Las múltiples facetas de la inteligencia !

La evolución de miles de años fue dotando a la especie humana de nuevos conocimientos y habilidades, que englobados bajo el concepto de inteligencia le permitieron transformarse en el dominador sobre otras especies animales. Existe un debate y juicio crítico sobre la preponderancia del hombre sobre la faz de la tierra, su poder de impactar sobre el ambiente y el resto de los organismos vivos que coexisten sobre el planeta (o coexistían, debido a la extinción de muchas de ellas) que tiende a agudizarse en esta era moderna, a la luz de los efectos que la acción de la inteligencia humana ha producido, con evidencias que hoy no se discuten, sobre el cambio climático adverso y el excesivo consumo de recursos naturales entre otros.

En este capítulo del devenir humano, la inteligencia artificial ya es capaz de emular al hombre mismo en sus procederes y decisiones, constituyendo una nueva amenaza evolutiva. El hombre basado en su desarrollo cerebral aplicado al avance de la tecnología, avanza a pasos agigantados en la creación de símiles de hombres (robots); por otro lado, debido al avance de la medicina y reemplazo de órganos por otros artificiales o derivados de la genética, cada vez resulta más posible y probable extender la vida humana hasta alcanzar edades impensadas, camino a convertirse en cuasi inmortales, a raíz de la morigeración del envejecimiento. De nuevo en este campo se abre un cúmulo de opiniones y discusiones éticas acerca del alcance de esta escalada tecnológica y la posibilidad de crear un hombre con aspiraciones de Dios, incluyendo la discusión acerca de una posible escisión entre una especie de hombre común y mortal (por falta de recursos económicos) versus una especie de super-hombre inmortal o casi, debido a sus abultados recursos sociales y económicos. No es la primera vez que la ciencia ficción ha predicho estadios evolutivos que sonaban algo locos al momento en el cual salían a la luz, dentro del contenido de libros y películas. En ocasiones la realidad supera con creces a la creatividad ficcional, tornando en chiste los argumentos de la misma.

Si retrocedemos un poco en el tiempo, el ser humano a querido desde siempre establecer un sistema de medición y comparación de la inteligencia. Los esquemas de medición más tradicionales se basan en calcular un índice o coeficiente intelectual, sobre la base de cálculos matemáticos, lógica y cuestiones lingüísticas. La idea de que este era un esquema de medición incompleto fue desarrollada mediante la teoría de las inteligencias múltiples. Se trata de un modelo de entendimiento de la mente elaborado por Howard Gardner y publicado durante 1983. Para él, la inteligencia no es un conjunto unitario que agrupe diferentes capacidades específicas, sino una red de conjuntos autónomos, relativamente interrelacionados. Para Gardner el desarrollo de algún tipo de inteligencia depende de tres factores: factor Biológico, factor de la vida personal y factores culturales e históricos.

Para Howard Gardner, la inteligencia es un potencial bio-psicológico de procesamiento de información que se puede activar en uno o más marcos culturales para resolver problemas o crear productos que tienen valor para dichos marcos.

De esta manera, desde esta perspectiva las inteligencias no son algo que se pueda ver o contar, ya que son potenciales (es de suponer que neurales),  que se activan o no en función de los valores de una cultura determinada, de las oportunidades disponibles en esa cultura y de las decisiones tomadas por cada persona o su familia, sus enseñantes y otras personas.

Howard Gardner defiende que, así como hay muchos tipos de problemas que resolver, también hay muchos tipos de inteligencias.

Tomó la decisión de escribir acerca de las “inteligencias múltiples” para resaltar el número desconocido de capacidades humanas, e inteligencias para subrayar que estas capacidades son tan fundamentales como las que tradicionalmente detecta el “Cociente Intelectual (CI)”.

Gardner menciona que los seres humanos poseemos una gama de capacidades y potenciales “inteligencias múltiples” que se pueden emplear de muchas maneras productivas, tanto juntas como por separado. Y el conocimiento de las múltiples inteligencias ofrece la posibilidad de poder desplegar con la máxima flexibilidad y eficacia en el desempeño de las distintas funciones definidas por cada sociedad.

De este modo la hipótesis de las inteligencias múltiples se desarrolló con el objetivo de describir la evolución y la topografía de la mente humana, y no como un programa para desarrollar un cierto tipo de mente o para estimular un cierto tipo de ser humano.

