma no nos deje la chance de responder.

Adiós Campeón!

Ese domingo del 25 de junio del 78, almorzamos todos juntos, la familia expandida con padres, tíos y primos. No recuerdo con exactitud, cuántos éramos, pero a mi pareció que éramos una legión. Recuerdo que había clima festivo, parecido a una Navidad o un cumpleaños. Mamá Ana cocinaba riquísimo, pero por lo general los domingos papá Ramón cocinaba en el horno de ladrillos, ese que estaba en el patio, bajo la sombra de varias higueras. Si se puede denominar patio a una porción exterior de una casa de chacra, donde el patio es un lugar difuso, que se confunde con los confines de la tierra que se cultiva. De entrada, como casi siempre, devoramos chacinados de propia factura, del horno salió un lechoncito acompañado de ricas papas, y de postre una torta de chocolate y ricota, exquisitez hecha por mamá, que jamás he vuelto a degustar. Las cosas hechas con amor tienen un sabor distintivo, difícil de superar, quedan ahí para siempre, indelebles y poderosas.

Después de almorzar, nos pusimos a jugar a la pelota, pese a la molesta llovizna que caía. A los diez años todo o casi todo te resulta mágico. Cualquier actividad que desarrolles, se vive como si fuera la última. Había tanta energía que el cuerpo se mantenía caliente, pese al frío penetrante y húmedo de la recién comenzada estación invernal. A nosotros no nos importaba mucho, si después nos dolía la garganta de tanto gritar y la fiebre producida por las placas nos dejaba transitoriamente fuera de combate.

Ese domingo todos juntos veríamos el partido de nuestra selección argentina, «la albiceleste«, que jugaba la final de la copa mundial contra «la naranja mecánica holandesa«. Ese campeonato mundial, que se jugó en nuestra patria, nos había visto finalistas con un derrotero previo no exento de sorpresas. Pero ahí estábamos, en la cancha de River, repleta con más de setenta mil personas alentando a nuestra selección, la cual se podía consagrar campeona del mundo por primera vez. El técnico Don César Luis Menotti, más conocido como el flaco Menotti, había conformado una plantilla realmente federal, con una combinación de jugadores del interior y del exterior, que para los entendidos no era de lo mejor.

Pese a todo, ahí estábamos, con un equipo donde el interior estaba representado por jugadores tales como, Mario Kempes (Córdoba), Osvaldo Ardiles (Córdoba), Américo Gallego (Córdoba), Miguel Oviedo (Córdoba), Luis Galván (Santiago del Estero), René Houseman (Santiago del Estero), José Daniel Valencia (Jujuy), Rubén Galván (Formosa), Daniel Killer y Leopoldo Luque (Santa Fe). Para no crear confusión, citamos el lugar de nacimiento, aunque quizás no del despegue o desarrollo futbolístico completo. A la postre Kempes sería el goleador del torneo, elegido la máxima figura del campeonato. Todo un símbolo de esta selección del flaco Menotti.

El partido que comenzó a las 15 horas, terminó 1 a 1 en el tiempo regular, con gol de Kempes para Argentina en el primer tiempo y empate de Naninga para Holanda en el segundo. El tiempo extra nos llenó de gloria deportiva, ya que fue el mismo Kempes el encargado de marcar el segundo y Bertoni el último gol, para sellar el 3 a 1 definitivo, con el que nos consagramos campeones mundiales de futbol. Este hecho se repetiría dos veces más, pero ese primer logro deportivo fue ciertamente inolvidable. Para nosotros que éramos niños resultó ser una vivencia única y ciertamente irrepetible. El recuerdo me atraviesa, porque trae consigo, la sonrisa de papá, el cariño de mamá y las manos callosas de mi tío Luis, personas entrañables que conforman mi ADN emocional. La imbatible Holanda, tuvo un partido dignísimo, pero en frente su oponente jugó con fiereza y determinación, para alcanzar la proeza de ser el número uno del futbol.

Dentro de ese equipo argentino de gladiadores descollantes, virtuosos y con distintas cualidades, había uno cuasi invisible, pero no por ello menos importante. Era un zaguero central bajito comparado con el común denominador del puesto, que por momentos parecía lento y que jugaba como líbero, cubriendo las espaldas del capitán Daniel Pasarella, otro emblema de nuestra selección. Su nombre: Luis Adolfo Galván. Su origen, un humilde pueblo de Santiago del Estero, de nombre Fernández. Su escuela deportiva, el famoso Talleres de Córdoba, de la década del 70.

El flaco Menotti, lo eligió su número 2, una función esencial en la defensa, ya que era el último hombre, la última barrera defensiva que debía superar el rival. Esta decisión sería resistida por los principales periodistas deportivos de la época, con fundamentos tales como su escasa estatura, su extraña calma y sosiego para jugar, y su poca proyección a la hora de salir jugando desde el fondo. Nuestro técnico por fortuna era de convicciones fuertes y estratégicas, por lo que hizo oídos sordos, a las críticas negativas respecto de Galván, confirmándolo como líbero para la copa del mundo, y reconfirmando su titularidad para la final contra la maquinaria deportiva holandesa. Es muy probable lo haya elegido por encima de otros jugadores de la época, por su riqueza técnica más que fuerza física, su capacidad defensiva sin recurrir a la violencia, y sus valores compartidos.

El Luis Adolfo, le pagó con creces al Flaco su designación, ya que fue una de las figuras, sino la máxima de la final, siendo calificado por todos aquellos que lo habían denostado, con un puntaje de “10” para ese juego de la final del mundo. Emparejado por Kempes, que convirtió dos goles, quedó medio invisibilizada su labor defensiva, pero con el tiempo fue rescatada su figura, recibiendo varios premios y reconocimientos a su trayectoria deportiva, intachable, irreprochable y descollante. Es menester mencionar, que ese mismo día, fue nombrado por la FIFA como el jugador”fair play” del torneo.

En ocasión de su desaparición física, hace unos días, un canal deportivo lo homenajeó con un video secuencial de todas sus intervenciones claves durante ese match final. Allí se lo puede apreciar en todo su esplendor como jugador y como persona. Cortando pases, quitando la pelota a los potentes delanteros holandeses, cabeceando pelotas claves pese a ser bajito (1.74 metros de estatura), proyectándose desde el fondo, dando pases cortitos y seguros al mejor ubicado, derribando con una patada precisa al rival, en alguna ocasión que fue superado, infundiendo tranquilidad y seguridad con un timing preciso y equilibrado. Ese era el Galván que había elegido Menotti, la piedra basal defensiva que serviría silenciosamente a la causa, que viviría junto al resto el sueño de ser campeón, sin perder nunca su humildad y sus gestos de grandeza disimulada, con ese andar cansino, pero sumamente efectivo de siesta santiagueña.

Los que tuvimos la oportunidad de disfrutar de su juego, lo rescatamos como uno de los mejores zagueros de todos los tiempos. Los que fuimos testigos de su andar como persona, lo entronizamos por su sencillez, modestia y liderazgo silencioso. De pocas palabras, decía mucho desde su accionar coherente y constante de buena persona y profesional deportivo.

