Este 9 de julio, quizás el más importante de los días festivos de nuestra Patria, fue una jornada espectacular. Pleno sol, una temperatura que nos hizo olvidar por momentos la estación invernal y un viento remolón, acompañaron varias celebraciones y festejos. Estuvieron presentes, sobre la mesa familiar, el tradicional locro, las empanadas, el asado y otras exquisiteces. Juntadas restringidas y limitadas por la pandemia, sirvieron de marco para reflotar el sentimiento de pertenecer a este suelo.
Ese mismo día nuestro amigo Victor iniciaba un largo periplo, para cumplir su sueño anhelado. Conocer a su primera nieta. El nombre de la bebé es Cala y fue dada a luz por su mamá Julieta, hace un poco más de dos meses. En ese momento la abuela Pato, esposa de nuestro amigo, viajó para estar con su hija, allá en nuestra provincia más austral, Tierra del Fuego. Victor por razones laborales y de la pandemia, no había podido estar para esa ocasión única e irrepetible. Vivió ese momento por los relatos, audios, videos y llamadas que le compartían. Sin embargo él siempre repetía que no era lo mismo, que él necesitaba ver y abrazar a su nieta.
Julieta se estableció con su pareja, hace poco más de dos años, en esa provincia austral, con el objetivo de buscar mejores perspectivas laborales. Fue una alegría para la familia que ella pudiera conseguir rápidamente un buen trabajo. Sin embargo, los padres, hijos, familiares, amigos y otros afectos sufren la lejanía que impone la distancia. Nos paso algo similar a mí y a mi esposa Eugenia, que por los mismos motivos elegimos vivir bastante lejos de nuestras familias de origen, hasta poder radicarnos a una distancia más asequible, de tan sólo unos 200 kms. Sabemos lo que significa sufrir esa especie de desarraigo afectivo, la imposibilidad de una ayuda cercana permanente, no poder compartir de manera presencial tanto las alegrías como las tristezas.
Esos 3500 kms que separan Córdoba de Ushuaia, es una distancia difícil de sortear por tierra, requiriendo por lo tanto el uso del transporte aéreo. La pandemia produjo que algunos trayectos directos se cancelaran, por lo que nuestro amigo tuvo que viajar a Buenos Aires y de ahí tomar el vuelo hasta Ushuaia. Un viaje que le demandó poco más de un día entero. El nos iba mostrando en el grupo de amigos, los hitos que iba alcanzando en su itinerario. Victor tiene cierto temor a los aviones, por lo que a modo de chanza no faltó el videíto de alguno del grupo, donde se mostraba un avión aterrizando en el aeropuerto más austral del país, casi de costado, debido a un fuerte viento lateral que azotaba la pista de aterrizaje.
Hoy el sueño de Victor se hizo realidad. Nos compartió un video filmado por su yerno, donde al salir del aeropuerto, deja las valijas tiradas, para salir corriendo al encuentro de sus hermosos tesoros, su hija y su nieta. A continuación, abrazos, besos y lágrimas por doquier. Abundaron las emociones y sensaciones acumuladas, ese cariño que es necesario manifestar para sentirse pleno, más íntimamente vinculado con el propósito y el sentido de la vida.
Viví hace poco la tristeza de despedir a un amigo de este mismo grupo de compañeros del secundario, sin haber podido manifestarle muchas cosas importantes. Me prometí que no pasaría lo mismo la próxima vez. Por ese compromiso, es que quiero resaltar la persona, la figura humana, el don de gente, que carazteriza a nuestro amigo Victor.
Así como sos un gran padre de tus hijos, de seguro serás una gran y único abuelo para tus nietos. El amor es un legado familiar que honras a cada paso que das.
Vivimos momentos maravillosos durante la secundaria, después la lejanía y las obligaciones, hicieron que tomáramos distintos caminos. Los valores del trabajo, el amor, la familia, la honradez y el sacrificio, siempre nos fueron comunes. Por eso sé lo feliz que te hace disfrutar de tus afectos, de tu hija y de tu nieta.
En este efímero discurrir de circunstancias que componen nuestra existencia, cada tanto aparecen estos episodios mágicos, irrepetibles, que nos movilizan, brindándonos un propósito superador. Cada uno de nosotros, vive inquietudes diferentes. Lo que da sentido a nuestras vidas, es tan particular que eso nos transforma en seres irreproducibles singulares e inimitables.
Estas coyunturas bisagra no son abundantes, por lo que cada vez que aparecen cuasi estrellas fugaces, hay que saber atesorarlas en lo más profundo de nuestro ser.
En ese corazoncito de pequeña niña, quedará grabado a fuego, el cariño de su abuelo. Aquel que viajo sólo para vivir de cerca esa sonrisa, sentir su calor y disfrutar de su ternura.
¿Cuántos momentos como este se pueden distinguir a lo largo de nuestra vida?
Para ser honesto, no creo sean muchos.
La rutina, las obligaciones, los quehaceres, se llevan horas de nuestros días. No hay que lamentarse por ello, sino más bien poner lo mejor en cada una de las labores, descubrir la belleza que esconden las tareas que puedan parecer insignificantes. El premio mayor son estos momentos maravillosos, las oportunidades que nos brinda la vida, para poder vivir esos episodios, despojados de nuestros miedos, nuestras angustias, con el corazón y las emociones a flor de piel.
¡Muchas gracias Victor por hacernos ser parte de tu dicha!
Para culminar les comparto algunos pensamientos de Victor Frankl sobre el sentido de la vida y la importancia del amor, luego de que él hubiera pasado la traumática experiencia de sobrevivir a un campo de concentración.
“No hay nada en el mundo que capacite tanto a una persona para sobreponerse a las dificultades externas y a las limitaciones internas, como la consciencia de tener una tarea en la vida”.
“Comprendí cómo el hombre, desposeído de todo en este mundo, todavía puede conocer la felicidad -aunque sea sólo momentáneamente- si contempla al ser querido”.
“No sabía si mi mujer estaba viva, ni tenía medio de averiguarlo (durante todo el tiempo de reclusión no hubo contacto postal alguno con el exterior), pero para entonces ya había dejado de importarme, no necesitaba saberlo, nada podía alterar la fuerza de mi amor, de mis pensamientos o de la imagen de mi amada”.
“Vi la verdad que está en las canciones de muchos poetas y que forma parte de la sabiduría de muchos pensadores. La verdad, que el amor es la meta más importante que un hombre puede aspirar”.
“Comprendí el significado del gran secreto de la poesía humana y del pensamiento humano, y creo que es mi deber compartirlo: La salvación del hombre es a través y por el amor”.