Demasiados peros !

Observador de las costumbres lingüísticas, de la preponderancia de unas palabras sobre otras, dentro de mis limitaciones humanas y sesgos adquiridos, estoy notando con suma repetitividad un uso desmedido de las denominadas conjunciones adversativas.

En especial la reina de las conjunciones, quizás la más prolífica y adaptable de todas:  me refiero a “pero”.

La palabra “pero” es una palabra increíble cuando la primera parte del enunciado es negativa, sin embargo, cuando la primera parte de la oración es positiva, este “pero” se transforma en lo más desagradable de la vida. A raíz de este dilema surgen varias dudas sobre la utilización de esta palabra dentro de nuestras comunicaciones.

Del latín per (por) y hoc (tanto). Desplazó a “mas”, derivado del latín “magis”, que hasta el siglo XV era la conjunción adversativa por excelencia.

¿Qué es una conjunción adversativa?

Se usa para introducir una proposición que contradice o se contrapone a la anterior.

Sinónimo: más

Además, se usa en posición inicial con valor enfático o para indicar sorpresa.

Ejemplo: ¿pero, qué estás haciendo?

También se utiliza para contraponer una afirmación a una negación anterior.

Sinónimo: sino.

También puede considerarse un adverbio de negación

Es como decir, “pese a lo precedente”.

Sinónimos: empero, no obstante, sin embargo.

Usado como argumento en contrario.

Sinónimos: inconveniente, objeción, reparo.

Ejemplos donde se incluye el difundido “pero”:

  • no hay pero que valga: sin pretextos ni excusas.
  • poner peros: buscar defectos, poner reparos.
  • muy, pero muy: manera enfática de sobredimensionar un argumento.
  • pero eso sí: forma enfática de denotar que se acepta una propuesta bajo una condición (equivale a «con una condición«) o también puede denotar chantaje.

La aclaración resulta simple, el poder de esta palabra es capaz de echar abajo una oración completa, y no solo eso, sino a personas, en diferentes circunstancias. Esta palabra no tiene ningún tipo de modificación léxica, es invariable en su sentido morfológico y contundente a la hora de utilizarlo; tan solo posee cuatro letras, los cuales son capaces de destruir trabajos, amores, familias y demás.

Los ejemplos son variados: “eres lindo, pero no me dejan salir”, “gracias, pero me debo ir”, “eres un gran tipo, pero no podemos contratarte en estos momentos”.

De qué sirve aquella aclaratoria al comienzo de la oración, si se destruye toda la ilusión que se comienza a crear luego de la utilización de una palabra. El dilema de usar el “pero” de manera repetitiva es variado, puede radicar en que no podemos ser directos con las personas o en la necesidad de resaltar una cualidad para que lo siguiente no se tome a mal lo que se dice después. No dispongo de una respuesta concreta para esto ni mucho menos, ya que puede ser una causa multifactorial, por ejemplo, si nos referimos a los contextos culturales de cada región. Lo que sí puedo asegurar es que este término es parte del lenguaje, parte de nuestra literatura y de nuestras costumbres.

Detrás de todos los ejemplos que he dado podemos revisar en nuestro historial memorístico y trasladarnos hacia el pasado, para sentir un montón de “peros” calándonos los huesos como el frío en el invierno austral, presos de aquellos vientos sureños que nos dejan inmóviles. Es así esta conjunción, es traicionera desde las entrañas. No se puede confiar en un discurso tan bello cuando se utilizan palabras como esas.

En fin, la vida es así, funciona con oposiciones, vida y muerte, luz y lado oscuro. El hombre corre tras la perfección, sin embargo, es una ilusión, no existe, es un espejismo en todos los sentidos. Corremos tras aquella perfección porque nos mantiene en constante aprendizaje y, a mi parecer, el utilizar de forma positiva aquella palabra es aprender a recitar poesía: “no puedo hoy, pero de alguna forma de ayudaré”, “no te puedo recibir en mi casa, pero vamos a tomar un café”. Es utilizar lo contrario para dar una sorpresa. El “pero” solo da alegrías cuando este se utiliza en el momento oportuno, para salir de algo negativo que estamos afirmando, sólo en ese momento.

Es por esto, y aquello, que según mi punto de vista la proliferación masiva del “pero” resulta tan grave, porque, más que para alegrías, en nuestra sociedad la utilizamos para evadir responsabilidades, para no ser directos. Incluso esta conjunción la he empleado por mucho tiempo en mis primeros escritos. La ponía en práctica por el mismo miedo a no ser directo, al qué van a pensar, acostumbrado a suavizar toda responsabilidad descrita en papel. A la vez, a decir verdad, cuando se utiliza para momentos agradables, esta dicotomía comienza a gustarnos, a hacernos sentir cómodos en cualquier lugar y circunstancia. El lenguaje no discrimina por si mismo, por lo que este problema no es de carácter léxico, sino cultural, relacionado con las costumbres.

Demasiados peros suenan a hipocresía, mientras nos perdemos la oportunidad de ser transparentes y francos para comunicarnos plenamente con los otros.

Hay peros que usamos como excusas para nosotros mismos, escondiendo nuestros propios fantasmas y debilidades, en conversaciones internas con palabras que sólo escucha nuestro cerebro:

«Me di cuenta, pero no pude hacer nada».

«Pero que más da, me tomo otra copa, total he manejado muchas veces sin problemas».

«Pero si no hay controles, por qué te detienes en el semáforo».

«Fallé es cierto, pero la culpa la tuvo el contexto».

Demasiados peros nos acorralan, transformándonos en un cúmulo de justificaciones de la adversidad, en que tantas veces nos hemos metido.

Todo esto, mientras escribo me llama a la reflexión de alejarme de los “demasiados peros”.

Un “pero” por aquí, un “pero” por allá, derrumban nuestras posibilidades de hacer algo distinto para nosotros y los demás.

Demasiados peros no pueden ser un horizonte hacia donde mirar con confianza.

Espero que te haya gustado este ataque frontal contra los peros negativos.

Mientras trato de erradicar esa y otras palabras sinónimas que limitan mi accionar, te invito que si te parece hagas lo mismo.

Evadir los demasiados peros negativos debe ser quizás un objetivo por el cual abrazar instancias superadoras.

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