Su fallecimiento llenó de tristeza a todos aquellos cordobeses que lo vieron jugar con la azul y blanca, de su querido Talleres de Córdoba, club que lo cobijó y al cual él le dio grandes alegrías deportivas.

Este líbero que medía cada paso para llegar, que tuvo escasas lesiones, porque media sus energías en todo momento, fue y será un ejemplo para los jóvenes con ambición deportiva de superación.

Nos regaló su templanza, su historia de superación, pero por sobre todas las cosas, ese liderazgo invisible y de sostenimiento de todo un equipo, que fue nuestro primer campeón del mundo.

Como dijo, el escritor Antoine de Exuperi, en su prestigioso libro “El Principito”:

“lo esencial es invisible a los ojos”.

Te despedimos y te reconocemos como un verdadero “hacedor de realidades”.

¡Adiós Campeón!

¡Hasta siempre!

Con toda la entereza !

La tardecita cálida nos invita a caminar. Las calles de Asunción tienen un tráfico impetuoso, vital, y desproporcionado en este primer sábado de mayo. Acabo de despedir a un amigo, que vino de paso, aprovechando los buenos tiempos. Este amigo, es uno de los que compone un grupo más numeroso, con los cuales nos conocemos desde la adolescencia. Le damos pelea a los años, como podemos y nos sale. Pasando los cincuenta, uno aún se siente vital y con ganas de muchas cosas, aunque cada tanto cometamos errores no forzados, y tiremos una pelota a la tribuna.

De este grupo de amigos, parece irreal que algunos ya hayan desaparecido físicamente. La magia es que sigan vivos en la memoria, las anécdotas y las juntadas. La vida te empuja para adelante, los recuerdos para atrás, mientras el presente es ese pedacito de tiempo que se escurre, casi imperceptible y decididamente efímero. Somos perenes por naturaleza humana, cada vez parece que menos, pero lo somos.

A todos, quien más quien menos, nos rodean los afectos, que son el combustible que echamos cada día en nuestro corazón, con toda la determinación que podemos. Se trata de intentar y seguir intentando atravesar el tiempo, dejando una gota de trascendencia, algún legado, que adquiera significado en alguien.

Mientras pienso todo esto, caigo en la cuenta, que somos portadores de noticias, buenas, malas o regulares y que como legítimos portadores les debemos hacer frente. Lo bueno se agradece, y lo malo nos enaltece desde la aceptación de nuestra condición humana. La gama de grises entre la positivo y lo no tanto, es tan amplia, que no alcanzan miles de libretas imaginarias para registrarla y catalogarla. No tenemos tanto tiempo para el análisis, solo instantes para decidir que nos afecta y que no, decidir que hacer con lo que nos pasa.

Uno de nuestros amigos, se ha enfermado, y nos lo ha contado. Vaya sacudón a nuestra dormida conciencia relativa sobre el valor de la salud y de la plenitud. La gravedad de esa dolencia no tiene importancia, si el impacto de su conocimiento. He charlado, aunque sea a la distancia con él (maravilla de la tecnología que sirve para acortar la lejanía física). Lo percibo con cierta angustia, pero dentro de ese cuadro anímico, rescato el valor de que ha decidido dar pelea y continuar a pie firme. En tratamiento médico o buscando el mejor de ellos, ha optado por trascender y ser un ejemplo para su familia y sus amigos, y declara a su manera, que se siente con muchas ganas de superar sus obstáculos, cueste lo que cueste.

En lo personal, me da mucha alegría, que tenga conversaciones de posibilidad y de grandeza. Desde una visión egoísta, me empuja a seguir con más fuerzas que nunca. Soy un agradecido de poder escucharlo y de la confianza que deposita en nosotros, al contar sus cuitas.

Este blog de hoy está dedicado a él, a esta visión de superación, que de seguro cuesta tener, pero que en definitiva hace la diferencia no sólo a su ser individual, sino a sus hijos, familiares y amigos.

Nuestra esencia humana, está preparada para resetearnos de forma permanente, buscando lo mejor, aún en circunstancias difíciles, las cual son transitados de forma tan personal y distinta como seres humanos existan.

En este escrito de hoy, he elegido no decir mucho, para tratar de transmitir vivencias esenciales y con pocas palabras. En esta tardecita de otoño, la lección es conservar la mirada en alto, la templanza a flor de piel y los afectos muy cerca de nuestro corazón.

Sólo agregar, que admiro las personas con entereza, y creo que en este caso en especial, la tiene y en grande.

Admiro, la manera con la que está enfrentando esta coyuntura, y desde este lugar lo aliento a seguir, porque desde la actitud que está poniendo tiene mucho terreno ganado.

Para finalizar una reflexión que no me pertenece, como tampoco ninguna de los vocablos que he usado, que son universales e inequívocos de nuestra lengua:

“Nunca sabrás que tan fuerte eres, hasta que ser fuerte sea tu única opción”.

Los cuidados de la IA !

Así como la inteligencia artificial abre posibilidades, también genera temores y su potencial hace creer que en algún punto pueda convertirse en un peligro para la humanidad. Para evitar situaciones así, se imponen controles en el desarrollo de esta tecnología, pero recientemente una pudo superarlos por ella misma al alterar su código.

The AI Scientist, es el sistema que protagoniza esta historia. Desarrollado por la empresa japonesa Sakana AI, esta inteligencia artificial fue diseñada para automatizar todo el proceso de investigación científica, desde la generación de ideas hasta la redacción de manuscritos y la revisión por pares.

Sin embargo, durante las pruebas mostró un comportamiento inesperado que ha generado serias preocupaciones en la comunidad tecnológica y científica.

Cómo una IA pudo evitar las restricciones humanas

The AI Scientist nació con el objetivo de cambiar la investigación científica al permitir que un sistema de IA conduzca experimentos, analice resultados y redacte informes científicos completos de manera totalmente autónoma.

Todo esto con la idea de reducir el tiempo y los recursos humanos necesarios para llevar a cabo investigaciones que tradicionalmente han requerido un gran esfuerzo humano. Todo esto apuntaba a una nueva era de descubrimientos científicos impulsados por IA.

A pesar de las grandes expectativas, durante las pruebas del sistema, los investigadores se encontraron con un comportamiento que no habían anticipado. En lugar de optimizar su código para cumplir con las limitaciones impuestas por sus desarrolladores, The AI Scientist comenzó a modificar su propio código para sortear estas restricciones.

En un caso particular, el sistema editó su script de inicio para ejecutarse a sí mismo en un bucle infinito, lo que resultó en una sobrecarga del sistema. Este incidente requirió intervención manual para detener el proceso y restaurar el control.

En otro caso, al enfrentar un límite de tiempo para completar un experimento, The AI Scientist no optimizó su código para cumplir con este límite. En su lugar, simplemente extendió el límite de tiempo modificando su propio código. Este comportamiento, aunque ocurrió en un entorno de prueba controlado, demuestra los riesgos de permitir que una IA opere de manera autónoma.

Los investigadores reconocieron que estos incidentes plantean serias preocupaciones sobre la seguridad de los sistemas de IA avanzados. La posibilidad de que una IA modifique su propio código sin supervisión humana podría llevar a consecuencias imprevisibles, especialmente si se le permite operar en un entorno no controlado.

