Quien gestiona tu tiempo?

El minutero a fin de año parece que se acelera. De estar quieto, manejado de todas las maneras posibles: productivas, improductivas, para el ocio, para algo específico, para dar, para pedir, para mil acciones que ni siquiera detectamos a diario, que parecen no tener importancia, y ahora… subiendo los últimos peldaños, el almanaque se nos viene encima de manera irreversible.

Nos pasa que podemos llegar a objetar, aún incluso sabiendo que la escala universal que mide la finitud de las horas, minutos y segundos es inmutable, que algo anda mal ,  que lo que pretendimos hacer durante el año se vino abajo por otras causas atribuibles tales como:

  • no tuve el tiempo necesario
  • me cambiaron los objetivos
  • no salió el negocio que tenía que salir
  • no busque los socios adecuados y perdí el tiempo
  • soy uno solo y no puedo con el plazo que me dieron
  • mis jefes, mi familia, mis relaciones me exigieron de más

Nos sucede que podemos llegar a sobrevalorarnos y partiendo de objetivos muy básicos, tener una visión que el tiempo fue gastado de manera muy exitosa en muchos ámbitos de nuestras vidas, por razones tales como:

  • no siento la presión del tiempo, hago lo que puedo
  • en todo momento hago lo que quiero
  • es muy raro que sienta que perdí el tiempo
  • pude hacer más cosas de las que me propuse
  • hago las cosas de taquito
  • mis tiempos son mis tiempos

Acontece finalmente que aunque estemos más de un lado que del otro, cuando hacemos un balance a conciencia del uso de este activo,  y aún más, cuando trazamos un plan hacia el futuro, no sea ni lo uno ni lo otro.

Esta visión de blanco y negro, de tortuga o guepardo, es una mera sensación emocional, como es natural ya que somos humanos. Si miramos para atrás,  y reconocemos aciertos y desaciertos en el uso del tiempo, como un recurso más de los tantos disponibles y finitos, podemos usar esto para mejorar esta performance en los próximos desafíos.

Distinguir en retrospectiva en que usé mis horas sirve para corregir hacia adelante, incluyendo en ello la innovación, aprender del error, y muchas técnicas más,  pero por sobre todas las cosas, caer definitivamente en la cuenta de existe una cuestión esencial a responder:

Quién gestiona mi tiempo?

Responder esa pregunta es primordial, porque de ella se desprenden múltiples posibilidades, y nuevas e incontables cuestiones.

No comparto la visión obsesiva de la gestión del tiempo que nos puede llevar a la ansiedad generalizada individual y grupal. Considero que el bienestar individual, social y laboral, se construye de manera equilibrada con personas muy eficientes en el uso del tiempo, y con otras que no lo son tanto pero agregan lapsos de mucha calidad analítica, y que nos hacen crecer más allá de la visión necesaria pero no absoluta de los resultados.

Diciembre en curso, se nota algún grado de relajamiento que se profundizará en las próximas vacaciones. Este ojito de cerradura promueve que revises tu más cercana historia, pero fundamentalmente el porvenir,  para que, haciendo centro en vos mismo, trates de responder una simple pregunta:

En qué y cómo gastaré mi tiempo?

No dispongo de más minutos para escribir……

Otras tareas me esperan…..

Ya le robé unos instantes a mi siesta del sábado……

 

 

 

 

 

 

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