Uno de mis primeros cuentos infantiles giraba en torno a la figura del monstruo creado y desdeñado por su propio creador.
Con este cuento, era capaz de reunir a varios niños que escuchaban con atención la breve narrativa, hecho que se repitió en varias ocasiones.
Me aseguraba de conocer el nombre de los pequeños, de modo tal de que el nombre del personaje no coincidiera con el de ninguno, de modo tal que la alusión no generara miedos innecesarios.
Buscaba la simpleza dentro de un personaje que finalmente no resultara tan horripilante como el de la historia original.
Tomás y el monstruo
Tomás era un niño de 8 años que amaba leer historias de aventuras y monstruos. Sin embargo, últimamente, había estado teniendo pesadillas terribles. En sus sueños, se encontraba en un bosque oscuro y sombrío, rodeado de árboles que parecían estirar sus ramas hacia él como si fueran garras. De repente, un monstruo enorme y aterrador aparecía ante él, con ojos rojos que brillaban en la oscuridad y una voz que rugía como un trueno.
El monstruo se acercaba a Tomás, y él intentaba correr, pero sus piernas estaban paralizadas. El monstruo lo agarraba con sus garras y lo levantaba en el aire, y Tomás se despertaba con un grito, sudando y temblando de miedo.
Una noche, Tomás se fue a la cama como siempre, pero esta vez, su sueño fue diferente. En su sueño, se encontraba en el mismo bosque oscuro, pero esta vez, el monstruo no lo atacaba. En su lugar, se sentaba a su lado y comenzaba a hablar con él.
«¿Por qué me temes?», preguntó el monstruo, con una voz que sonaba más triste que aterradora.
Tomás se encogió de hombros. «No sé. Eres un monstruo. Eres feo y aterrador».
El monstruo suspiró. «Soy Frankenstein, un ser creado por un hombre que no me amaba. Me dejó solo y me hizo sentir como un monstruo».
Tomás se sintió un poco culpable. «Lo siento», dijo. «No sabía eso».
Frankenstein sonrió. «No es tu culpa. Pero quiero que sepas que no soy un monstruo. Soy un ser vivo, con sentimientos y pensamientos. Solo quiero ser aceptado y amado».
Tomás se despertó con un sobresalto, y se dio cuenta de que su miedo había desaparecido. Se levantó de la cama y se acercó a la ventana, donde vio que el sol estaba saliendo.
De repente, se sintió un poco más valiente. Se vistió y salió al jardín, donde encontró un libro de historias de monstruos. Lo abrió y comenzó a leer la historia de Frankenstein.
A medida que leía, se dio cuenta de que Frankenstein no era un monstruo, sino un ser que había sido rechazado y maltratado por la sociedad. Se sintió un poco avergonzado de haber tenido miedo de él.
Desde ese día, Tomás dejó de tener pesadillas con Frankenstein. En su lugar, comenzó a soñar con un monstruo amable y gentil, que se sentaba a su lado y le contaba historias de su vida.
La Historia de Frankenstein: Un Clásico de la Literatura
La historia de Frankenstein es una de las más famosas de la literatura, escrita por Mary Shelley en 1818. La novela cuenta la historia de Víctor Frankenstein, un joven científico que se obsesiona con la idea de crear vida a partir de la muerte.
Víctor, un estudiante de medicina, se dedica a estudiar la anatomía humana y la electricidad, y se convence de que puede crear un ser vivo a partir de partes de cuerpos muertos. Después de meses de trabajo, finalmente logra crear un ser que se asemeja a un hombre, pero que es enorme y aterrador.
El ser, que no tiene nombre, es rechazado por Víctor, quien se siente asustado y arrepentido de su creación. El ser, abandonado a su suerte, se ve obligado a sobrevivir en un mundo que lo rechaza y lo teme.
A medida que el ser se desarrolla, se vuelve cada vez más inteligente y consciente de su situación. Se da cuenta de que es un monstruo, un ser creado por un hombre que no lo ama ni lo acepta. El ser se vuelve amargo y vengativo, y comienza a matar a los seres queridos de Víctor.
La novela sigue la persecución de Víctor al ser, quien se ha convertido en un monstruo que busca venganza. Al final, el ser muere en un barco en el Ártico, y Víctor muere poco después, agotado por su obsesión.
La Vida de Mary Shelley: La Creadora de Frankenstein
Mary Shelley (1797-1851) fue una escritora británica, conocida por ser la autora de la novela «Frankenstein», considerada una de las obras maestras de la literatura de terror y ciencia ficción.
Mary Shelley nació en Londres, Inglaterra, el 30 de agosto de 1797. Su madre, Mary Wollstonecraft, fue una filósofa y escritora feminista, autora del libro «Vindicación de los derechos de la mujer». Su padre, William Godwin, fue un filósofo y escritor anarquista.
La infancia de Mary estuvo marcada por la tragedia. Su madre murió poco después de su nacimiento, y su padre se casó con una mujer que se convirtió en una figura materna para Mary y su hermana Fanny.
En 1812, Mary conoció a Percy Bysshe Shelley, un joven poeta y filósofo que se convirtió en su amante y, más tarde, en su esposo. La relación entre Mary y Percy fue intensa y apasionada, y se caracterizó por su amor por la literatura y la filosofía.
En 1816, Mary y Percy viajaron a Suiza, donde se encontraron con Lord Byron, un amigo y colega de Percy. Fue durante este viaje que Mary concibió la idea de «Frankenstein».
La idea de «Frankenstein» surgió una noche en que Mary y sus amigos se reunieron para contar historias de terror. Mary se inspiró en la mitología griega y en la ciencia de la época, y comenzó a escribir la historia de un científico que crea un monstruo.
La novela se publicó en 1818, cuando Mary tenía solo 20 años. Inicialmente, la novela no fue un éxito, pero con el tiempo se convirtió en un clásico de la literatura.
Mary y Percy se casaron en 1816, y tuvieron cuatro hijos. Sin embargo, su vida juntos estuvo marcada por la tragedia, ya que dos de sus hijos murieron en la infancia.
Percy murió en 1822, en un accidente de barco. Mary se quedó sola, pero continuó escribiendo y publicando novelas y ensayos.
Mary Shelley murió el 1 de febrero de 1851, a la edad de 53 años. Su legado como escritora y creadora de «Frankenstein» ha sido reconocido y celebrado en todo el mundo.
Qué nos dice la IA acerca de la posibilidad real de crear un Frankenstein moderno.
En la actualidad, la ciencia ha avanzado mucho en el campo de la biotecnología y la ingeniería genética. Es posible crear organismos genéticamente modificados y clonar animales. Sin embargo, crear un ser humano artificial, como el de Frankenstein, es aún un tema de ciencia ficción.
La creación de un ser humano artificial requeriría una comprensión profunda de la biología humana y la capacidad de replicar la complejidad del cerebro humano. Además, la ética y la moralidad de crear un ser humano artificial son temas que deben ser considerados.
Aunque no es posible crear un ser como Frankenstein en la actualidad, la historia de Frankenstein sigue siendo relevante en la sociedad actual. La novela plantea preguntas importantes sobre la ética de la ciencia y la responsabilidad de los científicos.
En conclusión, la historia de Frankenstein es un clásico de la literatura que sigue siendo relevante en la actualidad. Aunque no es posible crear un ser como Frankenstein, la novela plantea preguntas importantes sobre la ética de la ciencia y la responsabilidad de los científicos. La historia de Frankenstein es un recordatorio de que la ciencia debe ser utilizada de manera responsable y ética.
Frankenstein, un monstruo despreciado, que al final de cuentas no daba tanto miedo.