Potenciando tus creencias !

Vivimos en un mundo de creencias personales, sociales y culturales. Gran parte de ellas operan como una guía de nuestro accionar en la vida, determinando gran parte de lo que somos capaces de lograr y de lo que no.

Lo primero es creer en uno mismo, y después en los demás con los cuales establecemos relaciones de confianza, amistad, matrimonios, sociedades, lazos de todo tipo y al amparo de cualquier circunstancia.

Dentro del cúmulo de creencias y mapas mentales, cada uno de nosotros posee alguna de ellas que le dificulta su accionar. Están alojadas firmemente en su naturaleza, partiendo del hecho que fueron forjadas quizás desde la niñez, en la educación recibida, las dificultades económicas, los mandatos familiares o sociales, enfermedades, o discriminaciones recibidas.

Operan muchas veces sin que las personas lleguen a distinguirlas de manera consciente.

¿Qué son las creencias limitantes?

Una creencia es una idea a través de la que filtramos la realidad. Estas ideas pueden ser positivas, neutras o limitantes, y precisamente este último tipo es el que puede afectar de manera más profunda a tu forma de relacionarte con los demás y contigo mismo.

Las creencias limitantes son una forma de ver el mundo y la realidad que impide a la persona avanzar hacia sus objetivos y crecer como individuo.

Se trata de una idea que, pese a no estar basada en la realidad, queda validada para quién la piensa, y configura el modo en que se relaciona con el mundo.

Estas creencias pueden ser desde muy complejas hasta hablar sobre cosas sencillas: “No voy a ir a una fiesta porque no lo pasaré bien”; “no quiero intentar arreglar un problema porque siempre rompo las cosas y todo me sale mal”; “no puedo confiar en nadie porque todo el mundo es egoísta y trata de engañarme”, sólo por citar algunos ejemplos.

Las creencias limitantes se adquieren desde la niñez o más adelante a través de opiniones de personas que suponen una autoridad para nosotros o experiencias, y nos predisponen a dejar pasar oportunidades o a no tomar pasos para solucionar problemas.

Están relacionadas con el miedo y determinan muchas de las áreas de nuestra vida: desde el trabajo o los estudios (“para qué voy a esforzarme si es muy difícil y seguro que fracaso”) hasta nuestras relaciones familiares.

No obstante, y pese a que estas creencias pueden limitar tu vida por completo, es complicado darse cuenta de que las tenemos y tratar de cambiarlas.

Del mismo modo, y como contrapartida de lo anterior, normalmente estamos acompañados por una serie de creencias que nos empoderan, potenciando lo que somos, de manera tal de que podemos lograr cosas impensadas.

A partir de ellas superamos obstáculos, nos tornamos creativos y proponemos soluciones para gran parte de nuestros problemas.

¿Qué son las creencias potenciadoras?

Son aquellas que ayudan a avanzar a una persona hacia sus objetivos. Son creencias que impulsan a crecer, a potenciar lo mejor de uno mismo y a cumplir las metas propuestas.

Las creencias potenciadoras, al contrario de las creencias limitantes, ayudan a alcanzar el objetivo que una persona tiene en mente. También se las conoce como creencias empoderantes.

Ambas creencias provienen de la información y las experiencias que uno almacena en el subconsciente en distintas épocas de su vida.

Esa información, o experiencia potenciadora que te ayudó a integrar ese pensamiento motivador, tiene mucho que ver con la consecución de los logros.

Comentarios en el colegio, experiencias vividas en la familia, o con parejas, son la fuente de las creencias potenciadoras. Todos las ideas o pensamientos motivadores que surgen en las experiencias vividas, o a través de comentarios quedan grabados en el interior de uno mismo.

Características de las creencias potenciadoras

Estas son las principales particularidades de este tipo de creencias positivas:

Pensamientos positivos que ayudan a avanzar hacia un objetivo.

No limitan. Al contrario, alientan a conseguir algo en concreto.

Gracias a ellas, una persona puede sacar su mejor versión. Esto es, puede desarrollar todo el potencial que lleva dentro con el objetivo de alcanzar una meta.

Generan acción, no limitan. Sino que invitan a llevar a cabo una serie de acciones para conseguir los resultados que se desean.

Proporcionan seguridad y una motivación positiva a todo aquel que las tiene.

Ejemplos de creencias potenciadoras

Estos son algunos prototipos de creencias potenciadoras:

  • Con gran dedicación, podré aprender inglés en un periodo corto de tiempo.
  • He tenido una vida plena, he conseguido grandes logros y puedo alcanzar lo que me proponga.
  • El proceso de selección es duro, pero estoy preparada para conseguirlo.
  • Hay muchos candidatos, pero yo estoy igual de preparada que ellos, o más.
  • Aunque no he encontrado a la pareja perfecta, seguro que algún día encontraré a alguien con el que ser feliz.

Estos son algunos ejemplos de creencias potenciadoras que invitan a actuar, y tener una motivación por conseguir algo que uno desea. Además, este tipo de creencias no juzgan lo negativo de uno, sino que potencian lo mejor. Es decir, son creencias positivas.

Por el contrario, en muchos casos, las creencias limitantes generan un proceso de bloqueo para conseguir aquello que se desea.

Aquí hay que hacer una reseña a las denominadas profecías autocumplidas. Estas tienen mucho que ver con todas esas creencias limitantes, y pensamientos negativos a la hora de predecir las cosas.

Por ejemplo, si un profesor en el colegio ha expresado de manera reiterada sobre un alumno que este no va a servir para estudiar, que no va a tener éxito académico, es probable que esto suceda.

Por lo tanto, es importante para uno mismo centrarse en las creencias positivas y motivadoras que serán las que lleven a una persona a la acción, y a conseguir sus objetivos.

De la lectura de esta pequeña reseña sobre las creencias que nos ayudan y las que no, seguro te habrás sentido identificado con alguna de ellas.

A lo mejor te haya servido como para identificar algún aspecto de tu vida donde ni siquiera tengas claridad sobre lo que te potencia y lo que no.

Para culminar algunas construcciones gramaticales con los cuales empiezan nuestras declaraciones de limitación:

  • No merezco…
  • No puedo…
  • No tengo derecho a….
  • No valgo para…
  • Es imposible conseguir…
  • Soy incapaz de…
  • Es difícil hacer….
  • No es correcto/No está bien…

Otras con las cuales nos posicionamos con nuestra mirada positiva:

  • Soy capaz de….
  • Tal cual me lo propuse voy a….
  • Con estos recursos conseguiré…….
  • Esta ayuda me servirá para lograr que……
  • Mi esfuerzo valdrá que….
  • Tengo plena confianza para….
  • Puedo sobrellevar esto….
  • Estoy trabajando para….

La frase de cierre tiene que ver con un personaje que desafió todas sus limitaciones físicas, logrando una vida plena y muy productiva:

“Incluso la gente que afirma que no podemos hacer nada para cambiar nuestro propio destino, mira antes de cruzar la calle”. Stephen Hawking.

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