Frida, busca un motivo para vivir !

A lo largo de nuestra historia nos encontramos con mujeres que fueron protagonistas de hitos que cambiaron tantas veces y para bien nuestra realidad humana, produciendo impactos profundos en los cimientos de los sistemas sociales, políticos y culturales.

Siguiendo firmes propósitos, encabezaron reformas, propusieron nuevos escenarios de convivencia donde su figura humana quedara igualada con la del hombre. Estos renovados sistemas les permitieron acceder y recobrar derechos, y al mismo tiempo asumir responsabilidades de liderazgo, conducción y propósitos para existir. La celebración del día de la mujer, rinde homenaje a esas 129 mujeres que perdieron su vida en Estados Unidos, reclamando mediante una huelga condiciones más justas de trabajo en una fábrica textil. Pasaron poco más de un siglo desde aquella tragedia, tiempo durante el cual, el mundo fue testigo del quehacer constante de incansables promotoras de renovados sentidos.

Latinoamérica no es ajena a la presencia de mujeres que descollaron en una amplia gama de actividades, y dentro de ellas las artísticas o literarias, donde adquieren una preponderancia sublime y sin parangón.

Por lo expuesto, no es de extrañar que el cuadro «Diego y yo», de Frida Kahlo, rompiera a fines del año 2021 un récord de venta para la artista mexicana, y se convirtiera en la obra latinoamericana más cara, al alcanzar un precio de 34.8 millones de dólares en la subasta de Sotheby’s en Nueva York.

La estrella de esa noche de subasta fue la “obra maestra” mencionada que Kahlo realizó en 1949, “uno de sus últimos y más importantes autorretratos”. En 2016, otra pintura de la autora, realizada en 1939, el famoso cuadro “Dos desnudos en el bosque” había alcanzado una elevada marca previa, habiendo sido valuada en 8 millones de dólares.

“Diego y yo” muestra el rostro de Kahlo con un tercer ojo en el que representa a Diego Rivero, su compañero de vida.

Diego y yo, la obra más valuada de la artista

El cuadro ha sido analizado como un símbolo de la relación de la artista con su esposo. Se inscribe en un periodo de los años finales de la artista, en el que “era plenamente consciente de que, a pesar de haber alcanzado la plena autonomía creativa, su cuerpo y su salud estaban en decadencia”.

Sotheby´s resaltó en el catálogo la frase “Yo no pinto sueños o pesadillas. Pinto mi propia realidad”. El autorretrato fue un género recurrente en Frida Kahlo, desde los años 20 del siglo pasado, continuó a lo largo de su vida, hasta su muerte en 1954. No fue una simple representación corporal, sino una expresión de un discurso visual sobre contextos culturales y políticos que rodeaban a Frida Kahlo y fue destacado de esa manera durante su presentación.

Frida Kahlo fue una pintora mexicana, reconocida por sus famosos autorretratos, calificados como parte del movimiento surrealista. La pintora, quien dijo no identificarse con el movimiento, creó un estilo propio tomando los aspectos de su vida, mezclándolos con los elementos de la naturaleza y la identidad mexicana. Frida se inspiró en la cultura popular para explorar a través de su pintura el género, las clases, la raza y la sociedad mexicana. Las pinturas de Frida Kahlo son obras de material autobiográfico, que juntan la fantasía y el realismo mágico con los verdaderos eventos de su vida.

Magdalena Carmen Frida Kahlo Calderón, así es su nombre completo, nació un 6 de julio de 1907 en Coyoacán, México. Fue hija del fotógrafo alemán nacionalizado mexicano Guillermo Kahlo y de la mexicana, Matilde Calderón. Tuvo dos hermanas mayores, Matilde y Adriana, y un hermano, Guillermo, quien falleció a pocos días de su nacimiento. Tuvo también una hermana menor: Cristina, contemporánea de edad con la pintora, y que fue su compañera de vida. Por parte de su padre tuvo otras tres hermanas: Luisa, María y Margarita.