Qué tan probable que The AI Scientist remplace a los científicos

A pesar de estos desafíos, la empresa japonesa sigue adelante con su visión. El sistema está diseñado para llevar a cabo investigaciones de manera continua, utilizando sus ideas previas y los comentarios recibidos para mejorar la siguiente generación de ideas, emulando así la comunidad científica humana.

La capacidad del sistema para generar artículos científicos completos a un costo relativamente bajo, aproximadamente 15 dólares por artículo, ha sido uno de sus logros más destacados.

Sin embargo, este desarrollo ha provocado un debate en la comunidad científica. Críticos en foros como Hacker News han cuestionado la viabilidad de un sistema de IA para realizar descubrimientos científicos genuinos y generando una gran preocupación: la posibilidad de que The AI Scientist inunde el proceso de revisión por pares con investigaciones de baja calidad, degradando así los estándares de la literatura científica.

Además, existe el temor de que sistemas como “The AI Scientist” puedan ser utilizados de manera irresponsable o incluso maliciosa. La capacidad de una IA para escribir y ejecutar código sin supervisión podría llevar a la creación inadvertida de malware o a la alteración de infraestructuras críticas. Sakana AI ha abordado estas preocupaciones recomendando medidas de seguridad estrictas, pero las implicaciones éticas y prácticas de este tipo de tecnologías quedaron expuestas ante un potencial riesgo.

Aprendizaje poderoso !

Hace exactamente seis años atrás, escribía un blog dedicado a resaltar la figura de Jesús, el protagonista de nuestra semana santa.

Reviso mi visión de aquellos días, encontrando que la misma adquiere hoy una significancia especial. No tengo mucho para corregir, ni agregar, sólo resaltar y recuperar su relevancia personal.

“Tomo este ramito de olivos, como un símbolo de paz. Rememora las horas de una cálida recepción, en aquellas tierras lejanas, donde vivió este profeta de la palabra.

Me reconozco muy limitado para comprender la naturaleza del fenómeno Jesús de Nazaret.

Desde una concepción espiritual, el significado de la trascendencia de sus enseñanzas deja boquiabiertos, a cristianos y no cristianos.

Desde una concepción humana, su liderazgo para ser el primer servidor genera una revolución que no tiene fin.

Desde una concepción racional, el sentido de la coherencia de sus actos no admite discusión.

Tanto se ha escrito y publicado, sobre Jesús de Galilea, que lo mío no tiene muchas pretensiones, ni en calidad técnica o espiritual, ni muchos menos en contenido.

Lector del Nuevo Testamento, por momentos de manera regular, olvidando ese texto por meses, en este sencillo y breve ensayo, mi única pretensión es tratar de mostrarte una visión, creo menos profundizada, de lo que representa la dimensión de Jesús.

Recurro a una pregunta:

¿Cuál crees que es su más grande legado?

Dependiendo por supuesto, de la connotación religiosa y de fe, la respuesta de muchos será sin dudas, la de dar su vida por nosotros, para salvarnos.

Sin embargo, te sugiero apartamos un poco de esta insuperable convicción, poniendo una lupa en su vida; de esta manera, puede resultar paradójico el hecho que su principal apostolado, sea su aprendizaje y transformación.

¿Cómo es esto?

Los relatos bíblicos, no nos dicen mucho de su niñez y juventud, sólo retazos de estas etapas en los evangelios de los apóstoles. La mayor parte de lo referenciado se centra en el proceso de conversión en el Hijo de Dios.

Aquí encontramos muchos elementos notables:

Cuando Jesús habla, en general se refiere primero a sí mismo.

Sostiene su vida, camino hacia una aceptación final, sintiendo miedo, pero convencido de su liderazgo servicial.

Es en ese trazado que dura varios años, se desprende de la concepción cultural reinante, para decirnos y mostrarnos una nueva forma de accionar.

Articula sus obras, para que sean el fiel reflejo de sus palabras:

Traten a los demás como ustedes quisieran ser tratados.

No juzguéis a los demás si no queréis ser juzgados.

Ama a tu prójimo como a ti mismo.

Hay más dicha en dar que en recibir.

Si solo amas a los que te aman, no estás haciendo nada extraordinario porque hasta los incrédulos lo hacen.

El que se ensalce será humillado, y el que se humille será ensalzado.

No se angustien por el mañana, el cual tendrá sus propios afanes. Cada día tiene ya sus problemas.

Aquel que esté libre de pecado que arroje la primera piedra.

Y en el instante final de este camino que termina en su crucifixión:

Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.

En estas Pascuas, nos detengamos por favor, en una sola de estas sentencias y tratemos de sostenerla por algún tiempo.

Resulta difícil ¿no?

La vida de Jesús es la de un aprendiente sin igual:

Aprendió a amar al más próximo.

Aprendió a perdonar a sus enemigos.

Aprendió a amar, a aquellos que no lo amaban.

Aprendió a aceptar su destino mortal.

Aprendió a decir nuevos si y nuevos no.

Aprendió a ser misericordioso y servicial.

Aprendió a rodearse de los más humildes.

En estas Pascuas, nos detengamos por favor, en uno solo de estos aprendizajes y tratemos de practicarlo por algún tiempo.

Al hacerlo caemos en la cuenta, que es una empresa cuanto menos azarosa.

Asumiendo las restricciones de mi naturaleza humana, retomo de nuevo la pregunta, ahora abarcando el plural.

¿Cuál creemos que es su más grande legado?

Su figura despierta el interés de millones de seguidores, en estas Pascuas: Jesús es aquel que te tiende la mano.

Ese acto, que parece sencillo, tuvo un enorme recorrido previo, que significó para su fuero interior, un proceso de soltar lo conocido, para alcanzar algo más preciado, despojado de egoísmos.

Es por ello, es que, en mi modesta y humilde opinión, su principal enseñanza fue su aprendizaje sin igual.

Ese tallado interior lo llevo a imaginar y crear una comunidad de individuos en servicio.

En el nombre de Jesús confluyen muchas familias para celebrar las Pascuas.

Su dimensión personal sigue resultando algo inabarcable.

Aunque resulte así, no importa tanto, ya que lo importante es que nos quedó su inmenso legado.

¡Jesús, el aprendiente!”

Haciendo mi propio revisionismo histórico, caigo en la cuenta de la exponenciación de nuestros viejos y no resueltos problemas humanos, casi que nos obliga a transformarnos y cambiar aquellos hábitos que nos posicionaron donde estamos.

Adaptarse a la vorágine de requerimientos y desafíos tecnológicos y evolutivos nos obliga a ser aprendices a tiempo completo.

Los múltiples caminos que podemos elegir son todas oportunidades que podemos capitalizar. Necesitamos llevar en nuestras alforjas varios elementos, pero como el Jesús de Nazaret, la actitud que nos debe guiar es la de mantenernos alertas y comprometidos con la habilidad de “aprender”.

Que la Paz sea el condimento especial de nuestra mesa de Pascuas.

Que nuestro compromiso sea con nosotros mismos y con los demás.

