Narcisista !

La historia de Narciso nos narra los pormenores de la vida de esta persona que sufre una condición particular, que según nuestro diccionario puede ser descripta como:

«Admiración excesiva y exagerada que siente una persona por sí misma, por su aspecto físico o por sus dotes o cualidades».

En un sentido estricto se trata de un trastorno narcisista de la personalidad, que es más frecuente en hombres, aunque no excluyente del género femenino. Se distingue por una necesidad excesiva de recibir admiración, indiferencia con respecto a los sentimientos de los otros, intolerancia a la crítica y sentimiento de que los demás le deben algo.

La mitología nos trae tres versiones distintas de la historia, dependiendo de su origen, aunque con varias coincidencias.

En la mitología griega, Narciso era un joven con una apariencia bella, hermosa y llamativa. Todas las mujeres y hombres quedaban enamorados de él, pero este les rechazaba. Entre los jóvenes heridos por su amor estaba la ninfa Eco, quien había disgustado a Hera y por ello esta la había condenado a repetir las últimas palabras de aquello que se le dijera. Por tanto, era incapaz de hablarle a Narciso por su amor, pero un día, cuando él estaba caminando por el bosque, acabó apartándose de sus compañeros. Cuando él preguntó «¿Hay alguien aquí?», Eco respondió: «Aquí, aquí». Incapaz de verla oculta entre los árboles, Narciso le gritó: «¡Ven!». Después de responder, Eco salió de entre los árboles con los brazos abiertos. Narciso cruelmente se negó a aceptar su amor, por lo que la ninfa, desolada, se ocultó en una cueva y allí se consumió hasta que sólo quedó su voz.

Para castigar a Narciso por su engreimiento, Némesis hizo que se enamorara de su propia imagen reflejada en una fuente. En una contemplación absorta, incapaz de separarse de su imagen, acabó arrojándose a las aguas. En el sitio donde su cuerpo había caído, creció una hermosa flor, que hizo honor al nombre y la memoria de Narciso.

La versión grecolatina muestra que el orgulloso e insensible Narciso es castigado por los dioses por haber rechazado a sus pretendientes. Se cree que es una historia moralizante dirigida a los adolescentes griegos de la época. Hasta hace poco la única fuente de esta versión era un fragmento de la Descripción de Grecia de Pausanias, 150 años posterior a Ovidio. Una versión muy similar fue descubierta en el llamado Papiro de Oxirrinco en el año 2004, una versión muy anterior a la de Ovidio en al menos unos cincuenta años.

En esta versión helénica, el joven Aminias ama a Narciso pero es rechazado cruelmente por él. Como una forma de burlarse de Minias, Narciso le entrega una espada, que Aminias utiliza para suicidarse ante las puertas de la casa de Narciso, mientras reza a la diosa Némesis pidiéndole que Narciso un día conozca el dolor del amor no correspondido. Se cree que esta maldición se cumple cuando Narciso se enamora de su propia imagen reflejada en un estanque e intenta seducir al hermoso joven sin darse cuenta de que se trata de él mismo hasta que intenta besarlo. Entristecido de dolor, Narciso se suicida con su espada y su cuerpo se convierte en una flor, la cual se le llamó Narciso.2​Esto, puede ser tomado como un mito o leyenda.

La versión romana es considerada la clásica. En ella, Ovidio cuenta que la ninfa Eco se enamora de un vanidoso joven llamado Narciso, hijo de la ninfa Liríope de Tespias y del dios fluvial Cefiso.

Preocupada por el bienestar de su hijo, Liríope decidió consultar al vidente Tiresias sobre el futuro de su hijo. Tiresias le dijo a la ninfa que Narciso viviría hasta una edad avanzada mientras nunca se conociera a sí mismo.

Un día, mientras Narciso estaba cazando ciervos, la ninfa Eco siguió sigilosamente al hermoso joven a través de los bosques, ansiando dirigirse a él pero siendo incapaz de hablar primero, ya que la diosa Hera la había maldecido a solo poder repetir la última palabra de lo que otros decían. Cuando finalmente Narciso escucha sus pasos detrás de él, pregunta: «¿Quién está ahí?», a lo que Eco responde: «ahí». Y continuaron hablando así, pues Eco únicamente podía repetir lo último que otros decían, hasta que la ninfa se mostró e intentó abrazar a su amado. Sin embargo, Narciso la rechazó y le dijo vanidosamente que lo dejara en paz, y se marchó repudiándola. Eco quedó desconsolada y pasó el resto de su vida en soledad, consumiéndose por el amor que nunca conocería, hasta que solamente permaneció su voz.

Por lo que se refiere a Narciso, un día engañado por Nemesis se acercó a un arroyo. Al verse reflejado en las aguas, la visión de su vanidad y lozanía, lo atraparon en un castigo sin fin, muchos pensaban que por miedo a dañarlo no lo tocaba y era incapaz de dejar de mirarlo. Finalmente, Se dice que Narciso se suicida al no poder tener el objeto de su deseo. Y donde su cuerpo yacía, creció una flor que llevaría su nombre: un narciso.

En otras versiones, sin duda influidas por la versión helénica, se dice que otra mujer que también había sido rechazada por Narciso, en un acto de celos al verlo hablar con otra mujer que parecía cercana a él, rezó a la diosa Némesis para que lo castigara. En otras versiones se dice que Narciso es atormentado en el inframundo contemplando un reflejo que no corresponde a su amor.

Dejando un poco de lado la narrativa, podemos decir que quien este libre de algo de vanidad que tire la primera piedra.

En varios sentidos los conceptos de egocentrismo, egolatría, orgullo, presunción, afectación están vinculados íntimamente con nuestro amigo Narciso.

Quien más quien menos, los rasgos narcisistas están presentes en cada uno de nosotros. Aunque no llegue a conllevar una patología nos ocasionan problemas relacionales derivados de una excesiva autoestima y escaso nivel de empatía con los demás.

Las inseguridades, los excesos de autoestima y las ansiedades nos llevan a esa especie de refugio o cobijo, donde vemos nuestra imagen sobredimensionada en el espejo.

Por el otro costado. la aceptación, la humildad, la sencillez nos permiten distinguir nuestra dimensión humana individual y a partir de allí interactuar con los otros considerandolos como auténticos iguales.

Los ecos narcisistas reverberan en nuestro devenir diario, identificarlos y gestionarlos es todo un desafío para el cual no existen recetas aplicables.

¿Cómo andan tus narcisos?

Las flores que te entregan:

¿Te acercan o te alejan de relaciones humanas fuertes y saludables?

¿Diferencias amor propio de narcisismo?

Para culminar, Sigmund Freud nos trae un pensamiento revelador:

“ El que ama se hace humilde. Aquellos que aman por decirlo de alguna manera, renuncian a una parte de su narcisismo» .

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