En la era de la digitalización las noticias no dejan de sorprenderme para bien.
En medio de esta pandemia que parece no tener fin y con la que necesariamente tendremos que convivir por largo tiempo, junto a otras tantas dificultades ignoradas que padecemos, algunos visionarios no dejan de crear y proyectar más allá.
Muchos de ellos, que son líderes de organizaciones, empresas, procesos de gobernanza exitosos, propenden el uso abierto y masivo de medios tecnológicos, alineados a uno o varios objetivos, agrupados en una filosofía de trabajo que han dado en llamar «Gestión por Propósitos», derivada de la gestión por objetivos.
La palabra propósito deviene del latín propositum, que significa “poner hacia adelante”.
Puede ser bajado a tierra como:
- Determinación firme de hacer algo.
- Objetivo que se pretende alcanzar.
La gestión por objetivos ya la conocemos desde hace tiempo, pero en un sentido más pasional y de fuerza sin igual, los gestores del presente que miran hacia el futuro, entienden la gestión por propósitos como la razón misma de ser hoy un peldaño sólido y constantemente sustentable para la concreción exitosa de un plan.
En el centro de la acción se coloca este motor llamado Propósito, actuando como eje de un sistema periférico plagado de herramientas digitales que organizan la información en tiempo real, usan la estadística, las probabilidades y los cálculos más diversos para dar vida, a un viejo sistema, practicado por muchos de los que trabajamos en mejora continua, el denominado círculo de Deming: Planear- Hacer- Retroalimentar – Actuar sobre el Plan. La repetición de estos ciclos de manera indefinida nos garantiza el éxito de los pasos que vamos dando y la mayor eficacia de los recursos que vamos empleando.
¿Cuáles son las diferencias sustanciales?
En primer lugar, la importancia radical de una articulación total en torno al Propósito, entendiendo a este como la fuente de energía que tiene que ser inagotable porque es sostenida por todos los actores que son parte del plan. Por eso en este tipo de gestión por propósitos aparece la dimensión humana del sentido compartido, aquello que nos mueve como comunidad, organización, empresa. Una fuerza ligada a la pasión por lo que hacemos, a donde queremos finalmente llegar. En torno al propósito coexisten otras energías poderosas: la inspiración como fuente de creatividad, la contribución social como sentido de trascendencia y el fin último, como nuestra razón de existir.
En segundo lugar, las herramientas digitales puestas al servicio del propósito, permiten una retroalimentación constante de la información en tiempo real, los resultados, los atrasos del plan, los desvíos, que abarcan a todos los niveles y sectores de la organización. Vale decir que la persona que está desarrollando una tarea específica alineada a un cierto programa, dentro del propósito que mueve a la organización, forma parte importante del sistema, ya que su resultado está siendo monitoreado y retroalimentado de manera permanente. Esto marca una diferencia vital, ya que antes este feedback era histórico, devenía de un hecho pasado y sólo era información reservada para los niveles altos de la organización, lo que lo le daba características de autopsia.
Bajo esta nueva filosofía con sus herramientas online, el propósito es vivido y retroalimentado de forma permanente por todos los actores de la organización sin excepción alguna.
Un ejemplo de sentido organizacional, es la compañía Tesla Motors liderada por Elon Musk.
“ El propósito general de Tesla Motors es ayudar a acelerar el movimiento de una economía de hidrocarburos de extracción y combustión hacia una economía eléctrica solar, que creemos es la principal, aunque no la única solución sostenible”.
El mismo visionario Elon Musk, ahora como Ceo de su empresa Space X, difundió un propósito que persigue su empresa y que para algunos resultó disparatado:
“ Llevar un millón de personas a Marte para el año 2050”.
El mismo Musk en una serie de tweets se explayó un poco más acerca de esto.
En teoría, mil naves estelares podrían eventualmente llevar “tal vez alrededor de 100.000 personas gracias a la sincronización orbital Tierra-Marte”, escribió Musk. “Esa es la meta”, agregó.
Musk prevé que estas naves salgan de la órbita terrestre en un período de 30 días, la ventana de tiempo en la que la Tierra y Marte están mejor alineados para hacer el viaje, cada 26 meses.
Cuando un usuario de Twitter le preguntó si eso equivaldría a un millón de personas en Marte para el año 2050, Musk respondió con un simple “sí”.
Esta declaración de intenciones ha coincidido con una prueba de un sistema de seguridad crucial de su nave espacial Crew Dragon, una cápsula que llevará astronautas para la NASA a la Estación Espacial Internacional.
Este logro puede sentar las bases para abrir una nueva era en los vuelos espaciales. Durante más de ocho años desde el último vuelo del transbordador espacial, ninguna persona ha salido al Espacio procedente de Estados Unidos. Incluso la NASA ha tenido que depender de Rusia para el transporte de sus astronautas.
Ahora SpaceX y Boeing, las empresas contratadas por la NASA, están casi listas para sus primeros vuelos tripulados, y probablemente no sólo de astronautas de la NASA.
Si bien pueden parecernos inalcanzables, este líder que ya ha desarrollado varios proyectos bajo esta concepción de convivir en una organización dentro de un propósito compartido, ve sumamente asequible lograr colonizar Marte para el año 2050.
Imaginemos por un momento el potencial que pueden tener las herramientas digitales agrupadas en torno a un propósito para resolver problemas más cruciales que hoy tenemos como el hambre, la pobreza, la salud, el acceso a la educación.
Victor Frank, en su libro “ El Hombre en busca de sentido” se refiere al propósito de cada individuo de la siguiente manera:
A esta característica esencial del hombre la designé “autotrascendencia de la existencia”: ser hombre implica dirigirse hacia algo o alguien distinto de uno mismo, bien sea realizar un valor, alcanzar un sentido o encontrar a otro ser humano. Cuanto más se olvida uno de sí mismo – al entregarse a una causa o a una persona amada- más humano se vuelve y más perfecciona sus capacidades. En efecto, cuanto más se afana el hombre por conseguir la autorrealización, más se le escapa de las manos, pues la verdadera autorrealización sólo es el efecto profundo del cumplimiento acabado del sentido de la vida.”
“Me atrevería a afirmar que nada en el mundo ayuda a sobrevivir, aun en las peores condiciones, como la conciencia de que la vida esconde un sentido. Hay mucha sabiduría en las palabras de Nietzsche: “El que tiene un porqué para vivir puede soportar casi cualquier cómo.”
La coincidencia de ideas que se cruzan, unió quizás el concepto del sentido humano individual con un sentido general de organizaciones y empresas, creando el concepto de management por propósitos.
El potencial de esta nueva forma de gestionar radica en su concepto integrador, abarcador e inclusivo, que va más allá de la coyunturas económicas y financieras, para perseguir un hito superador.
«Bienvenidos a esta era donde se conjugan los propósitos y la digitalización«