Hasta la fecha, Howard Gardner y su equipo de la Universidad de Harvard han identificado doce tipos distintos de inteligencia:

Lingüístico-Verbal. Consiste en la dominación del lenguaje.

Lógico-Matemática. Capacidad de conceptualizar las relaciones lógicas entre las acciones o los símbolos.

Visual-espacial. Capacidad de reconocer objetos y hacerse una idea de sus características.

Musical-auditiva. Capacidad para reconocer los caracteres del sonido.

Corporal-Kinestésica. Capacidad para coordinar movimientos corporales.

Interpersonal. Capacidad de la empatía, y de entender la elección de las amistades, pareja, etc.

Intrapersonal. Habilidad de conocerse a uno mismo, por ejemplo, sus sentimientos o pensamientos, etc.

Naturalista. Sensibilidad que muestran algunas personas hacia el mundo natural.

Emocional. Mezcla entre la interpersonal y la intrapersonal.

Existencial. Meditación de la existencia. Incluye el sentido de la vida y la muerte.

Creativa. Consiste en innovar y crear cosas nuevas.

Colaborativa. Capacidad de elegir la mejor opción para alcanzar una meta trabajando en equipo.

Respecto de la identificada como “inteligencia existencial filosófica”, que puede ser definida como la capacidad de algunos seres humanos para utilizar la razón y el pensamiento en cuestiones existenciales, del tipo de, ¿quiénes somos?, ¿por qué estamos en el mundo?, ¿qué hay después de la muerte?, etc. Las personas con esta capacidad buscan una conexión entre ellos y el mundo que los rodea. Estas personas suelen decantarse por disciplinas como la filosofía o la teología, para poder entender la conexión anterior. Además, los niños suelen tener gran inteligencia existencial, y suelen realizar muchas preguntas de este tipo. Las personas con mayor inteligencia existencial suelen tener unas características; como su cercanía con todo lo relacionado con la naturaleza, son personas muy profundas, con unas ideas y unos principios muy claros. Ha habido grandes personajes a lo largo de la historia con esta capacidad, como Sócrates, que influenció a San Agustín.

Esta teoría de inteligencias múltiples ha recibido adhesiones y reprobaciones basadas en su escasa fundamentación científica.

Gardner afirma que existe una variedad de habilidades cognitivas, pero que existe una baja correlación entre ellas. Por ejemplo, la hipótesis postula que un niño que aprende a multiplicar fácilmente no es necesariamente más inteligente que un niño que tiene dificultades en la misma tarea. El niño al que le cuesta más tiempo perfeccionar esta tarea podría ser capaz de aprender a multiplicar con una aproximación diferente, podría ser excelente en otras tareas fuera de las matemáticas, o podría estar viendo y entendiendo la multiplicación a un nivel más profundo.

Las pruebas de inteligencia y la psicometría sin embargo han demostrado que existe una alta correlación entre diferentes aspectos de la inteligencia, y no una “baja correlación” como dijo Gardner. Por tanto, la evidencia apoya más a la existencia de un factor único general de inteligencia y no a inteligencias múltiples. La hipótesis de las inteligencias múltiples ha sido ampliamente criticada por la psicología científica por su falta de evidencias, y porque es una hipótesis que depende del juicio subjetivo. Una de las mayores críticas realizadas a la hipótesis de las inteligencias múltiples es que es que Gardner no está interesado en profundizar y expandir el concepto de inteligencia, sino que prefiere negar por completo el concepto tradicional de inteligencia. Por tanto, utiliza la palabra “inteligencia” donde en realidad quiere referirse a “habilidades o aptitudes”.

Los defensores de las inteligencias múltiples argumentan que la definición tradicional de inteligencia es muy reduccionista, y que la hipótesis de Gardner refleja de forma más precisa la manera en la que los humanos piensan y aprenden.

Otro juicio negativo es que Gardner jamás ha elaborado un test para evaluar las inteligencias múltiples que soporte su hipótesis. Él originalmente la definió como la habilidad para resolver problemas en una determinada cultura, o que se trata de lo que el estudiante está interesado en aprender. Por último, admitió en una reseña en la que se desentiende de las críticas diciendo que no hay una definición fija, y que su juicio acerca de la inteligencia es más un juicio artístico y no basado en los hechos:

“Sería muy deseable que existiera un algoritmo capaz de evaluar las múltiples inteligencias, lo que permitiría a los evaluadores detectar qué candidatos destacan en cada una de las posibles inteligencias. Pero hay que admitir que la elección o rechazo de candidatos en cada una de las múltiples inteligencias es un juicio mayoritariamente artístico y no científico”.

