¡Don´t Worry, Be Happy!

A mediados del 2024, un viernes cerca del mediodía, luego de varias reuniones de trabajo, una persona del equipo me pidió conversar. No había sido necesario de que él participara de ninguna de las reuniones que se hicieron previamente. Le dije que sí, que no había inconvenientes, que me esperara una media hora y nos juntábamos. Le pregunté sobre que tema quería hablar y no recibí una respuesta concreta: sobre varias cosas, pero prefiero charlarlo después.  Mi respuesta fue afirmativa, respecto de la modalidad, porque noté que era más importante escuchar, que saber de antemano el temario.

Para ser honesto, me produce incomodidad no saber previamente el motivo de una reunión, sobre todo por el hecho de preparar algún material o incluir temas adicionales que pudieran servir para dar mayor sentido a la charla. Sin embargo, acepté en función de poder servir con mi escucha.

El funcionario que me había solicitado la reunión se presentó puntual a las 12.30, y luego de varios intercambios de saludos e indagación acerca de cómo estábamos cada uno personalmente, le pregunté cuál era el motivo del pedido.

Sin demasiados preámbulos, esta persona me dijo que no entendía muy bien la modalidad de trabajo, los objetivos y la valoración que yo hacía de la efectividad de las tareas que se le encomendaban y la vinculación que yo solicitaba entre compañeros de equipo.

Estas cuestiones por lo general no me toman por sorpresa, pero en este caso sí debido a la profundidad de las cuestiones planteadas.

Le pedí que vayamos por partes y si era posible ejemplificar o fundamentar cada una de las inquietudes planteadas.

Sobre la modalidad de trabajo, me comentó que por momentos se solicitaba cumplir un horario, en otros momentos no importaba el horario si cumplimos con los objetivos, y por otro lado no había muchas veces un adecuado descanso.

MI respuesta fue que la visión mía como líder de líderes, era que los responsables tienen como premisa esencial alcanzar objetivos y resultados, sin descuidar aspectos personales y de descanso, para lo cual tienen que ser capaces de asociarse con otros compañeros, para cubrir emergentes y contingencias. Esto de alguna manera aclaro este punto, porque me agradeció la respuesta.

Respecto de la valoración de la efectividad de las tareas, me comentó que daba la sensación de que las tareas nunca estaban terminadas, porque de mis preguntas y diálogos, se desprendía una cierta sensación de que nunca se alcanzaba a saber si algo estaba bien o mal.

Le dije que corregiría eso, agregando calificativos o más bien ponderaciones, respecto de lo bien o mal, que algo estaba siendo hecho. Que era muy válido el reclamo y que en caso de que yo me olvidara, el me hiciera recordar este acuerdo.

Sobre la vinculación de los compañeros de trabajo, el me dijo que yo no era claro respecto de cómo debían ser esas vinculaciones, porque las exigencias eran desparejas, y no todos tenían ganas de compartir problemas y soluciones.

Luego de pensar unos instantes antes de responder, pude hilvanar una secuencia apropiada. Le hice recordar que, en casi todas las reuniones de trabajo, les había dicho repetidamente, que necesitaba que todos desarrollaran habilidades cooperativas de preferencia a las competitivas, vale decir que era más importante el cumplimiento de objetivos comunes, por sobre los individuales. Que más allá de esto, en las próximas reuniones daría ejemplos concretos, para que todos entendieran el significado.

Tanto lo planteado, como las respuestas sirvieron para calmar la ansiedad de ambos, calibrar las expectativas comunes y además esta conversación fue la primera de otras tantas, que sostuvimos hasta mi alejamiento de la empresa, que sucedió unos meses después de este evento.

La confianza mutua fue creciendo, y un día en donde conversábamos acerca de que cada uno procura su propio bienestar como puede y le sale, evitando tirar la culpa de los males a los demás, como una práctica superadora, me dijo algo que realmente me dejo atónito:

“Marcelo, después de todos los momentos compartidos, y viendo tu manera de proceder, creo que en la vida hay tres formas nítidas de hacer las cosas: bien es una, mal es otra y la tercera es como las hace Marcelo Bordolini”.

“Si hay algo que tengo que agradecer, por sobre muchas cosas, es que tu accionar es genuino y como un sello distintivo de tu persona y ser profesional”.

“Me gustaría sinceramente, que alguien en el futuro diga lo mismo de mí”.