Que nuestras cruces nos sirvan para crecer, así como lo hizo Jesús.

¡Felices Pascuas!

El arte de conversar: conversaciones poderosas !

Vivimos en un mundo de conversaciones. El hombre puede definirse en una de sus facetas como un ser de lenguaje, que existe y se transforma desde que aprendió a usar la palabra. La evolución tecnológica de esto es que podemos sostener conversaciones con la inteligencia artificial. Vale decir, que hemos creado a un otro, con el cual poder conversar, para poder conocer e informarnos.

La palabra conversación proviene del latín y nos invita a pensar en hacer con el otro, en controvertir y reunirse. 

Conversación evoca la idea de girar, de poner a dar vueltas las cosas, las ideas y los conceptos. Es una posibilidad de reunión para explorar y transformar nuestras perspectivas.

Del latín «con» (junto con) «versare» (dar vueltas), ya la palabra es una diferenciación concreta de un diálogo (entre dos personas) y de un monólogo (un pensamiento dicho en voz alta).

Hay varias preguntas que podemos hacernos.

¿Conversamos para relacionarnos o nos relacionamos para conversarnos?

La respuesta no es sencilla ni mucho menos.

¿Se pueden clasificar a las conversaciones?

Existen muchas clases de conversaciones. En lo personal puedo diferenciar según el grado de profundidad, dos extremos y un sinfín de otras que no entran en esta escala-

  • Conversaciones triviales.
  • Conversaciones indefinidas.
  • Conversaciones poderosas.

¿Es una clase más importante que la otra?

Son diferentes, pero no por eso con distinto valor.

Las conversaciones triviales, surgen en cualquier momento y sobre la base de ningún interés en particular. Permiten a las personas, acercarse unas a otras, generando un vínculo transitorio y necesario en circunstancias con bajo nivel de compromiso. Por ejemplo, mientras esperamos en la fila para ingresar a un espectáculo, en la sala de recepción de un consultorio médico, solo por citar algunos ejemplos.

Las conversaciones indefinidas, son aquellas que nos vinculan con personas con las cuales nos relacionamos a menudo, y que transitan entre la falta de profundidad, la no planificación y las cuestiones personales al azar. Son las típicas conversaciones laborales, familiares o de cualquier entorno, en donde se generan lazos de confianza, creando las condiciones previas para sostener conversaciones más profundas. Ayudan para crear el hábito de compartir y recrear circunstancias, promoviendo la fraternidad y las relaciones.

Las conversaciones poderosas, se diferencian de las anteriores, porque giran en torno de uno o varios temas de interés común, donde cada persona aporta su opinión, en un entorno de respeto, y en donde la idea es llegar a conclusiones o decisiones que promueven algo, deciden cómo seguir o resolver un problema, aportan marcos de creatividad o bien fijan las pautas de trabajo o relacionamiento para un período de tiempo. Es poderosa, porque por lo general empodera a los conversantes.

Le preguntamos a la IA, como podría definir una conversación poderosa:

Una conversación poderosa es aquella que tiene un impacto significativo en las personas involucradas, ya sea en un nivel personal, profesional o social. Puede ser una conversación que:

  1. Cambia perspectivas: Ayuda a las personas a ver las cosas desde un nuevo ángulo, a cuestionar sus suposiciones y a considerar nuevas ideas.
  2. Fomenta la conexión: Crea un sentido de conexión y comprensión entre las personas, ayudándolas a sentirse escuchadas y validadas.
  3. Inspira acción: Motiva a las personas a tomar acción, a hacer cambios en sus vidas o a trabajar hacia un objetivo común.
  4. Resuelve conflictos: Ayuda a resolver conflictos y a encontrar soluciones a problemas complejos.
  5. Fomenta el crecimiento: Ayuda a las personas a crecer y a desarrollarse, ya sea en un nivel personal o profesional.

Algunas características de una conversación poderosa incluyen:

  1. Escucha activa: Las personas involucradas se escuchan activamente entre sí, prestando atención a las palabras, el tono y el lenguaje corporal.
  2. Comunicación clara: La comunicación es clara y concisa, sin ambigüedades ni malentendidos.
  3. Empatía: Las personas involucradas muestran empatía y comprensión hacia los demás, lo que ayuda a crear un ambiente de confianza y seguridad.
  4. Respeto: La conversación se lleva a cabo con respeto y consideración hacia los demás, incluso en situaciones de desacuerdo.
  5. Autenticidad: Las personas involucradas son auténticas y genuinas en su comunicación, lo que ayuda a crear un ambiente de confianza y credibilidad.

Algunos ejemplos de conversaciones poderosas incluyen:

  1. Conversaciones de coaching: Un coach puede tener una conversación poderosa con un cliente para ayudarlo a establecer objetivos y a trabajar hacia ellos.
  2. Conversaciones de resolución de conflictos: Dos personas pueden tener una conversación poderosa para resolver un conflicto y encontrar una solución mutuamente beneficiosa.
  3. Conversaciones de mentoría: Un mentor puede tener una conversación poderosa con un aprendiz para ayudarlo a crecer y a desarrollarse en su carrera.
  4. Conversaciones de equipo: Un equipo puede tener una conversación poderosa para discutir un proyecto o un objetivo común y trabajar juntos hacia su logro.

En resumen, una conversación poderosa es aquella que tiene un impacto significativo en las personas involucradas, ya sea en un nivel personal, profesional o social. Se caracteriza por la escucha activa, la comunicación clara, la empatía, el respeto y la autenticidad.

¿Cómo se lleva a cabo una conversación poderosa?

Una conversación poderosa se lleva a cabo de manera intencional y consciente, con el objetivo de crear un impacto significativo en las personas involucradas. A continuación, te presento algunos pasos y técnicas para llevar a cabo una conversación poderosa:

Preparación

  1. Establece un objetivo claro: Antes de iniciar la conversación, define qué es lo que deseas lograr o discutir.
  2. Prepara tus pensamientos y sentimientos: Reflexiona sobre tus pensamientos y sentimientos en relación con el tema de la conversación.
  3. Elige un entorno adecuado: Selecciona un lugar y un momento adecuados para la conversación, libres de distracciones y interrupciones.

Inicio de la conversación

  1. Comienza con una pregunta abierta: Haz una pregunta que invite a la otra persona a compartir sus pensamientos y sentimientos.
  2. Escucha activamente: Presta atención a la respuesta de la otra persona, tanto verbal como no verbalmente.
  3. Muestra empatía y comprensión: Demuestra que estás escuchando y que entiendes la perspectiva de la otra persona.

Desarrollo de la conversación

  1. Explora y profundiza: Haz preguntas adicionales para explorar y profundizar en el tema de la conversación.
  2. Comparte tus pensamientos y sentimientos: Comparte tus propias pensamientos y sentimientos de manera clara y respetuosa.
  3. Busca puntos en común: Identifica áreas de acuerdo y desacuerdo, y busca encontrar puntos en común.

Cierre de la conversación

  1. Resume y clarifica: Resume los puntos clave de la conversación y clarifica cualquier malentendido.
  2. Establece acuerdos y acciones: Establece acuerdos y acciones concretas para seguir adelante.
  3. Agradece y cierra: Agradece a la otra persona por su tiempo y participación, y cierra la conversación de manera positiva.

