Contrastes, mientras las luces aparecen !

Este fin de semana nos encuentra cumpliendo una cuarentena estricta. Aislados y con cierre total de muchas fronteras.

De a poco las personas nos vamos acostumbrando a prácticas de distanciamiento, cuidado e higiene pocas veces vistas en el pasado reciente.

El retiro hogareño, nos muestra varios contrapuntos bien marcados, ya que no es lo mismo praticarlo en una casa confortable con patio y verde abundante que, en un departamento, en un monoambiente o en una pieza precaria donde conviven muchas personas en un espacio muy reducido.

La diferencia de recursos económicos y financieros de los países centrales, versus los emergentes y los pobres, hacen que los primeros muestren un sistema de salud al menos más sólido y preparado. No obstante ello, el avance del virus tiene más que ver con las conductas que con las posibilidades,  por lo que en el pico parece ser que no hay organización sanitaria que aguante.

Epidemiólogos no se ponen de acuerdo respecto de cuál es la mejor estrategia para contrarrestar el avance de la enfermedad: algunos relativizan este virus dándole características similares al de una gripe, otros se inclinan por opinar que se trata de algo nunca antes visto. Ambas vertientes se basan en estadísticas, pero miradas desde una óptica distinta.

Los sistemas de gobernanza toman una u otra de estas teorías y las ponen en práctica en sus países. Las decisiones derivadas y opuestas son visibles: aislamiento o no aislamiento. Los líderes políticos usan argumentos para preservar la salud o la economía, sin pensar en los equilibrios. Sólo los más moderados están empleando sistemas duales, con aislamiento fraccionado por edades, gastando reactivos de detección y medios de cuidado e internamiento según los grupos de mayor riesgo.

La economía se debilita a pasos agigantados y en eso no hay claroscuros. Sin embargo, los países más ricos destinan mayor cantidad de fondos para ayudar a sostener los sistemas de trabajo y de comercio, producción y servicios. No hay consensos globales para afrontar con una agenda común la salida de la crisis. La clave está en sostener a las personas, pero sin olvidar a las empresas que les dan trabajo, porque sino el salvataje no es sostenible. La disparidad público-privado aparece de manera directa o velada, con mayor o menor fuerza, dependiendo del sistema de creencias. Lo que está claro es que hay que sostener los requerimientos vitales de la población, pero sin actividad económica, ¿cómo se lleva esto a cabo? Los gobiernos van tomando medidas parciales para ver cómo se acomodan los tantos, pero al final hasta las empresas más fuertes terminarán cayendo. Es importante definir un esquema aplicable, abarcativo e inclusivo para todos los actores del sistema social y económico, si es que se piensa en continuar con medidas de aislamiento extremos.

El parate de la actividad en determinadas regiones ha producido hechos impensados, y que son recogidos como trascendentes por algunos: un cielo más limpio en China, disminución del agujero de ozono, sólo por citar algunos.

Los debates en los medios de comunicación ahondan los contrastes. El tema central es el avance de la pandemia y sus consecuencias. Hay personas que agobiadas por las cifras, prefieren evadirse de los medios dentro de la cuarentena.

Ciudadanos incumplidores son denunciados y obligados a respetar el aislamiento. Eso asimismo genera polémica respecto de si estamos o no dentro de esquemas totalitarios que nos infunden miedo. Algunos filósofos de renombre levantan voces en contra de estas prácticas demasiado prolongadas en el tiempo, porque les traen a la memoria episodios históricos de pérdida de libertades civiles.

Existen muchas disparidades de pensamiento que se van generando, aunque es contundente que la postura mayoritaria de las personas va por el lado de cuidarse y respetar las directrices del gobierno, en pos de disminuir la curva de contagios.

Existen aspectos positivos que amortiguan el efecto de estas crisis de salud y humanitaria:

  1. Los sistemas solidarios continúan trabajando y se acrecientan día a día con el objetivo de sostener a los que no la están pasando bien por motivos de edad , económicos, de soledad o salud. Las colectas, la fabricación de mascarillas, respiradores, alcoholes santizantes, está a la orden del día.
  2. El denominador común es vencer a este enemigo invisible y poderoso.
  3. Las redes sociales nos mantienen comunicados, y con posibilidades de intercambiar ideas y propósitos. Los malintencionados y sus mensajes falsos van perdiendo fuerza superados por la ola de asistencia y contención mutua.
  4. Las personas que trabajan por razones de excepción y en especial las vinculadas al sistema de salud lo hacen con todo el ahínco posible. El home office prospera de manera impensada rompiendo algunos mitos.
  5. La educación continua en los hogares donde los niños hacen la tarea y aprenden junto a sus padres. La virtualidad adquiere un significado especial en este caso, todos colaboran para no estancar el desarrollo de los niños y jóvenes.

Dentro de este escenario de cierta pesadumbre generalizada, empiezan a vislumbrarse algunas señales que son muy alentadoras.

China y más precisamente la región de Wuhan que es el primer lugar donde apareció el virus saldrá del aislamiento el lunes 8 de abril, dentro de un esquema de reingreso progresivo a la normalidad de sus actividades. Sin masividad por supuesto, pero abriendo el grifo para sacudir la modorra de la cuarentena.

Las curvas de contagio y letalidad se revierten en algunos países, donde fueron aplicados sistema de aislamiento sectorizado y cese de algunas actividades. Se han podido gestionar los picos y la crisis fue, pero no al ritmo y con las consecuencias catastróficas que preveían algunos modelos.

Las zonas que estaban en guerra en distintas regiones del planeta, han declarado en algunos casos un cese de las hostilidades, que ojalá puede perdurar en el tiempo, para que las crisis humanitarias derivadas que no tienen tanta difusión puedan ser mitigadas y miles de personas puedan vivir en paz.

Controlar la propagación de este virus no es sencillo, como pasa con muchas enfermedades endémicas, pero los destellos de luz van dando claridad y nos permitirán tomar decisiones coherentes y más enfocadas.

Otros esquemas de convivencia aparecerán indefectiblemente, los cuales nos servirán para contrarrestar otros flagelos. Aprendizajes necesarios e impostergables.

Un ciclo distinto dentro de nuestra evolución humana.

Mientras tanto, cohabitamos en un sinnúmero de contrastes, cada vez más iluminados por candiles que se van encendiendo.

Contrastes, mientras las luces aparecen !

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