No se tiene certeza acerca del lugar en donde estudió Frida durante su niñez, aunque se dice que la artista fue al Colegio Alemán, no existen registros de que Frida haya asistido a esta escuela. Frida estudió su bachillerato en la Escuela Nacional Preparatoria, siendo parte del primer grupo de 35 mujeres en ser admitidas en esta escuela solo para hombres. Durante su tiempo en la preparatoria, Frida Kahlo estudió con varios intelectuales como el poeta Salvador Novo, el escritor Miguel Lira y Alejandro Gómez Arias.

La vida de Frida Kahlo estuvo marcada por un grave accidente que sufrió en su juventud. Por este accidente, la joven Frida estuvo postrada en la cama durante largos periodos llevando así, una vida poco corriente. Así, postrada en la cama, fue cuando la artista comenzó a pintar.

Durante su vida y carrera artística, Frida Kahlo rescató las raíces del arte popular mexicano, a través de su arte, su vestimenta e ideologías. Como una reconocida retratista, quien plasmaba en sus obras la influencia de la naturaleza y de los artificios de México, Frida realzó la cultura popular nacional. La obra de Frida Kahlo es una muestra de la evolución del arte en su país, por los rasgos autobiográficos de sus pinturas, expresados a través del realismo mágico y la fantasía.

En la obra de Frida Kahlo destacan inicialmente sus primeros autorretratos, dedicados a colegas con quienes asistía a la escuela como Alejandro Gómez Arias, al igual que el retrato de Miguel Lira y de su hermana menor, Cristina.

Haciendo a continuación un repaso por sus obras más emblemáticas  podremos corroborar la intima conexión de este símbolo del feminismo con los momentos más dolientes de su vida, su vinculación con el amor apasionado, la tristeza y la soledad.

El 4 de julio de 1932, Frida tuvo un aborto en la ciudad de Detroit, Estados Unidos, suceso que fue el móvil para la obra «Henry Ford Hospital» (1932). Por medio de ilustraciones hechas por Diego Rivera del feto sin vida de la pareja, Frida comenzó a hacer esta obra que lleva el nombre del hospital en el que fue tratada. La pintura muestra a una Frida sangrante posada sobre una cama, mientras que desde su vientre nacen seis venas rojas que se atan a objetos simbólicos de su sexualidad y de su embarazo perdido. Henry Ford Hospital (1932) está en el Museo Dolores Olmedo de México.

En la búsqueda de inmortalizar los momentos más importantes de su vida, Frida Kahlo hizo Mi nacimiento (1932), una obra que muestra a la madre de Frida con el rostro tapado, haciendo alusión a su muerte, mientras que el rostro de la artista muestra su cabeza entre las piernas entre un charco de sangre, haciendo referencia con esto a su anterior obra y su aborto. La escena ocurre mientras un retrato de la Virgen de las Angustias y un pergamino que nunca fue escrito, adorna la parte inferior de esta obra. Mi nacimiento (1932) forma parte de la colección privada de arte de la cantante Madonna.

«Unos cuantos piquetitos» (1935), es la traducción del sufrimiento emocional de Frida por las infidelidades de Diego Rivera con su hermana Cristina, representado a través de los infortunios de otra mujer que había sido asesinada por su esposo a puñaladas. El título de la obra viene de la declaración policial de un asesino, la cual Frida había leído en el periódico, en donde el hombre decía que solo le había dado ‘unos cuantos piquetitos’. La obra forma parte de la colección del Museo Dolores Olmedo.

«Las dos Fridas» (1939) es una pintura de Frida Kahlo que muestra la separación entre dos personalidades. Los corazones de ambas representaciones de Frida que visten una en un vestido de encaje, y otra en una tradicional tehuana están expuestos y conectados entre sí, donde uno de los personajes ha cortado las arterias con una tijera, mientras que la otra sostiene un pequeño retrato de Diego Rivera. La pintura fue adquirida directamente de la artista por el Instituto Mexicano de Bellas Artes en 1947, y es hoy parte de la colección del Museo de Arte Moderno de la Ciudad de México.