Técnicas adicionales

  1. Uso de lenguaje corporal: Utiliza un lenguaje corporal abierto y receptivo, como mantener contacto visual y asentir con la cabeza.
  2. Tono y volumen: Utiliza un tono y volumen de voz adecuados para la conversación.
  3. Pausa y reflexión: Haz pausas y reflexiona sobre lo que se ha dicho para procesar y entender mejor la información.
  4. Uso de preguntas: Utiliza preguntas abiertas y cerradas para obtener información y clarificar puntos.

Recuerda que la clave para llevar a cabo una conversación poderosa es ser intencional, consciente y respetuoso en tu comunicación.

Para finalizar reflexiones acerca de la importancia de conversar:

«La conversación es la forma más alta de educación.» – Paulo Coelho

«Hablar es una forma de pensar en voz alta.» – Voltaire

«La conversación es el arte de hacer que los demás se sientan importantes.» – Dale Carnegie

«Cuando hablamos, creamos un mundo nuevo.» – Jorge Luis Borges

«La conversación es el puente entre la mente y el corazón.» – Desconocido

Las mujeres de Malvinas !

Una manera de honrar a los muertos es no olvidarlos. Por eso cada 2 de abril, rindo homenaje, a todos los combatientes de esta guerra que tuvo lugar hace más de cuarenta años, en donde perdieron la vida 677 compatriotas, a los que sumaron otros que fallecieron por las secuelas psicológicas de la contienda, más otros que no pudieron encaminar sus existencias, sufriendo distintas vicisitudes hasta el mismo día de hoy.

Nunca fue el objetivo de estos escritos, entrar en el juzgamiento de la racionalidad de ingresar en un conflicto por parte de nuestro gobierno de facto, ni de juzgar el apoyo logístico que recibió la armada de inglesa de la conducción política de Chile. Gente mucho más preparada e instruida que yo en esos campos, ha descripto y fundamentado de sobra, el desacierto de la decisión de la junta militar, y del mismo modo, el error del país vecino de prestarse para colaborar en el triunfo británico.

De un lado y del otro de la cordillera, faltó visión de grandeza y sobró una mirada mezquina, egoísta y ajena a la historia en común de ambas naciones. Al dictador de Chile, le sirvió para que años más tarde y pisando suelo inglés, se negará la extradición para ser juzgado como autor de actos criminales, favor que le devolviera la denominada dama de hierro. Como se puede apreciar, una manera de minimizar sus acciones es no dándoles la oportunidad de que sus nombres aparezcan en esta redacción. En cambio, resulta muy reivindicatorio, traerles las historias de los combatientes que sobrevivieron,  la de los familiares que se quedaron hecho trizas, la de todos aquellos que se quedaron sin voz y con sus cuerpos enterrados en esa porción de suelo argentino,  y la de los que se quitaron la vida producto de las tristezas y daños de la insensata guerra.

En esta nueva conmemoración, es necesario poner en el centro a las mujeres de Malvinas, aquellas que pasaron en cierta forma desapercibidas y olvidadas por la historia, siendo madres, hermanas, esposas o estando en el mismo teatro de operaciones.

“Mujeres de Malvinas”: historias de coraje y amor que vencieron al dolor

Cada una de ellas tiene una historia completamente diferente sin embargo hay situaciones que las unieron y las unen. Si entramos a sus historias atravesadas por la guerra es hacerlo a mundos dolorosos, impensados signados por la incertidumbre y a la vez, llenos de deseos de seguir la vida. Ambos conceptos se hallan en cada una de las historias de aquellas a quienes entrevistamos para el libro Nuestras mujeres de Malvinas.

Las que eran familiares de soldados no eligieron ser traspasadas por la guerra, les tocó en suerte, en triste suerte. Sus vidas quedaron suspendidas en el tiempo sin saber si sus seres amados sobrevirían a la Guerra de Malvinas.

En el caso de las profesionales, algunas eligieron formar parte del teatro de operaciones, como lo hicieron Silvia Barrera, la instrumentadora o la enfermera, Liliana Colino- Perteneciendo a la Fuerza Aérea, en una situación de defensa de la patria, era una posibilidad, participar de un conflicto bélico. Todo ello no les ahorró dolor, sufrimiento y al finalizar la guerra, el abandono institucional y el destrato en distintas formas. Dice Liliana Colino en su entrevista: ”…Acepto con una sola condición que me den con retroactividad el cargo que me corresponde. Me responden que eso no se puede hacer. Respondí categóricamente: ‘Entonces si no se puede hacer, me doy de baja…’”

Durante y después del conflicto, tanto las mujeres familiares como las profesionales fueron laceradas por el drama de la guerra.

Algo las atravesó durante y después de la contienda. La incertidumbre, esa palabra que está presente en las situaciones límites. En el caso de Nélida Montoya, la mamá de un soldado caído en las Islas, la incertidumbre de saber si su hijo Horacito regresaría, cuando la mayoría de sus compañeros, lo había hecho, como reza en la introducción de su historia: “…Desde hace dos años han quedado suspendidos en el tiempo y en la angustia de no saber dónde está Horacito. Lo único que han recibido de parte del Regimiento 6 de Mercedes, como respuestas han sido rodeos, evasivas e imprecisiones…”

Rosa Rodríguez era muy chiquita cuando su hermano Mingo partió a las islas. Tenía doce años. Vivió la incertidumbre que padeció toda la familia mientras esperaba a su hermano, acompañando a los padres, hasta que recibió de su madre, en el lecho de muerte el legado de seguir buscando a su hijo “tragado” por la guerra, por años. “…Yo también viajé a Malvinas cuando mi mamá ya no estaba bien. Yo estaba muy enojada porque no podía encontrar la tumba de mi hermano. Le pregunté a un sacerdote que nos había acompañado y me dijo que no podía encontrarlo porque no se sabía dónde y quiénes estaban, por eso tenían la placa ‘Soldado argentino sólo conocido por Dios’…”

Michelle Aslanides, la entonces adolescente de catorce años, vivió su parte de incertidumbre cuando la guerra terminó y Fabián Streinger, el soldado con quien se estaba intercambiando cartas, no le respondió: ”…La verdad es que pensé ‘voy a esperar a que salgan las listas de las personas fallecidas’. En ese momento no había Internet ni nada como ahora, entonces fueron las únicas formas que fui encontrando porque tampoco estaba dedicada el cien por ciento de mi vida…”

Para Rosana Fuertes, la incertidumbre tuvo al menos dos situaciones complejas. La primera cuando su novio Daniel Ontiveros, partió al frente con sólo dieciocho días de instrucción. Y años más tarde, cuando Daniel no quería asumir los daños provocados por los traumas posguerra. ”… Al principio, cuando estaban sin la contención del Estado, muchos andaban deambulando con sus ropas de la guerra, fueron tiempos muy duros. Tiempos de ‘desmalvinización’. Agradezco que nosotros teníamos los medios para poder hacer tratamientos…”

El caso de la hija Elina Carullo es diferente, ya que ella nació el 9 de julio de 1982. No vivió las incertidumbres de las mujeres anteriores, aunque sí valora a su madre, embarazada de ella y a todas las mujeres de la familia que acompañaron, las reconoce como “mujeres de Malvinas”, también. Ante la pregunta de si la madre había recibido cartas, responde “…Sí, sí. Por suerte, sí. Se intercambiaron cartas. Pero la incertidumbre de no saber era muy angustiante, según nos cuenta…”

Los años pasaron, más de cuatro décadas del alto al fuego de la guerra de Malvinas. Cada una a su modo encontró o intenta encontrar, cada día, sentido a tantos años de suplicio. De poder continuar la vida: con sus familias, haciendo acciones en pos de los veteranos que volvieron, a través del arte y recordando a Malvinas no sólo el 2 de Abril.

