Evolución del lenguaje. ¿Inclusivo o Exclusivo?

Los estudiosos de la antropología, sociología, filosofía, la lingüística y otras disciplinas humanistas, marcan la importancia central que tuvo la aparición del lenguaje y la escritura en la evolución del hombre desde el punto de vista individual y social. La posibilidad de comunicarnos con elementos simbólicos, tales como vocales o palabras, que representan objetos, acciones, sujetos, e ideas, nos permitieron identificar y diferenciar de manera inequívoca una mesa, de una silla, de un bote, de una casa, solo por citar un ejemplo vinculado a un objeto. Del mismo modo no es lo mismo caminar, que correr, que volar o quedarse quieto. Aparecieron distinciones para un hombre, una mujer, un niño, un anciano, una cebra, un león, una cabra, en un grupo de seres vivientes dentro del reino animal. En una instancia posterior las ideas de construcción social y política, se organizaron a través de palabras que representaban a familias, pueblos, ciudades, gestados, regiones. Así podríamos continuar hasta establecer un conjunto lo suficientemente grande de representaciones simbólicas, que necesitaron ser agrupadas en un diccionario, de modo tal que sirvieran de guía y ordenamiento, para disipar cualquier duda respecto del significado de lo que cada término o vocablo pretende encarnar.

Si leemos el Quijote de la Mancha en su versión en castellano correspondiente a la época cuando fue escrito, caeremos en la cuenta de que esa versión del idioma dista mucho de la actual, debido a que varias construcciones gramaticales y la ortografía aceptada por ese entonces, han entrado hace mucho tiempo en desuso, debido al discurrir y cambios sucedidos a lo largo de varios siglos. Algunos objetos usuales en aquella época han desaparecido, dando lugar a otros que se crearon a lo largo de la historia, luego de la revolución industrial, la era tecnológica, y la digitalización, sólo por citar ejemplos relevantes y medianamente conocidos. Es probable, por ende, que si un humano del mil seiscientos, siglo cuando se escribió el Quijote, tuviera la oportunidad de viajar en el tiempo, o viceversa un hombre moderno viajar al pasado, no podría entablar una conversación fluida con otro ser de la misma especie, incluso hablando la misma lengua. Esta situación se repetiría de seguro con el habla inglesa, alemana, rusa, china o con cualquier otro idioma, de los que han proliferado en el mundo. Las lenguas que coexisten en nuestro mundo, se agruparon en torno a raíces comunes, tales como las derivadas del latín o de las lenguas germánicas, pero aún con una misma raíz , fueron adoptando según sus culturas de base, diferencias que las hacían únicas para un determinado grupo de personas, constituyendo los idiomas tal cual hoy conocemos, cada uno con su alfabeto, ortografía y construcciones gramaticales.

El ser humano hizo un intento por unificar el idioma, para lograr que todos pudiéramos entender sobre la base de una lengua común. El esperanto es la lengua planificada internacional más difundida geográficamente y hablada en el mundo.​ El nombre proviene del seudónimo que L. L. Zamenhof, un oftalmólogo polaco, utilizó para publicar las bases del idioma en 1887. La intención de Zamenhof fue crear una lengua fácil de aprender y neutral, más adecuada para la comunicación internacional. Como quedó recogido en la Declaración de Boulogne, el objetivo del esperanto no es reemplazar los idiomas nacionales, sino ser una alternativa internacional rápida de aprender.

Para poner en números esto de «lengua común más difundida geográficamente», tenemos que decir que sólo abarca a una comunidad de más de 100 000 – 2 000 000 de hablantes de todos los niveles repartidos por el mundo, según estimaciones de finales de siglo unidas a las más recientes. De ellos, alrededor de 1 000 son hablantes nativos de esperanto.​ En Polonia, el esperanto se encuentra en la lista de patrimonio cultural inmaterial. Como idioma, goza de cierto reconocimiento internacional, por ejemplo, dos resoluciones de la Unesco o el apoyo de personalidades de la vida pública.

