Arrancando un nuevo año!

Cumplir años es una ocasión sumamente especial. Fiel a un estilo que me caracteriza, suelo celebrar cada nuevo natalicio, haciendo una de las actividades que más libera mi energía, equilibrando mente, alma y corazón. La escritura me acompaña desde hace ya muchos años, desde aquellos preparados y sentidos discursos escolares, que las maestras de grado me pedían preparar, para que sean leídos en ocasión de llevarse a cabo los actos escolares, hasta la decisión hace ya más de siete años de transformarme en un escritor de blogs. En el medio cartas y poesías que escribía a pedido, tratando de cubrir las expectativas de algunos enamorados, o de padres, o de hijos o de personas que simplemente necesitaban expresar sus ideas o emociones.

A contramano de la tendencia actual de la inmediatez y facilidad de lectura de un mensaje corto, o de un video o de cualquier otro mecanismo más vinculado con la revolución digital y las redes sociales, mis lecturas intentan profundizar distintas facetas humanas, mostrar la posibilidad que tienen las palabras de hacer lucir a los conceptos y transformar nuestras realidades cotidianas y las de más largo plazo, para hacer de nosotros las mejores versiones alcanzables.

La verdad no sé qué impacto producen mis escritos en un lector que se atreve a leerme por ejemplo en China, en India o en Japón. Capaz sea alguien que está intentando aprender castellano, o quizás algún hispano parlante en búsqueda de lecturas por internet. Lo que si sé es que produce el hábito de la escritura sobre mí persona. Cada vez que escribo tengo la sensación de estar aprendiendo sobre lo aprendido, rompiendo algunas estructuras arraigadas y sacando la telaraña de algunos recuerdos.

Ana y Ramón, mis papás que ya no están, eran fieles devotos de las celebraciones de cumpleaños. En esos otoños fríos, viviendo en esa quinta donde disfrute de una infancia muy feliz, mi aniversario de nacimiento era festejado con chocolate con leche, magdalenas y una torta riquísima. Eran invitados mis primos, tíos y algunos amigos de la escuela, para pasar una tarde completa en la quinta. Los niños nos divertíamos a nuestras anchas, compartiendo juegos y bromas, hasta quedar exhaustos. Se sumaba mi papá que casi era un niño más, apenas distinguible por su calva y su menor destreza comparativa.

Revisando algunas fotos de antaño, como trayendo retazos de nostalgia, rescato la inconfundible y permanente sonrisa de papá, siempre colaborativo y presto a ayudar, con el complemento perfecto de mamá, aquella que no sonreía tanto, pero que hacía todo con tanto esmero, pulcritud y perfección, que mi condición de niño no alcanzaba del todo a dimensionar y valorar. El tiempo me llenó el corazón de recuerdos imborrables, que me remontan a aquel nene que fue amado y protegido por dos padres maravillosos, los cuales tuvimos la dicha de compartir con mis dos hermanos Claudia y Ariel.

Este juego de luces y sombras que es la vida, me ha permitido una vez más alcanzar otro hito histórico. En compañía de mi esposa e hijas, voy transitando este camino, de la mano de las enseñanzas y del amor de mis padres, tratando de ser aquello que sin proponerme tanto estoy siendo, transformarme en un futuro recuerdo para mis hijas, sin expectativas de ser el mejor, pero si el que más intento amarlas y dejarles un legado.

Celebrar una vuelta más al sol, suele ser una ocasión que nos invita a hacer un balance. Hoy no me sale del todo, y voy a respetar el deseo de festejar de manera más descontracturada e íntima. Contarles a los que me leen que uno con el tiempo, aprende a ser más aliado de la paciencia y la dedicación de hormiga para ciertas cosas, mezclando una cuota de sentido, para encontrar respuestas a una inquietud que nos puede devorar por dentro: «Para que hacemos lo que hacemos».

Si bien alguno capaz ya lo sabía, mi natalicio coincide con el del prócer creador de nuestra bandera. Tengo el honor de haber nacido el mismo día que él, en una época muy distinta. Comparativamente y estando a años luz de su grandeza y entrega, trato de imaginar que acciones trataría él de emprender en estas circunstancias actuales. Que nuevas epopeyas desprovistas de vanagloria, intentaría conseguir, como para orientarnos en el camino y para decirnos vamos por aquí.

