Sin Códigos !

Esta mañana semi nublada me parece que no tiene códigos.

Si bien invernal, por momentos sale el sol y parece algo cálida. Instantes después, el astro rey se acomoda detrás de una nube, y la sensación de calor se pierde indefectiblemente.

Durante este juego térmico, los pinchazos de mi garganta dañada, acompañando a unas líneas de temperatura, me recuerdan que estaba mejor sin ellos.

Ese pequeño lapsus de delirio matutino, me produce pensar en frases tales como:

Te lo dije y vos no me creíste, no se puede hacer negocios con él, no tiene códigos.

No le importa más nada que ella, sólo son sus códigos.

Viste lo que hizo, no tiene estómago.

Si logras que piense distinto, te doy un premio.

No puede entender cuáles son sus códigos.

En contraposición:

No te preocupes, jamás haría una cosa así.

Mantuvo su profesionalismo más allá de todo.

En esa institución se viven y respiran buenas intenciones.

Tiene los límites muy claros.

Es una persona con la cual te relacionas bien por su transparencia.

En todas ellas se encuentra referenciada de alguna forma, una manera de construcción personal y social: la ética.

En un sentido más ligado al carácter y la manera de ser, es una disciplina filosófica que estudia el bien y el mal y sus relaciones con la moral y el comportamiento humano. Lo que debe ser, sobre el fundamento del bien. Aristóteles fue su creador y se caracteriza por su constante revisión.

En un apartado más relacional o social, los códigos de convivencia ética, son el conjunto de costumbres y normas que dirigen o valoran el comportamiento humano en una comunidad.

En todos los casos, se vislumbra que esta disciplina, ligada a la moral, sin ser lo mismo, nos sirve para establecer límites para lo bueno y la malo, lo correcto y lo incorrecto, lo punible y lo no punible.

La ética normativa basa su predicamento en lo correcto y lo incorrecto, derivando en un sentido práctico, en los códigos legales que rigen nuestro comportamiento individual y en comunidad.

La ética aplicada, procura usar argumentos morales, para establecer definiciones concretas en diferentes ámbitos: profesional, ambiental, militar, empresarial, económica, organizacional.

Existen debates éticos respecto de la pena de muerte, la eutanasia, la clonación, el aborto, sólo por citar los más relevantes.

No siendo una ciencia rigurosa, sino social, se va construyendo con el devenir del tiempo y la acción humana.

Una versión desarrollada más acá en el tiempo, busca el acuerdo de las personas respecto de determinados temas controversiales a través de la conversación y el diálogo: la ética dialógica, busca el consenso para actuar como finalidad primordial.

Por medio de ella, podemos argumentar lo siguiente:

En toda organización no hay más normas legítimas que las que las que todos están dispuestos a aceptar. Vale decir, que todos han de ser tenidos en cuenta, para establecer las normas participando de una deliberación.

En consecuencia, el autoritarismo, la arbitrariedad, el abuso, el cinismo, y la dictadura son inmorales.

¿Cómo se construye un espacio de deliberación?

No es sólo conversar y debatir, o dar una cátedra, o creer más importante mi opinión que la del resto, o aportar sólo frases hechas.

Es trabajar para la participación responsable de las opiniones, que legitiman lo decidido aportando: escucha, autenticidad, búsqueda compartida de valores, conciliación de intereses, tolerancia, actuar juntos, ponderar consecuencias, conocimiento, valores, opiniones diferentes.

Son enemigos del diálogo y la construcción: la burla, el sarcasmo, la risa fácil, el protagonismo exagerado, el poder, la competencia, el discurso prefabricado, la intolerancia.

La promoción de ambientes de participación y deliberación de códigos de convivencia, en cualquier ámbito que nos desempeñemos, nos pondera en una escala superadora.

Los debates éticos resultan insoslayables en tiempos de calentamiento global, pobreza extrema, crisis extremas y recurrentes.

Opino que manejarse sin códigos aceptados y debatidos, es una situación que resta posibilidades y desperdicia oportunidades.

Vivir sin códigos que respeten al otro, en un mundo globalizado y con recursos cada vez más escasos, nos pone en una situación al menos injusta.

Por eso la pregunta que necesito hacernos es:

¿Cómo andas de códigos?

¿Cómo estás de deliberaciones?

Van algunos chistes para amenizar.

Número 1

Ella: Amor, creo que estás obsesionado con el futbol. Me haces falta.

El: Cuál falta, cual falta, si ni te toqué.

Número 2

¿Cómo te llamas?

Gelmy

¡Que lindo nombre!

Me lo pusieron por mi mamá.

¿También se llamaba Gelmy?

No, ella se llamaba Socorro, pero a mí me lo pusieron en inglés.

Número 3

Etica es si chocas un coche estacionado y luego dejas una nota en el parabrisas con tus datos. Astucia es si los datos son de tu EX.

Número 4

Estoy que no puedo moverme con tanto crossfit.

Se dice croissant y te has comido catorce.

Número 5

Mi cerebro,

En vez de decirme: Ni se te ocurra decir lo que piensas.

Me dice: tu suéltalo, es divertido ver lo que pasa.

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