Le dije que eso que él distinguía, surgía desde la apertura y confianza mutua que habíamos logrado, y que eso a la larga, nos permite conseguir objetivos y trabajar en armonía. Le agradecí, mientras le confirmaba, que a mí me había costado mucho tiempo y trabajo, darme cuenta de que el valor está en buscar el equilibrio entre lo bueno y lo malo, no sumando más preocupaciones donde no las hay, y tratando de ver el vaso medio lleno, a pesar de……

El crecimiento de las personas en sus relaciones no tiene que ver con las jerarquías, sino más bien con el compromiso, la comunicación y la confianza. La famosa regla de las “Tres C”.

Como hoy estoy recordando gente que me sumo valor, les comparto la historia da una canción muy positiva y difundida, que marcó una época, aunque algunos como yo no supieran a ciencia cierta cómo surgió.

Meher Baba (1894 – 1969) a menudo utilizaba la expresión «Don’t worry, be happy» («No te preocupes, sé feliz») mientras guiaba a sus seguidores en el mundo occidental. Entre los numerosos ejemplos, el 6 de diciembre de 1958, después de sufrir un grave accidente automovilístico en las afueras de Satara, India, Meher Baba le dio este mensaje personal a sus seguidores «No te preocupes, sé feliz. Todo estará bien. Fielmente seguid con las instrucciones que os he dado». Más tarde, en los años 1960, esta expresión de Baba fue impresa en tarjetas inspiracionales, e incluso en los afiches fosforescentes de aquella época. En 1988, Bobby McFerrin notó un afiche parecido en el apartamento de la banda Tuck & Patti de San Francisco; inspirado por el encanto y la simplicidad de la frase McFerrin escribió la ahora famosa canción «Don’t Worry, Be Happy».

Fue la primera canción a capela en llegar al número uno en la lista de los Billboard Hot 100 en los Estados Unidos, manteniendo esa posición por dos semanas en septiembre de 1988. El título de la canción, como ya dijimos, es tomado de una famosa frase de Meher Baba (Revista Time, edición norteamericana, 17 de octubre de 1988).

La canción fue grabada sin el uso de instrumentos musicales, utilizando únicamente una superposición de voces del propio McFerrin.

Un malentendido general existe al creer que la canción fue escrita por Bob Marley. La verdad es que él murió casi una década antes del lanzamiento de esta canción.

La canción ha provocado un mito urbano acerca de que el compositor se suicidó después de escribirla; aunque Bobby McFerrin continúa vivo y aún en actividad.

En el video musical participan Robin Williams y Bill Irwin, junto a McFerrin.

La canción fue ubicada en el número 31, en una lista realizada por VH1 de los 100 mejores one hit wonders de los 80’s. En 1989, la canción se alzó con tres Premios Grammy en las categorías: Canción del añograbación del año y mejor interpretación vocal pop masculina.

Para finalizar aquí va la letra completa.

No Te Preocupes, Sé Feliz

Don’t Worry Be Happy

Aquí hay una pequeña canción que escribí.
Es posible que desees cantarla nota por nota.
No te preocupes, sé Feliz.

En cada vida tenemos algunos problemas.

Pero cuando te preocupas, lo haces doble.

No te preocupes, sé Feliz.

No te preocupes, sé feliz ahora.

Oo, oooOh, ooh

No te preocupes, sé Feliz.
No te preocupes, sé Feliz.

No te preocupes, sé Feliz.
No te preocupes, sé Feliz.

Oo, oooOh, ooh

No hay lugar donde poner la cabeza.
Alguien vino y tomó tu cama.
No te preocupes, sé Feliz.

El señor de la tierra dice que tu alquiler se atrasó.

Puede que tenga que litigar.
No te preocupes, sé Feliz.

Mírame, soy Feliz.

No te preocupes, sé feliz.

Déjame darte mi número de teléfono.
Cuando te preocupes, llámame. Te haré Feliz.

No te preocupes, sé Feliz.

No tienes dinero, no tienes estilo.
No tienes ninguna chica que te haga sonreír.
No te preocupes, sé feliz.

Porque cuando te preocupas tu cara fruncirá el ceño.

Y eso hará que todo el mundo caiga.
Así que no te preocupes, sé Feliz.

No te preocupes, sé feliz ahora.

Oo, oooOh, ooh

No te preocupes, sé feliz.

No te preocupes, sé feliz.
No te preocupes, sé feliz.

No te preocupes, sé feliz.
Oo, oooOh, ooh

No te preocupes, no te preocupes, no lo hagas, sé feliz.

Deja una sonrisa en tu cara.
No tires abajo a todos.

No te preocupes, pronto pasará.

Lo que sea, que sea.

No te preocupes, sé Feliz.

No estoy preocupado, estoy Feliz.

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