Casi veinte cuatro horas de función continua de este tiempo gris, que ha derramado tantos litros de agua como ha podido y provocado algunas contingencias no deseadas. Las plantas que me rodean, están hermosas y radiantes. Hace bastante tiempo que no se las ve así. Ellas son las beneficiadas. Ahora esperan que el sol aparezca para lucir sus galas, potenciar sus fragancias y albergar en sus flores los más variopintos visitantes.
Indagando en internet, en busca de la verdad climatológica, hago un promedio de las probabilidades para los próximos días. No parecen alentadores para los amantes del astro rey.
Sin lugar a dudas, los medios tecnológicos disponibles han mejorado sustancialmente la predicción. Las mismas están disponibles, en forma de alertas y avisos de corto plazo. Nos previenen de malos trances.
Las evidencias y el nivel de éxito me invitan a confiar y a programar actividades en función de ello.
En qué más puedo creer?
Tengo mis convencimientos y valores que me guían, como certezas que voy adquiriendo y dejando de lado, a veces al mismo tiempo.
En un sentido práctico, la ausencia de convicciones es imposible. Son las que tengo ahora.
Por ejemplo estoy gustoso y fascinado por escribir.
Cómo mantengo alejada mis certidumbres del fundamentalismo?
Primero hago la distinción:
Corriente de pensamiento que promueve el sometimiento absoluto a determinada doctrina o práctica de manera intransigente. La palabra, como tal, deriva de “fundamental”, que se refiere a lo que sirve de fundamento o es básico para algo, y se compone con “-ismo”, que indica ‘doctrina’ o ‘movimiento’.
En este sentido, el fundamentalismo ha estado históricamente asociado a corrientes ideológicas o religiosas que imponen el absoluto acatamiento de sus preceptos, establecidos en los libros sagrados o fundacionales, y que no admiten ningún tipo de réplica o interpretación contextual o actualizada de su doctrina.
De allí que los fundamentalismos sean dogmáticos, por su postura intransigente; fanáticos, por su militancia comprometida a toda prueba, y extremistas, debido a las consecuencias catastróficas que pueden acarrear las posturas irreflexivas, inflexibles e intransigentes de los grupos fundamentalistas, que son capaces de llegar a cometer actos atroces de terrorismo para imponer su doctrina.
Asimismo, existen prácticas fundamentalistas asociadas a determinadas corrientes ideológicas, como las esbozadas en libros como Mi lucha, de Adolf Hitler, o el Libro rojo de Mao. Del mismo modo, se suelen calificar como fundamentalistas algunas doctrinas o sistemas de pensamiento asociados a la economía, la cultura o la filosofía para denotar su condición dogmática e inflexible.
Para expresarlo, abarcando otros conceptos:
- Se ha perdido la visión crítica sobre lo que pienso y sobre lo que piensan los demás. Soy un fanático.
- El otro con sus propias ideas y conceptos no tiene relevancia para mí. La intolerancia e irritabilidad son moneda corriente.
- Sólo mis juicios son válidos, o bien en el sentido contrario vivo sólo de juicios de los otros, perdiendo mi condición de autenticidad.
- Se han perdido los matices de colores.
- Las libertades se restringen y sobreviene la manipulación.
En épocas de crisis profundas, es común que el hombre vuelva a sus convicciones más arraigadas. Es natural volver al status quo. Permanecer en ello puede devenir en visiones absolutistas.
Tiemblan los orígenes de la filosofía: adormecido el asombro, velada la curiosidad y prohibida la duda.
Amparados en el fundamentalismo nos sentimos más sustanciales y menos accidentales, por lo que puede resultar en una postura cómoda.
Creer en todo, creer en nada, son dos caras de una misma moneda.
Creer manteniendo una postura crítica sobre mis certidumbres y las de los demás es una postura más saludable.
Asimismo, es cierto que las creencias compartidas, cómo hacemos las cosas en común, conforman nuestra cultura, la cual no es un hecho inmutable.
Te pregunto y me pregunto:
La oportunidad de conservar una actitud crítica está al alcance de todos?
En qué estás creyendo para lo que estás siendo hoy?
De qué estás dudando?
Hay curiosidad y asombro en tu vida?
Mientras buscas tus respuestas, te invito a que me otorgues la entidad que me merezco:
No soy dueño de la verdad
Pone reparos sobre lo que escribo y pienso
Mis interpretaciones son sólo eso
No tienes que coincidir conmigo
Mi umbral de tolerancia por más que lo intenté, continúa siendo acotado según mis límites humanos
Mis palabras están asociadas más a hipótesis que a tesis demostradas
Tengo varias creencias limitantes con las cuales convivo
Para ir poniendo un broche, un pensamiento en este sentido.

Una última cuestión:
Cuánto fundamentalismo contienes?