El esperanto es una lengua artificial, sin hablantes nativos en su origen, creada explícitamente con el fin de vencer los límites de comunicación entre las personas del mundo que hablan diferentes idiomas. El intento de crear una legua universal que nos una, no ha logrado su objetivo todavía, dado el bajo porcentaje de hablantes de la actualidad. Si tomamos en cuenta que nació en 1887 y ahora es una comunidad de más de 100 000 – 2 000 000 de hablantes de todos los niveles repartidos por el mundo entero, su avance ha sido irrelevante, casi infinitamente lejos del objetivo planteado.

La historia de la evolución y cambios en el lenguaje sigue una estrecha relación con distintas metamorfosis culturales, que, a su vez, y como hemos mencionado, tienen su origen en determinantes episodios históricos que se proyectaron en su momento en el presente y hacia el futuro. Vale decir, por consiguiente, que los cambios lingüísticos son procesos (quizás de siglos) naturales , que son lentos y desprovistos de obligatoriedad.  Los cambios en las lenguas o idiomas se dan dentro de un proceso de aceptación natural, del mismo modo que los dialectos o modismos regionales, se van incorporando a la jerga de los hablantes. Toda vez que los cambios se naturalizan, el proceso continúa con su incorporación o no a la guía o diccionario de referencia. Si uno se toma el trabajo de leer el diccionario de la Real Academia Española, allí es posible encontrar numerosos ejemplos de adopción de palabras cuyo uso y significado está acotado a una determinada región, país o conjunto de países. Por el contrario, no todas “las nuevas palabras” son encontradas, aunque su uso sea predominante o repetitivo.

La última discusión mundial en torno al lenguaje viene dada por el denominado “lenguaje inclusivo”, el cual es un tema de debate que se instaló desde la década de 1970, con la aparición del movimiento feminista y se profundizó con las teorías de género, las cuales son un poco más recientes. Es un tema que genera amplias controversias entre personas a favor y en contra, incluyendo por supuesto posiciones tomadas respecto de esta nueva modalidad de lenguaje, tanto en el seno de la Real Academia o de las Naciones Unidas, citando algunos ejemplos.

Este uso del lenguaje es una tendencia social que se ha hecho presente en diferentes idiomas, entre ellos los seis idiomas oficiales de las Naciones Unidas,​ con el fin de utilizar expresiones lingüísticas que eviten los prejuicios y estereotipos sexistas, así como la invisibilización y exclusión en el lenguaje de las personas de determinado sexo, género u orientación sexual.

Abarca una variedad de estrategias, reglas y mecanismos lingüísticos, que no son uniformes, ni se encuentran siempre consolidadas por el uso social. Esto incluye la evitación del masculino genérico en el idioma español, la formación de frases de manera co-igual y la aceptación de la versión femenina de sustantivos tradicionalmente masculinos (académica, presidenta, jefa, gerenta, abogada, jueza, etc.), así como el uso de estructuras neutras o23Dx en no binarias, como la terminación de palabras con la vocal “e”, o los símbolos “x” y “@”, para expresar indeterminación genérica, y sustantivos que no son específicos de género para referirse a roles o profesiones. Por ejemplo, el uso del pronombre “elle”/”elles”, o la creación de expresiones como “auxiliar de vuelo” para sustituir “azafato” y “azafata”.

En inglés palabras específicas, que contienen en sí mismas marcadores de género, como actor (actor) y actress (actriz), han tendido a ser unificadas con sentido neutro, por el término originalmente masculino. Algo similar ha sucedido con las palabras que contienen la partícula man (“hombre”, en ese idioma), como policeman (policía), fireman (bombero), o chairman (presidente), que tienden a ser reemplazadas por expresiones neutras como police officer (oficial de policía) y firefighter (combatiente del fuego). Procesos similares se reiteran en otros idiomas.