Las dos Fridas

Frida Kahlo canalizó una ruptura y su soledad en «Autorretrato con collar de espinas y un colibrí» (1940), una de las obras más famosas de la artista en donde se muestra estrangulada por un collar de espinas, mientras que el cadáver de un colibrí, símbolo de la suerte en el amor según la tradición mexicana o símbolo de Huitzilopochtli, el dios de la guerra, es acechado por un gato negro y un mono que asemeja al regalado a Frida por Diego. La obra es parte de la colección del Harry Ransom Center en Austin, Texas.

La pieza Autorretrato como tehuana o más comúnmente «Diego en mi pensamiento» (1943), es una pintura de Frida Kahlo que hace referencia a la adoración de la pintora por Diego Rivera. Vestida con el traje tradicional tehuano de la cultura zapoteca, uno de los favoritos de Diego, Frida se muestra con un retrato de su amado hecho en la frente como alusión a su obsesión con esta relación, representando que el hombre está siempre en sus pensamientos. Esta obra es parte de la colección de Jacques y Natasha Gelman.

Una de las obras más reconocidas de Frida Kahlo es ciertamente «La columna rota» (1944). La pintura es una representación del dolor derivado de su accidente a los 18 años, el cual la acompañó a lo largo de su vida. Esta pieza fue hecha tras una intervención de columna que atravesó la artista, la cual la dejó confinada a un corsé. En la obra se muestra en medio de un paisaje desértico sostenida por la estructura de metal, mientras que una columna atraviesa su cuerpo y reemplaza la suya. Frida está cubierta con clavos, símbolos del dolor, mientras su rostro sereno llora. La pintura forma parte de la colección del Museo Dolores Olmedo.

La columna rota

Puede ser que la última obra firmada por Frida Kahlo haya sido «Viva la vida» (1954), una obra de la artista a la que se le han dado múltiples interpretaciones, desde la celebración a la vida, hasta la respuesta al fascismo franquista. Lo que sí es cierto, es que esta obra gráficamente es una representación de la transformación del dolor en arte. Existe la hipótesis de que Viva la vida (1954) haya sido una obra hecha en un período anterior, pero que Frida en sus últimos días de vida, escribió la frase viva la vida sobre las sandías de la pintura. La obra yace en el Museo Frida Kahlo en la Ciudad de México.

En 1938 el escritor francés André Bretón etiquetó al arte de Frida Kahlo como surrealista, poniéndolo dentro del movimiento que predominaba en la época. Bretón puso el arte de Frida en la primera exhibición de arte surrealista, y contribuyó a que Kahlo tuviera su primera exhibición como solista en Nueva York, luego de la visita del autor surrealista a México. La obra de Frida Kahlo fue figurativa y autodidacta, con elementos que la acercaban a la fantasía, lo que muchos etiquetaron de surrealista. A esto, la artista respondía que no pertenecía a la tendencia porque en su arte no pintaba sus sueños, sino su propia vida.

¿Cuál fue la historia de Frida Kahlo y Diego Rivera?

El primer encuentro entre Frida y Diego fue en la secundaria a la que la pintora iba, mientras Rivera hacía el mural del anfiteatro de la Escuela Nacional Preparatoria. Los artistas se conocieron oficialmente por medio de la fotógrafa Tina Modotti, personaje que Frida había conocido siendo parte del partido comunista mexicano, en una fiesta organizada por la italiana en junio de 1928. Frida visitaba frecuentemente a Diego Rivera, mientras él trabajaba en los murales del edificio de la Secretaría de Educación Pública.

Kahlo se reunía con Diego para que él juzgara su arte, y recibir consultoría de si ella podría perseguir una carrera como pintora. Diego catalogó el arte de Frida como una ‘muestra inusual de energía expresiva, el trabajo de una artista innata’. Los artistas se casaron en la alcaldía de Coyoacán el 21 de agosto de 1929, un matrimonio civil al que los padres de Frida se opusieron. Desde entonces, gracias a la cobertura de la prensa, se le llamaría a la pareja Diego y Frida.