«Manuel Belgrano encarna todo aquello que resulta impostergable e ineludible para construir algo sólido y duradero: humildad, devoción por su patria, compromiso y resiliencia para superar las adversidades, dentro de un marco de respeto e inclusión de todos los pensamientos».

En el mes que celebramos la creación de nuestra bandera, rememorando su desaparición física, aquí nos regalo algunos conceptos superadores, frases que surgieron de su elevado pensamiento:

  • Soy muy amante de que todas las ciencias se sepan por principios y nadie pueda tener conocimiento de aquellas sin estar instruidos en éstos.
  • El hombre, por su naturaleza, aspira a lo mejor, y, por consiguiente, desea tener comodidades y no se conforma sólo con comer.
  • El honor y el premio son los dos resortes más a propósito, para que no se adormezca el espíritu del hombre.
  • Bien puede pesarle a todos los demonios, pero en mí no tendrán jamás cabida
  • El miedo sólo sirve para perderlo todo.
  • Un pueblo culto nunca puede ser esclavizado.
  • Pues deseo que todos sepan el bien para alegrarse, y el mal para remediarlo, si aman a su patria; así que nada oculto ni ocultaré jamás.
  • Trabajé siempre para mi patria poniendo voluntad, no incertidumbre.
  • Los gobiernos ilustrados, conociendo las ventajas que prometen el premio y el honor, han echado mano de estos principios motores del corazón humano para todas las empresas.
  • Fundar escuelas es sembrar en las almas.
  • El estudio de lo pasado enseña cómo debe manejarse el hombre en lo presente y por venir.
  • No busco glorias si no la unión de los americanos y la prosperidad de La Patria.
  • Me glorío de no haber engañado jamás a ningún hombre y de haber procedido constantemente por el sendero de la razón y de la justicia, a pesar de haber conocido la ingratitud.
  • Quiero volar, pero mis alas son chicas para tanto peso.
  • Sin educación, en balde es cansarse, nunca seremos más que lo que desgraciadamente somos.
  • No hubiese un español que no creyese ser señor de América, y los americanos los miraban entonces con poco menos estupor que los indios en los principios de sus horrorosas carnicerías, tituladas conquistas.
  • ¿Qué otra cosa son los individuos de un gobierno, que los agentes de negocios de la sociedad, para arreglarlos y dirigirlos del modo que conforme al interés público?.
  • Nadie me separara de los principios que adopté cuando me decidí a buscar la libertad de la patria amada, y como éste sólo es mi objeto, no las glorias, no los honores, no los empleos, no los intereses, estoy cierto de que seré constante en seguirlos.
  • Mis ideas no se apartan de la razón y justicia que concibo, ni jamás se han dirigido a formar partidos, ni seguirlos.
  • La vida es nada si la libertad se pierde.
  • Este país, que al parecer no reflexiona ni tiene conocimientos económicos, será sin comercio un país desgraciado, esterilizada su feracidad y holgando su industria.
  • Deseo ardorosamente el mejoramiento de los pueblos.
  • Su único fin debe ser por un avenimiento… o veremos transformarse el país en puros salvajes.
  • Que no se oiga ya que los ricos devoran a los pobres, y que la justicia es sólo para aquéllos.
  • No hallo medio entre salvar a la patria o morir con honor.
  • No busco el concepto de nadie, sino el de mi propia conciencia, que al fin es con la que vivo en todos los instantes y no quiero que me remuerda.
  • Mis intenciones no son otras que el evitar la efusión de sangre entre hermanos.
  • A quien procede con honradez, nada debe alterarle. He hecho cuanto he podido y jamás he faltado a mi palabra.
  • Ni la virtud ni los talentos tienen precio, ni pueden compensarse con dinero sin degradarlos.
  • Desde la más remota antigüedad hasta nuestros días, la historia de los siglos y de los tiempos nos enseña cuánto aprecio han merecido todos aquéllos que han puesto el cimiento a alguna obra benéfica a la humanidad.
  • Método no desorden; disciplina, no caos; constancia no improvisación; firmeza, no blandura; magnanimidad, no condescendencia.