La experiencia personal de este trabajo, siendo hermana de un veterano, junto a Silvia Cordano, es algo muy potente. Único. Sabiendo que pudimos ser puente para que Nuestras Mujeres de Malvinas pudieran abrir sus corazones, en gran parte, heridos para poder sanar. Para seguir sembrando Malvinas. especialmente en los más jóvenes. Para seguir la vida.

A pesar de los intentos de evitarlas en las narrativas de la historia acerca de la guerra y la posguerra, las mujeres desempeñan un papel fundamental también en la reconstrucción de las sociedades afectadas por la contienda. Su valor, humanidad y resiliencia se convierten en pilares clave para superar las secuelas emocionales y sociales que deja un conflicto armado. Nuestras mujeres han demostrado una capacidad única para enfrentar los desafíos que surgen en esos momentos críticos, convirtiéndose en agentes de cambio.

Hace 42 años, llegaba a la zona de guerra un grupo de mujeres profesionales que marcaron un hito en nuestra historia y en la lucha por la igualdad de género. Estas valientes, que actuaron en un escenario dominado por varones, desafiaron estereotipos y prejuicios para demostrar su valía, competencia y compromiso con la labor que llevaron adelante en medio del horror.

Enfermeras e instrumentadoras quirúrgicas como Liliana Colino y Silvia Barrera, que vivieron en el corazón del conflicto, fueron pioneras en ese contexto, donde tradicionalmente se consideraba que las mujeres no tenían un papel relevante. Sin embargo, nuestras mujeres de Malvinas demostraron una valentía y vocación inquebrantables, al enfrentar condiciones adversas y el sufrimiento que rodeaba el enfrentamiento, trabajando incansablemente para salvar vidas y aliviar el dolor de los heridos, contribuyendo de manera significativa a la atención médica y emocional de los soldados, aún en la posguerra. Y eso no fue fácil para ellas.

Vivieron la guerra dos veces. En el ámbito profesional, las mujeres que participaron de Malvinas se encontraron con un escenario desafiante una vez que el conflicto llegó a su fin. Muchas de ellas tuvieron que batallar contra la falta de oportunidades, a pesar de su experiencia y capacitación en situaciones extremas. La invisibilización de su labor durante la guerra limitó sus posibilidades de crecimiento y reconocimiento en sus respectivas disciplinas.

Tuvieron que enfrentar el desafío de lidiar con las secuelas emocionales en la posguerra, el duelo por los compañeros caídos en combate y la bruma patriarcal, enfrentándose a desigualdades, destratos y celos. A pesar de la importancia de su labor, fueron relegadas a un segundo plano y sus contribuciones minimizadas, en un intento machista de reforzar la idea de que las mujeres no tienen un lugar relevante en los conflictos armados. Ha sido un largo camino hacia el reconocimiento. Tuvieron que levantar la voz y salir a gritar su verdad. Su determinación no sólo rompió barreras. Abrió el camino para que otras mujeres pudieran acceder a roles y espacios antes negados.

También en la reconstrucción de nuestra identidad y memoria, el trabajo de la antropóloga Virginia Urquizu fue un claro ejemplo de que la humanidad trasciende lo profesional. Su compromiso con la verdad, la justicia y la reparación han sido un faro de esperanza en un contexto marcado por el vacío insondable y el sufrimiento de tantas familias.

El trabajo de excelencia en la identificación de los de nuestros soldados se unió al acompañamiento de padres, madres, hermanos, hijos, esposas a lo largo y ancho de nuestro país y ha permitido cerrar esas heridas abiertas por décadas para rendir merecido homenaje a aquellos que sacrificaron sus vidas por la Patria.

La entereza de las madres como Beatriz Páez, a quien la guerra le devolvió a su hijo con ecos del horror y principio de congelamiento, conmueve. Fue sostén y lazo de muchos otros soldados y sus familias en el hospital de Campo de Mayo y hoy a sus 90 años, continúa guiando a muchos en el camino de la Fe. Hijas de la posguerra representadas en la marplatense Jimena Amaro, cuya infancia fue marcada por episodios traumáticos y violentos de la batalla emocional que llegó después de Malvinas, bajo la alfombra del desamparo y la ausencia de contención.

Hermanas como Alejandra Gonzalez, que en plena adolescencia se convirtió en sostén de su familia y ayuda a muchas otras, como una mujer puente que sana y facilita.

La empatía, compasión y solidaridad de nuestras mujeres fueron y son fundamentales para fomentar la cohesión social y la convivencia pacífica en un círculo marcado por la violencia y el dolor. La manera en que siguieron adelante, apostando a la vida con ese amor que es más fuerte que el dolor y la muerte misma, moviliza y transforma. Es esperanza. Y la esperanza, como escribió Julio Cortázar, es la vida misma defendiéndose.

De esta manera, este libro “Nuestras mujeres de Malvinas” nos permite adentrarnos en sus historias personales y a la vez nos sacude. Nos recuerda la importancia de escuchar y valorar la voz de quienes han sido afectados por las violencias y el sufrimiento, y de trabajar juntos para construir un futuro mejor. Estamos ante una oportunidad histórica de unirnos y sanar. Porque visibilizar a Nuestras Mujeres de Malvinas, además de justo y necesario, es realmente sanador. En lo colectivo y en lo personal.

“Por siempre , desde siempre y para siempre, las Malvinas fueron, son y serán Argentinas”.

Exceso de liquidez !

Lamento de antemano, que algún economista haya abierto este blog, pensando que encontraría un texto vinculado, con este escenario económico. Pido disculpas, porque este blog tiene pretensiones de explicar ámbitos menos objetivos, aunque la economía siga siendo una disciplina social.

Después de varias semanas de sequía por estas latitudes, la lluvia se hace presente, tenue, suave, como pidiendo permiso para caer. Los pronósticos son alentadores respecto de que esta condición se repetirá de manera continua, por los próximos días. El líquido y vital elemento, es hasta el momento irremplazable para generar existencia a todo nivel. Sin agua, las probabilidades de sobrevivir son nulas, salvo que descubramos otra fuente de reemplazo, hecho que demanda años y años de evolución de la biología celular de los seres vivientes. Quizás si le preguntamos a la IA, nos diría si existe alguna investigación en curso de la genética, que podría crear seres que no dependan del potencial de agua para sobrevivir, sino del potencial de otras moléculas, que podrían crearse artificialmente.