La pareja empezó a vivir en lo que es hoy el Museo Casa Estudio Diego Rivera Frida Kahlo en 1934, una de las primeras edificaciones funcionales de Latinoamérica, diseñada por Juan O’Gorman que consiste en tres estructuras: una casa que pertenecía a Diego y una para Frida, cada una con su estudio respectivo. La tercera parte era un estudio fotográfico en el exterior de la vivienda. La casa es una de las obras estrellas de la construcción funcionalista, un lugar en donde Diego Rivera diseñó y trabajó en muchas de sus obras, y donde murió en 1957. En diciembre de 1986 la casa abrió sus puertas al público como el Museo Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo, celebrando los cien años del natalicio de Diego Rivera. Desde entonces, la casona ha sido destinada a la preservación y exhibición de la vida y obra de Frida y Diego, como también del arquitecto O’Gorman.

La historia entre ambos artistas estuvo llena de famosas infidelidades y rupturas, incluido un divorcio y separación en 1939, al cual le siguió un segundo matrimonio un año después y un amorío que involucró a la hermana de Frida, Cristina. El arte de Frida estuvo altamente influenciado por su relación con el pintor y muralista, muchas veces representando su amor y obsesión por Diego. Tanto en la obra de Frida como de Diego es evidente la influencia de la identidad mexicana y de su historia. Frida incluso adoptó la vestimenta indígena tradicional mexicana para conectar con su forma de vida y arte con su ascendencia mestiza.

Esta enorme mujer artista, símbolo icónico de la mujer y sus luchas, encontró en el arte un motivo para vivir, y en el amor, una vida de pasión muchas veces no retribuida.

Sus imperdibles frases que la acompañaron a lo largo de su prolífica existencia, no hacen más que mostrarla sin ningún adorno, ni fachadas cosméticas, sino tal cual era.

Frida Kahlo fue una existencialista por excelencia, que tradujo cada aspecto de su vida en arte, haciendo catarsis de su dolor creando belleza. La pintora mexicana fue una dedicada y romántica escritora de cartas, de las que se derivan algunas de sus más famosas frases.

Sobre sus retratos: “Pinto autorretratos porque estoy mucho tiempo sola. Me pinto a mí misma porque soy a quien mejor conozco”.

Sobre el amor: “Donde no puedas amar, no te demores”.

Su visión de la enfermedad: “Pies, ¿para qué los quiero si tengo alas para volar?”

El surrealismo para Frida: “El surrealismo es la mágica sorpresa de encontrar un león dentro de un armario, donde se está seguro de encontrar camisas”.

Acerca de su apariencia: “La parte más importante del cuerpo es el cerebro. De mi rostro me gustan mis cejas y mis ojos. Aparte de eso no me gusta nada más. Mi cabeza es demasiado pequeña. Mis pechos y mis genitales son corrientes. Del sexo opuesto, tengo el bigote y el rostro en general”.

Luego de vivir padeciendo de enfermedades y pasando por numerosas cirugías, sus últimos años de vida Frida Kahlo se los dedicó a causas políticas, como a la lucha por la paz y a recolectar firmas a favor del desarme nuclear. Frida pasó dolorosos meses en 1954, tras la amputación de su pierna y una nueva infidelidad de Diego. La pintora, para entonces dibujaba esqueletos y ángeles en su diario, objeto con el que anticipaba su muerte. Frida Kahlo murió con 47 años la mañana del 13 de julio de 1954 a causa de un embolismo pulmonar. La artista dejó un legado de alrededor de 42 obras de las que se tiene conocimiento, sus cenizas se encuentran exhibidas en su lugar de nacimiento, la Casa Azul.

Frida Kahlo fue una influyente mujer que transformó su vida a través del arte, importantes piezas que describen cada una de las etapas de su vida y que son el perfecto reflejo de cómo era el mundo en la época en que vivía. Frida presenció y fue parte de los acontecimientos sociales y del arte más relevantes de la historia, convirtiéndose en parte de ella. Su identidad individual y actitud despreocupada contribuyó relevantemente a la representación de la mujer en un entorno dominado por el hombre para la época, valiéndose de su arte como medio para el cambio y la opinión.

«El legado de Frida es inmenso y una muestra íntima de su conciencia».

De cada una de sus obras, sus escritos y sus actos, emana la idea cabal de que….

Frida, busca un motivo para vivir!

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