De forma general, la inteligencia lingüística y lógico-matemática son reconocidas como inteligencias. Pero las habilidades artísticas, musicales, atléticas, etc. no lo son. Algunos críticos señalan que Gardner ignora las implicaciones reales de la inteligencia, que siempre han sido las habilidades necesarias que permiten a la persona tener éxito académico.

Gardner afirma que los test de inteligencia solo miden la inteligencia lógico-matemática y lingüística. Señala que es importante realizar nuevos test que sean capaces de evaluar la inteligencia de una forma más justa. Mientras que las pruebas tradicionales de lápiz y papel favorecen las habilidades lógicas y lingüísticas, Gardner propone que se deben hacer nuevas pruebas que diferencien diferentes modalidades de pensamiento.

Sin embargo, esta crítica de Gardner hacia los test de inteligencia es respondida por varios psicólogos, los cuales manifiestan que no es cierto que las pruebas de inteligencia se basen únicamente en cuestionarios de lápiz y papel. Desde hace más de cincuenta años se evalúa la capacidad espacial, visual, y manipulativa. Las pruebas de inteligencia resumen los resultados con una única puntuación, pero esa puntuación se puede desglosar en diferentes puntuaciones a través de las cuales se ha obtenido. En definitiva, la puntuación obtenida por un test de inteligencia no expresa que esta sea una unidad homogénea, y actualmente la concepción mayoritaria de lo que es este rasgo psicológico es la de un conjunto de habilidades mentales que pueden ser organizadas jerárquicamente según su grado de abstracción.

Respecto de la enseñanza la hipótesis de Gardner, argumenta que los estudiantes recibirían una mejor educación si se tiene una visión más amplia de esta, en donde los profesores usen diferentes metodologías, ejercicios y actividades que lleguen a todos los estudiantes, no solo a aquellos que tienen éxito en la inteligencia lingüística y matemática, sino a todos los alumnos. Esta hipótesis desafía a los docentes a encontrar formas que funcionen para los diferentes estudiantes a aprender el tema que se imparte, como podría ser por medio de actividades didácticas, tales como obras de teatro, crear programas de radio o televisión, hacer carteles, tomar fotografías, diseñar, crear coreografías, escribir poemas o pintar entre otros métodos.

No poseo el conocimiento como para emitir un juicio fundado acerca de la validez o no de esta teoría, pero creo que deberíamos pensar que en el fondo el desarrollo de la inteligencia humana a través de la educación no tiene que perder el foco de que no sólo se trata de formar personas ilustradas con amplios conocimientos, sino de educarlas para ser y convivir en una sociedad. Las habilidades para ser y convivir son sustanciales para corregir aquellas visiones más individualistas que como especie nos pusieron en la cima, pero ahora de un mundo resquebrajado por crisis climáticas, sociales y culturales.

Para culminar ya que el humor nos sana y es capaz de sacarnos una sonrisa inteligente, les dejo algunos chistes relacionados:

  • Un budista está vendiendo pulseras a 5 euros y alguien le paga con un billete de 20. El budista se da media vuelta. «Eh, ¿y mi cambio?». «El cambio solo puede venir del interior».
  • El director económico de una universidad se reúne con los rectores de las facultades de biología, matemáticas y filosofía y se encarga de dar un reto a los biólogos: «Ustedes gastan un dineral en laboratorio, y este dispendio es inaceptable. ¿Por qué no hacen ustedes como los matemáticos, que solo necesitan lápiz, papel y una papelera, o, mejor aún, como los filósofos, que solo necesitan lápiz y papel?».
  • Jean Paul Sartre está en un café parisino revisando el borrador de su obra ‘El ser y la nada’. Le dice a la camarera: «Deme un café sin crema, por favor». La camarera contesta: «Lo siento, no tenemos crema. ¿Se lo puedo poner sin leche?».
  • Entran a un bar un francés, un inglés y un español y les dice el camarero enfadado: «¿Qué se creen ustedes que es esto, un chiste?».

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