Todo esto me lleva a reflexionar que ya nuestra naturaleza es eminentemente líquida y más específicamente acuosa, y que esa naturaleza líquida, se está haciendo presente como un trasfondo social, que atraviesa todas las estructuras conocidas.

Le pregunté a la IA que se entiende por «sociedad sólida»:

La idea de una «sociedad sólida» es un concepto que se ha utilizado para describir una sociedad que se caracteriza por la estabilidad, la cohesión y la solidaridad. A continuación, te presento algunas características que se asocian con una sociedad sólida:

Características de una sociedad sólida:

1. Estructuras sociales claras: Una sociedad sólida tiene estructuras sociales claras y establecidas, como la familia, la escuela y la comunidad.

2. Cohesión social: La sociedad sólida se caracteriza por la cohesión social, es decir, la capacidad de las personas para trabajar juntas y apoyarse mutuamente.

3. Solidaridad: La solidaridad es un valor fundamental en una sociedad sólida, donde las personas se sienten responsables de ayudar a los demás.

4. Estabilidad económica: Una sociedad sólida tiene una economía estable y próspera, que proporciona oportunidades para todos.

5. Instituciones fuertes: La sociedad sólida tiene instituciones fuertes y eficaces, como el gobierno, la justicia y la educación.

Ejemplos históricos de sociedades sólidas:

1. La sociedad tradicional japonesa: La sociedad japonesa tradicional se caracterizaba por la cohesión social y la solidaridad, con una fuerte énfasis en la lealtad y el respeto.

2. La sociedad escandinava: Los países escandinavos, como Suecia y Noruega, se caracterizan por una fuerte cohesión social y una economía próspera.

3. La sociedad suiza: Suiza es conocida por su estabilidad política y económica, así como por su fuerte sentido de comunidad y solidaridad.

Desafíos para crear una sociedad sólida:

1. La globalización: La globalización puede llevar a la fragmentación y la desigualdad, lo que puede debilitar la cohesión social.

2. La desigualdad económica: La desigualdad económica puede generar tensiones sociales y debilitar la solidaridad.

3. La diversidad cultural: La diversidad cultural puede ser un desafío para crear una sociedad sólida, ya que puede generar conflictos y tensiones.

En resumen, una sociedad sólida es aquella que se caracteriza por la estabilidad, la cohesión y la solidaridad. Aunque hay ejemplos históricos de sociedades sólidas, también hay desafíos para crear y mantener una sociedad sólida en la actualidad.

Como contrapartida: ¿qué es la sociedad líquida?:

«La sociedad líquida» es un concepto acuñado por el sociólogo y filósofo polaco Zygmunt Bauman. Se refiere a la sociedad contemporánea, caracterizada por la fluidez y la provisionalidad en todas las esferas de la vida.

En la sociedad líquida, las estructuras y las instituciones tradicionales se han vuelto flexibles y cambiantes. Esto se debe a la globalización, la tecnología y la creciente complejidad de las relaciones sociales.

Algunos rasgos clave de la sociedad líquida incluyen:

1. Flexibilidad y provisionalidad: Las relaciones, los empleos y las identidades son temporales y están sujetos a cambios constantes.

2. Individualismo: La sociedad líquida enfatiza la autonomía y la libertad individual, lo que puede llevar a la fragmentación y la soledad.

3. Consumismo: La sociedad líquida se centra en el consumo y la producción de bienes y servicios, lo que puede generar una cultura de la superficialidad.

4. Globalización: La sociedad líquida es global, lo que significa que las fronteras nacionales y culturales se están difuminando.

Bauman argumenta que la sociedad líquida puede ser liberadora, pero también puede generar ansiedad, inseguridad y desorientación.

Características clave

1. Fluidez: La sociedad líquida se caracteriza por la fluidez y la provisionalidad. Las estructuras y las instituciones tradicionales se han vuelto flexibles y cambiantes.

2. Individualismo: La sociedad líquida enfatiza la autonomía y la libertad individual. Esto puede llevar a la fragmentación y la soledad.

3. Consumismo: La sociedad líquida se centra en el consumo y la producción de bienes y servicios. Esto puede generar una cultura de la superficialidad.

4. Globalización: La sociedad líquida es global, lo que significa que las fronteras nacionales y culturales se están difuminando.

Consecuencias

1. Ansiedad y estrés: La sociedad líquida puede generar ansiedad y estrés debido a la incertidumbre y la provisionalidad.

2. Desorientación: La sociedad líquida puede llevar a la desorientación y la confusión debido a la falta de estructuras y referentes claros.

3. Pérdida de la identidad: La sociedad líquida puede llevar a la pérdida de la identidad y la pertenencia debido a la fragmentación y la individualización.

4. Desigualdad y exclusión: La sociedad líquida puede exacerbar la desigualdad y la exclusión debido a la concentración de la riqueza y el poder en manos de unos pocos.

Posibles soluciones

1. Reconstrucción de la comunidad: La reconstrucción de la comunidad y la creación de espacios de encuentro y diálogo pueden ayudar a superar la fragmentación y la soledad.

2. Educación y conciencia crítica: La educación y la conciencia crítica pueden ayudar a las personas a navegar la sociedad líquida y a tomar decisiones informadas.

3. Políticas públicas inclusivas: Las políticas públicas inclusivas pueden ayudar a reducir la desigualdad y la exclusión.

4. Tecnología al servicio de la humanidad: La tecnología puede ser utilizada para mejorar la calidad de vida y promover el desarrollo social.

Mi opinión sobre esto es que devenir histórico con sus coyunturas, tuvo siempre una gama de grados de liquidez, es decir el concepto de sociedad líquida, ha estado presente en cada etapa de la evolución humana como conjunto. La diferencia con la era actual es que, exponenciación de los cambios, producto de la tecnología, ha intensificado y aumentado el nivel de liquidez, en muchos casos tornándola inabarcable e ignorada en mayor o menor medida por todos.

Como si fuera poco, algunos ya hablan de “sociedad gaseosa”. Partiendo de las ideas, pero también del enfoque crítico de las reflexiones baumanianas acerca de la sociedad líquida, van surgiendo nuevos modelos que tratan de definir de forma más precisa el mundo de incertidumbres, angustias y revoluciones sociales (y de sofá) que vivimos en las últimas décadas. 

Entre ellos, el catedrático de Teoría y Análisis de la Comunicación Digital de la Pompeu Fabra Carlos A. Scolari, propone el término gaseoso para definir esta “cultura del snack” en la que el flujo líquido parecía indicar “ir hacia un lugar” mientras que la sociedad gaseosa se expande en todas direcciones sin ningún patrón, modelo ni control: “los nanocontenidos (y nosotros con ellos) salen disparados como moléculas en estado gaseoso y chocan entre sí formando una interminable carambola textual”.

Y es que, como decía Bauman, este “culto a la satisfacción inmediata” con la que “hemos perdido la capacidad de esperar”, también absorbe nuestro entendimiento, olvidando que la reflexión sobre los cambios sociales requiere perspectiva, la cual es cada vez más difícil de adoptar en una sociedad que cambia permanentemente… para seguir igual. Al fin y al cabo, “la verdad que nos libera suele ser, en su mayor parte, la verdad que preferimos no escuchar”.