El lenguaje inclusivo incluye también la recomendación de utilizar estrategias gramaticales neutras, aún sin alterar las reglas tradicionales del idioma, como recurrir a la palabra “persona” o “personas” para evitar el masculino genérico (por ejemplo “personas transgénero”), el uso de pares femenino y masculino (“señoras y señores”), estructuras genéricas (“gerencia” en lugar de “los gerentes”; “el cuerpo de fiscales”, en lugar de “los fiscales”; el “desempleo juvenil” en lugar del “desempleo de los jóvenes”; “el alumnado” en lugar de “los alumnos”), el pronombre relativo “quien/es” (“quienes cumplan los requisitos” en lugar de “los que cumplan los requisitos”).

Gran cantidad de países y organizaciones internacionales, públicas y privadas, han establecido manuales y recomendaciones para el uso en sus ámbitos de lenguaje inclusivo y no sexista, entre ellas las Naciones Unidas.

Las expresiones del lenguaje no sexista se emplean en diversas disciplinas que investigan los efectos del sexismo y del androcentrismo en el lenguaje. El estudio de la teoría del lenguaje sexista es paralelo al del lenguaje no sexista y cae dentro del ámbito de la filosofía, la sociología del lenguaje, la antropología lingüística, la sociolingüística y la etnografía de la comunicación.

Las recomendaciones que hacen las Naciones Unidas para sus funcionarios en relación con el uso de este lenguaje son las siguientes:

«A la hora de decidir qué estrategias utilizar, el personal de las Naciones Unidas debe:

  • Tener en cuenta el tipo de comunicación (sea oral o escrita) y su finalidad, además del contexto y el público;
  • Procurar que el mensaje, oral o escrito, sea claro, fluido y conciso, y que los textos escritos sean legibles;
  • Tratar de utilizar diferentes estrategias combinadas a lo largo del mensaje, oral o escrito.

El género gramatical se manifiesta en los sustantivos, adjetivos, artículos y algunos pronombres. En los sustantivos y adjetivos existe únicamente el morfema de género masculino y el de género femenino. El género neutro se ha conservado en unas pocas palabras, como aquello, eso, esto, ello, alguien, algo y lo.

Es importante no confundir el género gramatical (categoría que se aplica a las palabras), el género como constructo sociocultural (roles, comportamientos, actividades y atributos que una sociedad determinada en una época determinada considera apropiados para los seres humanos de cada sexo) y el sexo biológico (rasgo biológico propio de los seres vivos).

En español hay distintos mecanismos para marcar el género gramatical y el sexo biológico: a) terminaciones (chica/-o), b) oposición de palabras (padre-madre) y c) el determinante con los sustantivos comunes en cuanto al género (el/la estudiante, este/esta representante). También hay palabras específicas (sustantivos epicenos) que tienen un solo género gramatical y designan a todas las personas independientemente del sexo biológico (la víctima, la persona).

Los principales retos del español para una comunicación inclusiva en cuanto al género son la confusión entre género gramatical, género sociocultural y sexo biológico, el nivel de conocimiento de los recursos que ofrece la propia lengua para hacer un uso inclusivo dentro de la norma y las asociaciones peyorativas que han heredado del sexismo social algunos equivalentes femeninos.

En español es posible utilizar diferentes estrategias para hablar o escribir de manera más inclusiva en cuanto al género:

En español es posible utilizar diferentes estrategias para hablar o escribir de manera más inclusiva en cuanto al género:

1. Evitar expresiones discriminatorias

1.1 Emplear las formas de tratamiento adecuadas

Al dirigirnos o referirnos a alguien, conviene utilizar las formas de tratamiento (título de cortesía), el pronombre personal y los adjetivos que concuerden con su género.

Ejemplos:

Menos inclusivo             

El profesor Gómez (profesión y apellido para referirse a un hombre) y Alicia (nombre de pila para referirse a una mujer) vendrán al almuerzo.          

Más inclusivo

El profesor Gómez y la ingeniera Tucci vendrán al almuerzo (profesión y apellido en ambos casos).

