La celebración del día de la ingeniería o de la profesión de ingeniero no es una fecha común en todo el conjunto de países. Cada uno de ellos lo celebra como conmemoración de algún nacimiento, hecho o circunstancia digna de destacar. En nuestro país Argentina, hay dos fechas significativas, las cuales tienen que ver con los orígenes de esta disciplina.
En 1855 el ingeniero y pintor francés Carlos Enrique Pellegrini, padre del Dr. Carlos Pellegrini fue quien propuso al rector de la Universidad de Buenos Aires crear la carrera de Ingeniería, lo que se hizo tomando como base el Departamento de Ciencias Exactas, teniendo un voto favorable del Consejo de Instrucción Pública en 1856, quedando en proyecto hasta el año 1865.
Con esta base y mediante un decreto del 16 de junio de 1865 se inicia la enseñanza de la Ingeniería en Argentina, cuyo primer programa contenía: matemática, física, astronomía, mecánica racional y aplicada, máquinas, construcciones, arquitectura, e historia natural general y especial, dependientes del “Departamento de Ciencias Exactas” de la Universidad de Buenos Aires. Por esta razón se celebra el día 16 de junio el Día del Ingeniero.
Otra fecha relevante es cuando se celebra el “Día de la Ingeniería”, en honor al profesional con especialización civil Luis Augusto Huergo, primer egresado de la carrera de la UBA, que tuvo lugar el 6 de junio de 1870.
La ingeniería ha acompañado al ser humano en todos los estadíos de su desarrollo y afianzamiento como especie animal sobre la tierra. Ha formado parte de todas las revoluciones que marcaron un antes y un después para el devenir pasado , presente, pero sobre todo futuro, acompañando con su apego al cálculo, los proyectos y la creatividad, las necesidades, expectativas e ideas innovadoras que a cada instancia histórica se fueron generando. Desde los acueductos romanos, pasando por la máquina de vapor, las grandes presas, el ferrocarril, las telecomunicaciones, para llegar hoy a la robotización, la digitalización, y la conquista del espacio, sólo por citar ejemplos concretos, siempre ha habido uno o varios ingenieros haciendo que las ideas se cristalicen y las cosas sucedan.
Aunque parezca contradictorio, la manera de pensar del hombre y los movimientos filosóficos asociados, han dado su basamento a las distintas etapas del discurrir histórico de la ingeniería y sus aportes concretos. Muchas veces para bien, pocas veces para mal, los ingenieros han sabido traducir las necesidades crecientes de nuestra sociedad, posibilitando que gran parte de lo que disfrutamos como concepto de desarrollo, tales como ciudades, medios de transporte, alimentos en calidad y cantidad, productos agrícolas, materiales novedosos y económicos, combustibles asequibles, energías, caminos, medios de comunicación y difusión, tecnología médica, distribución de agua, y tantos más que sería un incontable número para incluir en este listado queden, relativamente al alcance de la mano de gran parte de la población, dependiendo por cierto de su grado de desarrollo y posibilidades.
¿Qué nos dice hoy la Unesco respecto de su visión de la ingeniería y de cual debe ser su foco?
Eso lo podemos extraer de su propia página web, donde es posible leer:
“La ingeniería siempre ha tenido un papel clave en el desarrollo y el bienestar de la humanidad. Debemos garantizar que las futuras generaciones de ingenieros y científicos sean capaces de idear soluciones para los retos locales y mundiales.
En su 40ª reunión de la Conferencia General, celebrada en noviembre de 2019, la UNESCO designó el 4 de marzo como el Día Mundial de la Ingeniería para el Desarrollo Sostenible, con el fin de concienciar sobre el papel de la ingeniería en la vida moderna, imprescindible para mitigar los efectos del cambio climático y avanzar en el desarrollo sostenible, especialmente en África y los pequeños Estados insulares en desarrollo (PEID).
A pesar del importante papel que tiene la ingeniería en nuestras vidas y nuestro futuro, las mujeres siempre han estado infrarrepresentadas en este campo, ya que generalmente solo constituyen el 10-20% del total de la mano de obra. Incluso en los países en los que ha aumentado el número de mujeres que estudian ciencia, tecnología e ingeniería (CTI), esta tendencia no se ha traducido en un aumento de la incorporación de las mujeres al mercado laboral. Son muchas las estudiantes que se gradúan y que no acceden a la profesión de ingeniero. Los obstáculos suelen estar relacionados con la persistencia de estereotipos de género en este ámbito, políticas inadecuadas o entornos educativos que no satisfacen sus necesidades y aspiraciones.
