Siendo un asiduo lector de libros debo confesar que se han dado muchas situaciones distintas durante la práctica del hábito de leer. Voy a reducir el campo de análisis solo a aquellas lecturas que encaré por placer, esparcimiento, búsqueda espiritual y no por obligación de hacerlo dentro de un plan de estudios o de una necesidad profesional específica.
La previa
La elección de un libro o lectura tiene que ver en mi caso con variadas circunstancias:
- Conozco al autor por libros anteriores que he leído, continuando de alguna manera con el seguimiento literario, evidenciando un gusto o predilección personal por los temas que trata, las historias que cuenta o lo que propone en esencia.
- No lo conozco , pero tengo buenas referencias del mismo, a lo que se suma que el género que trata me atrae, entretiene o coincide con alguna etapa de mi vida donde estoy buscando encontrar algo que ese libro en apariencia me puede dar.
- No conozco al autor, no soy tampoco seguidor del género, pero otra persona me ha recomendado leerlo por razones que considero válidas: exquisitez técnica, profundidad del tema, narración atrapante, intriga, suspenso, propuesta de vida entre muchos más.
El durante
A partir de la lectura del prólogo, y la dedicatoria se abren para mí un abanico de posibilidades:
- Desde el primer capítulo el contenido me ha resultado apasionante, no me cuesta trabajo leerlo, generando en mi interior un torbellino de sensaciones, pensamientos, vivencias, mimetizándome con alguna idea, personaje o relato. El libro me mantiene en vilo de principio a fin.
- El libro ha cumplido parcialmente las expectativas, como quien dice, ni fu ni fa. No logra mantenerme concentrado, no le encuentro un hilo conductor al tema, a la narración, los personajes. El autor deambula por algunos oasis donde capta mi atención plena, pero el recorrido es medio desértico de idea, emociones o narraciones cautivantes.
- Abandone el libro luego de algunos capítulos leídos debido a que no era lo que estaba buscando, necesitando, o porque interiormente digo: esto es un bodrio. El autor quizás tiene una gran fortaleza técnica, pero se nota que no lo ha escrito con pasión, con dominio del asunto o con la belleza necesaria como para generar un interés por continuar con su lectura.
El después
Las combinaciones de la previa y el durante, provocan mi valoración final del libro, sirviendo esto para retroalimentar nuevas lecturas o recomendaciones a otras personas para la lectura del mismo libro o de otras publicaciones del mismo autor.
- Volvería a leer el libro para terminar de redondear algunos conceptos, entender mejora la historia, comprender la naturaleza del algún personaje, captar alguna propuesta de valor para la vida. Voy a seguir leyendo nuevas publicaciones del mismo autor y por supuesto recomendarlo a otras personas, ávidas por encontrar algo en cualquiera de los sentidos expuestos.
- Es probable que necesite reexaminar con mayor detenimiento una próxima lectura de ese autor. El género o el tema serán revisados. Mi recomendación dependerá de los intereses de personas que me pregunten por el autor. Una valoración medida y acotada a algún campo específico. Resulta interesante por esto, pero como contrapartida hay que sopesar esto otro muy bien.
- Lo leí hasta el final, como para encontrar porque hay personas que lo valoran de manera positiva. Para ser honesto me dejó muy poco. Recomendable con muchas observaciones debido a escaso nivel del relato, falta de coherencia, una propuesta de valor de poco vuelo, no arroja mucha claridad, no tiene un núcleo que resulte interesante.
Más allá del pasado, presente o futuro del hábito de leer, existe para mí una predilección especial por aquellos autores, en cuyos libros es posible encontrar algunas perlitas o frases que ni el tiempo, ni otros creadores, podrán borrar de la faz de la tierra, mientras el lenguaje sea usado como propositivo y generativo de realidades superadoras.
Lo que yo llamo frases con impacto profundo.
Una sola de esas construcciones presentes en el contenido ameritan la lectura y una valoración de excelencia.
Algunos ejemplos:
“Los hombres no sucumbimos a las grandes penas y a las grandes alegrías. Y es porque esas penas y esas alegrías vienen embozadas en una inmensa niebla de pequeños incidentes. Y la vida es esto, niebla. La vida es una nebulosa.” Niebla – Miguel de Unamuno.
“Nada importa morir, pero no vivir es horrible”. Los Miserables – Victor Hugo.
“Las batallas se pueden ganar con el corazón, pero las guerras solo se pueden ganar con la cabeza”. Las legiones malditas – Santiago Apostillo.
“Cuanto sientas deseos de criticar a alguien, recuerda que no todo el mundo ha tenido las oportunidades que tu tuviste”. El gran Gatsby – F. Scott Fitzgerald.
“El secreto de una buena vejez no es otra cosa que un pacto honrado con la soledad”. Cien años de soledad – Gabriel García Márquez.
“¿Para qué debo escuchar a mi corazón? Porque no conseguirás jamás mantenerlo callado. Y aunque finjas no escucharlo que te dice, estará dentro de tu pecho repitiendo siempre lo que piensa sobre la vida y el mundo”. El alquimista – Paulo Coelho.
“El amor es una parte del alma misma, es de la misma naturaleza que ella, es una chispa divina; como ella, es incorruptible, indivisible, imperecedero. Es una partícula de fuego que está en nosotros, que es inmortal a infinita, a la cual nada puede limitar, ni amortiguar.” Los Miserables – Victor Hugo.
“Una persona empieza por ceder en las pequeñas cosas y acaba por perder todo el sentido de la vida.” Ensayo sobre la ceguera – José Saramago.
“Es una locura odiar a todas las rosas porque una te pinchó. Renunciar a todos tus sueños porque uno de ellos no se realizó.” El principito – Antoine de Saint-Exupéry.
“A un hombre le pueden robar todo, menos una cosa, la última de las libertades del ser humano, la elección de su propia actitud ante cualquier tipo de circunstancias, la elección del propio camino.” El hombre en busca de sentido – Victor Frankl.
Cientos de estas frases con impacto profundo me acompañan, aparecen y desaparecen, dependiendo de las circunstancias. Algunas parecen estar dormidas, otras expectantes, pero recobran vida cuando menos me lo espero, viniendo a mi socorro en ocasiones donde las emociones me desbordan, la vida me pone en aprietos o la tristeza me tiene contra las cuerdas.
Pocos conscientes de que estamos hechos de miles de pedazos de frases completas o inacabadas, algunos maestros de la palabra vienen a nuestro rescate, para regalarnos una salida inesperada, una reflexión con un impacto conmovedor y profundo.
Gracias a todos ellos, es posible comprender la liviandad de nuestro ser, y abarcar la naturaleza efímera, aunque rica de nuestras vidas.
Impacto profundo……
De pleno en el corazón.
Me encantó tu escrito de hoy Marcelo!! Reflexivos y atinados cada uno de los fragmentos que recordaste. Gracias!!
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