1.2 Evitar expresiones con connotaciones negativas

Algunas expresiones tienen una connotación negativa que nace de una concepción estereotipada de las características de los géneros, por lo que se recomienda evitarlas.

Ejemplos:

    Los hombres no lloran.

    Actúa como una niña.

    Se comporta como un hombre/como una señorita.

    Es fuerte como un hombre.

1.3 Evitar expresiones que perpetúan estereotipos de género

Hay expresiones que perpetúan estereotipos sobre los roles socialmente asignados a los géneros, por lo que se recomienda evitarlas.

Ejemplo:

Menos inclusivo             

Enfermeras y médicos participaron en la huelga del sector.       

Más inclusivo

El personal sanitario participó en la huelga del sector.

2. Visibilizar el género cuando lo exija la situación comunicativa

2.1 Emplear pares de femenino y masculino (desdoblamiento)

El desdoblamiento consiste en utilizar la versión femenina y masculina de la misma palabra. Como estrategia puede utilizarse cuando se quiere hacer visibles tanto a mujeres como a hombres. No obstante, se recomienda no abusar de él, porque puede dificultar la lectura, crear incoherencias o restar precisión al texto, como en el caso de los textos jurídicos.

En cuanto al orden de los pares, se puede seguir el orden alfabético o ir alternando el orden en que aparecen una y otra forma. En caso de alternar el orden, hay que tener cuidado, sobre todo cuando la alternancia pueda opacar el sentido del texto, crear confusión o dificultar la lectura.

Ejemplos:

Los niños y las niñas deben asistir a la primera clase con sus padres.

El tribunal está integrado por jueces y juezas de distintos países.

Señoras delegadas, señores delegados: … [como saludo inicial en una intervención oral]

Los candidatos y las candidatas al LPE deberán presentar su solicitud antes del 2 de mayo.

2.2 Emplear estrategias tipográficas

Es posible utilizar la barra [/] o los paréntesis [()] para explicitar el femenino, por ejemplo, cuando se mencionan cargos sin hacer referencia a la persona que pueda ocuparlos en un momento dado. Si bien se trata de un recurso útil, se recomienda no abusar de él porque puede sobrecargar el texto y dificultar la lectura, ya que deberá duplicarse la coordinación en todos los casos.

Ejemplos:

El/La Director/a se ocupará de coordinar la campaña de promoción.

2.3 Emplear “hombres y mujeres”/“varones y mujeres”

Cuando el sentido de la situación comunicativa así lo requiera, podemos emplear “hombres”/“varones” y “mujeres” para hacer explícitos ambos grupos.

Ejemplos:

Todas las personas que respondieron a la encuesta, tanto hombres como mujeres, dieron una valoración negativa en la pregunta 5.

Las nuevas políticas sanitarias benefician a mujeres y varones por igual.

3. No visibilizar el género cuando no lo exija la situación comunicativa

3.1 Omitir el determinante ante sustantivos comunes en cuanto al género

Ejemplo:

Menos inclusivo             

Acudieron algunos periodistas de distintos medios.

Más inclusivo

Acudieron periodistas de distintos medios.

3.2 Emplear sustantivos colectivos y otras estructuras genéricas

Cuando no sea necesario mencionar un cargo u ocupación haciendo referencia a las personas, se puede utilizar el grupo, la institución, el órgano o la función que representan mediante:

un sustantivo colectivo (ejemplo: los vicepresidentes – la vicepresidencia)

estructuras con “la comunidad” y “el cuerpo de”

procesos en lugar de personas (ejemplo: el evaluador – la evaluación)

Ejemplos:

Menos inclusivo             

los funcionarios             

los trabajadores/los empleados

Más inclusivo

el funcionariado

el personal

3.3 Usar sustantivos colectivos para referirnos a conjuntos de personas

Ejemplo:

Menos inclusivo             

los ciudadanos

Más inclusivo

la ciudadanía»

La guía completa, que las Naciones Unidas recomienda para que sus funcionarios usen en sus presentaciones y conversaciones, se puede bajar entrando a su página web.