La UNESCO considera prioritarias las actividades que dan a conocer la ingeniería como carrera, así como las que animan a los jóvenes a estudiar ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM).
Para finalizar nos deja esta frase que resume el pensamiento de la Unesco:
«Para ser eficaz, la ingeniería debe ser también abierta, inclusiva y colaborativa. Por ello, la UNESCO se compromete a reducir las desigualdades en la ingeniería: las de género, cuando solo el 30% de los ingenieros son mujeres, y las geográficas, en particular en África, donde el número de ingenieros es menor que en cualquier otra región del mundo.»
A esta visión de la Unesco se suman día tras día un cúmulo creciente de opiniones y personas que nos instan a tomar un rol decisivo y a participar de una agenda activa respecto de los numerosos problemas que requiere sortear nuestra especie para morigerar desigualdades y accionar a favor de la descarbonización del planeta, de manera complementaria en un mismo período de tiempo.
La ingeniería sostenible se abre camino a gran ritmo para aportar su creatividad a cada uno de los cuatro pilares que componen una política de largo plazo en materia de sostenibilidad:
Económico: configurando esquemas, mecanismos y proyectos para el mejor aprovechamiento de los recursos, y las garantías de operaciones eficientes y de mínimos costos.
Social: que las mejoras y el desarrollo sean asequibles para toda la sociedad, formando multiplicadores y educando para la construcción de una red de inclusión.
Ambiental: minimizando los impactos y produciendo con la cabeza puesta en reducir y reutilizar todos los recursos en sistemas de economía circular y producción limpia.
Institucional: dando fortaleza a todos los organismos desde su participación activa en las leyes, reglamentos y otros instrumentos que garanticen que los tres puntos anteriores se verifiquen y crezcan.
El ecosistema productivista ya está cuasi perimido y el papel de la ingeniería es el de colaborar con acciones concretas para torcer el rumbo del avión que está a punto de estrellarse (nuestro mundo) hacia un destino donde se priorice un nuevo ecosistema, aquel que nos permita superar este destino trágico para la especie humana.
Muchas organizaciones globales tanto públicas como privadas están apoyando económicamente y con acciones concretas iniciativas de descarbonización, acceso al agua potable, cuidado y crecimiento de bosques y vida animal, desarrollo de energía limpias, producción de alimentos sanos y saludables, de modo tal de salvar nuestro mundo que producto de los desequilibrios que fuimos generando tiene fecha de vencimiento cercano. La ONU marca el rumbo con los objetivos de desarrollo sostenible, los cuales son 17 propósitos que necesitan ser convertidos en cada rincón de nuestro planeta en planes y programas que les den cuerpo y compromiso real. Aquí de nuevo, la ingeniería sostenible tiene un rol decisivo para encaminar, acompañar y liderar estos procesos de cambio.
La avanzada mundial en materia de lucha contra el cambio climático tiene a la cabeza un sinnúmero de profesiones que están estudiando y proponiendo medidas en conjunto para salir rápidamente del atolladero. Entre estas profesiones se destaca la ingeniería en todas sus ramas, que es la ciencia aplicada que ha sabido dar las respuestas a los problemas acuciantes que nos sucedieron en cada etapa histórica.
El desafío de la ingeniería y de sus profesionales se puede resumir en que su activismo (conjuntos de actos para lograr un fin) tiene que ser decisivo y mancomunado con Universidades, empresarios, sistemas políticos, instituciones, sistema financiero, y sociedad en su conjunto, de modo tal que la velocidad de la respuesta sea tal y tan efectiva, que en no más de 30 años, la actividad humana se aproxime a una tasa de emisión de gases de efecto invernadero de cero o por debajo de esto. En ese sentido las energías limpias y renovables cumplen un rol decisivo que las políticas públicas deben sustentar con aportaciones de recursos económicos, humanos y tecnológicos.
Suena utópico quizás que un objetivo tan demandante pueda ser conseguido, pero la humanidad ha dado ejemplos que con un cúmulo de decisiones tomadas bajo ideas que nos guían, por encima de nuestros sesgos particulares, lo que parece imposible se puede tornar en una realidad.
La ingeniería sostenible es la herramienta sustancial para que el conjunto social se beneficie y las generaciones futuras puedan disfrutar de un planeta donde se pueda prosperar, crecer y soñar.
¡Feliz Día del Ingeniero!
¡Muchas gracias a la Ingeniería!