Celebrar desde la humildad !

El término humildad deriva del latín “hŭmĭlĭtas” y hace referencia a la tierra (humus) a su proximidad tanto en un sentido físico como metafórico.

Se aplica a la persona que tiene la capacidad de restarle importancia a sus propios logros y virtudes, y de reconocer sus defectos y errores.

Miguel de Cervantes dice en “Coloquio de los perros” que:

“La humildad es la base y fundamento de todas las virtudes, y que sin ella no hay alguna que lo sea”.

Opina así el “príncipe de los ingenios” que la modestia y la discreción mejoran las demás virtudes y enriquece la personalidad.

Desde el punto de vista virtuoso, consiste en aceptarnos con nuestras habilidades y nuestros defectos, sin vanagloriarnos por ellos. Del mismo modo, la humildad es opuesta a la soberbia. Una persona humilde no es pretenciosa, muy interesada, tampoco egoísta como lo es una persona soberbia, quien se siente autosuficiente y generalmente hace las cosas por conveniencia.

¿Es necesario celebrar? sin dudas que sí.

Hacer un alto para disfrutar toda vez que hemos alcanzado un hito que nos fijamos como objetivo, es sumamente beneficioso para nuestra salud emocional.

Normalmente, nuestros logros rara vez son en soledad, ya que en el camino hemos estado acompañados de otras personas, con las cuales hemos compartido el mismo deseo de llegar a la meta, habiendo sorteado dificultades, tiempos difíciles, recalculando varias veces la trayectoria, acertando y equivocando.

En mi vida profesional he vivido numerosas instancias de “hitos alcanzados”, proyectos industriales de los que fui parte, desde mis inicios como ingeniero.

“Hacer que las cosas sucedan” es un desafío en sí mismo, un propósito de vida que nos impulsa a ir más allá de nuestros límites.

Una vez más en mi vida, he sido parte de la concepción, desarrollo y culminación de un proyecto, que en sentido figurado es como “un sueño alcanzado”, un cúmulo de mucho trabajo, y energías positivas, puestas en sintonía para ir para un mismo lado.

Acompañado de otros líderes, proveedores, futuros clientes y la visión empresaria de personas que apuestan fuertemente para que nada falte y todo fluya, poniendo minuto a minuto lo que hay que poner, finalmente el sueño se hizo realidad y el proyecto vio la luz, marcando una fecha que será imborrable para muchas personas.

Agradecer y mostrar gratitud es lo primero. Eso no debe faltar. Agradecer a las familias que nos acompañaron en todo momento. Agradecer a los que confiaron en el equipo de trabajo, sobre todo a los accionistas y directores.

En el mismo momento que agradecemos, debemos reconocernos como parte y actores de un cambio trascendental: “conseguir lo que nos propusimos”.

Celebrar con una sonrisa, un brindis simbólico, una palmada en el hombro del compañero y un reconocimiento interno y especial, de haber tratado de superar siempre nuestros miedos, dudas y vacilaciones.

Un camino de varios meses, inmerso al principio en la incertidumbre, para ver de a poquito las certezas, hasta llegar a un lugar común y anhelado, sabiendo que es el inicio de un nuevo trayecto, ahora hacia la estabilización y la eficiencia de un modelo de empresa, que requiere de competitividad, compromiso y por sobre todo humildad de trabajo.

Decir que aún no hemos logrado nada, es ver el vaso vacío, decir que lo hemos logrado todo, es ver el vaso lleno.

La diferencia en toda instancia a la cual se llega después de mucho sacrificio personal y social, la hace una gran virtud, madre de todas las virtudes:

“Humildad”.

Mantenernos humildes, confiados, comunicados y con plena conciencia que todos los días tenemos que seguir proponiendo metas, que nos permiten seguir construyendo y mejorando.

La posibilidad de seguir creciendo y consolidando nuestro quehacer, viene de la mano de la red de relaciones que sepamos construir, de la impronta por innovar y de la creación de equipos de trabajo sólidos, entrenados y con ganas de comerse la cancha.

Celebrar conservando la humildad, nuestra comunión con la simpleza y la genuinidad, es nuestra salvaguarda y base de sustentación.

En esta semana especialmente linda, conmovedora y vivificante, brindo y agradezco por ser parte de otro proyecto que nació.

¡Muchas gracias a todos, los que hicieron posible que este barco zarpe al mar!

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