Posición de la Real Academia Española

La Real Academia Española intentó poner un freno al lenguaje inclusivo, publicando un manual en el que juzga «innecesario» el uso de la «e» en vez de la «o» para incluir a hombres y mujeres en los plurales. «No hay que confundir gramática con machismo», sentenció.

experimentan cambios en su forma y hacen explícito su género indirectamente, es decir, mediante los determinantes o los adjetivos que los acompañan: el artista / la artista; el profesional / la profesional; el testigo / la testigo.

En su Nueva gramática de la lengua española (2009, sec. 2.2f) establece los conceptos de “género no marcado” y “género marcado” de la siguiente manera:

El «género no marcado» en español es el masculino, y el «género marcado» es el femenino. (…) La expresión «no marcado» alude al miembro de una oposición binaria que puede abarcarla en su conjunto, lo que hace innecesario mencionar el término marcado. Cuando se hace referencia a sustantivos que designan seres animados, el masculino no solo se emplea para referirse a los individuos de sexo masculino, sino también para designar la clase que corresponde a todos los individuos de la especie, sin distinción de sexos.

Y más adelante añade:

El circunloquio es innecesario cuando el empleo del género no marcado se considera suficientemente explícito para abarcar a los individuos de uno y otro sexo, lo que sucede en un gran número de casos: «Los alumnos de esta clase» (en lugar de «Los alumnos y las alumnas») «se examinarán el jueves»; «Es una medida que beneficiará a todos los chilenos» (en lugar de «a todos los chilenos y a todas las chilenas»).

No obstante, en el punto siguiente precisa:

Tal como se indicó en los apartados anteriores, el contexto puede no dejar suficientemente claro, en casos muy específicos, que el masculino plural comprende por igual a los individuos de ambos sexos. Una opción posible es acudir en ellos a las fórmulas desdobladas, como en «Los españoles y las españolas pueden servir en el Ejército».

La Real Academia Española rechaza la pretensión del lenguaje no sexista en lo que considera según su criterio sus vertientes más radicales, alegando que presentan un uso indiscriminado de los desdoblamientos, argumentando el principio de economía de lenguaje, además de basarse en estudios del latín, que es de donde procede nuestra lengua: existen diversas teorías lingüísticas que afirman que la forma masculina no predomina debido a la discriminación de la mujer, dado que en latín, las terminaciones de los nombres, adjetivos y pronombres en acusativo singular suelen coincidir en sus formas masculina y neutra, lo que habría hecho que los géneros masculino y neutro se amalgamasen y fusionasen en la lengua hablada evolucionando como uno en prácticamente todas las lenguas romances, salvo en excepciones puntuales como el pronombre «ello» y el artículo «lo», lo que habría favorecido que la terminación de masculino pudiese adquirir también significado de género neutro o no marcado. Es preciso, según la RAE, llevar a cabo grandes estudios sobre nuestros orígenes lingüísticos, antes de juzgar de manera errónea, sobre el lenguaje inclusivo y cuestiones conexas

El 16 de enero de 2020 la Real Academia Española elabora el «Informe de la Real Academia Española sobre el lenguaje inclusivo y cuestiones conexas»​, sobre todo orientado a analizar el potencial uso del lenguaje de género en la Constitución Española, a petición de la Vicepresidenta del Gobierno en ejercicio en esa fecha. Allí se afirma lo siguiente:

“Se ha observado que algunos hablantes optan por desdoblar las expresiones que designan personas como signo visible de su adhesión pública a la causa de la igualdad de hombres y mujeres en la sociedad moderna. Aun cuando sean minoritarias, esas opciones forman parte de la libertad de los hablantes para elegir su forma de expresarse. No obstante, y como se ha recordado en este informe, la Real Academia Española no puede desestimar usos lingüísticos mayoritarios en el mundo hispánico (en todos los registros verbales), y recomendar en su lugar opciones minoritarias que no contradicen la interpretación generalizadora de las fórmulas a las que pretenden sustituir. Sería absurdo concluir que el grupo mayoritario de los hispanohablantes que emplean el masculino plural en su interpretación inclusiva, de acuerdo con los usos generales de la lengua española en todo el mundo, no comparte tales objetivos de igualdad, no sostiene esos mismos valores o no aspira a los mismos ideales.”