  • Sirvo a la patria sin otro objeto que el de verla constituida, ése es el premio al que aspiro.
  • Todo depende y resulta del cultivo de las tierras; sin él no hay materias primeras para las artes, por consiguiente, la industria, que no tiene cómo ejercitarse, no puede proporcionar materias para que el comercio se ejecute.
  • Me hierve la sangre, al observar tanto obstáculo.
  • Parece que la injusticia tiene en nosotros más abrigo que la justicia. Pero yo me río, y sigo mi camino.
  • Fomentar la agricultura, animar la industria y proteger el comercio son los tres importantes objetos que deben ocupar la atención.
  • Estoy muy acostumbrado a contrastes y más espíritu tengo en ellos que en las prosperidades; me ocurre siempre en éstas que después del buen tiempo viene el malo y en éste que ha de venir aquél.
  • Es preciso contener la venganza y pedir a Dios que la destierre, porque de no ser así, esto es de nunca acabar y jamás veremos la tranquilidad.
  • Nada importa saber o no la vida de cierta clase de hombres que todos sus trabajos y afanes los han contraído así mismo, y ni un sólo instante han concedido a los demás; pero la de los hombres públicos, sea cual fuere, debe siempre presentarse, o para que sirva de ejemplo que se emite, o de una lección que retraiga de incidir en sus defectos.
  • El modo de contener los delitos y fomentar las virtudes es castigar al delincuente y proteger al inocente.
  • En vano los hombres se empeñan en arrastrar a su opinión a los demás, cuando ella no está cimentada en la razón.
  • La sombra de la Junta que traigo conmigo hace prodigios; la Junta será la vencedora, no yo; su nombre sólo con el aspecto de nuestros bravos atrae a los afectos y aterra a los malvados.
  • Que nos entristezcamos o nos alegremos, la mano que todo lo dirige, no por eso va a variar: esta es una verdad evangélica.
  • Los hombres no entran en razón mientras no padecen.
  • En mis principios no entra causar males sino cortarlos.
  • El interés es el único móvil del corazón del hombre y bien manejado puede proporcionar infinitas utilidades.
  • Era preciso corresponder a la confianza del pueblo, y me contraje al desempeño de esta obligación, asegurando, como aseguro, a la faz del universo, que todas mis ideas cambiaron, y ni una sola concedía a un objeto particular, por más que me interesase el bien público estaba a todos instantes ante mi vista.
  • La agricultura es la madre fecunda que proporciona todas las materias primeras que dan movimiento a las artes y al comercio.
  • Lo que creyere justo lo he de hacer, sin consideraciones ni respetos a nadie.
  • Yo no sé más que hablar la verdad y expresarme con franqueza esto me lo he propuesto desde el principio de la revolución y he seguido y seguiré así.
  • Todas las dificultades se vencerían rápidamente si hubiera un poco de interés por la patria.
  • El bien público está en todos los instantes ante mi vida.
  • Se apoderaron de mí las ideas de libertad, igualdad, seguridad, propiedad, y sólo veía tiranos en los que se oponían a que el hombre fuese donde fuese, no disfrutase de unos derechos que Dios y la naturaleza le habían concedido.
  • Mis intenciones no son otras que el evitar la efusión de sangre entre hermanos.
  • Ninguna cosa tiene su valor real, ni efectivo en sí mismo, sólo tiene el que nosotros le queremos dar; y éste se liga precisamente a la necesidad que tengamos en ella; a los medios de satisfacer esta inclinación; a los deseos de lograrla y a su escasez y abundancia.
  • «Mucho me falta para ser un verdadero padre de la patria, me contentaría con ser un buen hijo de ella».

Como se puede apreciar sus pensamientos tienen una coherencia envidiable, digna del gran estadista, pensador y hombre acción que fue el creador de nuestra insignia patria.

Con algunas frases del prócer resonando en mis mente, aprovecho para decirles,

¡Gracias por todos los saludos!

y aprovecho para invitarlos,

¡A comenzar un nuevo año!

Demos juntos una nueva vuelta al astro rey, junto a nuestros proyectos y anhelos comunes.

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