Sólido, líquido y gaseoso, son estados de la materia, presentes físicamente y palpables.

La sociedad líquida, o gaseosa, te arrastra como un tsunami.

La fugacidad de los gases está presente en cada movimiento.

Exceso de liquidez……

¡Las cosas por su nombre!

Las noticias derivadas de expresiones de personas influyentes no dejan nunca de sorprender. Para bien o para mal, con más o menos sensatez o cordura, se encargan de difundir sus propios pensamientos, opiniones o juicios de valor, sobre temas que normalmente son objeto de debate, pero que, puestas en la boca de personas con poder político, económico, religioso, deportivo, empresario, gremial o de la índole que sea, adquieren connotaciones rimbombantes, siendo el foco de atención de la prensa, y de la opinión pública en general durante varios días.

Existen cada vez más ejemplos, en donde las redes sociales son usadas, como una especie de arena, donde el primer posteo, expresado por lo general como una verdad indiscutible, genera reacciones en cadena, que terminan en réplicas de mal gusto, incluso peores que la fundamentación original. Pocos usuarios de esa plataforma terminan por entender muy bien, cuando, dónde y con qué sentido, arrancó la discusión, la cual termina tergiversada, enredada entre palabras e ideas, que no tienen que ver con la provocativa estocada inicial.

El habla responsable y equilibrada, debería tener o, aunque parece que no, un nivel superlativo en las personas que más poder social detentan. La realidad hoy nos muestra que en muchas ocasiones sucede lo contrario. Los lideres, al igual que cualquier mortal, amparado por el derecho a la libre expresión, no reparan en las consecuencias de sus palabras, a veces tampoco en las implicancias de sus actos y decisiones.

Somos libres de expresar nuestras ideas, eso es algo que debe sostenerse. Como contrapeso, tenemos que comprometernos responsablemente con lo que decimos, sosteniendo luego eso con nuestros actos. Haz lo que digo, pero no lo que hago es una frase, que se puede aplicar en cualquier contexto y en muchas circunstancias, en las cuales la coherencia del pensar, decir y hacer falta de manera manifiesta y evidente.

Muy pocos resistimos archivos, ya que por lo general nuestras maneras de pensar mutan, con nuestro desarrollo personal y el ámbito en donde estamos inmersos o bien producto de la autoridad que damos a otros, al dar por más fundamentadas o válidas sus opiniones. Del mismo modo, nuestros valores, se mantienen como nuestra guía a lo largo de nuestras vidas. En este juego de opiniones propias, ajenas y compartidas, se tejen nuestras relaciones humanas, entrelazadas por los afectos y los proyectos en común.

La sociedad ha avanzado sobre la base de acuerdos escritos, a las cuales hemos denominado “leyes”, que no son más que códigos de convivencia. Gracias a estos pactos fronteras adentro y algunas veces internacionales, existen marcos de referencia para castigar conductas personales reprobables y otras que tienen que ver con la erradicación de flagelos tales como:

  • La trata de personas, el tráfico y secuestro de personas
  • La esclavitud
  • El maltrato y racismo en todas sus formas
  • La discriminación de cualquier índole
  • El narcotráfico
  • El tráfico de órganos
  • La desaparición de personas
  • El genocidio
  • El terrorismo en todas sus formas
  • El abuso sexual y la pedofilia.

La lista puede continuar, pero todas estas aberraciones representan cuestiones que no se discuten, en su reprobación y condena, como parte de nuestra condición humana evolucionada.

Volviendo al inicio de mi escrito de hoy, respecto de las expresiones tiradas al aire, o expresadas frente a algún medio, dichas por personas influyentes, en los últimos días hemos sido testigos, de manifestaciones por redes, en donde el jefe de un programa estatal (líder de una empresa de vanguardia), aboga para que empleados públicos de una nación hiper desarrollada, trabajen en jornadas de trabajo de 120 horas semanales, considerando propicio que de esos trabajadores, los que tengan IQ elevado, lo hagan sin recibir remuneración o paga. La justificación de ello, palabras más o palabras menos, es que el éxito que él hubo de conseguir a lo largo de su vida, se basó en esta modalidad de trabajo.

Estas ideas manifestadas, en un entorno de cero censuras, promulgada desde la constitución, que es el marco de referencia de todas las leyes, no puede ser prohibida, respetándose de este modo, el derecho fundamental de las personas a expresarse libremente. Volviendo al hecho de que la responsabilidad en los contenidos, debe ser mayor cuando mayor es la posición de poder que una autoridad detenta, es que esta misma libertad de expresión, queda ultrajada y desprovista de sentido, siendo manipulada por el extremismo de pensamientos retrógrados y cercanos a conceptos feudales y totalitarios.

Pensar que la solución a un problema puede ser obligar a que las personas trabajen en un régimen de jornada super extendida, por largos períodos de tiempo, incluyendo que no gocen de sueldo, es retroceder varios casilleros en la historia de la evolución histórica del hombre y de sus reglas mínimas de convivencia.

En lo personal, siempre cuento una historia que involucra a mi padre. Siendo contador público llevaba la contabilidad de una empresa con muchos empleados. En las visitas que hacía regularmente, me llevaba y yo disfrutaba de ello, ya que, con mis apenas nueve años, era una salida donde podía ver a los peces exóticos, que nadaban en una gran pecera exhibida en las instalaciones de la empresa. Cierto día, caí en la cuenta de que hace varios días que no íbamos. Cuando pregunté a papá, por qué ya no íbamos más, su lacónica respuesta fue que él ya no disponía de tiempo para atenderlos. Ramoncito, como le llamaba cariñosamente esta gente a papá, había decidido por motivos de exceso de trabajo no trabajar más con ellos. Años después, con mi padre ya desaparecido físicamente, en una charla con mamá, surgió el recuerdo de esa enorme caja de peces, que yo observaba extasiado. Ella me contó la verdadera historia, que papá había decidido no ser más el contador de esa empresa, producto de que no estaba de acuerdo con las prácticas laborales abusivas, a los que se sometían a los empleados, que consistían en jornadas semanales sin descanso dominical, de más de doce horas por día, sin pago de horas adicionales, ni compensaciones de ningún tipo. Que antes de irse había tenido varias charlas con los dueños, en donde les explicaba las distintas modalidades de trabajo y las reglas aplicables en cada caso, pero que esto no había tenido eco, por lo que fiel a su ética personal, había decidido no continuar con su prestación profesional. Fiel a su estilo personal, papá había preferido no develar el motivo real, producto asimismo de su ética profesional, y a su decisión de transmitir sólo los hechos positivos.

Casi cincuenta años después, la historia vuelve a repetirse, en este caso de la mano de un líder con pensamientos de vanguardia.

Mis sensaciones personales en estos casos me llevan a decir una frase, que por momentos deja de usarse y en otros adquiere un significado superlativo:

“Es hora de llamar a las cosas por su nombre”.

Pretender justificar que el éxito de algo está basado en la extensión indefinida de la jornada de trabajo de las personas, no tiene cabida en la sociedad que hemos construido.