También recalca que:

“Cualquier gobierno debe trabajar para que en nuestra sociedad se generalice el trato verbal respetuoso hacia hombres y mujeres, se impulse una educación igualitaria que conduzca a la desaparición de las expresiones degradantes u ofensivas dirigidas a cualquier persona por razón de su sexo o su condición social, desaparezcan las actitudes paternalistas hacia las mujeres (sin duda expresadas a través del lenguaje) y se afiancen las condiciones laborales y sociales que terminen con situaciones históricas de prolongada desigualdad. Pero […] las situaciones de igualdad o desigualdad entre hombres y mujeres en determinados países (europeos o no) son enteramente independientes de las opciones gramaticales que cada idioma elige en dichos territorios para codificar la interpretación inclusiva del género masculino.”

Diciendo, en referencia a la necesidad de la legislación sobre lenguaje de género a nivel gubernamental, que:

“Resultaría escasamente democrático sostener que los hablantes nativos desconocen si esos sustantivos son o no inclusivos —o, lo que sería aún peor, negarles la capacidad de determinarlo—, y entender que han de ser los poderes públicos quienes lo decidan, en virtud de su compromiso con la igualdad de hombres y mujeres en todos los ámbitos de la sociedad.”

Como cierre, y desde una óptica personal, considero propicio puntualizar mis propios puntos de vista, incluyendo alguna anécdota de viaje que me ha tocado experimentar.

-Los procesos de cambio del lenguaje se han sostenido a lo largo de la historia por la adopción natural y no por la imposición de una ley que pretenda instalarlos o igualarnos desde y por el lenguaje.

-La libertad de expresión constituye un derecho fundamental de toda sociedad democrática. Un lenguaje inclusivo no puede ser abordado desde una visión exclusiva.

-Los conceptos de inclusión son importantes y útiles, tanto como que los mismos sean acompañados por acciones que los soporten y den sustento, los cuales necesitan ser impulsados en concomitancia.

-Que el afán de incluir a veces sin diferenciar no nos quite la posibilidad de valorar que “distinguir” es un hecho trascendente para poder identificar y dar visibilidad a lo heterogéneo por sobre lo homogéneo. Hacer un todo de identidades distintas es una forma más de excluir e invisibilizar lo que se pretende incluir.

-Las posturas extremas por la negación o la imposición serán una barrera más a sortear dentro de las muchas que tenemos como sociedad, por lo que la convivencia en las diferencias lingüísticas sea quizás la mejor manera de sortear esta coyuntura.

-En ocasión de algunos viajes laborales a Polonia, y en especial a la ciudad de Varsovia, la cual sufrió la segunda guerra como ninguna, siendo prácticamente destruida por el nazismo y luego dominada por las fuerzas rusas de invasión, tuve la oportunidad de preguntar cuáles habían sido los hechos más terribles de ambas situaciones. Las respuestas eran bastante coincidentes, respecto de la aniquilación física y material producida por el nazismo y para mi sorpresa respecto de la dominación rusa, la enseñanza del idioma ruso y su intento de imposición como lengua oficial a partir del año 1968, tomado como un elemento clave en la tarea de dominación social y cultural.

Las lenguas cambian y se mantienen vivas por nuestra acción y evolución a largo del tiempo.

Soy un convencido de la importancia del lenguaje para crear nuevas realidades superadoras.

Está en nosotros aprovechar el impulso del lenguaje para poder construir.

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